Marcos 10,46-52
Llegaron a Jericó. Más tarde, cuando Jesús salía de allí acompañado por sus discípulos y por bastante gente, el hijo de Timeo, Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Cuando se enteró de que era Jesús el Nazareno quien pasaba, se puso a gritar:
—¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!
Muchos lo reprendían para que callara. Pero él gritaba todavía más fuerte:
—¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y dijo:
—Llamadlo.
Llamaron entonces al ciego, diciéndole:
—Ánimo, levántate, que te llama.
Él, arrojando su manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo:
—¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
—Maestro, que vea.
Jesús le dijo:
—Vete, tu fe te ha salvado.
Y al momento recobró la vista y le seguía por el camino.PRIMERA REUNION. 1. Acercamiento al texto evangélico
Situación de Bartimeo. Los discípulos y la gente se mueven acompañando a Jesús. Solo Bartimeo permanece inmóvil y al margen. ¿Con qué rasgos lo describe Marcos? ¿Qué nos dice la figura de este mendigo ciego, sentado junto al camino?
Actuación del ciego. Observa cómo reacciona ante la cercanía de Jesús. ¿Cómo se puede «enterar» un ciego de que Jesús pasa junto a él? Según el relato, el ciego se puso a «gritar»: ¿es lo mismo rezar que gritar? ¿Qué sientes ante el grito del ciego? ¿Has sentido alguna vez la necesidad de gritar algo parecido?
Reacción de Jesús. ¿Por qué se detiene? ¿Qué es lo importante para él? Los que antes querían marginar al ciego ahora le llevan la Buena Noticia de Jesús, ¿qué es lo que le dicen? ¿No necesitamos escuchar algo de eso?
Respuesta del ciego. Marcos describe los pasos que da el ciego para encontrarse con Jesús. ¿Los podemos señalar? ¿Qué podemos destacar en su actuación? ¿Su fe para acoger lo que le anuncian de parte de Jesús? ¿Su prontitud para liberarse de lo que le estorba? ¿La valentía de su «salto», a pesar de moverse todavía en la oscuridad? ¿Su necesidad de entrar en contacto con Jesús? ¿Necesitaremos hacer algo de esto para encontrarnos con Jesús?
«¿Qué quieres que haga por ti?». Jesús solo piensa en el bien del ciego. Cuando te relacionas con Jesús, ¿es eso lo primero que escuchas de él? ¿Qué imagen tienes de Cristo? ¿La de alguien que solo piensa en exigirnos? ¿Alguien que busca ayudarnos a vivir de forma más sana y plena?
«Maestro, que vea». El ciego sabe lo que necesita. ¿Ya lo sabes tú? ¿Es importante lo que pide? ¿Por qué?
La curación. ¿Qué nos parece lo más importante en este relato? ¿La curación que ocurrió hace dos mil años en las afueras de Jericó? ¿La transformación de Bartimeo en seguidor de Jesús? ¿La transformación que Jesús puede operar en nosotros?
2. Comentario: Reaccionar ante el paso de Jesús
Marcos narra la curación de un ciego llamado Bartimeo en las afueras de Jericó. Lo que más le interesa no es describir con detalle lo sucedido. Con ese arte tan propio de los evangelistas, Marcos hace del relato una catequesis extraordinaria para animar a quienes viven «ciegos» a abrir sus ojos, salir de su indiferencia y tomar la decisión de seguir a Jesús.
Por eso este relato nos va ayudar a conocer un poco cómo era Jesús con los enfermos y necesitados que encontraba en su camino, pero sobre todo nos puede llamar a reaccionar ante su paso por nuestra vida. Sin una decisión personal de seguir a Jesús no nos servirá de mucho hacer este recorrido en grupo.
Jesús sale de Jericó acompañado por sus discípulos y por bastante gente. En Jericó comenzaba el último tramo de la subida a Jerusalén. Como es natural, no faltan mendigos, enfermos y gentes desgraciadas pidiendo ayuda a los grupos de peregrinos que pasan por el camino.
Marcos se fija en uno. Se llama Bartimeo. Lo describe intencionadamente con tres rasgos. Es un mendigo «ciego»: vive en tinieblas; no puede ver el rostro de Jesús; nunca podrá peregrinar a Jerusalén. Está «sentado»: a oscuras no se puede caminar; se pasa el día esperando, inmóvil, la ayuda de los demás; no puede seguir a Jesús. Está «junto al camino», fuera de la ruta que lleva Jesús; al margen de su camino.
¿No nos reconocemos de alguna manera en este mendigo? Cristianos «ciegos», de fe apagada, sin ojos para mirar la vida como la miraba Jesús. Cristianos «sentados», instalados en una vida más o menos cómoda, acostumbrados a vivir de manera rutinaria nuestra religión, cansados de nosotros mismos, sin fuerza para seguir a Jesús. Cristianos situados «fuera del camino» de Jesús, sin ponerle a él como meta, horizonte y guía de nuestra vida.
A pesar de su ceguera, el ciego «se entera» de que está pasando Jesús. No ve nada, pero percibe su paso. Intuye que Jesús le puede curar. No puede dejar escapar la oportunidad y se pone a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Algunos le reprenden para que se calle y deje de molestar. Pero él grita todavía con más fuerza: «Ten compasión de mí». Él no puede darse a sí mismo la vista. Necesita a Jesús.
Esta oración humilde, incansable, repetida una y otra vez con fuerza, desde lo más hondo del corazón, va a ser el comienzo de su transformación. Jesús no pasará de largo. ¿Podremos crear en este grupo la misma actitud de Bartimeo ante el paso de Jesús por nuestras vidas?
Al escuchar su grito, Jesús «se detiene». Un ciego le necesita: todo lo demás ya no tiene importancia para él, ni siquiera la peregrinación a la ciudad santa. El ciego no debe de estar tan cerca, pues Jesús pide a los que lo acompañan que le llamen. Si caminan con Jesús tendrán que aprender a no sentirse molestos por los gritos de los que sufren, sino a colaborar con él para aliviar su sufrimiento.
Los enviados por Jesús le comunican al ciego la mejor noticia que puede escuchar en estos momentos: «¡Ánimo! Levántate, que te llama». En primer lugar le infunden «ánimo», poniendo una esperanza nueva en su vida. Luego le invitan a «levantarse» y acercarse a Jesús. Por último le recuerdan que no está solo: Jesús lo está «llamando». ¿No es esto lo que estamos necesitando escuchar de Jesús? ¿No es esto también lo que muchos hombres y mujeres de hoy están necesitando escuchar de los seguidores de Jesús?
El ciego actúa con prontitud. «Arroja el manto», que le servía para recoger la limosna, pero que ahora le estorba para encontrarse con Jesús. Aunque siempre se ha movido a tientas, ahora «da un salto» decidido y «se acerca» a Jesús. Su actuación es ejemplar. ¿No necesitamos también nosotros liberarnos de estorbos y esclavitudes, dejar a un lado cobardías y vacilaciones, y tomar la decisión de acercarnos a Jesús y ponernos delante de él?
El relato culmina con un diálogo breve, pero de profundo significado. Jesús se dirige directamente al ciego: «¿Qué quieres que haga por ti?». Así es siempre Jesús: regalo, gracia, salvación para quienes lo necesitan. El ciego no tiene duda alguna. Sabe lo que tiene que pedir: «Maestro, que vea». Es lo más importante. Si ve a Jesús y recibe de él la luz para vivir, todo cambiará. Jesús le dice: «Vete, tu fe te ha salvado». El evangelista no menciona ningún gesto ni orden de curación por parte de Jesús. Lo que salva al ciego es su adhesión a Jesús y su confianza en él. ¿No este contacto curador lo que necesitamos nosotros?
Marcos termina su relato con estas palabras: «Al momento recobró la vista y le seguía por el camino». En ellas nos ofrece la clave para leer su relato como una catequesis. Al comienzo del relato, Bartimeo era un mendigo «ciego»; ahora, al contacto con Jesús, «recobra la vista». Estaba «sentado» y ahora le «sigue» a Jesús como Maestro. Estaba «junto al camino», pero ahora le sigue «por el camino».
SEGUNDA REUNIÓN. 3. Conversión personal
- ¿Vivo «ciego» o veo la vida y miro a las personas a la luz del Evangelio? ¿Estoy «sentado», instalado en una vida más o menos cómoda, viviendo mi religión solo por costumbre o tradición? ¿Estoy «fuera del camino», lejos de Jesús?
- En este itinerario que estamos comenzando, Jesús pasará junto a mí. ¿Qué puedo hacer para enterarme de su paso? ¿Le pediré a gritos compasión? ¿Abriré bien mi corazón para escuchar su llamada? ¿Haré un esfuerzo para liberarme de las resistencias que me impiden encontrarme con él? ¿Puedo escribir unas líneas para recordar más adelante mi compromiso?
- Conversación con Jesús. Siente a Jesús que está pasando por tu vida. ¿Qué quieres gritarle?
4. Compromiso en el proyecto de Jesús
- ¿Cómo vemos a los cristianos de nuestras parroquias y comunidades? ¿Cristianos «ciegos», de fe apagada, que no sabemos mirar la vida como Jesús? ¿Cristianos «sentados», instalados en una religión rutinaria y cómoda, sin fuerzas para seguirlo? ¿Cristianos «fuera del camino» de Jesús, desorientados, sin saber cómo encontrarnos con él? Comentamos entre todos lo que vemos de positivo o negativo.
- ¿Cómo capta la gente el mensaje actual de la Iglesia? ¿Como un mensaje de aliento que invita a vivir con dignidad y esperanza? ¿Por qué se aleja tanta gente de la Iglesia? ¿No se encuentran en ella con Jesús? ¿No pueden escuchar su mensaje?
- ¿Nos sentimos en este grupo enviados por Jesús a llamar a alguien en su nombre? ¿Hay alguien en nuestra familia, en nuestra parroquia, en nuestro entorno… a quien nos podemos acercar para decirle de alguna manera: «Ánimo. Levántate. Jesús te está llamando»? ¿Nos comprometemos a dar algún pequeño paso antes de la próxima reunión?
5. Sugerencias para la oración
- En un clima de silencio, una persona del grupo nos dirige a cada uno las palabras de Jesús: «Maribel, ánimo, levántate, Jesús te llama», «Paco, levántate…». El interpelado responde: «Jesús, ten compasión de mí».
- Después de hacer silencio, una persona del grupo pronuncia despacio las palabras de Jesús: «¿Qué quieres que yo te haga?». Después de un silencio un poco más prolongado, los que así lo deseen pueden expresar en voz alta lo que quieren y esperan de él: «Que vea… que no deje escapar esta oportunidad… que me des fuerza para…».
- Para orar en el silencio del corazón:
Jesús, tú tienes una llamada
para todos nosotros.
Por eso, prepara nuestros corazones
para que podamos descubrir
lo que esperas de cada uno de nosotros.H. Roger de Taizé
- Podemos meditar en silencio esta oración:
Aquí estoy, Señor;
como el ciego al borde del camino,
cansado, sudoroso, polvoriento;
mendigo por necesidad y oficio.
Pasas a mi lado y no te veo.
Tengo los ojos cerrados a la luz.
Costumbre, dolor, desaliento…
Sobre ellos han crecido duras escamas
que me impiden verte…
¡Ah, qué pregunta la tuya!
¿Qué desea un ciego sino ver?
¡Que vea, Señor!
Que vea, Señor, tus sendas.
Que vea, Señor, los caminos de la vida.
Que vea, Señor, ante todo, tu rostro,
tus ojos, tu corazón.F. Ulíbarri
Banco de oraciones
En este enlace tienes a tu disposición oraciones que han compartido Grupos de Jesús y otras personas, tras reflexionar y meditar este tema 2. Esperamos que te ayuden a profundizar en tu propia oración o en la de tu grupo.
Material de profundización
En este enlace tienes a tu disposición una serie de comentarios breves e ideas sueltas que se ofrecen como ayuda para profundizar en el tema 2 de Grupos de Jesús.
Te sugerimos que los leas y medites una vez que hayas trabajado el tema, de modo que estas ideas y reflexiones compartidas no condicionen tu propia reflexión y apropiación del Evangelio.
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
En el Grupo Virtual de Jesús 37 hemos terminado de reflexionar sobre el Tema 2 de Grupos de Jesús y os compartimos algunos de nuestros aprendizajes.
Señor Jesús, que sigues pasando por los caminos hoy día, haciéndote el encontradizo con los que a veces nos quedamos ciegos por las circunstancias de la vida, concédenos ver con tu mirada, danos la gracia de poder comunicar a otros tu llamada y mantennos firmes como comunidad en el camino que pretendemos recorrer contigo. Amén. (Carmen)
Este evangelio me lleva a pedir que siempre esté atenta al paso de Jesús, como Bartimeo. A tener humildad para rogarle que tenga compasión de mi, por mi debilidad, que pueda soltar todo lo que me aparta de Él, y pedirle que solo Jesús sea mi luz. Y al igual que los apóstoles, poder dar ánimo al que lo necesita para que sepa que Jesús le llama. (Conchita)
Este evangelio muestra el Jesús compasivo, el que está atento a quien lo necesita, el que escucha a todos sin distinción, el que se preocupa por el mendigo y le presta su atención, a pesar de que muchos de los seguidores intenten callarlo. (José)
Señor, dame el coraje y el deseo de los humildes, como Bartimeo. El coraje de gritar e ir hacia ti tambaleante, insegura, vulnerable. El deseo de conocer y vivir esa nueva vida contigo y con los demás compañeros y compañeras de camino. (Marian)
¡Tantas veces he buscado como Bartimeo, y tantas otras me he distraído! El evangelio de este mes me ha sido un consuelo, me he aferrado a esa promesa: Ánimo, que te llama. Mi oración es en silencio, confiando y agradeciendo esa promesa. (Néstor Hugo)
Este segundo tema me deja dos certezas: Una, la importancia del deseo de Dios, el deseo de ver, de no vivir ciego y deshumanizado. Le pido a Dios que alimente ese deseo en mí. Y otra, la fuerza de la compasión. Jesús me enseña que la compasión es la que sana los corazones y alimenta nuestra alma. Es vida y luz. (Rafael)
Señor Jesus, mi amado, es tan hermoso seguirte, pensar mas en ti y sentir tu presencia, eres mi tesoro, la luz para mis ojos, la vida para mi vida. (Sandra)
Lo que más me transmite este evangelio es el sentir el llamado de Jesús, que me alienta y me llama a compartir su amor, recordándome que la única manera de crecer y crear una fe verdadera, es cuidándola y regándola constantemente, pues es así la única manera en la que puedo vivir viendo y encontrando a Jesús en todas las cosas que suceden en el día a día. (Saulo)
Bartimeo me dice como ser un seguidor de Jesús. Él representa la ceguera de muchos y expresa cuáles son las condiciones para seguir a Jesús en su camino: amor incondicional, renuncia a los bienes materiales, servicio hacia los demás sin condiciones. (Susana)
Señor, con qué facilidad quedo al borde del camino, en la orfandad en que me siento y a la intemperie en la que me siento desprotegida, sin embargo, ahí está tu Gracia, en el recodo del camino próximo, en la posibilidad que tengo de llamarte si tomo coraje, en la audacia que tome de dejar mi aparente confort y salir a tu encuentro… Que nunca me falte tu Gracia, que nunca desprecie la fe que me regalas, tan solo por Amor. (Teresa)
Grupo Virtual de Jesús 37
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Compartimos con todos vosotros, vosotras, algunos de los pensamientos y reflexiones que nos han surgido como fruto de trabajar el segundo tema de Grupos de Jesús.
En la actualidad se vive una ceguera hacia todo, se ha normalizado la violencia, los conflictos entre naciones, una vida visceral en donde existe ceguera ante el dolor de personas cercanas (vecinos, familiares, amigos) para mantenerse al margen y no involucrarse, el panorama no se torna fácil. Sin embargo yo creo que si intentamos pensar en cómo sería la respuesta de Jesús ante este día a día, la respuesta es sencilla: Él siempre ha estado presente y en ocasiones lo hemos colocado en segundo nivel y no se rinde a pesar de que lo ignoramos. Así que me parece que busquemos su presencia en todo lo que nos rodea, que agudicemos nuestros sentidos para encontrarlo, ya sea con oración, con un saludo, con la llamada de un amigo o con alguna persona que se acerque a nosotros y dejemos de hacer todo contra reloj; si nos tomamos el tiempo para orar, para escuchar, para mirar entonces dejaremos de ser ciegos. (Ana)
Es fundamental abrir nuestro corazón y estar dispuestos a escuchar la voz de Jesús en nuestras vidas. (Conchita)
Gracias Señor por mostrarme que soy ciego ante ti y que necesito de tu ayuda y salvación, para dejar atrás, valientemente, mi manto de certezas y comodidades para luego seguirte y servir a los demás. (Enrique)
Bartimeo somos todos nosotros, pobres de espíritu, que precisamos que Jesús nos ilumine, y cuando presentimos que pasa cerca, nuestro corazón pega gritos: ¡Señor, ten compasión de mí! (Estela)
Bartimeo quería ver y por propia decisión se comprometió a seguir a jesus cuando obtuvo lo que mas deseaba. Me comprometo por mi deseo mas sincero de seguir a Jesucristo en las diversas situaciones de mi dia a dia y con las personas que tenga en mi camino. (Jesús)
Es fundamental abrir nuestro corazón y estar dispuestos a escuchar la voz de Jesús en nuestras vidas. Esto puede implicar dejar de lado nuestras resistencias y prejuicios, y estar abiertos a su voluntad. En nuestra conversación con Jesús, podemos expresar nuestras necesidades, alegrías, preocupaciones y deseos más profundos. Podemos gritarle con honestidad lo que sentimos en nuestro corazón y confiar en su compasión y amor infinitos. (Ady)
Jesús da la vista al ciego Bartimeo y él dejándolo todo le siguió. Puesto que Él nos envía como testigos y mensajeros del Reino, yo también quiero seguirle, me pongo ante Él y le pido que vea, que vea a su manera, que me preste su mirar para que aprenda de sus valores, de sus actitudes, de su proceder ante la realidad de hoy. Una mirada compasiva, misericordiosa, cariñosa, comprensiva, tolerante y llena de amor gratuito ante la realidad cotidiana. (Mary Carmen)
Solo pido a Dios me ayude a dejar de lado mi ceguera y que vea y sienta a Jesucristo vivo, al lado mío, al costado mío, a la par mía, caminando juntos en el tránsito de mi vida, para poder así transitar más liviananente, sin ataduras ni apegos superfluos que entorpezcan mi andar y me separen de Él, fuente de toda razón y amor. (María Rosa)
Jesús me elige, me llama y me ofrece ayuda … quiero dejar mis mantos y decidida, seguirlo por el camino. (Maricel)
La mirada de Jesús es la que necesitamos los cristianos de hoy, una mirada compasiva y misericordiosa que nos vuelva más sensibles a la realidad, que nos impulse a actuar de manera efectiva en comunidad, que nos inspire a seguir el proyecto de Jesús. Una mirada que nos ayude a descubrir la presencia de Dios en medio del dolor y la injusticia, que nos anime a ser agentes de cambio y de transformación, que nos haga ver a cada persona como un hermano o una hermana, como un hijo o una hija de Dios. Una mirada que nos haga más humanos y más cristianos. (Mario Antonio)
La curación de Bartimeo es una muestra DE que Dios no desea el sufrimiento de las personas, me recuerda que Él siempre está pasando por el camino de mi vida atento al llamado (grito) que le haga. Bartimeo me recuerda la actitud que siempre debo asumir al reconocer mi fragilidad, pero con la esperanza y confianza puesta en Jesús. En este sentido me invita a hacer la experiencia de sentirme amado por Dios, quien me devuelve la «mirada» para ver desde la Buena Noticia de Jesús y como Bartimeo seguirlo. (Rubén)
Creo que lo más importante es lo que Jesús desea obrar en nosotros, abrirnos a la novedad de otra forma de ver a los hermanos y de vernos cada uno a nosotros mismos. (Silvia)
Grupo Virtual de Jesús 36
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Os compartimos algunas de nuestras reflexiones en torno a este segundo tema de Grupos de Jesús y os deseamos un feliz 2023.
Gritar desde el interior y saber escuchar los gritos desde los demás
Bartimeo no puede moverse porque no ve, se siente marginado o excluido, vive una vida muy triste, sin sentido ni motivación, pero cuando oye ruido y le dicen que es Jesús, se pone a gritar: “ten compasión de mí”.
Bartimeo tiene el deseo de llamar a Jesús y clamarle desde lo más profundo de su ser, desde su interior. La insistencia del ciego en llamar a Jesús muestra que lo necesita de verdad. Se siente una persona desahuciada y sola, abandonada de todos que pasan indiferentes por su lado, con problemas que le han superado, o tan bloqueado que no sabe cómo actuar.
Quizá nosotros también estemos atados por nuestras preocupaciones, miedos y comodidades, deseando sentir que alguien entienda por lo que estamos pasando y nos ayude a sobrellevarlo. En la oscuridad, en el abandono, dejados al margen de la vida, en una espera silenciosa y oscura, como tantos otros, esperando, excluidos y en el margen.
Nos hemos sentido también en la necesidad de gritarle a Jesús, “ten compasión de mí”, en los momentos de dificultad, cuando los problemas nos han agobiado, cegado, inmovilizado y nos han impedido ver a Jesús que pasaba a nuestro lado. Creemos que al ciego lo cura la fe en Jesús y es lo único que nos puede salvar y dar el paso para acercarnos y llevarnos de nuevo al camino para seguir a Jesús.
Casi todos coincidimos en que la comodidad en nuestras vidas y el centrarnos en nuestros propios problemas nos dificulta mucho para ponernos en el “camino”, y también en que la pasividad nos arrastra a mantener ritos o tradiciones que no alimentan demasiado nuestra Fe.
La oración y el silencio nos ayudan a acercarnos a Jesús y a imitarle en su atención permanente por los demás, estando pendientes de las necesidades del otro, estando abiertos a los imprevistos que nos trae la vida.
Nuestra oración
Señor, queremos pasar a la acción y ser “Iglesia en salida”.
Por eso, te pedimos que nos des fuerza para trasmitir tu mensaje
y aportar esperanza en nuestro entorno,
a pesar de reconocernos impotentes en muchos casos,
por nuestra debilidad y por la de los demás.
Señor, queremos mantenernos en este compromiso
de ayudar y de ser útiles a los demás,
y que, al vivirlo en grupo, nos animemos unos a otros
para perseverar en nuestro propósito.
Conchi, Francisco, Gela, Jesús Adrián, John Charlest,
Juan José, María, Valle, Meire Ana, Paula Andrea y Royland
Grupo Virtual de Jesús 33
Estimados amigos de Grupos de Jesus:
Somos el Grupo Virtual de Jesús 32 y compartimos con vosotros nuestra reflexión sobre el Tema 2.
Viviendo las incertidumbres con confianza en Jesús
Muchas veces estamos ciegos, preocupados por nosotros mismos, deslumbrados por los destellos del día a día, sumergidos en la oscuridad de la rutina diaria, y olvidamos mirar con los ojos de la fe. A los cristianos se nos ve “sentados” en el pasado, con el habitual relato “siempre se ha hecho así”. Por eso muchos se van y provocan que otros no se integren, no se adapten al mensaje genuino de Jesús.
Como insistía Bartimeo, también nosotros podemos insistir a través de la oración. Si somos conscientes, podremos salir de las tinieblas en las que caemos del lado del camino y seremos capaces de seguir a Jesús, que es la verdad, el camino y la luz del mundo.
Debemos estar atentos para que nuestra mirada no sea una “vista ciega” distraída por muchas cosas y para poder escuchar y responder a su llamado. Era fácil para Bartimeo saber que lo que quería era ver. Lo más difícil para nosotros es descubrir que queremos seguirlo, creer en Él y por eso nuestro clamor interior es «Señor, permítenos estar a tu lado» para seguirte como Bartimeo, que tu espíritu esté en nuestra mente y en nuestro corazón, para renovarnos, y abandonar todo lo que nos impide imitarte.
Lo mejor es cuando en medio de la oscuridad, quizás sin esperanza y sin amigos, aparece Jesús, el que siempre transforma nuestra realidad; mi realidad. Bartimeo no dudó cuando supo que Jesús había enviado por él: “Ánimo, levántate. Él te llama”, saltó y dejándolo todo, corrió hacia Jesús que escuchó su angústia y respondió a su pedido.
Ir al encuentro de Jesús es acercarnos a Él sin ninguna duda de que Él nos salva, y esta salvación está en la fe, en la certeza, de que Él siempre está, siempre estará. La imagen de Cristo es TODO EN TODO, por Él nos movemos y existimos y a Él le debemos todo. Soy muy feliz viendo día a día como DIOS me ama, me cuida, me protege y guía mis pasos….
Vivir la fe en esta pequeña comunidad eclesial
Como comunidad eclesial, generalmente nos acercamos los domingos al templo para celebrar la Eucaristía y recibir orientación espiritual, y nos quedamos “a la vera del camino”. Sin embargo, nuestra verdadera misión es seguir a Jesús, día a día, lo que implica un compromiso vital de acercamiento, de conocimiento y de abandono en Jesús, en la persona del prójimo, porque Jesús nos llama en las personas más desfavorecidas. Esperamos poder seguir ayudando a otras personas que sufren el flagelo de la ceguera del alma (depresión), para que encuentren en Jesús, esperanza y nuevas fuerzas para continuar el “camino”.
Nuestra oración
Jesús, hijo encarnado en el amor de Dios Padre,
que nos trajiste la palabra para caminar hacia la tuya y nuestro ABBA.
Llena de amor divino el corazón de este grupo de tus hijos
y cura la ceguera que nos impide tu amor.
Abre nuestros ojos a este mundo lleno de dolor,
y danos el coraje de vivir cada día como tú lo hiciste,
compartiendo tu amor, llamando a otros a seguir tus pasos.
Como Tú, que nuestro caminar esparza amor, fraternidad, bondad,
dejando una estela de amor, transformando el aquí y ahora en Tu Reino.
Gracias Jesús por ser nuestro amigo.
Adelino, Ana María, Daniel, Dora, Eduardo, Guillermo, Lucía, Mario, Nancy y Wolfi
Grupo Virtual de Jesús 32
Hola amigos, amigas de Grupos de Jesús. Compartimos la reflexión de nuestro GVJ 31 sobre este tema:
Tema 2. ¡Ánimo! Levántate. Te está llamando. Marcos 10,46-52
El poder de la relación directa con Jesús.
Registramos el impacto de vincularnos directamente con Jesús, sin la intermediación de las explicaciones que acostumbramos a recibir a través de las homilías que escuchamos o repitiendo las oraciones aprendidas. Queremos ser ese Bartimeo que hasta se atreve a gritarle a Jesús y estar siempre atentos a su paso, porque no siempre estará precedido por tanto barullo.
En el diálogo diario le podemos mostrar nuestra vulnerabilidad más extrema porque contamos con su compasión, con su perdón y con su amor incondicional.
El poder de la fe.
Bartimeo creyó sin ver, seguramente todo lo que había escuchado sobre la vida de Jesús- tan disruptiva para su cultura- alimentaron su esperanza de Vida Nueva. Qué fuerte sentir con él: «Tu fe te ha salvado».
Las palabras «¡Ánimo!, «¡Levántate!»¡Te llama!» nos resultan claves para vivir en esta época en la que los conflictos e incertidumbres parecen desbordarnos. A Jesús le pedimos «ver» la realidad con los «ojos de la fe» porque el curso de toda historia es en definitiva un misterio.
Aprender a escuchar.
El texto evangélico nos muestra que Jesús siempre está dispuesto a respondernos con misericordia porque para El somos importantes, nada de lo nuestro le resulta pequeño, molesto o demasiado grande, Jesús se va a detener para escuchar nuestro clamor o para acompañarnos en nuestros sufrimientos.
Comprendimos que la actitud de Jesús frente a la escucha ha de ser también la nuestra; asumiendo todas nuestras limitaciones debemos atender las necesidades de los otros con sincera apertura fraterna, acompañar a otros en la tristeza, en la desesperanza, en cualquier necesidad. El manto que deja caer Bartimeo evocó nuestra aspiración a soltar comodidades, egoísmos, vacilaciones y todo lo que perturbe nuestra disponibilidad.
Una comunidad que apoya.
Agradecemos al Señor que ponga en nuestro camino a hermanos que compartan con nosotros los «talentos» que el Padre les entregó para hacerlos fructificar en oportuna ayuda, esos hermanos que van a buscarnos a la cuneta en la que a veces caemos.
Entendemos que ser discípulo es algo más que «seguir el camino», es sentir que nos quema por dentro el compromiso de responder a la manera de Jesús, porque es un camino que no puede transitarse como con «anteojeras» o haciéndonos los sordos o como si sólo importara nuestro propio avance. Somos nosotros instrumentos de Jesús para amar, levantar y llamar por nombre propio a otros Bartimeos.
Jesús nos quiere libres.
Así como Jesús invitó a Bartimeo a expresar lo que necesitaba, percibimos que El también confía en que a medida que el vínculo se va construyendo avanzaremos en discernimiento para detectar nuestras debilidades y así pedir la ayuda que necesitamos. Confiamos en el poder de su cercanía.
Para meditar:
Que sienta, Señor, cuando me instalo en la indiferencia
o en la búsqueda de mis propias seguridades
para que tu palabra ilumine el camino
que me invitás a transitar.
Te agradezco, Señor, que aprenda de tu actitud de servicio
y crezca en mi capacidad de discernimiento.
Quisiera ver con los “ojos del corazón”
para así encontrar la luz, la paz
y la confianza absoluta en tu amor incondicional.
Cecilia, Dardo, Gloria, Jesús, Juan José, M.ª Agustina,
Cristina, M.ª Victoria, Nilda, Olga, Pedro y Teresa
Grupo Virtual de Jesús 31
¡Qué hermoso descubrir de un modo nuevo esta palabra que surge de la reflexión y contemplación comunitaria!
Dios hace nuevas todas las cosas.
Gracias a cada uno por su riqueza personal.
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Somos el GVJ 30, hemos concluido el tema 2. Hemos iniciado esta experiencia 12 personas, por diferentes motivos ahora somos 8 integrantes, rogamos a Dios nos dé la oportunidad de seguir juntos para los próximos temas y actividades. Presentamos aquí nuestra aportación tras terminar el Tema 2 de Grupos de Jesús.
La ceguera de los tiempos modernos nos inunda
Ante el avance de la modernidad y la tecnología, la iglesia en España ha retrocedido y parece “haber pasado de moda” existe mucha inercia, en América Latina la fé tiene mayor intuición y está mas arraigada a la vida de las personas. Sin embargo, existe la falta de creer en el mensaje de Jesús y arriesgar por Él. Estamos ciegos y no podemos captar en su totalidad el misterio de Jesús, por ello el proceso de conversión a Jesús es permanente.
La Iglesia está en plena limpieza, está como esas grandes casas antiguas, donde algunas partes hace años que no se habita, no se ordena, no se renueva, no se airea, y claro, de repente queremos recibir a muchos que no la conocen, y cuando hacemos una revisadita vemos que o renovamos y ordenamos o la entrada será tan limitada que no querrán volver. y hay que sentirse cómodo de ofrecer todo en libertad, acoger a los de afuera y a los de adentro con alegría, sin esconder nada.
Jesús tú pasas por mi lado cada día, cada mañana a través de la Palabra, de la Eucaristía, de mis hermanas de comunidad, del trabajo diario que me toca atender… pasas y a veces me encuentras distraída sin capacidad de gritar nuestra necesidad de compasión… pasas y a veces me encuentras en movimiento, pero un movimiento afanado que no me da paz; pasas y a veces me encuentras con el deseo y la disposición de acoger tu mirada, tu voz, tu luz.
Sin embargo, en cada etapa de la vida uno va transitando, descubriendo y puliendo su propia fé, esas cegueras temporales nos ayudan también poner en práctica la voluntad. Pero cuando logramos escucharlo y nos dice “Ánimo”, recobramos fuerzas para seguir en su camino, junto a la comunidad que me toque, en el lugar que me toque, Cristo es mi fuerza y me da todo lo que deseo con tan solo pedirlo con fe.
Estar preparados para el encuentro con Jesús. ¿El evangelio puede ser el camino?
Quiero acercarme a Jesús, ser su discípulo, pero en cuanto llega la hora del compromiso, de la entrega, entonces siempre surge algo que reclama mi atención y me echa para atrás. En ocasiones, hay algo en mí que me impide percibir el paso de Jesús. Creo que todos los que entramos en la casa de Dios, tenemos una misma necesidad: la de «encontrarnos» con Jesús.
El contacto con el evangelio hace que éste nos interpele, nos transmita un sentir nuevo, que nos impulsa a la misericordia y compasión con el reflejo en Jesús.
Para enterarnos del paso de Jesús, debemos estar preparados, parte de ello es la confesión para estar en gracia de Dios, asistir a misa y escuchar con atención el evangelio, ayudar sin cansarnos (esto decía Santa Rosa de Lima), todo esto nos prepara y nos hace estar a la expectativa.
Nos sentimos llamados y comprometidos desde este mensaje a orientar a otros hacia la persona de Jesús, ser ese instrumento para que pueda sentir que el Señor le llama, le sana y le espera, hacerlo de manera sencilla, sin fanatismo ni buscando protagonismo ni auto referencialidad.
Como GJV 30 hacemos nuestro el compromiso de uno de sus integrantes: “mi compromiso, como pequeño paso antes de la próxima reunión, si Dios así lo permite; será mi continuidad en este hermoso Grupo Virtual de Jesús”.
Oramos juntos. En Tus Manos Estoy
Voy caminando por el mundo
enfrentando los desafíos
que se presentan y que en ocasiones
son amenazas para perderme y caer.
Me veo andando con temor e inseguridad
porque los engaños siempre están. Oh DIOS mío
líbrame de estas amenazas que pretenden alejarme
de TI y perderme en el camino.
Ayúdame SEÑOR a obrar correctamente y
a tener claridad en mi andar, de manera
en que yo obre y haga siempre lo correcto
lo grato y agradable a Ti, que mis obras
edifiquen y construyan para bien de todos.
Tómame en tus manos y llévame por la senda
que debo andar, haciendo el bien y obrando
correctamente para alcanzar la Santidad y con ella
lograr la Salvación de mi alma.
Bendito seas por siempre
Dulce Amor mío.
Amen.
Alfonso, Amparo, Carlos, Enzo,
Javier, Margarita, Nora, Paola
Grupo Virtual de Jesús 30
SOMOS EL GVJ_29-B y compartimos nuestra reflexión de este segundo tema.
Todos hemos estado ciegos porque, muchas veces, las circunstancias de la vida y del mundo nos abruman y no nos permiten ver la luz que solo viene de Dios. Esto hace que nos sintamos perdidos porque caminamos entre tinieblas, afianzándose en nosotros los miedos, las inseguridades, las frustraciones y las angustias.
Solo el encuentro con Jesús puede renovar nuestra vida, disipando las tinieblas y ese encuentro se da mediante el acercamiento al Evangelio que nos permite tomar conciencia de nuestra ceguera, resistencias, esclavitudes y poder ver la vida como Jesús; así aprender a escuchar los gritos de los más necesitados, de los excluidos e ignorados y hacer triunfar la justicia.
Durante años se nos habló de un Dios castigador que solo estaba pendiente de nuestras faltas y la Iglesia, no solo predicaba la existencia de este Dios, sino que se mantenía ajena al sufrimiento y carencia del mundo en general. Afortunadamente, ha habido sacerdotes que nos han hecho ver que Dios es amor, que no debemos instalarnos a la vera del camino, en la comodidad que las superficialidades del mundo nos ofrecen, y estar atentos porque el Señor pasa todos los días por nuestras vidas.
Muchas veces, la oscuridad es necesaria para el encuentro con Jesús que es la luz del mundo y quien nos espera, día a día, como Padre, hermano, amigo amoroso que es.
ORACIÓN
Señor Jesús,
escucha nuestras súplicas y cúranos de la ceguera que no nos permite ver
tu paso por nuestra vida y el resplandor de tu luz
que nos hace ver claramente tu verdad y tu amor infinito.
Ayúdanos a escuchar el clamor de los más necesitados
y, como tú lo hiciste con Bartimeo, acudamos a su llamado con el corazón rebosante
de amor fraterno y de misericordia.
hola que hermosas reflexiones me encantaría pertenecer a un grupo.
Hola Luz Alicia. Si deseas pertenecer a un grupo, puedes considerar la convocatoria para crear un nuevo Grupo Virtual de Jesús. Tienes la información al inicio de la web, y en este enlace: https://www.gruposdejesus.com/tercera-convocatoria-2022-gvj/
Si lo que quieres es participar en un grupo que se reúna presencialmente, tienes que escribir al formulario de contacto, especificar país y ciudad donde vives, de modo que veamos si hay algún grupo en dicha ciudad con quien poder contactarte.
Un saludo.
Queridos amigos, amigas de Grupos de Jesús. Somos el Grupo Virtual de Jesús 29 A. Compartimos nuestra reflexión de este segundo tema.
Jesús le dice a Bartimeo y a nosotros: “Ánimo, tu fe te ha salvado”
La fe profunda de Bartimeo nos recuerda, cuanto debemos seguir trabajando en alimentar y fortalecer nuestra fe en Jesús. Sentimos muchas veces nuestra vivencia de fe, estancada y gris; realizamos las prácticas religiosas casi más por costumbre… Somos conscientes, sin embargo, nos queda claro que no basta. Sentimos nuestra relación con Jesús congelada y fría, hemos dejado de degustar, de vibrar por su persona. ¿Cuáles son las resistencias que pongo para no dar ese salto de Bartimeo?
Durante muchos años hemos vivido ciegos, apartados en el camino, a un lado, viendo pasar a la iglesia a nuestro lado, sin tener curiosidad por conocer a ese Jesús que, desde pequeños, nos han trasmitido en nuestra educación familiar. Vivimos «la religión» como un acto social, sin sentirnos parte de la Iglesia, dejándonos llevar por los acontecimientos sociales y tradicionales, sin vivir y personalizar nuestra propia Fe.
El primer objetivo, simple y sencillo, es seguir a Jesús. Es una decisión personal. Puedo hacerlo o no, levantarme y ponerme en marcha detrás de él y caminar junto con los demás seguidores. ¿Quiero hacerlo?, ¿Quiero salir de la comodidad en la que estoy instalada? ¿Quiero encontrarme con el dolor del otro? A veces, nos sentimos cómodamente sentados en el margen del camino, viendo pasar a los demás y frecuentemente criticarlos sin ser parte de ninguna solución. Jesús nos reclama otra cosa. Queremos oírle. ¿Podremos hacer que Jesús no pase de largo y se quede en este grupo? Y no sólo que se quede, sino que nos empuje a levantarnos cada día y a caminar. El creyente es aquel que no puede dejar de caminar.
Nuestra fe, hemos de vivirla personalmente y en comunidad. Pero no es fácil encontrar, desgraciadamente, en nuestra iglesia grupos en los que puedas vivir y expresar tu manera de ser, por ejemplo, expresar tu homosexualidad con libertad… En este grupo queremos despertar de nuestro aletargamiento, de las comodidades y privilegios que suponen un tipo de iglesia y entre todos, optar por la verdadera iglesia de Jesús, de las periferias, de la compasión, del amor y el respeto hacia la persona.
La iglesia institución en la actualidad muchas veces, se encuentra vacía, sin ilusión, oscura y silenciosa. Pocas personas están por vocación realmente. Sin iniciativa y sin ganas de construir. Así, no se puede trasmitir la palabra de Jesús, ni su alegría… Somos testigos, mensajeros de la buena nueva, pero a nuestro alrededor tenemos muchos ciegos que no quieren abrir los ojos para ver. Por desgracia, hay muchos cristianos/as ciegos, sin capacidad de VER con la manera con que miraba Jesús. Hay muchos cristianos “sentados” en su zona de confort, en su costumbre, con su esquema de cumplimiento.
Estamos en una situación en que vemos muchos cristianos que están “fuera del camino” porque ellos se han alejado de la comunidad o porque nosotros los hemos excluido del circulo de Jesús. Muchas veces, nos percibimos nosotros así también, como Bartimeo, sentados en la zona de confort y sin capacidad para gritar o dar un salto y ponernos en la verdadera órbita del Reino. Queremos seguir las huellas de Jesús.
Oración:
Como Bartimeo…
Primero tenemos que darnos cuenta que estamos ciegos,
no estar satisfechos con nuestra vida porque creemos,
creyendo que vemos,
necesitamos tener necesidad de Dios.
Tenemos que convertirnos en hombre nuevos
acercándonos a Jesús,
despojarnos de lo que creemos
que nos arropa a nivel social, cultural, incluso religioso
y gritarle a Jesús,
pedirle que podamos ver
pedirle que podamos creer.
Amén.
Estimados amigos, amigas, el GVJ 27 compartimos nuestra reflexión del segundo tema de Grupos de Jesús.
¡ÁNIMO! LEVANTATE. TE ESTÁ LLAMANDO
Marcos nos centra en la figura del ciego Bartimeo* . Y como él, grito a Jesús todos los días insistentemente: SEÑOR, QUE VEA EL CAMINO A SEGUIR.
La ceguera no siempre es el problema. Lo más grave es el acomodarnos, el acostumbrarnos, el no querer desestabilizarnos. En definitiva: vivir instalados en una fe rutinaria, gris, sin posibilidades de crecer, sin reaccionar al paso de la Vida por nuestra vida.
El sentirnos indiferentes y sin decisiones, aunque se perciba a Jesús que pasa, que invita, que propone… Es la lucha de cada día, el poder ser sensible a su presencia; el estar atentos a la escucha; el charlar con Él, confiar en Él y sentir que Él confía en nosotros.
Cuántas veces siento la necesidad de “ver a Jesús” en la realidad que me rodea. Pero mi ceguera -mi egoísmo y comodidad- me ciegan e impiden Verlo. Cuando leo el Evangelio me lleno de gozo. Pero, hacer vida el Evangelio -hacer presente a Jesús en los que sufren-, me es exigente y duro de realizar. Le pido a Jesús que abra mis ojos y oídos para estar atenta a las voces de cuantos “gritan hoy”. Poder acercarme a Jesús que está allí, Él es uno de ellos. Está entre ellos.
Tras un año completo de aislamiento, me doy cuenta de que todos tenemos necesidad de caminar juntos, de hablar, de vernos -aunque sea en burbujas o a través de emails. Siento que es un renacer a la idea de comunidades. Volver a encontrar una voz que nos ayude a caminar juntos hacia una meta. Esa es una tarea que nos urge emprender. Cada uno a su tiempo, a su manera, con atajos en el camino, con obstáculos, con caídas en subidas y bajadas… pero juntos caminando. No todo está perdido. No todo anda mal.
Os quiero contar cómo estoy viviendo hoy la curación a mi ceguera. Creo que mi VER pasa más que nada por verme a mí y ver mis posibilidades de vida. Es increíble. Cuanto más voy ganando en libertad, más quiero seguir caminando en ese sentido y descubro que voy siendo luz para los que me rodean. La alegría que genera el hecho de saberse “en el camino” es asombrosa.
Me impresionó descubrir que, de alguna manera, desde hace años estoy en esta comodidad de “no poder seguir a Jesús” por mi propia condición de “exiliada” de la vida religiosa, que me lleva a aislarme de la Iglesia y a quedarme “al borde del camino.” Y descubro que Bartimeo, tras recobrar la vista, “lo seguía por el camino” dejando su comodidad y seguridad de lo conocido. Dejó de ser “diferente” y seguía a Jesús como uno mas. Esto me toca muy adentro y me mueve a convertirme a Jesús y volver a ser su seguidora sin excusas. Lo que me llevaría a “volver a ser parte” de la comunidad de discípulos.
Esta experiencia me lleva a no querer hacer con otros lo que hicieron conmigo muchas veces, ya que hay cristianos que desde su “trono” de supuesta santidad y perfección hacen sentir que están fuera de la iglesia quienes no viven de su misma manera, o a quienes entran en la categoría de paganos -al igual que los discípulos del comienzo del relato, que hacían callar a Bartimeo porque no pertenecía a ese grupo selecto de seguidores fieles que iban con Jesús camino a Jerusalén-.
Yo también tengo que volver a donde por circunstancias personales. me alejé. Tengo que pedir, tengo que confiar en los demás y esperar que Jesús pase y me abra los ojos para poder ver.
Porque el querer seguir a Jesús, sintiéndose fuera de una comunidad, es muy doloroso. Por algo Jesús armó un grupo de 12 apóstoles, y de muchos más discípulos, para que aprendieran a convivir juntos, mientras le seguían en esos 3 años de vida pública. Él sabía que después vendrían muchos más años en que lo tendrían que seguir sin verlo físicamente, y quiso que tuvieran hermanos en quienes apoyarse para esa etapa del seguimiento.
Que Dios nos ayude a cumplir con esta misión.
ORAMOS JUNTOS
YO TAMBIÉN QUISIERA VERTE
Yo también quisiera verte, Señor: en los momentos de incertidumbre y angustia.
En los momentos de desconcierto y miedo.
En los momentos de noches y tempestad.
En los momentos de luz y alegría.
Quisiera verte:
En el rostro de los que me persiguen y critican.
En el rostro de quien me mira mal y no me quiere.
En el rostro de los que comparto mi vida diariamente.
Quisiera verte en todos los momentos, en todos los rostros, en todas las circunstancias.
Y poder decir: “en todo amar y servir”
(Fermín Negre)
PROPUESTA DEL TEMA 2 PARA LA WEB
Estimados amigos y amigas de Grupos de Jesús: El GVJ 25, les hace llegar la reflexión del segundo tema del proceso de Grupos de Jesús compartimos con ustedes lo que hemos dialogado y compartido.
El relato de Marcos presenta la curación de un ciego en Jericó, ya muy cerca de la ciudad de Jerusalén, su lectura nos ha permitido reflexionar sobre diferentes aspectos, que pretendemos compartir con todos ustedes.
¿QUÉ PASA CON LA FE?
Pienso que con el paso del tiempo puede ser que la FE se va apagando en nuestra vida por la bulla externa a la que nos sometemos (trabajo, comodidad, girar sobre uno mismo; si bien son cosas necesarias…nos hacen renunciar a crecer como personas y nos apartan del camino verdadero.)
Siguiendo a Pagola en sus comentarios sobre la lectura de Marcos, y aunque no me siento lejos de Jesús, si me he instalado en una fe pobre, viviendo mi religión por costumbre y con poco compromiso hacia mi comunidad.
He vivido “ciego” a la luz del evangelio, instalado en la religión convencional: ir a misa, comulgar, hacer alguna obra de caridad, dizque orar, leer sobre religión y creer que el conocimiento me está dando elementos para tener más fe, pero encerrado en mí, entre mis cuatro paredes. Cristo en mi mente como un ideal a alcanzar, pero no hacer nada que me acerqué a lo que él me pide o me ha enseñado a través de mi vida. Sentado “fuera del camino”, cómodo, pero exigente, pido ayuda para resolver mis problemas, pido no sufrir, que me vaya bien, pero yo sentado, esperando el “milagro”.
Siento que Jesús pasa por mi vida y cada rato me dice, que podemos hacer por éste, por aquel, por esos… pero aparte de ciega sorda… Seguir a Jesús es complicado, pero necesario, hay miedo para arriesgarse, para ser rechazada, para ser señalada.
La rutina de la vida me ha llevado a practicar una religión de conveniencia y de costumbre, por eso ahora me siento como Bartimeo y quiero gritar a Jesús que tenga compasión de mí, que me saque de mi ensimismamiento y me ayude a renovar una Fe más comprometida y a profundizar en su palabra.
CAMBIO Y CONVERSIÓN
Entonces, ¿qué puedo hacer? …Ciega como soy, lejos de Jesús.
-Tengo que abrir mi corazón y en lo profundo escuchar » ÁNIMO » levántate, estoy aquí para ayudarte
-Debo cambiar mi vida, liberarme de lo que me estorba, DECIDIRME, buscar y seguir a Jesús.
-Debo GRITAR a Dios y no desoír su llamada que nos invita a transformar nuestra vida.
Estos versículos me recuerdan las palabras de mi guía espiritual P. Ramon Najarro (+) » Ser cristiano significa seguir a Cristo, significa estar en el camino», no en una religión rutinaria con sus reglas o normas y con una fe inoperante, nos invita a un cambio, a una conversión.
Mi compromiso es conocer y poner en práctica las enseñanzas del Evangelio, crear cada día, una nueva oportunidad de vivir con los ojos abiertos y llenos de Luz de tal manera que sea capaz de irradiarla a mis semejantes, a mi prójimo cercano, si en este momento me preguntara Jesús qué es lo que quiero, le respondería que me dé la Fe de Bartimeo para salvarme y poder caminar con Él.
No me siento fuera del camino de Jesús, pero me ha faltado arrojo, (como el que tuvo Bartimeo), y voluntad para seguir a Jesús de una manera más comprometida en el servicio a los demás.
Siento que Jesús está pasando ahora nuevamente por mi camino, a través de este grupo, y renace la ilusión de volver a sentir a Jesús como hace muchos años, cuando no me importaba gritar y proclamar que Jesús de Nazareth, me había tocado y solo me importaba seguirlo.
Estoy decidida desde hace mucho tiempo a seguir a Jesús y lo reconfirmo ante ustedes hoy. Me siento en el camino de Jesús, pero, con momentos de mucha ceguera y mendicidad.
“¿Podremos crear en este grupo la misma actitud de Bartimeo ante el paso de Jesús por nuestras vidas?”, plantea el libro de Pagola en el comentario. Después de leer y reflexionar sobre el tema y tener presentes los comentarios de los compañeros del grupo, creo que este grupo es una gran oportunidad para volver la mirada hacia Jesús.
VIVIR PLENAMENTE
La vida me presenta una oportunidad que no me hubiera imaginado y la tengo que aprovechar, no pudo dejarla ir, he dejado ir muchas, no otra más, tengo que hacer cosas que no he hecho, moverme, desinstalarme de mi zona de confort, de mi apatía y flojera, de mi falta de compromiso con los demás.
Ahora que siento que Jesús está pasando por mi camino, quiero gritarle que aumente mi Fe, que me haga más constante para seguir sus enseñanzas y concretarlas con hechos y acciones hacia mis hermanos, que salga de mi comodidad y costumbres para profundizar más en su palabra y pueda contribuir con los dones que me ha regalado a ser más solidario con causas sociales que ayuden a mejorar las condiciones de vida de mis hermanos en Xto.
Ante esta realidad del que también formo parte, siento que el caminar en este grupo puede alentarme a renovar una fe nueva y con esto pueda desinstalarme como Bartimeo para vivir un mayor compromiso con mi comunidad.
Creo que estos grupos de Jesús nos ayudan a abrir los ojos, les propongo que nos dejemos llevar de la mano abriendo nuestro corazón, sin desalentarnos por la cotidianidad, sin dejar la oración y pronto nos veremos en el camino verdadero, tengo esperanza que caminando de a poco volveremos a ser como las comunidades antiguas. Caminando con los ojos puestos en Jesús.
Quiero terminar citando:
* Quiero vivir como un ciego que busca la luz y se quiere dejar iluminar (J.A. Pagola).
Es muy probable que yo sea la más alejada del camino y la más ignorante del hacer de la Iglesia y de sus miembros, por lo que a los que integramos este grupo se refiere, sin embargo, dentro de toda mi circunstancia siempre ha habido esa inquietud de saber más y de conocer más de la religión en la cual decidí aventurarme a creer y abrevar de ella, yo os aseguro que hasta este momento siempre he tenido y recibido cosas gratas de todas sus enseñanzas, pero no sólo soy yo quien cuenta ahora sino todos los que estamos en este andar.
ORAMOS JUNTOS
¡Señor, hazme ver!, sácame de mi comodidad, de mi indiferencia, fortalece mi fe,
dame la sabiduría para hacer las cosas que debo hacer.
Necesito fortaleza para seguirte, para no quedarme a la mitad,
para llegar al final de mi vida contigo.
Jesús, permíteme ver la luz.
Jesús, hermano… gracias por enseñarnos tanto,
pienso en tantos líderes sociales que han sido asesinado en mi país,
todo por defender los derechos de los más débiles…
para eso hay que tener una valentía, amor por lo que se hace,
calidad de lo que se quiere y un deseo enorme de hacer este mundo más justo y más humano…
No sé de dónde sacan fuerza, pero su lucha llega hasta las últimas consecuencias…
Ayúdame Jesús a salir de la ceguera de la mediocridad, de lo cómodo, de lo fácil…
en mi pequeño mundo también hay injusticias,
ayúdame para que no sea parte de ellas, para que mi silencio no sea cómplice,
sino que aunque pierda todo, pueda ver y ayudar a los que más me necesitan,
te lo pido recordando a María tu madre, una mujer luchadora y bondadosa. Amén.
Alfonso, Héctor, Jimena, María Dolores, Lizeth, Enrique, Sergio, Sofía
Grupo Virtual de Jesús 25
Paz y bien a todos los amigos y amigas de Jesús,
El Grupo Virtual de Jesús 26, desde Argentina, Guatemala, España y Venezuela, hemos compartido el tema 2: Jesús sana a un ciego, Bartimeo, Mt, 46-52. Les compartimos nuestras aportaciones.
DENUNCIO – SUELTO ATADURAS – LANZO EL MANTO
He vivido ciego durante la mayor parte de mi vida. No puedo decir que aún no lo haya dejado de estar.
Estoy, pues, sentado, pero no cómodo, como si algo me atara al suelo. Oigo pasar a Jesús, pero no soy capaz de dar el salto; quizá sí en mi interior, pero no tanto en la práctica radical que exige la Buena Noticia. Las resistencias son muchas y fuertes: mi exceso de racionalización, mi egoísmo y mi poca valentía a la hora de ir contracorriente…
Nos está costando mucho a la mayoría dejar el saquito de cargas en la puerta y pasar a saludar a Jesús.
Continuamente hay que discernir, si estamos siguiendo a Jesús, por el camino, o si nos quedamos a un lado de este, o estamos contaminando su evangelio. Nuestra fe no es tan activa o proactiva.
Entre los bienes esenciales, en que nos confía la administración de los talentos que nos regala, es para ponerlos al servicio de todos. ¿Estamos realizando esta tarea con eficiencia?
Rendirme a la invitación de Jesús y hacerla vida, es una historia que está llena de caídas y levantadas…soltar los miedos, las “seguridades” o los rasgos de carácter es tarea ardua, aquí pido compasión!
Por desgracia para mí, no tengo esa fe (la de Bartimeo) que me haga cambiar de vida y tener otra forma de vivir confiando plenamente en Jesús
GRITO DE FE DE LOS BARTIMEOS – JESÚS ESCUCHA
Grito compasión hacia adentro e intento “entrenar “a mi corazón para que esté atento a esa llamada.
Cerrar los ojos a tu paso (Jesús) para poder verte sólo con el corazón. ¡Te pido que me esperes, Jesús, si no me atrevo a dar el salto hacia ti a la primera, te pido que me esperes. Yo lo intentaré!
De esta gran pobreza nace en él (Bartimeo) una fe grande en ponerse al amparo y protección de alguien de quien ha oído hablar que ayuda a los «apestados» de aquella sociedad. Los desheredados que no tienen protección de nadie.
En la bondad del Señor pongo a todo nuestro grupo para que seamos testimonio suyo hoy, y en donde nos haya colocado para florecer.
Apenas sé algunas oraciones. Escucho la Palabra e intento hacerlo con el corazón.
Puedo enterarme del paso de Jesús por vuestras palabras y el saber de vuestra presencia.
Bartimeo se ha convencido de que es el momento de escribir una nueva historia para su vida: CREER. Ha sido él quien ha descubierto una nueva forma de adquirir poder en su vida.
La pertenencia a comunidades que buscan seguir a Jesús me ayuda a sobreponerme a mi ceguera, al conocer Otra forma de vida, a conocerle, a sentirme convidada. De frente a los dilemas, la Palabra me reencausa en el Camino.
Intento mirar a los demás a la luz del Evangelio, intentando tratar con amor y amabilidad a todo el mundo.
TU FE TE HA SALVADO (Bartimeo). Ahora eres libre para encauzar tu vida y organizarte de otra manera.
«¿Qué quieres que haga por ti?». ¡Qué sensibilidad la de Jesús. Que pregunta más cercana y cariñosa!
COMPROMISO Y CONVERSION ECLESIAL
Compromiso para el grupo, es el poder darnos y hacer el tiempo para darle continuidad al diálogo y reflexión entre nosotros, sostener el espacio.
Concentrar la mirada, la atención en Jesús. Y creo que los cristianos, católicos o no, podemos aportar aun algo más.
Como grupo, nos animamos unos a los otros para levantarnos, para tirar nuestros mantos (como Bartimeo) para creer, para seguir a Jesús.
Jesús nos ofrece amor para afrontar la injusticia, nos ofrece sentimiento frente a emociones volátiles.
Me encanta el desafío de cambiar nuestras estructuras religiosas y tener un mayor acercamiento a la persona de Jesús.
Ser iglesia hacia acciones de justicia social en su entorno. Me gustaría ver una iglesia más diversa y tolerante.
La Doctrina Social desde hace mucho tiempo debería anunciarse con mayor intensidad.
Quiero continuar con Uds., mi grupo estoy aprendiendo mucho y si quiero confirmar mi compromiso con todos.
Sacerdotes y religiosos, quienes comunican el mensaje de Jesús requieren una formación integral, tanto humana como teológica, sus mensajes y estilos contradicen el Evangelio y por el otro lado, el laico adulto tiene la responsabilidad de profundizar en su vida de fe.
Ana, Bernardita, César, Clarita, Gaspar, Gema, Grendy, Jorge César,
Mª Mercedes, Mª Rosario, Rubén G., Rubén S. y Walter
Grupo Virtual de Jesús 26
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Somos el GVJ 23, un nuevo grupo virtual que ha comenzado tras la pasada convocatoria del mes de mayo realizada desde la web Grupos de Jesús.
Hemos iniciado esta experiencia 15 personas que vivimos en 6 países diferentes: Argentina, Bolivia, Colombia, México, Panamá y Venezuela.
Acabamos de terminar nuestra reflexión del segundo tema del proceso de Grupos de Jesús y, al igual que los anteriores grupos virtuales, vamos a compartir con todos vosotros algo de lo que hemos dialogado y compartido
Situación de Bartimeo
Bartimeo es un ser humano en estado de marginación, Sin dignidad, Estigmatizado, Abandonado, Rechazado, sentado al lado del camino por estar cansado y además por temor a que alguien pudiera arrollarlo, junto al camino, por ser éste un lugar ideal para poder recibir alguna moneda o caridad por su afluencia de gente; Bartimeo es la representación de aquellos que son excluidos por la sociedad. Para llegar a la fe es necesario también ser humilde.
Actuación del ciego
Para llegar a la fe es necesario en primer lugar saber escuchar, y Bartimeo se entera por alguien más que sí ve, que Jesús está pasando por el camino, ya había escuchado hablar de Él, de tal manera que cuando se enteró que era El quien pasaba, se puso a suplicarle porque ya creía y por esa fe es la que lo lleva a suplicar. “Hijo de David, Jesús, ¡ten compasión de mí!”.
Reacción de Jesús.
Se detiene porque en ese grito insistente y desgarrado, ve la necesidad de alguien desesperado y su corazón misericordioso se compadece, pues a eso ha venido al mundo, por los enfermos, los abandonados, oprimidos. Ánimo, ¡coraje! levántate nos está llamando, lo importante para Jesús es saber lo que quiere/necesita, se interesa por él.
Me queda claro que Jesús, siempre está dispuesto a atender al llamado. Lo que sucede es que no le damos tiempo a que nos llame y diga justo esas palabras que deseamos escuchar, que deseamos oír ¿Qué quieres que haga por ti? Cuantas angustias, desesperación, tristezas, arrepentimientos me evitarían si solo te dejásemos decir ¿Qué quieres que haga por ti?
Respuesta del ciego
Arrojando su manto, dio un salto y se acercó a Jesús. ¿Qué es el manto, para un mendigo? Pensamos que es algo importante porque lo cubre del frío, del calor, lo protege y sin embargo, es de lo primero que se despoja ya que sin éste será más ágil y será más rápido cubrir la distancia que lo separa de su Señor. Que hermosa imagen… ¿qué nos estorba, a nosotros… cuál es mi manto? un silencio frío… necesitamos reflexionar un poco más sobre eso. Desde la fe de este mendigo brota su grito, con la insistencia de un niño que pide y pide a un padre/madre hasta que consigue su cometido… necesito ser un niño, de ellos es el reino de los cielos (Mt 19, 14) necesito ser aguerrido, esforzado y luchar, sólo de estos es el reino de los cielos (Mt 11, 12).
«¿Qué quieres que haga por ti?» «Maestro, que vea».
Jesús escucha las suplicas de Bartimeo, suplicas que son como una oración, insistente perseverante, las cual hace que él se detenga y le dé respuesta a su ruego “Maestro, que vea”, pero más que el milagro físico, fue su conversión su fe, el creer ciegamente en él lo que lo sano, recordemos que muchos de los milagros en Jesús tren una sanación interior y esa sanación interior y exterior hizo que el diera testimonio de Jesús hasta el punto de convertirse en seguidor.
La curación.
De alguna forma vivimos ciego al no poder ver la vida a la luz del evangelio, acomodado, viviendo la religión sin el espíritu de alegría, fe y esperanza. Al parecer con un pie en el mundo y con el otro intentando permanecer en el camino de Jesús que es estrecho y el mundo egoísta busca solo su propio placer.
Quita las escamas de nuestra ceguera espiritual para que veamos en realidad tu imagen, para que pueda rendirme ante ti, a no forcejear, a dejarme llevar por tu Espíritu, vivir en él, transformar nuestra realidad como la de Bartimeo y poder hacernos discípulos, tener todos los defectos no es barrera para Jesús, ¿Si no tenemos defectos, cosas en nuestro interior de que nos va a transformar Jesús? No seriamos seres humanos, y ahí si se da la sanación, que con lleva a una Salvación.
Canción Bartimeo – Martin Valverde
https://www.youtube.com/watch?v=SmxC9OMKAds
Berla, Carolina, Daniel, Fernanda Gerardo, Hernán, Javier, José Rafael,
Laura, María Alejandra, Mauricio, Mayertzy, Néstor F., Néstor H. y Wilson
Grupo Virtual de Jesús 23
GVJ 24
BARTIMEO:
Mendigo, ciego, sentado al borde del camino. Es una persona marginal que está en la oscuridad, tirado fuera del camino como una basura.
Pero Bartimeo espera pacientemente a Jesús, ha oído hablar de Él. Tiene fe en Él. Jesús pasa y Bartimeo grita con fuerza para llamar su atención aunque muchos intentan silenciarlo.
Cuando le dicen que Jesús lo llama, tira su manto, da un salto y se acerca a Jesús. Bartimeo es una persona con esperanza, que acepta su debilidad sin victimismo y que con paciencia espera a Jesús. Sabe que Él puede sanarlo. Sin miedo a su oscuridad, se despoja de lo que hasta el momento era su seguridad, se decide inmediatamente y se acerca a Jesús. Es la única oportunidad de salir de su situación. Sabe que Jesús puede devolverle la dignidad de todo ser humano curando su ceguera.
Jesús le dice: “¿Qué quieres que haga por ti?”- “Maestro, que vea” y Jesús le responde:
“Vete, tu fe te ha salvado”. La fe de Bartimeo en Jesús cura su ceguera. Bartimeo ve en Jesús a un maestro y decide seguirlo.
¿NOS PARECEMOS NOSOTROS A BARTIMEO?
Me veo muy identificada con Bartimeo gritando a menudo: «¡Señor enséñame el camino, guíame! ¡Señor no me abandones! ¡Señor escúchame!»
Me siento llamada a aprender de Bartimeo la esperanza y la paciencia.
Muchas veces me encuentro como Bartimeo, ciego, sin ver, paralizado, sentado en el camino sin reaccionar, sin fuerzas con poca ilusión. Quiero gritar, sacar lo que tengo dentro. Necesito escuchar la voz de Jesús. Quiero caminar a su lado. Ser capaz de desprenderme de lo que me estorba y seguir a Jesús.
Decir: “Maestro que vea”, que Él sea la luz de mi vida.
Los gritos son como una oración desde el fondo del corazón. Jesús se detiene para ofrecerse. No quiero ser una persona sentada en el camino.
Para encontrarme con Jesús necesito dar todos los pasos que dio el ciego Bartimeo: creer en quienes me anuncian a Jesús, escucharles, dejarme ayudar por ellos; ser consciente y liberarme de muchos “estorbos” que me impiden vivir lo esencial y centrarme en Jesús.
Bartimeo se transformó en seguidor de Jesús, también hoy puede transformarnos a nosotros.
“ Señor, como Bartimeo, quiero seguirte incondicionalmente despojándome de todo y saltando de alegría, quiero confiar en ti y tener paciencia frente a las circunstancias de la vida”.
JESÚS
Jesús le dice: “¿Qué quieres que haga por ti?”- “Maestro, que vea” y Jesús le responde: “Vete, tu fe te ha salvado”. La fe de Bartimeo en Jesús cura su ceguera. Bartimeo ve en Jesús a un maestro y decide seguirlo.
Jesús se detiene al escuchar el grito-oración de Bartimeo y le pregunta a éste, porque quiere que sea el ciego el que defina su necesidad.
Para Jesús lo importante es la persona del ciego, quiere la felicidad de éste.
No sólo le devuelve la vista, también la dignidad.
Jesús cambia el esquema de Bartimeo, hace que se mueva hacia Él. Lo ha transformado.
LAS PERSONAS QUE RODEAN A JESÚS
Algunos no comprenden la palabra del Maestro, (como muchos cristianos de hoy día e incluso parte de la Iglesia Institucional) e intentan silenciar a Bartimeo, pero cuando Jesús les pide que lo llamen, cambian de actitud e incluso animan al ciego. Dios nos habla a través de las personas.
Durante tiempos difíciles, a mí siempre me ha servido que otros que están cercanos al Señor me den ánimos. Cuando para mí es difícil creer, ellos me han recordado cuánto me ama el Señor.
https://youtu.be/7YypMSUxwao
Agustí, Benjamí, Fabienne, Jon, Julia, Macarena, Maribel, Mercy, Patricia, Paulina, Pedro, Ramón, Roy, Vinceç
APORTACION EN LA WEB – GVJ 21
¡Ánimo! Levántate. Te está llamando
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Les compartimos algo de nuestra reflexión tras terminar el segundo tema.
Resaltamos en esta lectura del Evangelio de Mateo, la transformación que Jesús puede obrar en mí, en ti, aumentando nuestra fe que, a veces, vacila como la llama de una vela, pero que se mantiene encendida, a pesar de los vientos y las tempestades que amenazan con extinguirla. Queremos que Jesús esté siempre presente en nuestra vida como nuestra guía, nuestro maestro, nuestro modelo a seguir. Jesús nos utiliza como sus instrumentos para llevar el mensaje de salvación. Que nuestro corazón sea siempre dócil a entender la misión que tiene para nosotros.
Meditando algunos apartes del texto, vemos a Bartimeo, débil, ciego, cansado (sentado en el camino) a pesar de sus limitaciones, se nota en su corazón que guarda la esperanza de encontrarse con Jesús (hijo de David: le dice Bartimeo). Se percibe amorosamente en él una FE muy fuerte y decidido a seguir adelante, pero de la mano de Jesús. Y por eso quiere la sanación la ceguera. Nosotros, ¿qué cegueras tenemos? Podemos ser indiferentes ante las situaciones diarias, los detalles de la naturaleza que son Regalos de Dios, nos hundimos en nuestras debilidades y no se las entregamos a Dios. Vemos a Bartimeo con mucha confianza a dejarse encontrar por Jesús. Ese grito de Bartimeo es una oración profunda, una oración salida de su corazón con la esperanza de encontrar respuesta a su agobio y angustia. Pero también comprendemos que debemos tener mucha FE y esperar confiados en el tiempo perfecto de Dios. Ya que Dios cumple sus promesas y muchas veces nos da más de lo que nosotros creemos necesitar.
Jesús vino al mundo a traernos un mensaje de amor, de paz, de esperanza. Es a través de su palabra que lo podemos escuchar, hallar respuesta a nuestras inquietudes y salir de la tiniebla donde, a veces, caemos. A pesar de esa oscuridad, podemos sentir su presencia y correr hacia Él, en busca de auxilio. A esto nos ayuda la oración, la lectura de los Evangelios. Lo que queremos y lo que buscamos es una fe firme que no decaiga en ningún momento y que se mantenga íntegra aun en los peores momentos. Para ello, tenemos que confiar en la oración diaria, de cada uno de nosotros los fieles de la iglesia y unidos en la fe pedir a JESUS que nos indique el camino y la vocación personal para glorificarlo y evangelizar en su nombre. Dios en su infinita misericordia se apiade de nosotros como de Bartimeo y nos haga ver cuán necesaria es su presencia entre nosotros y como a través de las enseñanzas de JESUS podremos iluminar el camino que nos conduzca a la salvación en la vida eterna.
¿Cómo enterarme de que Jesús pasa? Creemos que Él está presente en los que le buscan con sinceridad de corazón y son fieles con su vida al Evangelio. Esta entrega que como hijos de Dios debemos hacer en la Palabra de Dios que es viva y actual nos ayudará a no quedarnos al margen del camino.
En nuestras Iglesias, vemos muchas personas en búsqueda de llenar ese vacío en su corazón, sabemos que solo lo llena DIOS. nuestro compromiso es orar por todos ellos, tenderle la mano y decirle que hay un Dios bueno que tiene un amor infinito para cada uno de nosotros, que dispongan su corazón y sientan allí, que el señor está tocando la puerta para regalarle su amor e invitarlos a servir. En nuestra propia familia, en mi caso, algunos miembros de mi familia, mi compromiso es decirle con instrumento del Señor: “Animo, levántate, Jesús te está llamando”.
Y resuenan las palabras de Jesús «¿qué puedo hacer por ti?». Y el Grupo en consenso piensa: ¿Qué puedo hacer yo? En nuestro caso, enamorarnos cada día más de Jesús, de su Palabra, haciéndola viva en nuestra vida. Para nosotros es una GRACIA de Jesús este GJV 21 que hemos comenzado, que nos ayudará a transformar nuestra mirada y a seguir a Jesús en su camino.
Amado Jesús, aquí estamos ante tu presencia viva,
te sentimos porque Tú eres Cristo que Vive,
Cristo que sana,
Cristo que reina en nuestro corazón.
Danos un corazón abierto y disponible para seguir tu camino,
para ser esos discípulos tuyos que llevan tu mensaje de salvación
a tantas personas necesitadas de Ti.
Que nunca dejemos de ser tus instrumentos,
que tengamos una sonrisa siempre en nuestros labios
para contagiar a nuestro hermano de todo lo que Tú has hecho en nosotros.
Que tu espíritu de amor siempre abunde en nuestra vida
y nos llene de felicidad, paz y un servicio incansable hacia Ti. Amen.
Denise, Francisca, Ingrid Yelipsa, Joyce, Lucía Victoria,
María Teresa, Meire Ana, Norma Angélica, Virginia
GVJ 21
Antes que nada, les comentamos que somos parte del GVJ 20. Hemos iniciado nuestro camino en el mes de mayo y por ser un grupo virtual, nuestros intercambios son vía mail, con todo lo que ello implica. A partir de estas comunicaciones, hemos abordado el Tema 2 “¡Ánimo! Levántate. Te está llamando” (Marcos 10,46-52).
La figura de Bartimeo nos ha conmovido de manera muy especial. Lo hemos visto por un lado como alguien que es marginado, que debe pasar por la experiencia de la discriminación, seguramente por ser discapacitado y que por momentos parece no ser registrado por los demás, hasta que si lo es cuando empieza a gritar y deja su manto. Ese momento lo muestra libre para ir al encuentro de Jesús y a la vez es la muestra de que entonces si podrá llegar hasta él para pedirle y seguirle. A Bartimeo no lo detiene nada ni nadie. Su insistencia en hacerse escuchar pudo ser molesto para muchos, que se lo hicieron saber, pero su fe es tan grande como para seguir adelante.
Lo que lo salva a Bartimeo es su fe inmensa, que le da certeza de que Jesús si lo va a visualizar y aceptar, así como a ayudar a salir de su dolor. No sólo pide ayuda, también encuentra el momento y la manera de expresar esa necesidad.
Esa fe es previa a su ruego, por eso está claro que sabe esperar el momento oportuno y no se amilana por el rechazo de quienes están en el lugar. Es alguien que tiene la capacidad de no aturdirse por el griterío del resto. Y si en un principio parecía callado, no era porque le faltaran palabras o deseo de gritar (orar), sino por esa capacidad de esperar “el momento justo”.
También surgió la idea de que Bartimeo es alguien que nos recuerda que somos “comunidad” y que la fe nos salva a todos. Que todos somos valiosos, que todos somos necesarios. El gesto de Jesús hacia Bartimeo seguramente también fue una enseñanza para quienes allí estaban.
Así mismo, nos pone ante la realidad de que nuestra fe es muchas veces débil y podemos atravesar momentos de miedo, sensación de estar sentadas en esa “orilla del camino”, también desánimo y en ocasiones no sabemos pedir, pero nuestro corazón está abierto a una mayor conversión. Debemos ser capaces de salir del inmovilismo. Todos esto es lo que nos ha llevado a iniciar el camino en este GVJ 20.
También sentimos que Jesús sabe qué nos pasa, qué necesitamos, y al igual que a Bartimeo, nos lo pregunta y quiere que se lo digamos. Esta es una invitación a ser sensibles y abiertos para escuchar nosotras también esa frase: “¿Qué quieres que haga por ti?”. En relación con nuestros pedidos quedó evidenciado que a veces pedimos, pero no escuchamos. Pensamos que es fundamental no sólo pedir, sino escuchar a Jesús, estar atentas a su presencia en nuestras vidas.
La transformación de Bartimeo en seguidor de Jesús no puede sino hacer que deseemos profundamente vivir esa misma transformación, para poder seguirlo con valentía.
A partir de lo leído y reflexionado en la instancia de acercamiento al Evangelio, al intentar relacionar todo ésto con nuestra vida, surgió la necesidad de explicitar cuestiones que nos parecen importantes.
Vemos como preocupante el estar, como cristianos y cristianas, muchas veces instalados en una vida cómoda y viviendo la religión en cierto modo como costumbre.
También percibimos que nuestras comunidades, en muchas ocasiones no se proyectan hacia afuera. No es que no se haga, es que lo que se hace, en general la sociedad lo desconoce. Nos identifica más con la misa que con otras realidades que son parte de la Iglesia. Una pregunta que surgió es : “¿Dónde hemos dejado la novedad del Reino aquí y para todos?”. Por eso también surge la inquietud de que si bien podemos hacer, quizás no hacemos lo suficiente.
Al hablar de todos quedó explicitado el respeto por quienes, aún no siendo cristianos o creyentes, pueden vivir con los valores propios del cristianismo. Dios es el Dios de todos y todas. Llegar a ellos es parte de nuestro compromiso como parte de la Iglesia.
Pensando en el intento de acercar a las personas a Jesús, se planteó si de verdad somos “¿instrumento o impedimento?”. Todo esto partiendo de la idea de que el compromiso que tenemos no es sólo el de abrir cada una de nosotras el corazón a Jesús, sino a los hermanas y hermanos todos.
Una preocupación que fue compartida fue que, si bien tratamos de vivir a la luz del Evangelio, no siempre vemos a los demás desde esa luz.
Así mismo se compartió que la conversión es permanente, no es algo estático que se alcanza y allí queda.
También el hecho de que hay situaciones actuales de la Iglesia que nos sobrepasan, aún así, la disposición de echar una mano y pedir a Dios que nos salve, está. No nos paralizan esas situaciones.
Nos percibimos como personas que tenemos inquietudes, que no dejamos de manifestarlas (no las negamos) y tenemos la inquietud y deseamos encontrar el modo de salir adelante.
GVJ 20
Graciela, Griselda, Luz, M.a Natalia, Roser, Mariana, Shirley, Carmen
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Somos el GVJ 19, que iniciamos nuestra experiencia a partir de la primera convocatoria de Grupos virtuales de Jesús de este año, el pasado mes de enero. Queremos compartir algunas de nuestras reflexiones sobre este segundo tema de Grupos de Jesús.
Piedras en el camino
Sobre el resto de personas que participaron en este pasaje de JESÚS, son como las contradicciones, impedimentos y fallos humanos que a través de la historia seguirán ocurriendo y se convierten en nuestras piedras en el camino.
Hoy sigue pasando esto, a veces nosotros mismos lo hacemos, es a la gente que despreciamos o minusvaloramos como si no tuviera nada interesante que decir ni opinar. La figura de Bartimeo me remite también a los invisibles de nuestros tiempos, aquellos que gritan alto pero que no oímos o no queremos oír.
Gritar que seguimos a Jesús
Está sentado junto al camino, pero no se mezcla con los demás que lo reprenden para que calle. No tiene derechos, ni tan siquiera el de clamar a Jesús. Sin embargo, grita: «¡Jesús, ten compasión de mí!». Su deseo de ver se convierte en una decisión espontánea de recurrir a quien sabe que puede curarlo.
El clamor es la oración que surge de una situación desesperada: «A voz en grito clamo al Señor, a voz en grito suplico al Señor; desahogo ante él mis afanes, expongo ante él mi angustia» (Salmo 142). En el clamor hay angustia, desesperación, agotamiento, sensación de estar aprisionado en una situación sin salida.
Jesús se detiene ante nuestra súplica, quiere saber que nos pasa
Jesús se detiene ante una súplica, quiere conocer qué es lo que le pasa, cual es su dolor, su necesidad. No pregunta a los demás quien es ese, quiere una relación personal con Bartimeo. Jesús es para todos, no para unos pocos… Claro que necesitamos escuchar esto, creerlo, sentirlo… Sentirnos excluidos nos hace daño, sentirnos queridos nos hace felices.
No pensar dos veces si seguir a Jesús
Bartimeo no se lo piensa dos veces, a la primera oportunidad va de un salto, a ciegas pero con entusiasmo. Arroja su manto, siendo mendigo sería de lo poco que tenía o lo único. No le importa, va en busca de algo mucho mejor, por lo que ha oído Jesús puede ser la respuesta a lo que necesita. Necesitamos creer como Bartimeo.
La valentía del ciego es un ejemplo para nosotros. Nadie puede acercarse a Jesús sin dejar atrás las ataduras físicas y psicológicas que lo separan de Él. El ciego Bartimeo insiste en llamar, insiste porque sabe que será oído. Insistir, siempre debemos insistir para encontrarnos con Jesús.
Saber qué pedirle a Jesús
Lo que pide le cambiará la vida. Le dará una vida más plena, más feliz. Podrá dejar de ser un marginado de su sociedad. Podrá ser útil a otros. A veces pedimos con miedo, sin saber lo que necesitamos o queremos y poniendo condiciones. Es lo mismo que pedir sin sinceridad, sin confianza, sin fe.
La transformación que puede operar Jesús en nosotros.
El ciego Bartimeo, salió de la pasividad, y se colocó delante de Jesús y le seguía. Jesús modificó su vida física y su vida espiritual, lo transformó.
Esa transformación que Jesús puede hacer en cada uno de nosotros es lo más importante de este relato. Todos somos importante para el. Y todos somos instrumentos suyos para poder transmitir a los demás ese amor y ayudar asi a transformar nuestra sociedad.
Nos tenemos que transformar y ser instrumentos para otros.
En algunos momentos nos vemos como cristianos desorientados, sin saber dónde ir para encontrar la luz que ilumina el camino y que me hace vivir de otra manera mas plena, con menos necesidades creadas innecesariamente. A veces no se trata de ver, sino de querer mirar, de no cerrar los ojos y pasar de largo, de no plantearte algo y poner excusas, «ahora no tengo tiempo», «mañana lo pienso»; a Bartimeo lo veían muchos, pero fue Jesús el que oyo sus gritos y supo mirarle con ternura.
GVJ 19
Arturo, Carmen, Estitxu, Juan Julio,
Leysester, Ricardo, Ruth, Sara Inés
Grupo de Jesús Colonia del Valle
María Estela González (02/04/19; tema 2)
Enviado a los pobres.
Desde el inicio, Jesús nos centra en el qué y el cómo vamos a seguirlo para entender cuál es la novedad que nos entrega el Reino de Dios, que está ya entre nosotros. Está de forma especial en los que ponen toda su confianza en El.
Con Jesús queremos un mundo que permita a todos vivir como hijos de Dios y hermanos, en un abrazo que cuida particularmente a los más desprotegidos y vulnerables, porque para la mayoría vivir significa vivir en condiciones infrahumanas que contradicen el plan de Dios en su creación, y es resultado de nuestras acciones.
Hambre, dolor, descarte, pobreza son la marca de hoy junto a la otra, riqueza de los poderosos, en menor número. Jesús pone el acento en los pobres, cautivos, enfermos, y en su liberación.
Jesús nos llama a la comunión=comunidad confiados en su Palabra y ejemplo.
Un mundo nuevo será resultado de una mirada amorosa. Como Dios nos mira a nosotros queremos mirar.
PRIMERA REUNION
1. Acercamiento al Texto Evangélico
Situación de Bartimeo. Los discípulos y la gente se mueven acompañando a Jesús. Sólo Bartimeo permanece inmóvil y al margen. ¿Con qué rasgos lo describe Marcos? ¿Qué nos dice la figura de este mendigo ciego, sentado junto al camino?
Con los rasgos con que describe el evangelista Marcos a Bartimeo son mendigo, ciego y sentado junto al camino.
Lo que nos dice la figura de este mendigo ciego sentado junto al camino es que debemos mirar más a nuestro alrededor, levantar nuestra vista para mirar a Jesús en nuestr@s herman@s que están en las periferias tanto geográficos como espirituales y existenciales.
Actuación del ciego. Observa cómo reacciona ante la cercanía de Jesús. ¿Cómo se puede «enterar» un ciego de que Jesús pasa junto a él? Según el relato, el ciego se puso a «gritar»: ¿es lo mismo rezar que gritar? ¿Qué sientes ante el grito del ciego? ¿Has sentido alguna vez la necesidad de gritar algo parecido?
Un ciego se puede enterar de que Jesús pasa junto a él por las habladurías de la muchedumbre, por la percepción de la energía vital de nuestro Maestro o porque alguien le comenta.
Si, definitivamente es lo mismo rezar que gritar, ya que de otra manera Bartimeo no hubiera sido escuchado; sin embargo, soy consciente de que Dios se manifiesta en el silencio, la quietud y la sueva brisa más que en el temblor, el fuego y el ruido: «Elías caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al cerro de Dios, el Horeb. Allí se dirigió hacia la cueva y pasó la noche en aquel lugar. Le llegó una palabra de Yahvé: «¿Qué haces aquí, Elías?» El respondió: «Ardo de amor celoso por Yahvé, Dios de los Ejércitos, porque los israelitas te han abandonado, han derribado tus altares y han muerto a espada a tus profetas. Sólo quedo yo y me buscan para quitarme la vida.» Entonces se le dijo: «Sal fuera y permanece en el monte esperando a Yahvé, pues Yahvé va a pasar.» Vino primero un huracán tan violento que hendía los cerros y quebraba las rocas delante de Yahvé, pero Yahvé no estaba en el huracán. Después hubo un terremoto, pero Yahvé no estaba en el terremoto. Después brilló un rayo, pero Yahvé no estaba en el rayo. Y después del rayo se sintió el murmullo de una suave brisa. Elías al oírlo se tapó la cara con su manto, salió de la cueva y se paró a su entrada. Nuevamente se le preguntó: «¿Qué haces aquí, Elías?» El respondió: «Ardo de amor celoso por Yahvé, Dios de los Ejércitos, porque los israelitas te han abandonado, derribando tus altares y dando muerte a tus profetas. Sólo quedo yo y quieren matarme». Yahvé le dijo: «Vuelve por donde viniste atravesando el desierto y anda hasta Damasco (1 Rey. 19, 8-15)».
Ante el grito del ciego siento euforia, esperanza y grandes deseos de sanación.
Si, muchas veces he sentido la necesidad de gritar algo parecido, por ejemplo, cuando desaprobé mis últimos tres exámenes, cuando sentí desconsuelo después de juntarnos con Fer y Juani, y pasar por mi corazón mis deseos de ser militar, cuando discuto fuertemente con mi familia, etc.
Reacción de Jesús. ¿Por qué se detiene? ¿Qué es lo importante para él? Los que antes querían marginar al ciego ahora le llevan la Buena Noticia de Jesús, ¿qué es lo que le dicen? ¿No necesitamos escuchar algo de eso?
Jesús se detiene porque escuchó cuán fuerte gritaba Bartimeo y no se detenía a pesar de que lo reprendían ordenándole que se callara.
Lo importante para él es la confianza, la fe y la perseverancia a pesar de las tormentas.
Lo que le dicen a Bartimeo quienes antes lo querían marginar y ahora le llevan la Buena Noticia de Jesús es “ánimo, levántate que te llama (Mc. 10, 49)”.
Si, necesitamos escuchar algo de esto, necesitamos sentir a Jesús infundiéndonos ánimo e invitándonos a levantarnos después de nuestras caídas, llenándonos de esperanza ante tanta maldad y desconsuelo, llenándonos de la fortaleza de su Espíritu Santo para redimir a los cautivos y devolverle la vista a los ciegos.
Respuesta del ciego. Marcos describe los pasos que da el ciego para encontrarse con Jesús. ¿Los podemos señalar? ¿Qué podemos destacar en su actuación? ¿Su fe para acoger lo que le anuncian de parte de Jesús? ¿Su prontitud para liberarse de lo que le estorba? ¿La valentía de su «salto», a pesar de moverse todavía en la oscuridad? ¿Su necesidad de entrar en contacto con Jesús? ¿Necesitaremos hacer algo de esto para encontrarnos con Jesús?
Los pasos que da Bartimeo para encontrarse con Jesús son enterarse que pasaba, gritarle, gritar todavía más fuerte, arrojar su manto, saltar, acercarse a nuestro Maestro, escuchar atentamente su pregunta, responderle y seguirlo por el camino.
Lo que podemos destacar en su actuación es la convicción, la fe en que Jesús lo sanaría, la confianza en su poder lleno de compasión y su agradecimiento.
Sin lugar a dudas necesitamos estas actitudes de Bartimeo para encontrarnos con Jesús maestro, sanador, salvador y redentor del género humano.
«¿Qué quieres que haga por ti?». Jesús sólo piensa en el bien del ciego. Cuando te relacionas con Jesús, ¿es eso lo primero que escuchas de él? ¿Qué imagen tienes de Cristo? ¿La de alguien que solo piensa en exigirnos? ¿Alguien que busca ayudarnos a vivir de forma más sana y plena?
Cuando me relaciono con Jesús no siempre es esto lo primero que escucho de él, ya que me apresuro a pedirle lo que creo necesitar y a hablarle yo primero, en lugar de abandonarme en su amor.
La imagen que tengo de Cristo es de mi maestro sobre todas las cosas, de mi hermano, de mi amigo y de mi redentor, una persona que quiere ayudarme a vivir de forma más sana, plena y pura.
«Maestro, que vea». El ciego sabe lo que necesita. ¿Ya lo sabes tú? ¿Es importante lo que pide? ¿Por qué?
Si, puedo afirmar que necesito quitarme las vendas y ser sanado de mi ceguera por Jesús.
Si, definitivamente es importante lo que pide porque tenía muy mala vida antes de que Jesús le devolviera la vista y al recuperarla pudo seguir a Jesús, cambiando radicalmente su vida, siendo pleno, sintiendo el amor misericordioso de Dios e incorporándose a una comunidad de discípulos.
La curación. ¿Qué nos parece lo más importante en este relato? ¿La curación que ocurrió hace dos mil años en las afueras de Jericó? ¿La transformación de Bartimeo en seguidor de Jesús? ¿La transformación que Jesús puede operar en nosotros?
Lo que nos parece más importante en este relato es que si nosotr@s tenemos fe y confiamos en el poder sanador de Jesús, nuestro maestro puede transformar radicalmente nuestras vidas, sacarnos de la oscuridad, purificarnos y hacernos semejantes a él para colaborar en la construcción del Reino de Dios aquí en la Tierra.
Al terminar nuestra meditación, escuchamos el tema “Todo lo haces Nuevo” de Athenas: https://www.youtube.com/watch?v=o6op9af95qM
Luego, leemos el comentario al Evangelio del padre Pagola y al terminar escuchamos el tema “Dios Sanador” de Jon Carlo: https://www.youtube.com/watch?v=o6op9af95qM
Para finalizar, rezamos todos juntos la siguiente oración publicada por el Grupo Virtual de Jesús Misericordia:
AYÚDAME, SEÑOR, A SER MISERICORDIOS@
Ayúdame, Señor, a que mis ojos sean misericordiosos,
para que jamás recele o juzgue según las apariencias,
sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.
Ayúdame, Señor, a que mis oídos sean misericordiosos,
para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo
y no sea indiferente a sus sufrimientos y quejas.
Ayúdame, Señor, a que mi lengua sea misericordiosa,
para que jamás hable negativamente de mi prójimo,
sino que tenga siempre una palabra de consuelo y de perdón para todos.
Ayúdame, Señor, a que mis manos sean misericordiosas
y estén llenas de buenas obras,
para que sepa hacer a mi prójimo exclusivamente el bien
y cargue sobre mí las tareas más difíciles y penosas.
(Tomada prestada de Santa María Faustina Kowalska)
A continuación y para finalizar, rezamos un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
SEGUNDA REUNIÓN
2. Conversión Personal
¿Vivo «ciego» o, veo la vida y miro a las personas a la luz del Evangelio? ¿Estoy «sentado», instalado en una vida más o menos cómoda, viviendo mi religión sólo por costumbre o tradición? ¿Estoy «fuera del camino», lejos de Jesús?
En algunas situaciones vivo “ciego” y, en otras miro a las personas y veo la vida a la luz del Evangelio.
No, creo que vivo mi Religión con sinceridad de corazón y pastoralmente activo; sin embargo, hay situaciones en las que estoy dormido y doy vuelta la vista ante las necesidades humanas.
No, me siento realmente cerca del camino de Jesús, transitándolo.
En este itinerario que estamos comenzando, Jesús pasará junto a mí. ¿Qué puedo hacer para enterarme de su paso? ¿Le pediré a gritos compasión? ¿Abriré bien mi corazón para escuchar su llamada? ¿Haré un esfuerzo para liberarme de las resistencias que me impiden encontrarme con él? ¿Puedo escribir unas líneas para recordar más adelante mi compromiso?
Lo que puedo hacer para enterarme de su paso es aprender a hacer silencio para escucharlo y estar atento, meditar con el corazón, abrir bien mis oídos para escuchar su llamada y servir pastoralmente donde sea voluntad de Dios padre.
Conversación con Jesús. Siente a Jesús que está pasando por tu vida. ¿Qué quieres gritarle?
Quiero gritarle que tenga compasión de mí, que sane mis heridas del corazón, que abra mis ojos para verlo en cada herman@, especialmente en la Pastoral de Adicciones y en el Hogar de Cristo donde hoy sirvo, que me quite el corazón de piedra para reemplazarlo por uno de carne (Ez. 11, 19) lleno de su misericordia y que sea su Espíritu Santo quien obre en mí (Ga. 2, 20).
3. Compromiso en el proyecto de Jesús
¿Cómo vemos a los cristianos de nuestras parroquias y comunidades? ¿Cristianos «ciegos», de fe apagada, que no sabemos mirar la vida como Jesús? ¿Cristianos «sentados», instalados en una religión rutinaria y cómoda, sin fuerzas para seguirlo? ¿Cristianos «fuera del camino» de Jesús, desorientados, sin saber cómo encontrarnos con él? Comentamos entre todos lo que vemos de positivo o negativo.
A l@s cristian@s de nuestra Parroquia y comunidades l@s vemos con mucho trabajo pastoral, mucha servilismo, mucha solidaridad y un corazón enorme para ayudar a otr@s en las más diversas situaciones; sin embargo, creo que tenemos una fe apagada y muchas veces nos quedamos sentados, instalados en una religión rutinaria y cómoda, sin fuerzas para seguir a Jesús, fuera de su camino, desorientad@s, sin saber cómo encontrarnos con su persona.
¿Cómo capta la gente el mensaje actual de la Iglesia? ¿Cómo un mensaje de aliento que invita a vivir con dignidad y esperanza? ¿Por qué se aleja tanta gente de la Iglesia? ¿No se encuentran en ella con Jesús? ¿No pueden escuchar su mensaje?
A nuestro mensaje actual de Iglesia la gente lo capta como algo alejado de la realidad y de las “necesidades” de las personas, proveniente de una institución jerárquica y burocrática, que sólo impone sus ideas, que da poco testimonio y que limita los derechos de las mayorías por los intereses de una minoría caprichosa.
Creo que se aleja tanta gente de nuestra Iglesia porque no encuentran en ella a Jesús vivo y resucitado, la ven llena de diferencias y divisiones, ven que sus enseñanzas están pasadas de moda y no se sienten acogidas.
¿Nos sentimos en este grupo enviados por Jesús a llamar a alguien en su nombre? ¿Hay alguien en nuestra familia, en nuestra parroquia, en nuestro entorno… a quien nos podemos acercar para decirle de alguna manera: «Ánimo? Levántate. Jesús te está llamando»? ¿Nos comprometemos a dar algún pequeño paso antes de la próxima reunión?
Si, definitivamente en este grupo nos sentimos llamad@s por Jesús a llamar nuestr@s herman@s por su nombre.
Si, hay personas en nuestra familia, en nuestra parroquia, en nuestro entorno… a quien podemos decirle de alguna manera «¡Ánimo! Levántate. Jesús te está llamando».
Me comprometo a rezar a Jesús con el corazón para que su Espíritu me guíe a llevar un mensaje de esperanza en mi entorno.
Hola!! Compañeros de los Grupos de Jesus, Somos el GVJ 17, y queremos dejarles nuestro sentir al recorrer este tema. Lo expresamos tomando frases de este evangelio y llevandolas a nuestras realidades, a nuestra vida
«Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino» (asi vemos la realidad actual de la Iglesia): Los grupos parroquiales no se abren a más participantes, no invitan, están instalados en ritos y festividades. La comunidad eclesial en general es fría y cerrada, tienes que escarbar para encontrar a Jesús y su mensaje, algunas cosas y algunas personas parecen anacrónicas, rígidas, fundamentalistas. Parece no haber la apertura siquiera a hablar de lo que vemos todos los días y de encontrar la verdadera respuesta de Jesús.
«Cuando se enteró de que era Jesús el Nazareno quien pasaba» (la percepción que tenemos de Dios): La religión es como una pastilla que me adormece, y al mismo tiempo me encuentro desorientada, sin embargo, desde el fondo surge el anhelo de estar en camino con Jesús el Señor de la Vida y le pido que lo que hay alrededor no me calle, sino, que al contrario, me anime a ir al encuentro de su llamado.
«… se puso a gritar:—¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» (nuestros gritos al Salvador):
El hambre de Dios no se puede calmar con cosas, ni con ideas. Mi espíritu exige la presencia de Jesus… le pediré compasión y estaré dispuesto de corazón a escuchar su llamado y por supuesto que gritare en caso que mi hermano que también lo espera quiera acallar mi voz.
«Muchos lo reprendían para que callara» (la sociedad actual, agnóstica o atea, nos quiere callados): Y es que, ciertamente, el cristianismo se ve más como atadura…nuestros propios errores como cristianos acomodados, incapaces de revelarnos, de levantarnos llenos de fe como el ciego del relato. Los «intelectuales» parece que piensan que ser cristiano es sinónimo de debilidad o mediocridad intelectual. Confesar hoy la fe cristiana es exponerse a la burla, al comentario irónico e irrespetuoso, al menosprecio.
»—Ánimo, levántate, que te llama» (este grupo de Jesús, que nos anima a ponernos en marcha):
Esto de examinar el texto bíblico con calma… leer los comentarios de los demás… creo que Dios opera a través de ellos y posibilita que, aunque vivamos bajo el signo de Babel, nos entendamos.
«—¿Qué quieres que haga por ti? » (nuestro mayor deseo): «Señor, dame la fe necesaria para escucharte, verte y ponerme en camino, para ser sorda y ciega a lo que quiera detenerme. Que tu Espíritu me anime a ir a tu encuentro, que su fuerza me de fe y me permita levantarme e ir hacia Ti, que tú seas el centro de mi vida».
«Y al momento recobró la vista y le seguía por el camino» (seguir el camino de Jesus, hoy):
Cada día que despertamos y todavía estamos aquí es un milagro. Anunciar a Jesus, su mensaje, creo que es un desafío difícil y hermoso, trato de llevarlo adelante, en el entorno familiar, de trabajo, a nivel comunitario, creo que es una esperanza real, no dejar que se apague esa llamita, centrar nuestro mensaje en Jesus, tratar de integrar, no dividir, acompañar, ser mensajeros.
Gracias.
Somos Lilia, Jon, Cecilia, Raymundo, Malka, Maria del Mar, Mario, Maru, Guadalupe, German, Cristian, el GVJ17.
Queridos amigos y amigas de GVJ:
Somos el GVJ Shemá. Todos nosotros iniciamos en la convocatoria del pasado mes de enero, creamos el GVJ 16 y, recientemente, nos hemos dado el nombre de “Shemá”.
Ponemos en común, con todos ustedes, algunas de nuestras reflexiones tras haber trabajado este segundo tema:
-Necesito ver siempre a Jesús y sentir que él me ve; necesito aprender a dejar de lado mis seguridades temporales para entregarme completamente a su misericordia y aprender a seguirlo con todo mi corazón, mi alma y mi mente, sabiendo que nunca me defraudará
-¡Cuántas veces, también yo, he querido «callar» tantos gritos de auxilio dentro de mí, o en otros hermanos que, en sus momentos de crisis, necesitaron de ayuda! Creo que esos gritos son, de alguna manera, «ruegos» que dirigimos a quien pueda escucharnos… y, para ello, necesitamos escuchar (shemá) con toda atención; escuchar y acompañar, obedecer y caminar…
– Jesús se detiene, atiende el clamor de este ciego; una vez más se compadece del alma de una persona, de un hijo de Dios. Manda por él y, aquellos que antes eran obstáculo para acercarse al Maestro, ahora son utilizados como un medio del que Jesús se vale, esta vez lo alientan: ¡Ánimo!, levántate que te llama. Estas palabras deberían resonar en nosotros y en nuestras comunidades. En lugar de señalar, culpar, destruir y desanimar. No solamente yo necesito escucharlas, también los demás las deben escuchar de mis labios.
– Este tema ha estado muy tremendo para mí, ya que me ha servido para darme cuenta lo alejado que estoy de Jesús y lo ciego que soy. Tiene que pasar Jesús para darme cuenta de ello. No he podido tirar el manto y ponerme de pie con la agilidad que me hubiera gustado imitar de Bartimeo, no voy a dejar que Jesús pase de frente sin antes gritarle que ¡tenga piedad de mí, pecador!
– Así como Bartimeo, yo también he gritado a Jesús y Él me ha escuchado abriendo mis ojos y mostrándome que nunca me ha abandonado. Sin embargo, debo confesar que, ha habido otras ocasiones en las que me siento ciega y no lo veo, le grito y no escucho su voz.
– Yo también grito y pido a Jesús que me saque de mi ceguera, de mis comodidades y seguridades. Yo, quiero ver. Y por ahora mi fe es débil, me siento ciega.
– No hay nada más hermoso que poder ver con el corazón: el rostro de la madre, la sonrisa de los niños, los ojos de la persona amada, la belleza de la creación, las obras de las personas… y para ver, Jesús siempre nos llama, porque Él es el primero que nos ve sentados al borde del camino de nuestra historia, porque vivimos en la oscuridad… y en el respeto de nuestra libertad nos quiere sanar.
Les compartimos también esta oración que surgió a raíz de la reflexión del tema:
– Señor, necesito más fe para seguirte y al igual que el ciego ver porque voy por la vida la mayoría de las veces sin ver a la gente que me necesita y a la gente que está fuera del camino.
Aurora, Blanca, Carlos, Charo, Edgar, Eduardo, Marycarmen, Miriam, María, Patricia, Pedro, Rosario, Tarcisia.
Sana nuestra mirada
Jesús, quiero mirar a las personas con el mismo amor con que tú las miras.
Jesús, te pido claridad, sabiduría, fortaleza, amor y paciencia, para mí y para mis compañeros de este grupo, para trabajar y sanar nuestra historia familiar, nuestras heridas del pasado.
Ilumínanos, para entender que las personas que nos lastimaron hicieron lo mejor que pudieron con las herramientas que tenían en ese momento; que generalmente las personas no hacen daño por maldad sino por ignorancia, porque así fueron tratadas ellas, porque tuvieron una historia difícil…
Que podamos ver que en nuestras manos está nuestro futuro y, contigo, la fuerza y la esperanza de construir la vida que queremos vivir.
Adriana
GVJ 15
TEMA 2. ¡Animo, levántate. Te está llamando
APORTACIÓN A LA WEB.
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Al final del segundo tema, el GVJ 15 despide con pena a uno de sus miembros, que no podrá continuar. Las once personas que seguimos adelante os compartimos con alegría algunas de las reflexiones que compartimos durante este tema.
• Qué resorte de sentido se movió en Bartimeo? ¿Qué intuición maravillosa, acuciante lo movilizó de esa manera? ¿Es esto la acción de la gracia? ¿Es esto, confianza pura, fe visceral que quizás le fue dada en ese instante? ¿Qué ni él sabía que tenía?
• La fe es esa decisión personal de creer, libremente tomada, que no deja de ser un salto en el vacío, como la corazonada que sintió Bartimeo
• La actitud de la gente alrededor, me parece muy similar a lo que vivimos hoy en día; cada quien ocupado en sus asuntos sin tiempo para ayudar a los demás y muchas veces en total indiferencia con los que sufren a nuestro alrededor.
• Él es nuestro modelo de cómo debemos acercarnos a los que sufren. A veces -en nuestro deseo de ayudar (¿?)- damos al otro lo que consideramos o suponemos que le hace falta. Sin embargo, Jesús nos enseña a respetar el espacio del otro: ¿»qué quieres que haga por ti?».
• Si no te gusta la forma en que estás viviendo tu vida tienes otras opciones, haz algo para cambiarla….en mi oración le pedía a Jesus que me iluminara para tomar la mejor decisión, que quería un cambio en mi vida para crecer…. En el momento que tuve fe en mí misma para hacer los cambios necesarios, le hice caso a mi corazón y fue la mejor decisión, hoy sigo caminando de la mano con Jesus, disfrutando de la vida, explorando y experimentando cosas nuevas
• No me considero ciega total, pero si con cataratas. Lo expreso así porque alguna luz veo, pero no puedo distinguir con nitidez. He tenido momentos de encuentro personal con Jesús y he quedado maravillada y necesito conocerlo mejor. Por eso quiero estar en este grupo
• El rezo puede tratarse de una actitud muy consciente y muy elaborada o también algo rutinario pero no es lo mismo rezar que gritar. El grito supone la necesidad imperiosa de expresar la angustia y la desesperación a la vez que exige una respuesta. Es una actitud en la que la persona rompe todas las barreras que le son impuestas y está abierta a la recepción de ayuda y/o respuesta.
• Bartimeo se encontraba apartado y parecía pasivo, sin embargo por dentro rebosaba fe y confianza en Jesús. Yo, en cambio, aunque intento buscar cada día a Jesús y vivir conforme a su Evangelio, no logro tener esa confianza ante las adversidades y a veces me enfado con Él y Le “acuso” de no oír mis oraciones
• Sé que debo hacer mi parte en el camino de la fe pero estoy seguro de que hay una «conversión de las profundidades» que no la doy a mí mismo: es el Señor que puede tocar, hacer hablar, hacer ver, hacer oír, hacer andar, hacer comprender. Este es el milagro
• Jesus mío! Que tenga un espacio diario de intimidad a solas contigo y el Abba. Carpintero del amor, sé mi alfarero, moldéame, te lo grito.
• Para encontrarse con Jesús lo primero es tener ganas de encontrarte con él. Es decir, buscarlo y querer encontrarlo. Muchas veces pasa Jesús a nuestro lado y no queremos verlo.
También os ofrecemos el enlace a una inspiradora canción de Alejandra Guzman que nos a dado a conocer Adriana, titulada “Necesito amarme”
https://youtu.be/tYm-9A64m2M
Ojalá os guste tanto como a nosotros.
Adolfo, Adriana, Consuelo, Graciela, Ilda, Ilsaflor, Juan, Kontxi, Lourdes, Pedro, René, Roberto
Querido Grupo GVJ 15. Os he leido con mucho interes y he de deciros que me ha «llegado» muy hondo vuestra reflexión en todo lo que expresais .
Hay frases como: » La fe es esa decisión personal de creer, libremente tomada, que no deja de ser un salto en el vacío, como la corazonada que sintió Bartimeo.
El primer párrafo, anterior a este me parece magnífico, así como los tres últimos que me han parecido estupendos.En general, ya os digo, TODA la Aportación está «preñada» de vuestra ilusión y confianza en el Maestro.
Yo soy del Grupo Galilea, compañera vuestra también en esta bendita andadura que hemos emprendido de su Mano.
Oa tengo presentes a todo los grupos en mi oración… «Que todos sean uno, Padre, como TU y YO, somos Uno »
Que sigamos adelante con mucho entusiasmo.Gracias por esta aportación tan bonita
UN ABRAZO
Queridos amigos de camino:
Estas son nuestras reflexiones del TEMA 2:
1. ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
La situación de Bartimeo nos identifica y nos hace vernos en situaciones de ceguera por no poder mirar la Vida como Jesús nos enseña, inclusive en ocasiones, la sensación es estar totalmente ciego/a y postrado a la vera del camino.
Ceguera que puede deberse a la obediencia al mundo sin sentido, por mantenerse en la comodidad que ofrece, perdiendo la perspectiva de ver la vida como cristianos, no viendo las injusticias que tanto daño provocan a la vida de quien las sufre. Sentados al lado del camino, inmóvil y en un mundo que desea que estemos al margen del reino y pensando que Dios está ausente.
Pasividad a la espera de que alguien nos ayude a movernos, perdiendo la confianza en nuestras posibilidades, sin sentir fuerza para luchar, sin esperanzas…
En esa espera surgen gritos a Aquél que sabemos que se detiene, que sabe que lo necesitamos, que sabe darnos ánimo; al que pasó varias veces por donde estábamos pero que en ese momento no nos interesó seguirlo; a Aquél que está atento a estos gritos; a Aquel que con su sola presencia nos hace sentir vivos; al que sabemos que se detendrá a tendernos la mano porque lo necesitamos; al que sabemos que nos sanará.
Tenemos certeza de que Jesús se detiene, nos damos cuenta que esta frente a nosotros, llamándonos. Sabemos que el encuentro con Jesús es transformador en todo sentido, porque así lo vivió Bartimeo: de no ver, pasó a ver; de estar al borde del camino, se puso en camino; de estar solo, pasó a estar caminando con Jesús. Bartimeo sabe lo que quiere y Jesús sabe lo que Bartimeo necesita. No solo le devolvió la vista, le devolvió la Vida. Y saber mirar la Vida es entender el proyecto de Dios.
Tal vez, el hecho de sincerarme conmigo mismo, ver mis actos tomando distancia, reconocer mis debilidades y mis oscuridades, sea él. «Maestro, que vea». Y veo con cierta claridad mi historia, la vivida y la que voy construyendo, es una forma de sanar ¿no?
Dejar el manto, dejar lo que nos tiene cómodos, lo que nos ata, para seguirlo y transformar el sentimentalismo en acciones, hechos de servicio y entrega de compasión y misericordia hacia el prójimo. ¿Acaso no es eso el andar por los caminos de Jesús? ¿Entregarse a los otros?
Es nuestro deseo decirle a Jesús «Maestro que vea», es nuestro deseo soltar el manto, es nuestro deseo estar caminando definitivamente junto a Él, es nuestro deseo vivir la Vida para hacer posible la vida de todos y todas.
2. ACERCAMIENTO A LA VIDA
Aprender a mirar
Vemos todo lo que miramos, pero no miramos todo lo que vemos. Parece ser que es fácil ver, pero mirar, es decir, prestar atención y comprender lo que vemos, es lo que nos cuesta, es esa la ceguera de nuestro tiempo. De esta ceguera no nos hacemos cargo.
Es difícil imaginarse toda una vida con ojos que no miran lo que vemos, esta actitud es ser no cristiano. Es como ver la luz sin atreverme a dar el salto, como ver el camino de conversión sin atreverme a dar pasos concretos.
Desde esta ceguera, queremos aprender a mirar porque percibimos que hay mucho más en juego de lo que estamos viviendo. Hay algo que puede cambiar, que se intuye que se puede transformar, aunque todavía no lo miremos con claridad.
Sentimos que aprender a mirar nos cuesta, nos demora en dar el salto al camino, pero tenemos la certeza que aprender a mirar es lo mejor para construir el Reino.
Al costado del camino…
Cuesta tomar la decisión, saltar y tirar el manto para ponerse en camino. Quizás por el poco conocimiento de Jesús y su proyecto. Hay parroquias que tienen discursos poco provocadores frente a la realidad injusta, a veces da la sensación de que se desconociera el proyecto del Reino. Esto nos adormece conformándonos con prácticas religiosas básicas, sin percibir las veces que ha pasado Jesús por nuestra vida pidiéndonos que nos sumemos al camino del Reino.
La iglesia necesita y debe explicitar de otra manera el proyecto de opción por los más pobres. Es muy preocupante ver el desinterés por la vida del otro, y seguramente desde el costado del camino no haremos nada.
El desafío de estar en el camino del Reino…
Hoy necesitamos una Iglesia viva y creativa, que nos enseñe a mirar, que nos enamore del proyecto del Reino.
Hoy tenemos una Iglesia que está pasando de la exclusión a la inclusión, del poder mundano al poder del amor, llamada a vivir el perdón a partir del reconocimiento de nuestras debilidades como seres humanos. Se percibe una iglesia que quiere salir como Jesús a incrustarse en medio de las dificultades de la gente. Pero necesita de nuestro SI. En este compromiso estamos…
Es nuestro deseo que en este grupo podamos discernir la opción de los pobres para que podamos vivir en nuestras comunidades la construcción del Reino. Como algunos de nuestros compañeros que lo están intentando:
-Yo me comprometo a llevar un mensaje de esperanza a una comunidad de personas en un barrio de invasión en el que mi comunidad Fondacio tiene una obra llamada «Oasis». (Gustavo)
-He pensado invitar a mis vecinas para que nos reunamos un día a la semana para estudiar el texto del Evangelio y para la Lectio divina. Ya tengo las invitaciones escritas. Luego les contaré si me dio resultado o no, porque son personas no practicantes no obstante ser católicas. (Teresa)
Un abrazo a todos.
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús, somos el grupo virtual BETANIA, el tema 1, lo presentamos como GVJ14, (por lo que podrán ver, ya tenemos nombre)
y queremos compartir con vosotros nuestra reflexión sobre el siguiente tema:
TEMA 2. ¡ÁNIMO! LEVÁNTATE. TE ESTÁ LLAMANDO (MARCOS 10,46-52)
ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
La lectura de este texto nos sugiere en primer lugar la importancia de vivir cada momento en presencia de Jesús, reconocemos que Él está siempre atento y nosotros debemos corresponderle poniendo cada día en práctica esa atención; alejándonos de las distracciones, de los peligros y de situaciones de confort.
Desde éste texto, sentimos la invitación de Jesús, como Bartimeo, a salir de nosotros mismos para llevar la buena nueva a aquellos menos afortunados, a todos aquellos que con el “ruido de la vida cotidiana” no han podido verlo ni experimentarlo, como alguna vez nos hemos encontrado nosotros.
También nos alienta a discernir con qué tipo de persona nos identificamos: con las que aparentemente siguen a Jesús, pero se quedan al borde del camino, viven de las apariencias, instaladas en su pasividad y presentando obstáculos o con las personas que siguen a Jesús y que pesar de las dificultades, aprenden a ser conscientes de sus límites, errores y también de sus cualidades.
CONVERSIÓN PERSONAL
Sentimos que es una invitación a vaciarnos de todas nuestras sombras y a reconocernos desde su misericordia. Identificar la experiencia de Dios en nuestras vidas, en nuestra historia, en nuestro hoy.
También, nos reconocemos en la falta de visión de Bartimeo, nuestra experiencia de Jesús es limitada y desde su mirada se amplía nuestra conciencia, de personas dignas, de sabernos desde Él, en Él y permanecer en Él, lo que nos lleva a decir, Señor te necesitamos, tú nos dignificas; tu mirada se reconoce desde nuestro ser de ti, desde nuestro ser de Dios. Y sabes que lo que queremos es visión para ser fiel a ese llamado de dejarnos hacer y ser de Ti. Así mismo, recibimos una invitación a escuchar y mirar a las personas como Jesús lo hace, a detenernos, a respetar su libertad, a saber que Dios está presente en sus vidas y a animar a que se levanten en aquello que ellas saben que necesitan.
Esta visión nos lleva a estar alerta, a saber percibir las enseñanzas de Jesús con otra apertura y con nuestra práctica llevarla a todas las personas que Dios ha puesto en nuestras vidas.
Deseamos conocer más a Jesús con la ayuda de todos, para amarle más y seguirle con más decisión y responsabilidad. Por otro lado y a la vez, ir buscando en nuestras relaciones y en los acontecimientos que tenemos que vivir, la forma de poner en práctica lo que vamos aprendiendo de Jesús.
COMPROMISO CON EL PROYECTO DE JESÚS
El culto tal como se practica hoy día en algunas ocasiones no se entiende y a veces experimentamos una actitud de condena por parte del clero, en lugar de misericordia y acogida. Hay una falta de coherencia que no permite ofrecer lo mejor del cristianismo, que dificulta la visión de Jesús de Nazaret.
Este grupo pretende aprender a estar abierto a las necesidades de cada uno de sus miembros y a la de los demás desde el mensaje de Jesús. En ocasiones hemos sentido cierto malestar que podemos interpretar como esa búsqueda de sentido (ese grito), que nos pide abrir nuestro interior y acercarnos a Jesús.
Sentimos que la fuerza del Espíritu nos llama, para comunicarnos que debemos ponernos en marcha hacia la vida del Reino de Dios, para formar la familia de Jesús y para empezar a entender su lenguaje, que no es de este mundo. “¡Ánimo! ¡Levántate! ¡Estaré siempre contigo!”.
ORACIÓN
Bartimeo nos ha dado una gran lección de fe, te presentamos Señor nuestro grito desesperado. ¡Jesús, quédate con nosotros y acompáñanos en nuestro caminar!¡Que veamos Señor, que veamos! ¡Que tu luz nos ilumine!
¡Que nuestros pensamientos sean inspirados por ti al igual que nuestras palabras, gestos y acciones para llevar luz a otros empezando por nuestras familias, pero sin olvidar que también hay otras personas a nuestro alrededor que quieren y necesitan conocerte cada día más!
Gracias Señor porque nos has mirado y nos llamas por nuestro nombre.
Te pedimos Señor, que no seamos obstáculo para dejarte actuar en nuestra vida, en la de los demás, que no nos impongamos, te reconocemos, queremos ver, queremos permanecer en ti.
Te pedimos Señor, no ser obstáculo para que otras personas te conozcan a través de nosotros, que reconozcamos nuestras debilidades para que tú las transformes en virtud, a pesar de las hostilidades que vemos en algunos representantes más cercanos; que todos vean en nosotros un fiel reflejo de tu imagen, desde la búsqueda de tu presencia, desde el dejarnos hacer por ti; desde la dignidad, desde la verdad, desde la belleza y de la bondad.
Amén
Un abrazo fraterno
Belén, Carmen, Gioconda, Juan Arturo, José, M. Mercedes, María Lourdes J. Santiago, Ma. de Lourdes V.
TEMA 2. ¡Levántate! Te está llamando.
(Marcos 10,46-52)
APORTACIÓN A LA WEB
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Somos el GVJ 11 y compartimos algunas de nuestras reflexiones sobre el segundo tema de Grupos de Jesús.
Acercamiento al Evangelio
• El llamado es todos los días para trabajar en este gran proyecto llamado el Reino de los cielos y anunciar la Buena Nueva de Jesús. Como me gustaría tener esa fe segura, sin temores, sin angustias, sin miedo, y poder llamar al Señor. Tener esa fuerza de poder dar ese salto y dejar esta pasividad en mi vida para poder seguirlo más de lo que hoy puedo seguirlo, hoy y con ánimo levantarme y seguirlo porque Él me llama.
• El ciego no puede ver a Jesús, aunque sí lo reconoció (Hijo de David). Así que sólo oye que alguien le dice: «Ánimo, levántate, que te llama.» El Evangelio cuenta que arrojó su manto y que dio un salto. Seguramente no debía tener más pertenencias que este manto. ¿Cómo de poderosa era esta llamada? ¿Cómo de poderosa era su fe? Todo lo sobraba. Cuando Jesús le pregunta ¿qué quieres que haga por ti? Él le contesta: «Maestro, que vea.» Jesús le contesta: «Vete, tu fe te ha salvado.» pero el mendigo le seguía por el camino. Aquí hay algo más que recobrar la vista. Es dejarlo todo y seguir a Jesús. No sólo recobró la visión sino que recobró la visión interior, aquella que le permite ver y reconocer a Jesús y también reconocer lo único que importa en la vida.
• El gritaba todavía más fuerte»: Lo que tendría que ser un gran obstáculo, para Bartimeo, se convierte en oportunidad para alzar más su voz. «Jesús se detuvo»: No pasa de largo ante el grito de quien sufre, de los excluidos, no es indiferente ante la necesidad humana, ante la petición de compasión. «Llamadlo»: No lo llama El directamente, sino que implica a los que van por el camino, a sus seguidores. «Animo, levántate, que te llama»: Jesús ha hecho que la «reprensión» de los que le seguían, se transforme en palabra de ánimo; palabra que transforma su vida, de estar «sentado», se le motiva para que se «levante», para que deje la postración y toma postura ante la vida que le corresponde como ser humano, devolviéndole la dignidad.
• El ciego deja cuanto posee y da un salto hacia Jesús. Desprendido y gozoso. ¡Qué dos buenas cualidades para seguir a Jesús! Jesús se fija en los más necesitados e implica a los que les juzgan no aptos de ser atendidos, porque están «fuera» del camino.
• Algo inquieta a Bartimeo por dentro porque, siendo ciego se entera de la presencia de Jesús. Tal vez estaba a la espera. Tal vez no veía, pero escuchaba. Y de repente escuchó algo que lo removió por dentro de tal manera que no se dirigió a Jesús con calma, sino con un grito que parece desesperado: » Ten misericordia de mí”. Es el grito del que ya no puede más, de quien necesita un cambio radical en su vida.
• Jesús le dice ¿qué quieres que haga por ti? Jesús tiene compasión de ese hombre que gritó decidido pidiendo ayuda. Yo como seguidora de Jesús ¿tengo compasión?, les pregunto a las personas ¿qué quieren que haga por ellas? o me creo con el derecho de opinar sobre sus necesidades, y decidir la ayuda según mis criterios. ¿Cómo le expreso yo mis necesidades a Jesús?, ¿sé yo lo que necesito?…Jesús le dice a Bartimeo: Vete, tu fe te ha salvado, y al momento recobra la vista.
• Este pasaje me habla de Amor y de Fe. El Amor de Jesús por Bartimeo es transformador, Jesús le devuelve la vista y con ella le devuelve la vida en su más amplio sentido. Bartimeo pasa de estar parado en el camino a ponerse en movimiento y a seguir a Jesús
Acercamiento a la vida
• Señor necesito que me guíes y seas la luz en mi vida para poder seguir contigo en este gran proyecto llamado Reino de Dios. La fuerza de tu espíritu para que día con día llevar tu mensaje a cada persona que pones en nuestra vida. Para dar la esperanza y el amor que da tu palabra. Dame fuerza física y espiritual para seguir.
• Vivo la Presencia del Espíritu en mí y tengo a Jesús presente en todo momento. Mi vida está dedicada a lo que sentí en su día que era Su llamada. Sí es cierto que hasta entonces yo también estuve mucho tiempo «sentado” y “ciego».
• Poco a poco voy aprendiendo a Orar y conversar con Dios, en mi día a día estoy buscando ese momento de silencio pero se cruzan muchos pensamientos que me distraen de mi objetivo, me comprometo a esforzarme por acallar mi mente y liberarme de las resistencias que me impiden encontrarme con él.
• Este texto es una llamada: a seguir más de cerca a Jesús, llamada que entiendo para todos los cristianos, no solo para los religiosos y los curas. A cambiar la «reprensión» por la palabra de ánimo y de transmitir la Llamada de Jesús a los demás. A Mirar y escuchar como lo hacía Jesús, a quienes están en los márgenes del camino. A orar incansablemente como Bartimeo. A trabajar con Jesús por disminuir el dolor de los que sufren.
• Jesús me llama, nos llama constantemente, ya que a lo largo de una jornada, puedo estar en «camino» o al margen, en «movimiento o postrada, con «luz» o a oscuras… lo importante es que tomemos conciencia de su paso junto a nosotros y le gritemos, confiados en su amor…, sí, porque su Amor está y es él el que que nos transformará».
Oremos:
¡Señor Jesús, qué hermoso eres!! Qué grande es tu amor y tu misericordia. No caben en nuestro corazón, menos en nuestros pensamientos. Hoy te pido, que me ayudes a ver: a ver el sufrimiento del hermano y hacer algo por él. Que vea tus obras, plasmadas en la naturaleza y me sorprenda por tanta maravilla. Que vea tu presencia en todo lo que me acontece. Que vea tu cercanía y compañía, tu amor y amistad, en quienes me rodean. Que vea tu rostro en quien se acerca a mí. Señor que vea cómo te acercas a mí para darme la oportunidad de crecer en el amor al prójimo.
Gracias, Señor, porque cada día me salvas, pese a mi ceguera espiritual. Gracias por el «colirio» de la fe, de los sacramentos, de la Eucaristía, de tu Palabra, porque todos ellos despejan mi vista.
Bendito seas, por esta Palabra, por la sencillez, por la confianza, por el abandono de este hombre, que sintió cómo te acercabas a él para «animarlo y levantarlo» de donde estaba! No lo dejaste a su suerte!, Lo levantaste, lo animaste, lo liberaste, lo renovaste, lo hiciste «nacer de nuevo».
¡Nuevamente, nos animas y nos levantas. Nos iluminas, nos impulsas a seguir caminando!
Hoy te pido la gracia de que yo pueda dar el salto de la fe, de ese que se arriesga a lanzarse al vacío con la esperanza y la seguridad de que Dios le recoge.
Gracias, Señor, por tu fuerza, tu amor y tu ternura, que hoy nuevamente renuevas en nuestro corazón.
Amén.
Ana Mª, Azucena, Jorge Arturo, Jorge, Gabriela, Marcela, Mª José, Mónica, Rosa, Stella y Yolanda.
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
De nuevo compartimos con todos vosotros nuestra reflexión, en este caso, sobre el tema 2 de Grupos de Jesús. También queremos compartirlos que, a partir de ahora, ya no somos el GVJ 9, sino que hemos decidido llamarnos GVJ En camino, nombre que refleja la actitud con la que queremos vivir nuestra vida y esta experiencia de Grupos de Jesús.
Acercamiento al Evangelio
• Siento la historia del ciego Bartimeo como nuestra propia historia. A veces somos el ciego, cómodamente sentados junto al camino, esperando que alguien se compadezca de nosotros… Pidiendo limosna… mendigando amor. O también podemos ser ese hombre que reconoce el momento en que Jesús pasa a su lado y clama compasión porque desea con toda su alma pasar de la oscuridad a la luz. A veces somos la multitud que quiere acallar la voz del ciego. El grito molesta. Molesta ver y pensar en las desgracias del prójimo.
• Conectar con la propia y verdadera necesidad es un punto básico para esa oración sincera. Porque solo existe una actitud exacta para orar. Ser sincero con uno mismo y con Dios. Siendo uno mismo, aceptándose a uno mismo, el ciego es ciego, no es cojo ni sordo. A veces el ciego pide correr y el cojo ver más y el sordo ser músico. Si no comprendes tus verdaderas necesidades, Jesús no podrá ayudarte.
• El ciego Bartimeo no estaba tan ciego. En realidad comprende claramente su verdadera necesidad, más ciegos estaban los que seguían a Jesús que por el entusiasmo de seguir a Jesús dejaron de ver al ciego, o lo vieron pero le dijeron que se callara. A veces la vista nos ciega y la escucha nos abre a una vida nueva. Bartimeo empezó escuchando los pasos de Jesús.
• Bartimeo no es valiente por atreverse a buscar a Jesús, sino por pedirle lo que quiere. En algunas de mis oraciones, cuando me he puesto ante la presencia del Señor, he flojeado en mi petición. Me he derrumbado, me he acobardado. Yo veo y, sin embargo, he dudado. Yo puedo buscarle por las calles y, sin embargo, me acomodo en mi banco.
• Veo que Bartimeo no se enfada con sus compañeros por la reprimenda. Me parece verle dar un nuevo grito, esta vez para darles las gracias por haberle anunciado que, el que venía en el camino, era Jesús. Quiero hacer memoria agradecida de tantas personas que me hicieron ese anuncio…
• Creo que el Grupo puede tener la misma actitud de Bartimeo ante el paso de Jesús. Tenemos que orar repetidamente, con fuerza, con humildad, con confianza y fe, oración que supondrá una transformación en nosotros. Necesitamos quitarnos lastre, obligaciones y dejar de lado nuestras dudas y vacilaciones, y decidir ponernos ante Jesús. Él siempre nos oirá con mucho amor y acogida, como lo hizo con el mendigo ciego de Jericó, y como hace con todo ser humano que le invoca.
• Termina el evangelio con la frase: “recobró la vista y le seguía por el camino”. Si no hubiera recobrado la vista, ¿hubiera seguido a Jesús, o hubiera pasado de él? Hoy día, cuando no obtenemos lo que esperamos de la gente, adiós muy buenas.
Acercamiento a la vida
• Más que ciego o con luz me siento desorientado. No me apetece vivir la religión por costumbre o por tradición.
• Bartimeo me inspira claramente el camino de conversión que debo seguir en este momento de mi vida: no juzgar a los demás… Quiero que me ayudes, Señor, a superar el querer ser juez de nadie, a no gastar el tiempo precioso de vida que tengo para estar en diálogo íntimo contigo, a preocuparme y ocuparme de los demás… Y como reconozco mi ceguera, te pido que me prestes tus ojos para que, a través de ellos, pueda ver a los seres humanos con tu mirada limpia, comprensiva, entrañable.
• Para mí Jesús es mi vida, es el portador del proyecto de su Padre para humanizar a los hombres, en general; es la luz que me alumbra cuando estoy caída y me siento sin ganas de seguir adelante.
• Reconozco que ha habido momentos de mi vida en los que he estado bastante ciega, quizá intuyendo que Jesús pasaba de lejos en algún momento puntual, pero desde luego sin atreverme a dejar el manto y dar un salto de fe tras él. Sin embargo, ahora me veo sintiéndole con intensidad, teniendo la certeza de que está a nuestro alrededor y con unas ganas enormes de seguirle…
Denis, Eduardo, Manu, Manuela, Paloma, Patricia y Raúl
GVJ En camino
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Con alegría les compartimos que, tras estos meses de inicio siendo el GVJ 10, hemos decidido llamarnos GVJ Tabor. Queremos ahora compartirles algunas de nuestras reflexiones sobre este segundo tema de Grupos de Jesús.
Acercamiento al Evangelio
• Como Bartimeo no quiero quedarme en Jericó ni al margen del camino, quiero seguir a Jesús hasta Jerusalén, con todas sus consecuencias, sintiéndome hermana de una familia diversa, plural y universal, la familia de Jesús.
• Jesús se detiene y le dice a los suyos: «Llamadlo». Yo lo necesito oír y sé que son muchos los hermanos que sufren y padecen que también lo necesitan oír. Quizás también oigamos la voz de Jesús que nos dice: «Llamadlo».
• Señor Jesús, tú que sabes la compasión que me produce la ceguera física, y mi admiración por todo ser doliente que tras pasarla mal no pierde la fe, ¡concédemela a mí también! Danos la fe de los humildes, de los que creen sin mayores conocimientos, razonamientos ni intelectualizaciones.
• Necesitamos los cristianos un revulsivo similar que nos mueva a quitar el lastre del manto religioso que nos aparta de Dios, salir de la postración de una tradición alejada de la realidad y, con la confianza puesta en que Dios camina a nuestro lado todos los días de nuestra vida, pongamos la vida al servicio del reino de Dios.
Acercamiento a la vida
• Creo que nuestro primer compromiso como Grupo de Jesús debería ser dar a conocer estos grupos virtuales, por su riqueza espiritual y plenitud en la diversidad y en la distancia geográfica, pero guiados por la misma Luz y Fuerza.
• Desde mi «caída del caballo», siempre he pedido: «Señor, que sea un instrumento a tu servicio». Así ha sido y deseo ahora más que nunca ser útil al proyecto de Jesús; ya que mi corazón salta de alegría al saber que él me llama y que está actuando en mi vida. Desde lo hondo de mi corazón le digo: «Jesús, ten compasión de mi».
• Más consciente, a través de este proceso de conversión, no me siento cómoda viviendo en la indiferencia; mi religión va camino de no ser rutinaria ni por costumbre, más auténtica. Cristo va aclarando mi visión de la vida a la luz de la fe.
• Te doy gracias, Jesús, porque ahora veo claramente que siguiendo tu camino puedo continuar creando por amor lo que el Padre sembró en mi corazón. Que mi vida solo tiene sentido dándose por amor. Y, con gozo e ilusión, te pido: ¡Que vea Jesús, que vea!
Algunas oraciones
Señor Jesús, tú conoces mi vida y las oscuridades que hay en ella,
tú sabes que necesito tu luz para verte y la fuerza para seguirte;
ayúdame a decidirme a dar el paso,
no dejes que el apego a mis falsas seguridades
me impidan fundamentar mi vida en esa roca sólida que eres tú.
Transfórmame en ese discípulo misionero
que, con un testimonio claro, sea capaz de atraer a muchos hacia ti.
Jesús, tú eres mi luz, mi fuerza de amor en los momentos de debilidad.
Tú me sostienes con tu mano firme durante mi caminar por esta vida.
Quiero ser el Bartimeo curado, el que te sigue tras curarse,
viendo la belleza de la vida contigo y por ti;
que los ojos de mi alma y de mi fe reciban cada instante tu bondad suprema
para compartirla con gozo con todos mis hermanos
sin distinción de credos y razas.
¡Hola, Señor! Tú que conoces mis virtudes y mis defectos,
mis carencias y mis necesidades, mis profundidades y mis abismos,
clamo a ti que no permitas que continúe sentada al borde del camino,
sin ojos para mirar la vida, indiferente,
cómodamente instalada en mi mundo de escepticismo y de frialdad,
ajena a tus planes.
Concédeme la fe ciega de Bartimeo de reconocerte entre la multitud,
hoy, en mis hermanos necesitados.
Dame la fuerza de Bartimeo de seguirte por el resto de mis días
asumiendo las consecuencias que esto implique.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Sin ti soy nada!
Antonio José, María Reyes, Inmaculada, Juan Carlos,
Luis Carlos, María Pilar, Pilar y María del Carmen
GVJ Tabor
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Nos alegra compartir con vosotros que ya le hemos puesto nombre a nuestro grupo. A partir de ahora somos el GVJ “Nazaret”.
A continuación os compartimos algunas de las ideas y reflexiones que hemos intercambiado en este segundo tema del itinerario.
Acercamiento al Evangelio
• Arrastro cegueras, no miro la vida con ojos totalmente limpios. No miro siempre con la luz del amor. Me alejo por ideas, esquemas, juicios… que me separan de esa luz.
• Estoy ante un reto de madurez en la vivencia del amor, aprendiendo, progresando en el arte de amar de una forma desprendida, desapropiada, sin esperar nada a cambio.
• El ciego Bartimeo me pide cosas muy serias. Él, que sólo ha «oído» hablar sobre Jesús, me propone abiertamente encontrarme con él. El ciego, desde su impotencia, me propone «gritar», «llamar» a Jesús. Me dice que solo Jesús es la esperanza que puede cambiar mi vida, como cambió la suya, y es que Jesús le concede el don de ver e, incluso, de seguirle por el camino.
Eso sí, el ciego me recuerda que es necesario liberarme de todo, hasta de lo vital (como «el manto»), dejar las seguridades («el borde del camino») e incluso «dar un salto» (con lo que ello supone para un ciego). Pero me dice que merece la pena con tal de encontrarse con Jesús.
• La gente que acompaña a Jesús es la otra cara de la realidad, y que no debo olvidar para nada. Aquel grupo de personas «pasa» del ciego, y esta «gente» es una enorme tentación en mi vida, hoy y aquí, y me interroga muy seriamente acerca de mi conversión real, acerca de esta «insensibilidad» social.
Jesús y su forma de actuar me interroga desde arriba hasta abajo; toda mi vida y «mis estilos» quedan… «en cuarentena». Jesús me presenta la cercanía y la sensibilidad. Jesús me dice que no es suficiente con «esperar» a que la persona se acerque. Además, es necesario Interesarse («escuchar»), llamarle para vivir el encuentro; y ofrecerle lo que se tiene.
• Durante más de 50 años viví en una religión casi exclusivamente de tradición, pensando que lo que tenía que hacer para «estar bien » con Dios era preocuparme por cumplir, ir a misa, intentar no caer en pecado «mortal», dar una «limosna», no hacerle daño a nadie; pero Dios siempre arriba y yo mirándolo con temor. Luego aprendí que eso no es así… que seguir a Jesús es mucho más profundo que eso, que es ver la vida de otra manera, es tener ilusión, creer, apasionarse y trabajar por un mundo mejor para todos, identificarme con los excluidos, con los débiles y explotados, y sobre todo tener una relación personal con Dios y sentirme viva.
Acercamiento a la vida
• Me comprometo a vivir ese amor en mi familia, trabajo, relaciones y entorno en el que me muevo. Me comprometo a seguir limpiando mis movimientos egocéntricos.
• Creo que la resistencia principal por mi parte para seguir a Jesús es que pretendo resolver, decidir y actuar en la vida con mi esfuerzo sin «abandonarme» en él. Por eso a veces es como si desfalleciera de llevar la carga de mi vida sola. O sea, que tengo que contar más con él.
• Todos los días, mientras me acuesto, oración y examen de mis actividades; al despertar, pienso qué podré hacer si alguien me necesita y me llama . Pido a Jesús que me ilumine, me guíe y me ayude para no fallarle. Trato de hacerlo con la mayor alegría posible. “Tú siembra, que otros recogerán”. Lo aprendí muy bien y me lo propuse como lema de vida.
• Mi compromiso mayor es el perdón. Perdonarme a mí misma, que no lo consigo. Y si alguna vez llegara a ello, perdonar a otros. No tener odio, rencor.
Como sé que (y siento) que eso no está de mi mano, que no tengo capacidad para ello, al menos, si me gustaría tener el compromiso de la escucha, de ser paciente.
• Pienso que hoy disfrutamos de mucha técnica y medios, pero hay mucha soledad, mucha gente mayor sola, que nos necesitan. Seamos pues el corazón, las manos, los pies, que «veamos», que seamos un Jesús, que seamos las manos largas de Jesús, que se acercaba a la gente, con bondad y cariño. Me siento enviada por Jesús a ser testigo.
• Ser solidaria y escuchar el grito de mi alrededor, y responder con mi cercanía, acogida, y realizar gestos sencillos: una llamada, una visita, una palabra de aliento, ser presencia viva, en momentos de dificultad de otras personas, y a lo mejor sin ir muy lejos, y sobre todo rezar por ellos
• Me esfuerzo cada día por mirar con esperanza a las personas: quiero mirarlas sin juzgar, reconociendo y aceptando que son diferentes en sus formas de vivir, tanto si son creyentes como no creyentes, pero iguales a mí en su esencia.
• Jesús te grito que me ayudes a hacer tu voluntad que es la mía, para ser libre y ayudar a las personas a vivir libres. ¿Libre de qué? Como dice Pagola: de costumbres, tradiciones, comodidades, resistencias, miedos…
• Tengo esperanza de que este compartir con ustedes me dé luz y fuerza y pueda concretizar más ese «pequeño paso» a que nos están animando.
Y terminamos con estas oraciones:
Padre, ayúdame a caminar pues estoy ciega.
Padre, sustituye mi manto por tu compasión, no me dejes desnuda.
Que quiera a mis hijos sin egoísmos ni falsos apegos.
Que mis ojos puedan ver en el otro la presencia de tu hijo Jesús.
Deseo ardientemente transmitir la alegría y el gozo de ser tu hija.
Padre, dame el valor para verte cuando pasas a mi lado, sin poner excusas.
Aquí estoy, Jesús, en el camino, para que tú sigas, Jesús,
iluminando nuestro caminar en este Grupo de Jesús,
que sepamos descubrirte cada día.
———————————————————
Quiero ver lo que Jesús mira,
quiero ver como Jesús ve,
quiero formar comunidad
para no quedarme sentado y ciego
al costado del camino.
El milagro de dar la vida.
Todos los días, toda la vida.
Esteban, Icíar, Jesús, María, Mila, Puri, Reynaldo y Xinia
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Seguimos avanzando en nuestro caminar como Grupo virtual de Jesús y queremos compartiros que hemos decidido ponerle a nuestro grupo el nombre de “Effetá” (Ábrete).
También queremos compartiros algunas de las ideas y reflexiones que hemos intercambiado en este segundo tema del itinerario.
Acercamiento al Evangelio
• Bartimeo es invisible como tantas personas que nos encontramos en nuestro camino y no las vemos. Somos más ciegos y pobres que Bartimeo, porque en el fondo molesta ver las desgracias del prójimo.
• Jesús no le dice sígueme o vente con nosotros sino que le despide con «puedes irte». ¿Intuía Jesús que Bartimeo necesitaba su libertad?
• Los mismos que le recriminan que grite el nombre de Jesús llamándolo, después le dan ánimo. Esto es muy común en nuestra sociedad, primero criticamos y después cuando vemos el cambio de la situación empezamos a cambiar de opinión.
• ¡Cuántas veces Jesús me ha llamado (déjalo todo) y no lo he seguido! Arrojar el manto significa deshacerme de las cosas de mi vida pasada, como son: el manto de la duda, el manto de los placeres, el manto de la ira y el enojo, el manto de los celos, el manto de la envidia, el manto del adulterio y la fornicación, el manto de la pornografía, el manto de la arrogancia, el manto de la intolerancia, el manto del rencor, el manto del odio. Si los conservo sin duda me estorbaran, me inmovilizan para ir al encuentro con Jesús, es decir, hay que perder para ganar.
• Quizás llevo sentada junto al camino mucho tiempo sin saberlo, porque mi ceguera no me deja ver, al igual que no me deja ver a Jesús. Me he sentido muchas veces como una «mendiga de la fe», suplicando ayuda de otras personas que parecían estar en el camino.
Acercamiento a la vida
• «¿Qué quieres que haga por ti?» Esta vez sentí que Jesús me las dice a mí, y me deja claro que me escucha, que está ahí dispuesto a darme, solo tengo que ser clara. ¡Cuántas veces no sé lo que quiero, no sé pedirlo! Esa curación que transforma es la que pido hoy para mí y para el mundo de hoy, lleno de tanto dolor, odio e intolerancia, ciegos a la presencia del amor de Jesús.
• Me gustaría que nos comprometiéramos a hacer camino unidos, como amigos de Jesús, sabiendo integrar a tantas personas que están al margen, parados, desanimados, sin horizonte.
• Le pedimos a Dios que nos conceda «ver» el mundo con los ojos del Evangelio, es decir, con ojos de amor, de justicia social, de paz, de entrega y servicio a los demás.
• Mientras sigamos siendo unos cristianos ciegos, sentados cómodamente a la vera del camino, mendigando un poco de misericordia a través de nuestros actos puramente celebrativos, no podremos ser «testigos creíbles de Cristo». Nuestro compromiso, pues, debe comenzar por nosotros mismos. Pidámosle a Jesús que nos devuelva la vista del corazón, para que podamos verlo en cada ser humano, especialmente en los más empobrecidos, en los últimos.
• Me siento comprometido a acercarme a Jesús, a pedirle que me cure y a compartirlo con las personas que comparto mi vida y mis actividades.
Y terminamos con esta oración:
Señor Jesús, ten compasión de mí,
abre los ojos de mi corazón y mi conciencia para verte,
aumenta en mí la fe, esperanza, caridad.
Ilumina los ojos de mi corazón para conocerte,
dame decisión para seguirte sin ataduras como Bartimeo,
dame vista para descubrir y acompañar a mis hermanos en el camino.
Gracias, Jesús porque has puesto en mi camino
a estos compañeros del GVJ,
a través de los cuales Tú me llamas.
Que juntos sepamos animarnos a conocerte mejor y seguirte.
Caridad, Crescencio, José Ignacio, Lola, Manuel, Mari, María José,
Óscar, Paty, Sara Inés, Silvia y Wilmer
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús: Con alegría os anunciamos nuestro nombre como grupo: somos el Grupo Virtual de Jesús “Misericordia”. Este nombre refleja con mucha profundidad lo que queremos vivir en esta experiencia. Compartimos ahora con todos vosotros algunos de nuestros comentarios y reflexiones en este segundo tema del itinerario.
Bartimeo como ejemplo nuestro y nuestras cegueras
• Cuántas veces debido a nuestra ignorancia, somos un poco mendigos, un poco ciegos y vivimos sentados al borde del camino. Dejamos de lado lo realmente necesario (nuestra conversión personal) y nos dedicamos más a intentar sobrevivir en el mundo irreal que nos creamos, creyéndonos omnipotentes y autosuficientes y sufrimos innecesariamente. Nos llenamos de preocupaciones (laborales, afectivas, sociales, salud, etc.), en todas ellas encontramos presente “el grito de auxilio” de Bartimeo, solo necesitamos que nuestras heridas sean curadas, solo deseamos ver a Jesús, igual que Bartimeo.
• Bartimeo quería ver, yo también quiero ver, quiero ver a Jesús, quiero que cambie mis actitudes, quiero que transforme mi vida, quiero poner mi grano de arena en el establecimiento del Reino, quiero que me muestre el camino a seguir y me dé el valor para seguirlo.
• Personalmente creo que lo más importante en este mundo es despojarnos de nosotros mismos y de nuestra ceguera, y correr a Jesús para que abra nuestros ojos para ver cómo realmente es Dios.
Jesús nos llama por diversos caminos
• Jesús permanentemente, nos manda a llamar, solo depende de nosotros reaccionar igual que Bartimeo, soltando (arrojando) nuestras pobres pertenencias terrenales (las cuales nunca podrán satisfacernos), saltando al experimentar la alegría de ser mirados y llamados por Jesús y acercándonos para ser invadidos por la paz y el gozo de su presencia en nosotros.
• Yo me siento a gusto en este Grupo y me siento llamada a ser las manos y el corazón de Dios en mi entorno: a ser misericordiosa. Y a recibir misericordia de Dios y de los demás. Necesito ser ayudada a hacerlo realidad, aunque sea una realidad muy pequeña y débil.
• Así veo a este Grupo de Jesús: Recibo su voz de ánimo como un llamado del Señor a través del Grupo. Este Grupo de Jesús nos lleva al Señor para que redima nuestra ceguera espiritual. Pero también Jesús nos llama a través de tantos ciegos sin esperanza que encontramos en nuestro camino, ávidos del Evangelio y ávidos de Justicia, esperando manos y voces de ánimo que dignifiquen su existencia y les lleve a Jesús.
Todos los Bartimeos de este mundo
• Con el pasaje de Bartimeo viene a mi mente la imagen de todos los «Bartimeos» con los que nos topamos a diario en nuestra vida. Están ahí, al borde del camino, clamando por ayuda o simplemente extendiendo la mano, deseando un encuentro verdadero con Jesús, aunque a veces no sepan expresarlo con palabras.
Los que llevan la Buena Noticia a Bartimeo
• Jesús necesita que le echemos una mano, que nos “pringuemos” por él, y que digamos a los que están “ciegos” y no ven la luz: “Ánimo, levántate”. Porque esto a su vez genera que nos sintamos reforzados, que él también esté presente en nuestro interior y mejore nuestro ánimo y nuestras ganas de levantarnos cada día.
• Hoy, en este siglo, tendríamos que creer en los talentos que hemos recibido, y fortalecernos en ellos. Ver nuestras sombras, asumirlas y descubrir la comunión con todas las disciplinas, unirnos y buscar juntos la salida para las cegueras de este mundo, de nuestro pequeño mundo.
¿Y, después de la llamada de Jesús, qué?
• Bartimeo, al recobrar la vista, siguió por el camino a Jesús. Creo que esto es importantísimo, porque muchas veces Jesús me ayuda, yo le doy gracias, pero no le sigo, me distraigo en otras cosas y no soy agradecida por su compasión conmigo.
Los cristianos, la iglesia y nosotros como enviados a llamar
• Veo unos cristianos demasiado divididos (los tradicionales y los progres), preocupados por la doctrina, la norma, el pecado, la regla que hay que cumplir y aceptar, como si esa fuera la base del cristianismo. Y al igual que en el caso del ciego Bartimeo, la fe no puede ser impuesta. No puedo ir y decirle a nadie: “Es necesario para ti que creas en Jesús”; primero la persona tiene que sentir esa necesidad y ser él mismo quien diga: “Jesús, ten compasión de mí”.
Les compartimos también algunas oraciones o meditaciones que han surgido sobre nuestro compromiso y el deseo de Jesús que tenemos en nuestro interior.
Limpia mis ojos definitivamente Señor,
permíteme que te vea y te encuentre en cada uno de mis hermanos,
en cada situación, en cada actitud, en cada uno de los momentos de mi vida.
Concédeme, Jesús, la posibilidad de acercar tu luz y tu amor
a aquel que lo esté necesitando. Amén.
(Tomada prestada de Santa María Faustina Kowalska)
Ayúdame, Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que jamás recele o juzgue
según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.
Ayúdame, Señor, a que mis oídos sean misericordiosos, para que tome en cuenta
las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus sufrimientos y quejas.
Ayúdame, Señor, a que mi lengua sea misericordiosa, para que jamás hable negativamente
de mi prójimo, sino que tenga siempre una palabra de consuelo y de perdón para todos.
Ayúdame, Señor, a que mis manos sean misericordiosas y estén llenas de buenas obras,
para que sepa hacer a mi prójimo exclusivamente el bien y cargue sobre mí las tareas
más difíciles y penosas.
José Hugo, Ana Laura, Ivana, Amparo, Giovanni, José Humberto, Maria Mercedes, Marina, Miren Begoña, Miquel, Mª Cruz, Wolfgang Amadeo
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús, estrenamos nombre, somos el Grupo Virtual de Jesús MARANATHA que significa: “Ven, Señor Jesús” o “Jesús viene”.
Queremos compartir algunas reflexiones que resumen nuestra andadura en el análisis y vivencia del tema 2: “¡Ánimo! Levántate. Te está llamando”
Acercamiento al texto evangélico:
+La figura de Bartimeo descrita por Marcos me remite por una parte a la gente rechazada, a los marginados a los que nadie escucha y por otra me identifico con él, en la oscuridad esperando la llamada de Jesús.
+A Bartimeo me lo imagino como la persona más necesitada de esa sociedad, sin poder aprender de los demás al ser ciego, solo mendigar, pero también muy decidido, sabe lo que necesita, quizás al faltarle la vista y no aprender demasiadas cosas tiene un corazón más limpio, en cuanto escucha que por allí está el Nazareno no duda en pedir compasión con todas sus fuerzas gritando; ya que no puede permitirse que Jesús pase de largo, es su oportunidad.
+El ciego se enteró de que Jesús pasaba, le faltaba el sentido de la vista, pero los otros sentidos y la intuición los tenía plenamente en funcionamiento. Los otros sentidos percibieron lo que no pudo con la vista; no era perfecto, carecía de algo muy importante, pero eso mismo fue lo que le hizo buscar esa carencia que le faltaba para ser un hombre realizado y feliz.
+ En primer lugar me llama la atención que, algunos que seguían a Jesús, al escuchar a Bartimeo, le reprenden y le mandan callar; les molestaba que el ciego perturbara la paz con que acompañaban a Jesús. No sienten, como Él, compasión por el necesitado que estaba junto a ellos. ¿No seremos éstos todos los que nos consideramos cristianos, y nos molestan todos los mendigos, pobres, emigrantes etc. ¡Cuántas veces en nuestras vidas nos incomoda y molesta la miseria, la pobreza, la necesidad… que tenemos al lado!
+Jesús escucha unos gritos desesperados nombrando su nombre; se detiene porque para Él no hay pequeños ni marginados; sin miramientos como sus discípulos, les dice a éstos que lo traigan porque para Él no hay pequeños ni marginados, en Él solo hay compasión y con esta actitud está dando una catequesis de como Dios quiere que amemos. Sus seguidores lo entienden así y ahora son portadores de la buena noticia. Me hace recordar el acercamiento evangelizador y de amor que tiene nuestro Papa Francisco hacia nosotros, los necesitados, sin aferrarse a protocolos que no valen para nada.
+ ¡Ánimo, levántate, te está llamando! Le dicen. Y de un salto se pone junto a Jesús. Ha dado el primer paso para acercarse a Jesús, para seguir su camino. Bartimeo confía en los enviados de Jesús; no duda de ellos, da un salto a pesar de su total oscuridad y deja que le lleven hacia ÉL. Nosotros, igualmente, necesitamos escuchar “Ánimo levántate, te está llamando!” y como Bartimeo, dar un salto y ponernos junto a Jesús para seguirle. Con la ayuda de este grupo de Jesús, podemos llegar a ÉL. En este relato del mendigo ciego, veo que Jesús puede cambiarnos, convirtiéndonos en seguidores suyos, igual que lo hizo con Bartimeo.
+Aunque Jesús sabe lo que el ciego necesita actúa con profundo respeto: “¿Qué quieres que haga por ti?” Jesús no va al ciego, el ciego tiene que hacer su parte, no se queda sentado esperando, salta y lo busca en medio de sus tinieblas. Desde mi punto de vista la pregunta de Jesús que, en principio parece un poco tonta, indica una actitud de servicio hacia el ciego. Cuando tratas con personas marginadas, es tan fácil decir lo que tienen que hacer, lo ves tan claro que muchas veces tenemos la tentación de mandar, poner condiciones para ayudar. Jesús no. Lo que le interesa es lo que el hombre tiene que decir no lo que tiene que hacer.
Acercamiento a la vida:
+Ciertamente nos reconocemos en Bartimeo, y todos queremos VER, pero Pagola señala que hay que tener “ojos para mirar la vida COMO la miraba Jesús”. Es decir, cuando pidamos VER, pidamos también mirar COMO JESÚS. ¡Cómo nos cambiará la vida! El segundo elemento es que: Lo que salva al ciego no es ningún gesto de Jesús, sino es “su adhesión a Jesús y su confianza en él”. Este contacto de fe (adhesión) es lo que necesitamos nosotros para que ocurra el milagro.
+Lo que sí puedo decir es que, en general, veo mucha gente instalada en la rutina ritual, pero también otros que sienten verdadera fe (no lo dicen, no es tan visible, salvo por sus gestos o modo de proceder al ayudar a la gente, escuchar, por su generosidad con el prójimo..). Otros, como yo, queremos ver la vida como lo hace Jesús, pero nos encontramos “fuera del camino” y nos faltaba una guía para encontrarnos con Él. Para mí, este Grupo es esa guía.
+Ahora me toca responder a la llamada. Pensar cómo yo, y ahora, puedo responder a esa llamada. Qué puedo hacer. Cómo nacer de nuevo. Cómo poder sentir y poner en práctica el mandamiento más importante de Jesús: Amaos los unos a los otros como yo os he amado. Estoy decidido a ello, aunque sé que no será fácil. Que me ayude en recorrer ese camino es mi grito a Jesús.
+Quiero realmente librarme de mis resistencias, de mis acomodamientos, de buscarme a mí, dejarme trasformar por su Palabra desde mi corazón y responderle como Bartimeo: «Hijo de David, ten compasión de mi». Que mi vida sea reflejo de amor, compromiso y servicio a todos mis hermanos, pido VER con tu mirada.
+Ese “Ánimo. Levántate. Jesús te está llamando” quiero recibirlo de este grupo, para poder levantarme, y poder pedir a Jesús, que me abra los ojos y oídos para poder seguirle por el camino, y después poder decirles, a familiares y amigos: “¡Ánimo. Levántate. Jesús te llama!”
+Espero que alguien me diga: “estás siempre alegre, te veo cambiado”. Y decirle que todo es gracias a Jesús, pues sin Él sería imposible, Jesús me da la vida sin Él no soy nada
+Para enterarme del paso de Jesús creo que hay que desearlo de verdad, en mi caso siento, gracias a Dios, que está pasando ahora, cada día más cerca, cada día más intensamente y deseo que continúe así con paciencia y, poco a poco, a ver dónde llegamos. ¿No tenéis vosotros esta sensación?
Compartimos también algunas oraciones o meditaciones que han surgido:
Tú, Jesús, te nos muestras como luz que remedia nuestra ceguera y camino que nos lleva a la plenitud personal y de la humanidad. Cura la ceguera que nos impide descubrirte. Muéstranos el camino que hemos de recorrer. Danos la fuerza de tu Espíritu para poder acompañarte. Alivia nuestra pesada carga con la vivencia de un Padre que nos abraza y al que Tú nos llevas.
¡Ven, Señor Jesús, hermano! Danos tu salvación.
Señor, si en este océano de la vida
en desesperanza y soledad me encuentro
mi humilde ruego escucha:
Que tu luz mi corazón ilumine
la fe en tí, me acompañe
y mis ojos por fin vean
tu senda de paz y alegría.
Ana Vilma, Antonio, Carmen, Francis, Isabel, Javier, Manuel, María, Maripili, Mariví, Paco, Ricard.
Grupo Virtual de Jesús Maranatha
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús.
Queremos compartir con todos vosotros algunas de nuestras reflexiones al terminar el segundo tema de Grupos de Jesús. Seguimos avanzando y creciendo juntos: ojalá que ya hayamos dejado de estar al “borde del camino”.
Bartimeo, que no veía, de alguna forma escuchó que venía el Nazareno. Hoy también escuchamos que Jesús anda cerca y lo dejamos pasar. ¿Por qué? Puede ser mi débil fe en ese momento; o mi falta de poner más atención de lo que pasa cerca de mí; o tal vez no necesito mucho de él hoy, aunque en los momentos difíciles vamos con urgencia y nos detenemos para ver por qué Jesús no está conmigo, siendo que él siempre nos acompaña.
En esta etapa, me siento como Bartimeo. Algo parado y plenamente consciente de que en mi interior hay un algo que reclama atención. Me falta un poco de vida, me falta un poco de entusiasmo, me falta un poco de entendimiento, me falta eso que en otras ocasiones me hace caminar con firmeza. Me falta encuentro. Yo pido a Dios exactamente lo mismo. Pido «ver». Necesito en mi eso que solo Jesús da.
A Bartimeo le sobra el manto, a mí me sobran las excusas mediocres y me falla la valentía para desprenderme de ellas y “saltar” y dejarme llevar hasta donde Jesús está.
Todas las personas que acompañan a Jesús en su andar, y que al principio tratan de callar a Bartimeo, son como los problemas que nos agobian y que no nos permiten enfocarnos en lo que es más importante para nosotros. Pero, tras calmarnos, entendemos y escuchamos a nuestro Señor llamándonos y dándonos la fortaleza necesaria para solucionar nuestros problemas.
Creo que todos estamos comprometidos en este andar con Jesús, es solo que debemos dejar que él nos cure la ceguera a la que nos permitimos caer, para que, al modo de Jesús, seamos más compasivos y solidarios con los más vulnerables y necesitados; y así como los que lo acompañaban por el camino, que en un principio silenciaban a Bartimeo, optemos por esa actitud de animar a los que están a un lado del camino a ser participes de este andar con Jesús.
Hasta ahora, mi imagen de Jesús era que él no se interesaba por mí y hoy siento que no es así: escucho que me llama a “vivir de forma más sana y plena”, que me invita a ser valiente y prudente, no eufórico ni timorato. Yo quiero ver, al igual que el ciego, y estoy aburrido de mi mediocridad espiritual, independiente de la ambiental.
Este grupo de Jesús es un potente equipo sonoro que debo seguir. También estaré atento a los signos de los tiempos, cada día más nítidos y urgentes de cambiar, muchos de ellos. Con Jesús los podré distinguir mejor.
Un cambio de actitud nuestra puede hacer un cambio en la vida de los demás. El vaivén de la vida, la rutina, las presiones diarias, hacen que nos olvidemos de los demás y sus necesidades. Muchas veces estamos en total oscuridad y no vemos horizonte a nuestra situación, pero no debemos de perder la fe y gritar: ¡Ten compasión de mí!
Señor, nuevamente me llamas… No me dejo de sorprender ante la confianza que pones en mí. Sí, Señor, me animo y quiero caminar contigo y contribuir en el grupo con mi alegría y mi convicción profunda: CREO en TI porque CREO en el ser humano y creo en el ser humano porque CREO EN TI.
¡Ánimo, levántense, Jesús los está llamando!
Jesús les está preguntando qué quieren que haga por ustedes.
Bríndense la oportunidad de sentir, de escuchar que Jesús les está hablando,
que les invita a dejar los ruidos de la vida y a encontrarse con él.
Y pídanle que les permita ver, que puedan salir de esa oscuridad
y que no permanezcan mas sentados junto al camino;
que en vez de eso puedan seguir en el camino, acompañados de Jesús.
Que al caminar junto a él,
podrán tener una mirada más humana, más limpia y compasiva.
Alfonso, Fernando, Francisco, Fernando, Luis, Osvaldo, Virna, Mario y Rita
Grupo Virtual de Jesús 5
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Seguimos todos avanzando con mucho ánimo en este segundo tema y les queremos compartir algunas de nuestras reflexiones y oraciones.
Yo me veo como Bartimeo, enferma y sola, así es que lo que me espera es gritar, rezar y pedirle que me salve, que me dé Fe para que pueda hacer lo necesario para encontrarme con Jesús y hacer una vida más llena a su lado.
Cuántas veces me he sentido sola, marginada voluntaria o involuntariamente, triste, sin juntarme con nadie, sin establecer relaciones con otras personas. Y me quedo en ese estado sintiéndome mal, llorando, melancólica, lamentando mi situación.
Sin embargo, Él está ahí, pasa cerca de mí: en un acontecimiento, en una enfermedad, en un amigo o amiga, en mi prójimo. Jesús está presente y me anima, ¿qué quieres que haga por ti?
Alguna vez me encontré en el lugar de Bartimeo, sentí como si me encontraba en un lugar de maldición, ciego de la luz de Dios en mi vida, inútil y cansado fuera de mi camino, pero todo cambió cuando invoqué el nombre de Jesucristo, con amor me dijo que quería que hiciera él por mí, que me ama y tiene la solución para mi vida. Le pedí que me enseñara a vivir, que no sabía cómo hacerlo. Desde aquel día hasta hoy no he vuelvo a ser el mismo, cada vez que busco caminar por su camino, siento que soy feliz.
La actitud de Bartimeo me anima a ser yo, y a no desanimarme en llamar a Jesús y a buscarle siempre, aunque el ambiente me mueva a lo contrario. Jesús le manda llamar: como siempre, para Jesús son más importantes las personas que lo que tenga entre manos, en este caso su viaje desde Jericó.
Por otro lado, también me veo un poco sentada al borde del camino y necesitada de esa palabra de ánimo de los demás que confirme esa certeza interior que tengo de que Jesús nos llama y acompaña.
Seguramente Bartimeo ya había oído hablar de todo lo que hacía Jesús pero aun así se atuvo a la ceguera para limitarse, atarse a esta condición y aislarse. Al sentir que Jesús estaba cerca de él aprovechó la oportunidad para pedirle que se compadeciera de él. Creo que Jesús está pasando permanentemente, me está dando oportunidades.
¿Nosotros somos capaces de percibir que Jesús pasa cada momento por nuestras vidas? ¿Somos capaces de percibir que solo los que no tienen nada, los pobres, y encima ciegos son los que primero reciben gracias, si saben entender cómo hay que pedir?
Me ha chocado la pregunta de Jesús: ¿Qué quieres que haga por ti? Y me sigue chocando también para seguir cavilando estos días. Creo que normalmente estamos llevados a hacer la pregunta al revés, es decir, qué puedo hacer para ser mejor, para parecerme más a ti, qué me pides que haga yo…
Para responder a la llamada de Jesús, necesitamos, como Bartimeo, la fe que nos ayuda a acoger y creer la Buena Noticia, necesitamos sentir y reconocer nuestra necesidad inmensa de entrar en contacto con Jesús y, finalmente, hemos de desprendernos, necesariamente, de aquello que nos estorba o nos lo impide, y que algunas veces puede ser solo un manto.
Si tengo la valentía de mirar mi vida con sinceridad y detectar lo que tengo que cambiar, Jesús también me transformará… y me ayudará a seguirle con más coherencia…
Todos nos hemos sentido ciegos alguna vez; pero el grupo puede hacer que recobremos poco a poco la vista… el grupo nos proporciona infraestructura para seguir leyendo en profundidad la palabra de Dios…desinstalarnos más o menos de una vida cómoda, trabajar para que la vida de los que nos rodean sea un poco mejor.
Mi agradecimiento es porque Jesús me hace ver que lo que me limita no es la enfermedad, sino la ceguera de no saber por dónde caminar, por eso Bartimeo estaba sentado; tal parece que Jesús nos quiere en camino, en movimiento, fecundos y compartiendo vida. Es en eso en donde Él me ha abierto los ojos, en lo esencial, somos vida, dando vida y dando la vida.
Yo también quiero verte Señor, en los demás,
en el que me ama y en el que no lo hace;
en el que sufre y está solo, en el que me necesita,
en mi entorno, en mi familia, en mi mundo,
en la naturaleza que me rodea y me pide auxilio.
Y como Bartimeo, quisiera tener el coraje de saltar
y comprometerme en cuerpo y alma con mi fe,
aunque encuentre obstáculos en mi camino.
Que vea, Señor, tu Rostro en los demás
y que mi ceguera se acabe para siempre
para poder seguirte, paso a paso, tras de Ti,
transformando contigo y transformándome en una fiel discípula tuya.
Señor, me estás llamando
y me parece tan extraordinario que me cuesta creerlo.
Te doy gracias por la inquietud que has ido sembrando en mi corazón
y me lleva a intuir tu llamada, a entusiasmarme con ella…
¡Cuánto deseo ponerme en camino contigo!
Sabes que no veo claro, sabes de todas mis dudas y líos,
sabes de mis miedos,
sabes de las veces que no te reconozco en mis hermanos…
Sabes que estoy tan perdida que no sé ni lo que te tengo que pedir…
Ayúdame a mirar con más amor, a reconocer tus señales
y a distinguir cuál es el camino por el que te debo seguir…
Ayúdame a transformar mis egoísmos en entrega cariñosa.
Yo intentaré vivir más consciente de tu llamada,
más confiada, más calmada y más pendiente
para poder ofrecerle a los demás la mejor versión de mí misma.
Alejandro, Carmen, Elvira, Florentino, Ignacia,
Ilse, José, Julio, Lucila, Margarita y Loli
Grupo Virtual de Jesús 4
¡Hola a todos-@s! Qué bueno es ver a las personas alegres, con ilusión y esperanza, qué estímulo para quienes se sienten como barquitas frágiles en medio del mar de la vida tantas veces revuelto,
Sin duda, habrá quienes intenten interceptar la travesía haciendo díficil la «ciaboga» del ir y volver al verdadero encuentro.
No estamos solos-@s, Jesús alienta todo esfuerzo noble y honesto, tan sólo nos basta dejarnos «tocar» con el ungüento de su amor.
Alguien llama, suena el teléfono, recibo un correo, es la señal, Jesús haciéndome señas de que por fin seré sanado.
Y aún mejor, podré ser bálsamo que cure a otros-@s.
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Seguimos caminando en este periodo de verano, tratando de profundizar en este proceso de Grupos de Jesús. Sin duda, la experiencia de Bartimeo nos ha tocado a todos y les compartimos algunas de nuestras reflexiones al respecto.
Me he quedado parado en esos que animan al ciego para que vaya hacia Jesús. Hace solo unos instantes le estaban diciendo que se callara, y le reprendía y ahora le animan. Pienso que yo a veces también soy así, a veces me dejo llevar por la comodidad y los demás me molestan y pongo excusas para no estar al servicio y disponible, pero a pesar de ello, también tengo la capacidad de ser instrumento de encuentro y acercar a otros a Jesús.
Jesús esta vez no se acerca, no va hacia el ciego sino que dice que lo llamen. No creo que sea casual en un Jesús que siempre se abaja y se acerca a quien lo necesita. Siento que quiere hacer partícipes de la fe de este hombre a los que hasta ahora lo marginaban y de quienes era la responsabilidad de hacerse cargo, ya que era un hermano suyo, un vecino. Atender al ciego era responsabilidad de los que vivían allí y pienso que Jesús también me dice que hay muchos ciegos en mi camino a los que yo a veces callo con la excusa de estar en las cosas de Jesús. Voy tan pendiente del Maestro que se me olvida mirar a quienes Él mira.
Como el ciego, no veo, aunque yo tengo ojos sanos. Por estar pensando no siento el corazón de Jesús. Por estar en el desorden de inmaduros sentimientos, no acciono y sigo a Jesús por el camino suyo.
Este que soy, espera ir sanando y un día con otro Tú, me ayudes a integrar mi vista, mi corazón y mis pies para echar andar en serio y seguirte.
Quiero amarte y no solo pensarte Jesús. Ver, sentir, pensar y actuar en un Seguimiento que se exprese junto a los más desfavorecidos. No en este confortable misticismo.
Este camino que hemos iniciado es búsqueda, es brindar a los demás lo que vamos aprendiendo, pero de pronto en las comunidades parroquiales, en la escuela religiosa (donde doy clases), veo a diario gente de fe apagada, sentada, cómoda con el cartel «somos católicos»; pero están «los otros», los que tienen un motor que nada los detiene, están los niños que con toda inocencia entienden perfectamente cuál es el «proyecto del Reino».
Veo cómo el ciego tiene un empuje inmenso ante la cercanía de Jesús. Tiene la fuerza de quien desea algo en su vida con toda el alma, y la fe de quien sabe que, en un momento determinado, lo va conseguir.
Reconocer la ceguera hace buscar la necesidad de ver.
El mundo está lleno de personas urgidas de encontrar sentido a sus vidas, pero, desgraciadamente, son muy pocas las que aceptan tener esa necesidad. Yo he visto muchas veces de que si yo hablo con ellas de Jesús, más lo rechazan… traen como una coraza de rechazo hacia todo lo religioso, confunden religión con Dios… Allí coincido con Pagola que dice que la religión muchas veces es el primer obstáculo para encontrar a Jesús.
Pienso en Bartimeo, que siempre estuvo sentado al borde del camino y para quien, a partir del encuentro con Jesús, sus caminos fueron otros, su posición fue otra, ya no estaba en el borde… Así me siento, que mi sitio debe ser otro, si realmente me he encontrado con Jesús, no puedo permanecer en el mismo lugar. La Iglesia oficial (porque hay otra Iglesia viva) no me satisface, la celebración de los sacramentos tal y como se viene haciendo no me llenan y soy yo, desde mi responsabilidad y desde mi libertad, quien tengo que buscar el lugar donde seguir a Jesús, cuál es mi sitio.
«Yo soy el camino, la verdad y la vida». ¡Cuántas veces lo siento así, y se me aclaran las dudas que me despiertan ciertos ritos y cuestiones retrógradas de una iglesia llena de dinosaurios! Y aparece nuestro querido Francisco «haciendo lío», rompiendo estructuras, queriendo una iglesia-comunidad como la que formó Jesús.
Cristo pasa cada día a nuestro lado. No debemos ser ciegos, sino personas con los ojos abiertos, dispuestos a seguirle, como hace nuestro amigo Bartimeo.
Jesús, que pasas junto a mí cada día, lo entiendo.
Ya sabes que aún no nace una respuesta en hechos, desde mi corazón.
Una postura con actitud, sentimiento y profundidad, no brota en mí.
Quiero Dios mío, Maestro, pedirte,
y no a gritos, por favor, me envíes al Espíritu Santo.
Y pido a mis amigos una oración por este místico rutinario y cómodo.
No veo, con ceguera crónica, cómo seguirte Jesús,
en cuanto a los pobres donde vivo.
Tú sabes mis muy modestos esfuerzos por decirles en algunos encuentros,
alguna frase, una sugerencia acerca de lo buen amigo que eres. Es todo.
Jesús, ayúdame a localizar testigos tuyos, seguidores tuyos en mi tierra.
Y mientras, ilumina los intercambios que hacemos
un grupo de soñadores tuyos, conversando mediante un teclado
y acercando nuestras vidas poco a poco a tu alrededor.
Libéranos, para ver caminos de liberación.
Fernando, Jose, Laly, Manuel, Marisa, Pocho,
Rosa María, Rosa Ignacia, José Carlos y Guadalupe
Grupo Virtual de Jesús 3
Hola amigos, soy parte del grupo de JESÚS, huellas, en REP.DOM. Algo que quiero compartir es un comentario que me llamó la atención durante el encuentro que hablamos de este tema, y es que JESÚS nos da a entender en la lectura que nosotros mismos nos podemos salvar mediante la fe, él le dice al ciego, tu fe te ha salvado, el dice tu fe te ha salvado, no yo.
Desprende
No estoy atada,
puedo desprender
mi propia piel.
Voy por un camino largo,
que desconozco.
Consciente de lo que pude salvar
y he perdido,
agradecida por ser
lo que he querido.
Libre, esclava.
Llega el momento
de ver al que me ve,
disipar las sombras,
dejar la indiferencia
e ir a tu encuentro.
Libertad.
“Que vea”.
Mis ojos no pueden
verte, mi alma sí.
Por la vida camino
con la ceguera del Mundo.
Escucho:
Siento la rapidez del miedo,
la espera lenta,
a la par del lamento,
largo como el dolor
de la humanidad.
Y grito fuerte
como el ciego de Jericó:
“Que vea”.
Sacar las sombras,
los sueños,
dejar la indiferencia.
E ir a tu encuentro.
Libertad.
Hola a todos los grupos de Jesus reciban un afectuoso saludo desde ontario california estamos iniciando nuestro segundo tema y no hemos puesto nombre a nuestro grupo pero pronto lo haremos.
Alex,Antonio,francisco,salvador,Librado ,Dionisia,Diana,Carmen,Elisa ,Carmen G,Imelda, Luisa,Maria,Emilia, Gloria , y Maria V les damos las gracias por compartir sus experiencias
Es maravilloso comprobar que es Jesus el que convoca,alienta, sostiene, nos reúne y hace surgir en nuestros corazones una fraternidad casi imposible si no estuviéramos en el abrazo de Jesus. Gracias, Jesus Nuestro y de Todos los que te buscamos porque ya nos saliste al encuentro.
Grupo de Jesus del Valle Cd. De Mexico
Mi fraternal saludo al GJV Galilea. Me alegra saber que todos ustedes: Loli, Meli, Mari Cruz, María Pepa, Antonio, Manolo, M.Carmen, Mercedes, Adelaida, Pilar y Constanza, continúan caminando juntos, nutriéndose espiritualmente y transformándose en el Evangelio. Gracias por contagiarnos su entusiasmo en el seguimiento a la persona de Jesús.
Un abrazo para todos ustedes, para Mario y para mis compañeros del GJV Emaús. Que el Señor los bendiga.
Esperanza
!Hola, grupo virtual Emaús! !Gracias por compartir vuestras reflexiones, que nos llenan de alegría e inspiración! Un abrazo muy fuerte.
Estamos iniciando la aventura en el Grupo Virtual de Jesús «Emaús»
Son tiempos de encontrarnos con Jesús que nos está llamando.
Saludos desde México a todos los Grupos de Jesús.
MONY
Hola a todas y todos:
Os queremos compartir una selección de algunos de nuestros comentarios de las dos reuniones de este tema. No llevan un hilo conductor sino que reúnen los distintos pareceres y experiencias que hemos compartido.
De nuestro acercamiento al evangelio, estas son algunas de nuestras ideas:
–La figura de Bartimeo me dice que yo no estoy ciega físicamente pero sí un poco cegata para no ver a Jesús cerca de mí, en mi camino.
–Necesitaríamos creer, ser valientes y pedirle ayuda (a Jesús) para que nos libere de nuestra ceguera e inmovilidad que nos esclaviza y limita.
–No me parece que gritar y rezar sea lo mismo. Su grito (el de Bartimeo) me hace sentir su necesidad de ser escuchado por Jesús. Yo también he sentido esa necesidad y con gritos, desde lo más profundo de mi corazón, he implorado la compasión del Señor.
–Me parece muy importante que Bartimeo, una vez curado, se decide a seguir a Jesús, convirtiéndose en un ejemplo a seguir en la actualidad para así permitir a Jesús que nos transforme.
–Escucho a Jesús diciéndome lo mismo: ¿Qué quieres que haga por ti? No lo he sentido como un jefe exigente sino como un amigo íntimo al que puedo decirle todo de mí y tener la certeza de que no me rechaza ni me condena. Siempre estoy cayendo y si mil veces vuelvo, mil veces me recibe, me sana, me devuelve la vista. No siempre tengo claro lo que le pido, el ciego estaba bien seguro “Maestro, que vea” pero mucho bien me haría pedir eso mismo.
–Cuando Jesús está en medio del grupo, los discípulos recuperan la paz. A mí me parece que eso es lo importante, que en nuestra vida, en nuestra iglesia, el centro sea Jesús. Es mi aportación personal, como quiero vivir en esta Iglesia.
–Bartimeo pone su seguridad en riesgo… salta, alarga su capa (su protección) y da los pasos para llegar a su encuentro… Era ciego pero podía caminar… quizá esto no había sido valorado por él, se encuentra con su posibilidad… no podía ver pero sí tenía otra posibilidad muy valiosa… y la mueve… y al hacerlo, estimulado por el llamado a través de los discípulos, se desinstala de su zona cómoda.
–Valoro la reacción de los que acompañaban a Jesús de ser mediadores para acercar a Jesús y que siga actuando en favor de los más débiles. A estos últimos me siento llamado y pido que me libere Jesús de mis cegueras, sorderas, indiferencias y sobre todo que me ayude a ser compasivo y valorar a otros, instituciones…, que hacen como Jesús: se paran, escuchan y hacen lo que está en sus manos para rehabilitar a las personas en su dignidad de hijos de Dios.
–Está sentado al borde del camino. Al ser ciego, no se ve capaz de nada más que de estar así, sentado, viendo pasar la vida, sin participar en ella. Yo también, como él, a veces me encuentro incapaz de afrontar la vida y sus problemas y tengo la tentación de sentarme, no hacer nada, entreteniéndome en cosas pequeñas inútiles para no enfrentarme a ellos.
–Para mí lo importante de este relato es creer que, si me acerco a él, me irá transformando y haciéndome más como él, es decir, más capaz de amar, de ver a los demás y a mí misma como él me ve y ve a los demás, como un padre y una madre miran a sus hijos e hijas: con amor y comprensión.
De nuestro acercamiento a la vida, aquí os dejamos otros comentarios:
–¿Vivo “ciego” o veo la vida y miro a las personas a la luz del evangelio?
–Al ser consciente del paso de Jesús por mi vida, como Bartimeo, le he gritado desde lo más profundo de mi corazón que tenga compasión de mí, y en este caminar cada vez con más profundidad le pido que me siga mostrando todo aquello que me impide seguirle como debe ser: sin vacilaciones, sin dudas, sin excusas, sin egoísmo, sin temores.
–Me he propuesto no vivir más como ciega, pero cuando abres los ojos y no te agrada lo que ves es cuando piensas que hubiera sido mejor seguir siendo ciega. Pero la verdad es que, aún en medio del espanto, puedes vislumbrar que hay luz, que puedes ser un instrumento de Dios para lo que ves y que no está yendo bien.
–¡Qué maravilla encontrar la ayuda del ser humano que nos la brinda con bondad, sea o no sea bautizado, pero que la ofrece con responsabilidad, desde su conocimiento de la realidad!
–Por eso me siento llamada a ser más coherente con la fe que Él me ha regalado, hacerme más consciente en cada momento de su Presencia en mí, y dejarme guiar por Él en lo concreto de cada día, escuchando su Palabra, escuchando a los demás y actuando en consecuencia. Y cuando vea que me estoy desviando y viviendo desde mi egoísmo y ceguera (que es muchas veces), “volver” siempre a Él que está siempre esperándome como al hijo de la parábola.
Y finalmente, os compartimos algunas oraciones que han brotado de nuestra reflexión:
“Oh, amado Jesús, me postro ante ti y reconozco que sola no puedo,
guíame con tu luz, confío plenamente que solo Tú me puedes conducir
por el camino correcto para siempre hacer la voluntad del Padre
en el amor y en el servicio a los demás.
Que mi transformación en ti no tenga distracciones,
que no extravíe el camino que eres tú, Señor.
Que mi adherencia a ti, Jesús, me permita mirar la vida como Tú la miras,
que no sea indiferente ante aquellas personas que sufren
y necesitan de ayuda para aliviar su sufrimiento.
Gracias Maestro por amarme tanto, por tener compasión de mí,
por llamarme a ser tu discípula. Te amo.”
“Quiero comprometerme, Señor Jesús, a dejarme encontrar por ti.
A abrir los ojos cuando pases cerca de mí sin que nada ni nadie me lo impida.
Poner mi fatiga mientras tú me das los dones para amarte y seguirte.
Quiero ir por el camino con alegría, amando, sirviendo y evangelizando.
Señor, quiero salir de mi círculo de pecado, quiero seguirte con fidelidad.
Quiero amarte sobre todo y sobre todos.
Señor, ten compasión de mí, Señor, que vea…”
“Tengo una mirada muy esperanzadora, porque si nos abrimos y compartimos
y buscamos comprometidamente la vida digna para todos los hombres,
el cuidado de la vida en el planeta… las escamas se irán cayendo
y desde el Dios de la Vida recuperaremos la mirada del Amor sin condiciones.
Rezo para que esto suceda y por los que aún sufren la ceguera
de los que buscan el poder y ejercen el odio con las guerras,
la trata de mujeres, el narco… los proyectos políticos que no tienen
en el centro el bien de todos los ciudadanos…
Rezo para que Jesús recupere mi mirada en los momentos de oscuridad
y agradezco su permanente paso por mi vida.
Rezo por mis hijos, y por los hijos de todas las madres y padres,
para que sigan buscando con esperanza miradas nuevas.
Rezo para que los sepamos escuchar, ponderar y aportar
desde nuestra experiencia de vida.”
“Abre mis oídos y mis ojos: soy un sordo y ciego, metido en mí mismo.
Hazme instrumento de compasión, solidaridad, cercanía y fraternidad
con mis vecinos, compañeros de trabajo…
y con cualquier persona que me encuentre en el camino.
Hazme, Señor, también sensible de las cegueras y sorderas de los demás:
que no sea indiferente.
Pido por estas personas para que encuentren a personas solidarias
y te encuentren a Ti.”
Grupo Virtual de Jesús «Emaús»
TEMA 2. ¡MAESTRO, QUE VEA!. GVJ GALILEA.
Hola, somo el Grupo Virtual 1 que, a partir de ahora, nos llamaremos Galilea. Han sido unas semanas muy intensas, con muchísimas aportaciones, reflexiones y comentarios. ¡Y es que este pasaje del evangelio de Marcos es impresionante!
¡Maestro, que vea! , le pide Bartimeo a Jesús.
Nosotros le pedimos lo mismo: Jesús, transforma nuestra vida para poder seguirte sin cortapisas. Ayúdanos a desprendernos de lo que nos separa de Ti y a ver a los demás a través de tus ojos. A amarlos como lo haces Tú.
Compartimos una oración de una compañera:
Ante la pregunta de Jesús: ¿Qué quieres que haga por ti?,
mi respuesta es: ¡Que vea, Señor!
No quiero estar ciega, con una fe apagada,
sin ojos para mirar la vida como la miras tú.
No quiero permanecer sentada junto al camino,
instalada en mi vida cómoda y tranquila,
ni estar fuera del camino sin ponerte a ti como meta.
No, no quiero.
Te grito, igual que Bartimeo: “Hijo de David, ten compasión de mí”.
He aprendido que repetida de una forma humilde, incansable
y repetida una y otra vez desde lo más hondo,
mi corazón se va transformando.
Quiero llegar a ser de los que te van acompañando por el camino,
aprender a no dar la espalda a nada ni a nadie,
escuchar a los que sufren y ayudarlos a conocerte.
Colaborar contigo, Señor, para aliviar el sufrimiento.
A ser capaz de decirle a la gente: ¡Ánimo, levántate, que te llama Jesús!
Un abrazo muy fuerte de parte de Loli, Meli, Mari Cruz, María Pepa, Antonio, Manolo, M.Carmen, Mercedes, Adelaida, Pilar y Constanza.
VER
VER LA VERDAD DE MI VIDA, DESNUDA DE APARIENCIA,
LA REALIDAD DE MI FRÁGIL Y TANTAS VECES VULNERABLE CONDICIÓN HUMANA,
VER MI CORAZÓN BUSCANDO LA RESPUESTA, EL GESTO BUENO DE TU MISERICORDIA,
VER LA SENDA POR DONDE TÚ SEÑOR ME LLEVAS, COGIDA DE TU MANO,
NO TENER MIEDO A LA DUREZA DEL CAMINO, NI A LOS GUIJARROS QUE HIEREN, HACIENDO QUE LLOREMOS,
VER A LOS OTROS QUE PASAN A MI LADO, MIRARLES A LOS OJOS QUE HABLAN SIN PALABRAS,
PIDIENDO UN PEDACITO DE MI AMOR, EN EL GESTO CERCANO DE LA MISERICORDIA.
VERTE A TÍ JESÚS, AMIGO MÍO, EN CADA OBRA QUE SALGA DE MIS MANOS,
EN CADA SENTIMIENTO HONESTO, EN CADA PENSAMIENTO QUE EXPRESE TU DESEO.
SEÑOR, QUE VEA TU AMOR, EN MEDIO DE LA NOCHE DE MI VIDA,
ENCIENDE TÚ MI LAMPARITA, QUE DÉBIL TINTINEA, QUERIENDO SEGUIR LA HUELLA DE TUS PASOS,
¡YA VOY JESÚS, ESPERA UN POCO QUE TE ALCANZO! MIS OJOS YA VEN TU SANTUARIO: EL OTRO-@, LOS OTROS-@S, TU ROSTRO.
Pertenezco a un Grupo de Jesús ubicado en Santa Eugenia, Vallecas (Madrid). Como consecuencia de la reflexión que hemos hecho de este tema, mi mujer Luisa y yo hemos pensado que podríamos ofrecernos como apoyo en la iniciación de un grupo de Jesús. Bien a los que se encuentren buscando con quién formar un grupo o bien a un grupo ya formado, que pudieran necesitar ayuda en el camino iniciado. Llevamos varios años animando grupos de reflexión del evangelio, JA Pagola nos conoce.
Hola José somos un nuevo grupo de Cádiz. Estamos empezando pero somos sólo tres personas. Vamos intentando que se unan mas personas, hasta ahora no se unio nadie mas. Yo insistí que empezaramos y ya se añadiría mas gente. Bueno sigo teniendo la esperanza de así sea. Llevamos sólo dos reuniones. Un saludo