VINO BUENO
Jesús ha sido conocido siempre como el fundador del cristianismo. Hoy, sin embargo, comienza a abrirse paso otra actitud: Jesús es de todos, no solo de los cristianos. Su vida y su mensaje son patrimonio de la humanidad.
Nadie en Occidente ha tenido un poder tan grande sobre los corazones. Nadie ha expresado mejor que él las inquietudes e interrogantes del ser humano. Nadie ha despertado tanta esperanza. Nadie ha comunicado una experiencia tan sana de Dios sin proyectar sobre él ambiciones, miedos y fantasmas. Nadie se ha acercado al dolor humano de manera tan honda y entrañable. Nadie ha abierto una esperanza tan firme ante el misterio de la muerte y la finitud humana.
Dos mil años nos separan de Jesús, pero su persona y su mensaje siguen atrayendo a muchos. Es verdad que interesa poco en algunos ambientes, pero también es cierto que el paso del tiempo no ha borrado su fuerza seductora ni amortiguado el eco de su palabra.
Hoy, cuando las ideologías y religiones experimentan una crisis profunda, la figura de Jesús escapa de toda doctrina y trasciende toda religión, para invitar directamente a los hombres y mujeres de hoy a una vida más digna, dichosa y esperanzada.
Los primeros cristianos experimentaron a Jesús como fuente de vida nueva. De él recibían un aliento diferente para vivir. Sin él, todo se les volvía de nuevo seco, estéril, apagado. El evangelista Juan redacta el episodio de la boda de Caná para presentar simbólicamente a Jesús como portador de un «vino bueno», capaz de reavivar el espíritu.
Jesús puede ser hoy fermento de nueva humanidad. Su vida, su mensaje y su persona invitan a inventar formas nuevas de vida sana. Él puede inspirar caminos más humanos en una sociedad que busca el bienestar ahogando el espíritu y matando la compasión. Él puede despertar el gusto por una vida más humana en personas vacías de interioridad, pobres de amor y necesitadas de esperanza.
José Antonio Pagola
«Jesús es de todos, no solo de los cristianos. Su vida y su mensaje son Patrimonio de la humanidad»
Es de todos y derramó su sangre por todos… no por «muchos», solamente.
La Comisión de Liturgia cambió esta frase a mitad de la celebración de la Eucaristía…
Somos muchos los que a pesar de todas las explicaciones aducidas al respecto… no acabamos de entenderlo.
Yo repito en mi interior cada vez que lo oigo: «…por todos, Señor, por todos…. menos mal que TU sabes que viniste por todos».
Así es.
Interesante reflexión del padre Pagola.
Muchas personas estamos en busca de bienestar ahogando nuestro espíritu en aguas contaminadas de egoísmo, resaltando una condición nada racional ni siquiera animal porque hay algunos animales que dan muestras de compasión, como es el caso de los lobos, que protegen a todos los miembros indefensos de la manada (los más ancianos y los cachorros).
Él (el Señor) ciertamente puede despertar en nosotros ‘los humanos’ -‘animales racionales’- el gusto o mejor decir, el gozo de desarrollar una vida más HUMANA (en mayúsculas) pudiendo llenar nuestro ‘ser interior’ -cual ‘vasijas’- con un ‘BUEN VINO’ y gracias a la ‘gracia’ que nos puede provocar ese buen vino cuyo «cuerpo», «dulzor» y «taninos», se traduzcan en ‘espiritualidad de comunión’ para poder compartirlo con aquellas «personas vacías de interioridad, pobres de amor y necesitadas de esperanza».
ORAR CON EL EVANGELIO
DOMINGO 2º ORDINARIO, ciclo C (Jn 2, 1-11)
Hora: Todos los jueves a las 21h Madrid
Unirse a la reunión Zoom
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ID de reunión: 815 7559 1512
Código de acceso: 665379
“Haced lo que Él os diga”
PREPARACIÓN PARA LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS
(En casa: busca un lugar tranquilo donde puedas leer en paz la Palabra de Dios. Serena tu espíritu y respira varias veces profundamente.)
I. SEÑAL DE LA CRUZ Y ORACIÓN INICIAL
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio abandonándose en las manos de Dios y así poder conocer y amar a Jesucristo siguiéndolo y dándolo a conocer.
Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero:
ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones.
Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta.
No permitas que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.
No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el don del discernimiento,
para que no dejemos que nuestras acciones se guíen por prejuicios y falsas consideraciones.
Condúcenos a la unidad en ti,
para que no nos desviemos del camino
de la verdad y la justicia,
sino que, en nuestro peregrinaje terrenal,
nos esforcemos por alcanzar la vida eterna.
Esto te lo pedimos a ti,
que obras en todo tiempo y lugar,
en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos.
Amén.
II. SALUDO
*¿Cómo y dónde estamos?
III. ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
1. Agua Convertida en Vino.- El Señor quiere decirnos hoy que la vida es una fiesta. ¿Una fiesta, la vida? ¿Con todos sus problemas y miserias? Sí, una fiesta, si aprendemos a mirarla con ojos de fe; si llegamos a percibir lo que hace bella la vida. Todos nosotros tenemos nuestras afanes y preocupaciones diarios, tenemos días de luto y muchos problemas, pero la realidad más profunda es que no estamos solos, que tenemos a Dios que nos invita a beber el vino de su amor; un Dios que nos da a Jesús para llevarnos a sí mismo.
En la eucaristía: ¡Bebamos, y brindemos con el vino de la alegría!
2. Una Boda, Fiesta de Matrimonial.- Cuando dos jóvenes comienzan juntos un viaje hacia la aventura de una vida matrimonial, están afirmando que creen el uno en el otro; que creen en el amor, en la vida, en el futuro. Éste es el mensaje que nos da Dios hoy. Él se ha entregado a sí mismo a nosotros, su pueblo, en una alianza de amor, tan hermosa y duradera como la del matrimonio, cuando su Hijo se hizo hombre en la persona de Jesús.
En él se nos ha dado a sí mismo para siempre, para lo mejor y para lo peor, aceptando que su Hijo entregara su vida por nosotros, para que tengamos vida. Él sigue transformando para nosotros el agua de nuestra rutina y de los fracasos de nuestra existencia en vino abundante de alegría. Y el mejor vino se reservará para el fin, para la felicidad eterna. En la eucaristía Jesús transforma para nosotros el pan y el vino en alimento y bebida de vida.
*Lectura del santo evangelio según san Juan (2,1-11):
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Palabra de Dios
*Leer y releer la Palabra, ¿qué dice o/y cuenta el evangelio?
(SILENCIO)
*COMENTARIOS:
⦁ VINO BUENO (J.A. Pagola)
https://www.gruposdejesus.com/2-tiempo-ordinario-c-juan-21-11-2/
⦁ «HACED LO QUE ÉL OS DIGA» (Fray Miguel de Burgos Núñez)
https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/16-1-2022/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
* SACERDOTES DEL PRADO: Antonio Gutiérrez Domínguez, diócesis de Granada
https://sacerdotesdelprado.org/propuesta-estudio-evangelio-domingo/1386-domingo-2-t-o-c-2022
Puesta en común
IV. MIRANDO A NUESTRA VIDA: LLAMADAS A LA ACCIÓN GRACIAS, PETICIONES Y COMPROMISOS…
(Trabajar en casa y poner en común en el encuentro)
⦁ ¿Qué me dice a mí el evangelio? ¿Qué buena noticia me anuncia o revela hoy el evangelio?
(SILENCIO)
⦁ ¿Qué respuesta me pide a mí el Señor? llamadas a la conversión, compromisos, acción de gracias, peticiones… para ser «Discípulo Misionero».
(SILENCIO)
V. ORACIÓN DE LOS FIELES
Jesús nos invita a su banquete de fiesta, la eucaristía; él se nos da a sí mismo como pan de fuerza y como el más sabroso vivo. Roguémosle por todos aquellos cuya vida ha sido mezclada con el agua del dolor, la tristeza y el sufrimiento, y digamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
-Señor, sirve a tu Iglesia el buen vino de tu perdón, porque nuestro amor sigue estando tibio, y no tenemos suficiente fe en ti ni confianza en los hermanos; que sepamos también perdonarnos unos a otros, de todo corazón. Y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
-Señor, sirve a nuestras familias el vino del amor, para que el padre y la madre en el hogar sean fieles y entregados el uno al otro, y para que los hijos aprendan de sus padres a preocuparse por los demás y a servirte a ti fielmente, y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
-Señor, vierte el vino de tu fortaleza y tu esperanza en todos los que sufren. Y en todos los que pueden ayudarles derrama el vino de su compasión y solidaridad, y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
-Señor, sirve a nuestras comunidades cristianas el vino de la unidad y la amistad, para que todos seamos uno en ti, y todos juntos lleguemos a ser tu propio cuerpo para servirnos unos a otros y también al mundo entero, por medio de nuestro espíritu de participación y de atención de los unos a los otros, y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
-Señor, vierte el vino de tu alegría y de tu vida a todos nosotros que participamos en esta eucaristía, y danos el pan de ti mismo para que vivamos siempre en ti, y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
Señor Jesús, no permitas que nuestra vida se convierta en banal y superficial, como un vino aguado. Permanece cercano a nosotros y cólmanos con tu alegría, ahora y por los siglos de los siglos.
VI. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA
VII. BENDICIÓN Y DESPEDIDA
Hermanos: Una boda, una fiesta matrimonial, es siempre importante, como fiesta de amor y de amistad.
En cada eucaristía celebramos el amor de Dios para su pueblo: Dios se “casa” con nosotros, Jesús se “casa” con su Iglesia.
Dios es siempre fiel en su amor. Que todos nosotros sepamos también responderle fielmente con amor.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
Vivamos en unidad y paz, como pueblo querido de Dios.
R/ Demos gracias a Dios.
VIII. LITURGIA DE LA PALABRA DEL DOMINGO
https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/liturgia-del-domingo
IX. INFORMACIÓN, RUEGOS Y PREGUNTAS
000discipulosmisioneros@gmail.com
PAZ Y FRATERNIDAD