Glosario de palabras
BARCA
Representa a un grupo activo de seguidores orientado hacia la misión (Mt 14,22).
NOMBRE
Indica el ser de la persona: «Abran/Abraham = padre de muchos»; «Simón = Pedro = Piedra» (Mt 16,18); «Jesús = Yahvé salva»; «Emanuel = Dios con nosotros».
CORDERO
Es el animal que se sacrifica en la cena pascual (Éx 12-13). Víctima inocente, sacrificado por los demás.
Cristo es «el Cordero que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29).
SAL
Sugiere lo que pone sabor, purifica, vivifica (Mt 5,13).
«Todos seréis salados con fuego» (Mc 9,49).
«Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros» (Mc 9,50).
«Vosotros sois la sal de la tierra» (Mt 5,13).
VINO
Sugiere alegría, fiesta, convite, plenitud.
Es símbolo de la Nueva Alianza: «El vino nuevo en odres nuevos» (Mc 2,22).
«El vino de las bodas» en Caná es símbolo de la fiesta mesiánica (Jn 2,10).
El «vino nuevo» evoca la fiesta final: «No beberé de este producto de la vid hasta el día en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre» (Mt 26,29).
PALOMA
Evoca el Espíritu de Dios que «aleteaba» sobre las aguas (Gn 1,2).
Desciende sobre Jesús en su bautismo.
EL COLOR BLANCO
Sugiere el resplandor de Dios, la presencia de la luz divina.
Así resplandecen los vestidos de Jesús transfigurado (Mc 9,3); los vestidos del joven en el sepulcro (Mc 16,5); los vestidos de los hombres que hablan después de la Ascensión (Hch 1,10).
PAN
No indica solo el pan, sino que es símbolo de alimento.
Jesús es «Pan de vida». Pedimos al Padre «pan», esto es, todo lo que alimenta la vida.
CÁLIZ
Imagen que, casi siempre, indica una experiencia dolorosa: «Aparta de mí este cáliz» (Mc 14,36).
«El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?» (Jn 18,11).
«¿Podéis beber el cáliz que yo voy a beber?» (Mc 10,38).
SANGRE
En la sangre está la vida. Por eso, la sangre tiene un carácter sagrado (Lv 17,11-14).
La sangre, como la vida, solo pertenece a Dios. De ahí, su uso cultual en los sacrificios de Israel.
El pueblo asume la responsabilidad de la sangre de Jesús (Mt 27,24-25).
Jesús, en la última cena, ofrece su «sangre» (su vida) que será derramada por muchos, para la remisión de los pecados (Mt 26,28).
LA HORA
No se trata de una indicación cronológica sino del momento salvador de la muerte y resurrección de Cristo.
Juan emplea esta terminología constantemente: «Todavía no había llegado su hora» (8,20); «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre» (12,23); «He venido para esta hora» (12,27). «Sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre» (13,1).
Bibliografía
- Mateos y F. Camacho, Evangelio, figuras y símbolos. El Almendro, Córdoba 1992.
- G. Ravasi, La palabra y las palabras. El vocabulario de la Biblia para el hombre de hoy. San Pablo, Madrid 1999.
- X. León-Dufour, Vocabulario de Teología bíblica. Barcelona, Herder 2001.
José Antonio Pagola