Comparto con todos ustedes una oración de un santo profeta de nuestro tiempo.
Bendito seas, Padre,
por la sed
que despiertas en nosotros;
por los planes audaces
que nos inspiras;
por la llama, que eres Tú mismo,
chisporroteando en nosotros.¡Qué importa que la sed
continúe insaciada
(malditos los hartos)!¿Quién va a saber,
mejor que Tú,
que el éxito
no depende de nosotros
y que Tú no nos pides más
que el cien de abandono
y de buena voluntad?Dom Helder Camara
Fraternalmente,
Gloria Marinero
Grupo de Jesús de Xalapa, Veracruz (México)
Gracias, Gloria por tan bonita aportación.
Es verdad que esa sed que tenemos es ya El mismo dentro de nosotros que nos llama y nos empuja a buscarle incesantemente.
Y es una sed que no se sacia porque nuestra necesidad de El, es tan grande como El mismo….como decía San Agustín …»Nos hiciste , Señor para Ti, e inquieto estará nuestro corazón , hasta que descanse en Ti»
Un abrazo y Feliz Navidad