Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Con motivo de la publicación del libro El camino abierto por Jesús, la revista 21rs hizo a José Antonio Pagola una entrevista en el año 2011, de la que compartimos un extracto.
Como sabéis, en los Grupos de Jesús abordamos nuestro redescubrimiento de Jesús a partir de una serie de textos evangélicos con los que confrontamos nuestras vidas. En este sentido, los comentarios y propuestas de Pagola que se vierten en este artículo pueden servirnos de inspiración para afrontar los retos que nos estemos encontrando en nuestro proceso grupal y personal.
P/ En tu nuevo libro vuelves a la carga con Jesús. ¿Tanto nos hemos olvidado de él los que nos decimos cristianos?
R/ En la Iglesia hablamos mucho de Jesús, pero nuestro corazón está ausente de él. Con frecuencia, queda ocultado por nosotros mismos, por nuestras actividades, nuestra organización y nuestros proyectos. No son pocos los cristianos que se mueven en la Iglesia, pero no aprenden a vivir en contacto personal, constante y vital con Jesús.
P/ Confías en la capacidad transformadora que tienen los evangelios. Habrá quien diga que llevamos siglos leyéndolos o escuchándolos. ¿Qué hay de novedad en tus comentarios?
R/ Es importante enseñar catequesis, pero la doctrina no toca los corazones ni despierta la fe. Es necesaria la iniciación a los sacramentos, pero, si no están animados por la presencia viva de Jesús, los ritos no hacen vivir. Es bueno escuchar a los sacerdotes y obispos, pero, si no escuchamos a Jesús, el único «Maestro interior», no aprenderemos a seguirle. Yo trato de acercarme a los evangelios como relatos que invitan a vivir la fe como conversión, mutación de identidad, seguimiento a Jesús, identificación con su proyecto y su estilo de vivir.
P/ ¿En qué nos cambiaría como creyentes y como comunidad poner más evangelio en nuestras vidas?
R/ El Evangelio nos cambia porque nos ayuda a recuperar nuestra verdadera identidad. El cambio fundamental de la Iglesia consistirá en aprender a vivir la fe, no como confesión doctrinal, sino como seguimiento apasionado a Jesús. En una sociedad laica y plural, habrá cristianos si encuentran en nuestras comunidades, no un sistema religioso presentado con categorías premodernas, sino un estilo de vida sano y liberador, realizable en todas las culturas y en todos los tiempos.
P/ Dices que esta obra nace de la voluntad de recuperar la Buena Noticia de Jesús. ¿Crees que has alcanzado el objetivo?
R/ Mi libro se titula El camino abierto por Jesús. En realidad, se encuentran con su Buena Noticia, no los que leen el libro, sino quienes entran por ese camino. Puede ocurrir que, en los próximos años, la credibilidad de la Iglesia siga disminuyendo, y el atractivo de Jesús vaya creciendo.
P/ Al hablar de los cristianos distingues entre «adeptos a la religión» y «seguidores de Jesús».
R/ Sí. Hoy pertenecen a la Iglesia no solo los que siguen o intentan seguir a Jesús, sino también los que no lo siguen ni se plantean hacerlo. Hay personas que solo demandan una respuesta a sus necesidades religiosas. De hecho, corremos el riesgo de que buena parte de nuestro trabajo pastoral se centre en sostener un cristianismo convencional: respeto a una tradición religiosa empobrecida y cada vez más anacrónica; práctica inamovible del culto que tranquiliza aunque no alimente el seguimiento a Jesús; recuerdo conminatorio de la moral, aunque no abra los corazones a la experiencia de un Dios Salvador, amigo de la vida…
P/ ¿Qué podemos hacer?
R/ Está llegando la hora de la verdad. La forma en que viven no pocos cristianos su religión no podrá subsistir por mucho tiempo en una sociedad laica que ya no ofrece protección ni clima ni espacios para costumbres religiosas. Cada vez será más difícil vivir solo de la adhesión religiosa y disciplinada a la Iglesia. Para ser cristiano se requerirá una adhesión personal a Jesucristo y una identificación con su estilo de vida y su proyecto. El paso de un cristianismo de «adeptos» a comunidades vivas de «seguidores» de Jesús significa para la Iglesia un «segundo nacimiento» digno del primero.
P/ ¿Es posible una transformación tan radical?
R/ No hay recetas. Hay caminos para evangelizar a la Iglesia: centrar a las comunidades cristianas en el relato evangélico; iniciar al conocimiento y seguimiento a Jesús; aprender a celebrar la eucaristía haciendo de verdad «memoria de Jesús»; recuperar el proyecto del reino de Dios como objetivo de todo grupo cristiano; despertar el espíritu profético… Jesús tiene fuerza para transformar a su Iglesia.