Su voluntad fue siempre mi norte.
Él me enseñó y me guió continuamente.
Su palabra me dio las herramientas
para vivir más profundamente sus enseñanzas.
Cuando descubrí que él era el camino, la verdad y la vida,
comencé a amar la vida, que tanto me costaba asumir.
Quiero volver a Jesús de una manera diferente,
más sencilla, más compasiva, más humana.
Quiero entender sobre el Reino de Dios,
que tantísimas veces Jesús nos enseñó,
pero que, por nuestra poca fe, no la entendemos.
Yo reconozco que estoy alejada de la barca,
porque esa barca va llena de muchas cosas que no me dicen nada.
Hace mucho rato me bajé de ella y navego solo motivada por Jesús,
por su mensaje y su entrega.
Cada día, en él, me abro al servicio
y veo la realidad sufriente de muchos hermanos,
y al horizonte veo cómo la barca cada día se aleja más y más
de las realidades existenciales de personas que deberían ir en la barca.
Quiero, Señor, navegar en la barca nueva,
la que navegará por la realidad del más pobre,
del huérfano, del abandonado, del sin techo,
en pocas palabras, navegar en el infinito mar de los últimos.
No peco de presumida si digo que globalmente no soy miedosa,
pero sí que tengo miedo a cansarme
en mi camino de lucha por el Reino.
En estos momentos necesito tu mano… ¡Ánimo!
Sí tengo miedo a no tener éxito en los trabajos que realizo,
sobre todo en la parroquia… ¡Compartir!
Sí tengo miedo a que me critiquen
y más si los míos no me comprenden… ¡Fortaleza de ánimo!
Sí tengo miedo, nunca antes experimentado,
de no saber transmitir la fe a los demás… ¡Confía en mí!
Dame tu mano amiga, Jesús…
Agárrame… Levántame el ánimo
y haz que sepa vivir con mis temores
pero confiado en ti.
Los Grupos de Jesús proclamemos,
con nuestra vida y nuestros gestos,
que estamos cerca de Jesús
y queremos seguirle con alegría, juntos,
con la mano tendida de Jesús,
que nos quita los miedos y las vacilaciones,
y que no nos dejará que nos hundamos.
Grupo Virtual de Jesús 5