Talitha qumi
Que significa: “Contigo hablo, niña, levántate”.
Contigo hablo, escúchame.
Son palabras de aliento.
Así es la misericordia de Jesús
y de cuantos queramos seguir su testimonio de vida.
Talitha qumi
Despierta, niña, a la vida,
levántate, sigue adelante tu camino;
que nadie te aparte de él,
ni tengas que vagar perdida, sin rumbo a ninguna parte.
Talitha qumi
Yo he venido «a que tengas vida en abundancia»,
quiero alentar el pálpito de tu corazón con alegría y esperanza.
Escucha bien cuanto te digo:
abre tu mirada a la verdad,
no tengas miedo del sueño que aniquila la vida, ese donde habita la maldad.
Tan solo es eso, pesadilla perversa que niega
tu sueño verdadero de amor y paz, vida y verdad.
Talitha qumi
A ti te digo, niña:
no escuches el estrepitoso ruido que hacen en tu nombre «plañideras»,
criticando a «voces», celebrando tu ruina mortal.
No hagas caso de quienes solo buscan sumirte
en la inercia y abandono del sinsentido.
Talitha qumi
¡Toma mi mano!:
tiene la fuerza de la misericordia, la sanación que nace del amor.
No te rindas a los «diagnósticos» del mal,
de quienes «drogan» la vida y prometen inalcanzables «éxtasis».
Líbrate de «razones» interesadas que solo buscan su conveniencia,
«metiendo ruido» y «rasgándose las vestiduras» ante la mentira y falsa apariencia.
Talitha qumi
Que nadie te mate ni te robe la esperanza,
ni te suma en la desolación y el desconsuelo,
en esa postración donde todos los días son iguales,
donde ya no te atrevas a abrir tus ojos, contemplar las estrellas,
ni escuchar la risa de los niños jugando.
Talitha qumi
No llores más y que nadie llore ni se lamente por ti.
Porque yo, Jesús, soy la vida,
te doy mi vida, mi amor,
quiero verte caminar hacia la Casa de mi Padre,
erguida y fuerte, sin la tristeza y el pesar,
Talitha qumi
¡Ya, arriba, ánimo!
Quiero darte más vida y verdad, más amor y misericordia.
Y vosotros, «aguafiestas» de la vida, la alegría y la esperanza,
dejad de una vez vuestras «funestas orgías destructivas»,
vuestro plañir de «triunfos» a costa de la muerte de tantos y tantas inocentes.
La «niña» no está muerta sino dormida.
Únicamente necesita tu mano de misericordia tendida,
donde pueda asirse y ponerse en pie.
Luego, yo, Jesús, le daré el alimento que no perece,
el pan del amor hecho Eucaristía.
Talitha qumi
«Toma mi mano, levántate!
La vida necesita muchas manos para levantar y alentar
a tantos hombres y mujeres como están tristes, solos y abandonados.
Se impone un sí a la vida, llena de digna humanidad.
María Jesús Martínez
Querida Miren: Estoy de acuerdo en todo lo que dices y comparto también contigo la ilusión de poder llegar a reunirnos y celebrar y compartir una Eucaristía todos juntos.
Sería una experiencia muy bonita. Esta amistad de los grupos es algo muy especial porque nos une a todos en Jesús de Nazaret.
Un abrazo.
Gracias Mercedes, amiga:
Cuando habla el corazón, sale de muy adentro la Misericordia y también el sufrimiento. Entondes pienso que no nos está permitido claudicar, aunque a veces el camino sea inhóspito, esté lleno de miserias y traiciones.
Un abrazo y ¡adelante!
Mientras permanezcamos unidas-os en el amor de Jesús, sintiendo como él, con entrañas de misericordia, que díficil lo van a tener algunos-as.
Espero que un día no muy lejano, nos podamos reunir y conocer, tener una Eucaristía, compartida entre todos y todas. Pues que así sea.
Miren Josune
Hola Mª Jesús . Es una oración bien bonita y para pensar que El nos lo dice a cada momento… «A tí te lo digo, levántate» y levantarnos cada día ya ayuda a otros a levantarse.
GRACIAS