Les escribo desde una zona rural de El Salvador, desde el Bajo Lempa de Usulután. Algo así como la periferia (por ser zona rural) de la periferia (El Salvador en Centroamérica).
Aquí hemos logrado levantar cuatro Grupos de Jesús. Iniciamos un quinto pero se nos fue abajo en los primeros temas. El más adelantado va por el tema 35, otro en el 24, otros en 12 y el otro en el 6.
Ello mismo nos dice que han nacido y crecido en distintos momentos. Del primero surgió, por iniciativa de sus componentes, el tercero, pues nos reunimos los miércoles en la tarde y decidieron formar otro con jóvenes y otra gente el domingo en la tarde, cuando hay descanso de trabajos importantes.
Lo que yo descubro en estos grupos es:
El desconocimiento existente de Jesús como fuente originaria de nuestra fe cristiana en la tradición eclesial católica.
La fortaleza que les proporciona en su vida personal y de fe el encuentro con la palabra y los hechos de Jesús.
Se convierten en grupos misioneros para llevar las enseñanzas de Jesús y el evangelio a otras personas dentro y fuera de la comunidad católica.
Aprenden a defenderse de los ataques de pentecostalistas y fundamentalistas bíblicos que atacan sin piedad y con acusaciones del pasado a la gente católica.
Se crea un ambiente de participación que favorece otras participaciones en la comunidad eclesial local, tanto habladas como organizativas.
Se sienten felices de poder conocer de primera mano, por sí mismas y sí mismos, las fuentes de nuestra fe católica y viven con más alegría su pertenencia a la Iglesia.
Podría seguir, pero aquí lo dejo, como una comunicación fraterna en este aniversario de nuestro querido y admirado mártir por amor al pueblo y fidelidad a Jesucristo, monseñor Óscar Arnulfo Romero.
Ángel Arnaiz
Coordinador Grupos de Jesús del Bajo Lempa, El Salvador
Hola Angel. ¡Que alegría leer tu comentario y ver la vivencia de los grupos !
No cabe duda de que esto de los Grupos son un Regalo del Espíritu y una oportunidad maravillosa
Que sigamos perseverando en ello y agradeciéndolo
Un abrazo