EL ILEGAL
Me robaron, apalearon.
Casi muerto me dejaron.
Me encontró mi hermano.
Allí me dejó tirado.
Pensó: “Se lo ha buscado.
Le está bien empleado.
Siempre dio pasos en falso.
Mejor de aquí yo me largo”.
Y después un africano
inmigrante, un extraño
musulmán, acento raro,
sin papeles, el muchacho.
Ambulancia ha llamado.
Me atendió mientras tanto
y extremó sus cuidados.
Mi vida él me ha salvado.
Jesús Díaz Insúa
Grupo de Jesús – A Coruña