Mateo 17,1-8
Seis días después tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó a un monte alto a solas. Y se transfiguró ante ellos. Su rostro brillaba como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto vieron a Moisés y a Elías que conversaban con Jesús. Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
—Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres hago tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Aún estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió y una voz desde la nube decía:
—Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escuchadlo.
Al oír esto, los discípulos cayeron de bruces, aterrados de miedo. Jesús se acercó, los tocó y les dijo:
—Levantaos, no tengáis miedo.
Al levantar la vista no vieron a nadie más que a Jesús.PRIMERA REUNIÓN. 1. Acercamiento al texto evangélico
Subida al monte alto. ¿Quién toma la iniciativa? ¿Cómo se forma el grupo de discípulos y se inicia la subida? ¿Qué te sugiere ese encuentro de Jesús a solas con sus discípulos más íntimos en un monte alto? ¿Puede ser tan importante como para abandonar su trabajo diario en medio de la gente?
Transfiguración de Jesús. ¿Qué te dice el rostro radiante de Jesús y sus vestidos blancos como la luz? ¿Por qué aparecen Moisés y Elías? ¿Qué representa su presencia junto a Jesús? ¿Por qué tienen el rostro apagado?
Intervención de Pedro. Es normal que Pedro sienta alegría por estar allí. Pero, ¿te parece bien lo que dice? ¿Es lo más acertado instalarse en el monte? ¿No está olvidando algo? ¿Es acertado hacer una tienda para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías?
La voz de Dios. En la tradición bíblica, la «nube luminosa» es símbolo de la presencia de Dios. Y para nosotros, ¿Dios es luz y sombra? ¿Por qué? ¿Es posible escuchar la voz de Dios entre luces y sombras? ¿Reconocemos en Jesús al Hijo amado de Dios? ¿Estás convencido de que ser cristiano es «escuchar solo Jesús»?
Miedo de los discípulos y actuación de Jesús. ¿Es normal el terror de los discípulos? ¿Te da miedo plantearte la vida escuchando solo a Jesús? ¿Qué sentimos al ver a los discípulos por los suelos?
«Levantaos. No tengáis miedo». ¿Qué hace Jesús para quitarles el miedo? Observa con detalle lo que dice el narrador. ¿Necesitamos en nuestro grupo escuchar esas mismas palabras? ¿Cómo podemos entender que los discípulos «no vean a nadie más que a Jesús solo»?
2. Comentario: Escuchar solo a Jesús
La escena es conocida tradicionalmente como la «transfiguración» de Jesús. No es posible reconstruir la experiencia que dio origen a este relato sorprendente. Solo sabemos que los evangelistas le dan una importancia central. No es extraño. No se narra aquí un episodio más de la vida ordinaria de Jesús con sus discípulos, sino una experiencia muy especial en la que estos pueden entrever algo de la verdadera identidad de Jesús.
También para nosotros es un relato de gran importancia, pues nos invita a despertar nuestra fe y recordar que ese Jesús que va por delante de nosotros en este recorrido es el Hijo de Dios encarnado.
Todo se debe a la iniciativa de Jesús. Es él quien «toma consigo» a Pedro, Santiago y Juan, seguramente sus discípulos más queridos. Es él quien «los lleva a un monte alto». Este pequeño grupo, reunido y conducido por Jesús a un monte alto, va a vivir, «a solas» con él, una experiencia muy especial. Así lo sugiere el evangelista, pues, para los hebreos, un «monte alto» es un lugar de encuentro con Dios. Las cumbres silenciosas de las montañas son el espacio sagrado en el que se puede captar mejor el misterio de Dios y escuchar su voz con más claridad.
En ningún momento olvida Jesús a las gentes que quedan abajo, sufriendo en aquellas aldeas. Enseguida bajarán y seguirán curando y anunciando la Buena Noticia de Dios. Ahora se apartan por unas horas. Los discípulos van a vivir una experiencia que va a iluminar con luz nueva su adhesión a Jesús. Al bajar del monte lo seguirán con una fuerza y un amor más profundos. ¿No necesitamos nosotros vivir experiencias semejantes?
De pronto, Jesús «se transfiguró ante ellos». El evangelista Lucas dice que ocurrió «mientras oraba». El rostro de Jesús cambió y empezó a «brillar como el sol»; «sus vestidos se volvieron blancos como la luz», que según la tradición bíblica es el vestido de Dios. El narrador no sabe qué recursos emplear para expresar lo que están viviendo los discípulos. Aquel Jesús sencillo, humilde y cercano, que se agacha para abrazar a los niños y se adelanta a tocar a los leprosos, se les descubre ahora transfigurado, lleno de luz y gloria divina. ¿Con quién están caminando por aquellas aldeas de Galilea?
En esto ven a Moisés y Elías conversando con Jesús. Según las Escrituras, los dos habían tenido el privilegio de subir a la montaña (Sinaí = Horeb) para hablar con Dios y entrever algo de su gloria. Tal vez Moisés representa a la ley, y Elías a los profetas. Si es así, su conversación con Jesús sugiere que la ley y los profetas alcanzan su cumplimiento y plenitud en Jesús.
Seducido por lo que está viviendo, Pedro interviene espontáneamente: «Señor, ¡qué bien estamos aquí!». Llama a Jesús «Señor», con el mismo nombre con que los primeros cristianos designaban al Resucitado. Y luego expresa su alegría: es bueno para los discípulos vivir con Jesús experiencias que nos confirman en el seguimiento fiel a su persona.
Pero Pedro no ha entendido bien las cosas: quiere hacer tres tiendas, «una para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías». Su primer error consiste en que quiere instalarse en la experiencia del monte; se olvida de la gente que los necesita; no desea volver a la vida cotidiana; no quiere bajar para seguir el camino que conduce hasta la cruz. Su segundo error está en que coloca a Jesús en el mismo plano y el mismo nivel que a Moisés y Elías: a cada uno su tienda. Jesús no ocupa todavía un lugar único y absoluto en su corazón.
La voz de Dios lo va a corregir revelando la verdadera identidad de Jesús. Todavía está Pedro hablando cuando los cubre «una nube luminosa». Así es Dios: un misterio que se nos revela y, al mismo tiempo, se nos oculta. Una presencia que envuelve nuestra vida con luces y sombras. Un misterio desde el que nos llega una voz que orienta nuestras vidas hacia Jesús.
Las palabras del Padre son claras: «Este es mi Hijo amado», el que tiene su rostro transfigurado. No hemos de confundir ese rostro con los de Moisés o Elías, que están apagados. «Escuchadle a él». A nadie más. Él es el Hijo amado de Dios. Es nuestro Maestro, Profeta y Señor. Su voz es la única que hemos de escuchar. Las demás solo nos han de llevar a Jesús.
Los discípulos intuyen que Dios está allí y se dirige a ellos. Ante su Misterio sienten como nunca su pequeñez. «Caen de bruces, aterrados de miedo». Los invade el terror a lo sagrado, pero también el miedo a vivir en adelante escuchando solo a Jesús. ¿Podrán vivir así algún día? La escena que describe el evangelista es insólita: los discípulos más íntimos de Jesús, caídos por los suelos, llenos de miedo, sin atreverse a reaccionar ante la voz de Dios.
El relato describe con todo detalle cómo cuida Jesús a sus discípulos. «Se acerca», porque sabe que lo necesitan. «Los toca» como tocaba a los enfermos y caídos para infundirles fuerza y confianza. Y les dice unas palabras llenas de comprensión y cariño: «Levantaos. No tengáis miedo». Poneos de pie y seguidme sin temor. No tengáis miedo a vivir escuchándome a mí.
La conclusión encierra un mensaje iluminador. Animados por la cercanía de Jesús, los discípulos «levantan la vista» y ya «no ven a nadie más que a Jesús solo». Han desaparecido Moisés y Elías. La ley, las instituciones, los oráculos proféticos ya no tienen otro objeto que dejarnos ver «a Jesús solo». Él es el Hijo amado de Dios en el que llega a su plenitud la manifestación del amor del Padre. ¿Qué mayor regalo para un grupo de discípulos que abrir un día los ojos del corazón y ver a «Jesús solo» llenando toda nuestra vida con su palabra y su presencia?
Solo el rostro de Jesús irradia luz. Todos los demás profetas, maestros, teólogos y doctores tienen el rostro apagado. Solo Jesús tiene la última Palabra. Escucharle a él hasta el fondo es una experiencia a veces dolorosa, pero siempre curadora y gratificante. Jesús no es el que habíamos imaginado desde nuestros esquemas, prejuicios o tópicos. Su misterio nos desborda. Su rostro adquiere cada vez más luz. Su vida, su muerte y su resurrección nos atraen cada vez más.
Casi sin darnos cuenta, Jesús está transformando nuestras vidas. Nos arranca de seguridades muy queridas para atraernos hacia una vida más auténtica y gozosa. En él descubrimos a alguien que conoce la verdad última. Alguien que sabe por qué y para qué vivir. Alguien que nos enseña las claves para construir un mundo más justo y humano, y una Iglesia más fiel a su misión y más feliz. Él ha de ser siempre el centro de nuestro grupo.
SEGUNDA REUNIÓN. 3. Conversión personal
- ¿Necesito momentos de retiro y recogimiento para encontrarme a solas con Jesús? ¿Tengo tiempos y lugares reservados para asegurar regularmente estos encuentros? ¿Me basta la práctica religiosa ordinaria para descubrir la novedad de Jesús?
- ¿Ocupa Jesús un lugar único e insustituible en mi vida? ¿En qué se nota? El Cristo a quien invoco, en el que creo, el que sostiene y guía mi vida, ¿irradia luz o se ha ido apagando en mi corazón? ¿Me da miedo organizarme la vida solo desde el Evangelio?
- Conversación con Jesús. Puedes confiarle tus miedos y tus dudas. Él te dice: «Levántate, no tengas miedo».
4. Compromiso en el proyecto de Jesús
- ¿Nos parece necesario interrumpir en algunos momentos nuestra vida de actividad, prisas y dispersión, para tener encuentros o retiros de oración, sin finalidad práctica inmediata, solo para reavivar nuestra adhesión a Jesucristo? ¿Podemos promover algo en esa línea en nuestras parroquias y comunidades?
- ¿Observas entre los cristianos el riesgo de seguir costumbres, normas, tradiciones… al margen o en contra de los criterios y el espíritu de Jesús? ¿Puedes señalar hechos concretos? ¿Crees que tenemos miedo a escuchar a Jesús hasta el fondo? ¿A qué tenemos miedo?
- ¿Cómo podemos contribuir nosotros a que Cristo sea el centro de las comunidades cristianas con más fuerza y verdad? ¿Nos podemos comprometer a defender los criterios y las actitudes de Jesús en situaciones concretas? ¿Podemos llegar a algún acuerdo en el grupo?
5. Sugerencias para la oración
- Uno de los miembros lee despacio: «Tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó a un monte alto a solas. Y se transfiguró ante ellos. Su rostro brillaba como el sol y su vestidos se volvieron blancos como la luz». Durante cinco minutos estamos en silencio contemplando interiormente el rostro de Jesús. Podemos recitar en silencio:
Mirarte lento,
todo es eso.
Mirarte lento.
Y así,
algo se mueve en mi adentro.
Mirarte lento,
no hay más, todo es eso,
mirarte lento.
Pues yo de mí qué tengo,
si tú no me concedes
tu fuego, tu amor,
tu aire, tu viento.J. Zubiaurre
- La persona señalada lee despacio: «Una nube luminosa los cubrió, y una voz desde la nube decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escuchadlo”». Escuchamos en silencio esa voz resonando en cada uno de nosotros y en todo el grupo. Después de unos minutos podemos expresarnos ante el grupo, dar gracias a Dios: «Señor, ¡qué bien estamos aquí!», invocar a Jesús con diversas plegarias: «Señor, que escuche solo tu Palabra»; «Señor, levántanos, que tenemos miedo»; «Señor, que solo te veamos a ti»…
- Para orar en el silencio del corazón:
Jesús, misterio de Dios encarnado,
a veces quedamos sorprendidos
al descubrir lo cerca
que tú te mantienes de nosotros.
Y nos dices a cada uno:
«Abandónate con toda sencillez en Dios,
tu poca fe basta».H. Roger de Taizé
- Podemos recitar juntos la siguiente oración. Luego, cada uno destaca una de las frases:
Tú, Señor, me conoces.
Conoces mi vida y mis entrañas,
mis sendas y mis vueltas, mis dudas de siempre.
Tú eres, a pesar de mis fallos,
El Señor de mis alegrías y de mis penas.
Déjame estar en tu presencia.
Sosiégame. Serena mi espíritu.
Abre mis sentidos.
Lávame con agua fresca.F. Ulíbarri
Banco de oraciones
En este enlace tienes a tu disposición oraciones que han compartido Grupos de Jesús y otras personas, tras reflexionar y meditar este tema 7. Esperamos que te ayuden a profundizar en tu propia oración o en la de tu grupo.
Materiales de profundización
En este enlace tienes a tu disposición una serie de comentarios breves e ideas sueltas que se ofrecen como ayuda para profundizar en el tema 7 de Grupos de Jesús.
Te sugerimos que los leas y medites una vez que hayas trabajado el tema, de modo que estas ideas y reflexiones compartidas no condicionen tu propia reflexión y apropiación del Evangelio.
Desearia por favor, tener información de estos grupos.
Muchas gracias
Bendiciones
Querida Mercedes:
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Un saludo.
Tema 7. Este es mi hijo amado.
Escuchadle a él
Mateo 17,1-8
Siempre impresiona reconocer que es Jesús quien toma la iniciativa,el que va al encuentro ,sube a la montaña, invita a la conversación, invita a no tener miedo,el que toca,habla y alienta,el que cuida ,el que ama primero.
No se desanima,no desfallece,no se cansa de esperar,no se enfada con nosotros a pesar de las traiciones,de los miedos.
En la transfiguración se nos muestra que Jesús es la encarnación de todo lo que Dios ha ido revelando a su pueblo,es de quien hablaron los profetas,es la ley y la nueva alianza que hace con nosotros.
Este pasaje nos transmite una gran sensación de misterio,de inspiración para nuestra fe.
La iluminación del rostro de Jesús transfigurado ante la oscuridad de los profetas y la incomprensión de Pedro nos hace pensar en lo difícil que es muchas veces entender el sencillo mensaje de Jesús para dirigir nuestros rumbos.
Tenemos momentos de recogimiento donde sentimos la necesidad de encontrarnos con Jesús, pero no son frecuentes y muchas veces nos distraernos y nos desalentamos para seguir orando, pero cada día es una nueva oportunidad para poder hacer las cosas bien, aunque caigamos espiritualmente siempre podemos empezar de nuevo.
Para acercarnos a Jesús tenemos que guardar silencio,el monte alto nos invita a buscarlo en nuestro interior, necesitamos una oración silenciosa y de esa forma nos encontraremos con la plenitud a la que nos lleva él,es maravillosa esa zona de confort en la que nos encontramos, pero debemos salir de nuestra tienda y bajar del monte a la vida en la que nos encontramos con situaciones que no son nada agradables, gente que sufre, injusticia social, pobreza extrema, esclavitud infantil, maltrato a la mujer,paro,corrupción política,un mundo del que dan ganas de huir, nuestras cruces,el trabajo,la familia,los compañeros…,tantas cosas que nos complican la vida que nos agotan, pero al igual que Jesús no debemos olvidar a los que sufren y bajar hacia ellos.
Nos agarramos a tradiciones y liturgias y pretendemos dar y recibir seguridad o dogmas, cuando lo único importante es amar sin condiciones,sin límites, compadeciendo y perdonando a los hermanos. Jesús no ocupa nuestro corazón de un modo absoluto,le queremos sinceramente pero no deseamos el compromiso al que nos lleva seguirle.
Al igual que los discípulos ante la grandeza de Dios nos asustamos, sentimos nuestra pequeñez,nos invade el miedo a vivir en adelante escuchando a Jesús que nos pide que abandonemos nuestros deseos y comodidades y sigamos un camino de luchas y muchas veces de incomprensión y rechazo, pero nos toca,nos cuida, no nos abandona, está siempre también a nosotros con cariño diciéndonos: » Levantaos. No tengáis miedo».
La oración,el silencio y la contemplación nos llevan al encuentro con Dios, pero una vez nos hemos encontrado con el Dios de Jesús, debemos bajar de la montaña y enfrentarnos a lo cotidiano y trabajar por la construcción del Reino.
Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,
sigamos a Jesús con entereza,
si nuestra fe vacila,si ella es poca,
su Espíritu de amor nos dará fuerza.
Alicia, Gela, María, Juan José, Francisco, Rafael, Valle.
Grupo virtual de Jesús 33
Queridos amigos, grupos de Jesús:
Somos el Grupo Virtual de Jesús 32 y compartimos con ustedes nuestra reflexión sobre el TEMA 7 – Este es mi Hijo amado. Escúchalo (Mateo 17,1-8)
ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
Seguir a Jesús es subir a la montaña, escucharlo en nuestra intimidad, y para esto necesitamos detenernos, responder a su llamada, hacer silencio y escuchar a Dios revelado en Jesús. Después de este encuentro, es hora de recibir su luz sagrada y volver a la vida cotidiana a compartir esa luz para aliviar los gritos de nuestros hermanos y hermanas que son los rostros de Jesús. Si miramos a Jesús en la cara de los que sufren, estaremos en su presencia, con Él abrazaremos nuestros propios dolores, viviremos transfigurados.
Una experiencia religiosa no es verdaderamente cristiana si nos aislamos de nuestros hermanos y hermanas y nos instalamos cómodamente en la vida, alejándonos del servicio a los más necesitados.
El mensaje de Jesús es claro. Si escuchamos a Jesús, saldremos de nuestro conformismo, romperemos con un estilo de vida egoísta y comenzaremos a vivir más atentos a la interpelación que nos llega de los más indefensos de nuestra sociedad.
Ser cristiano es saber escuchar a Jesús y seguir sus huellas, Él como siempre, con su mano tendida, nos ayuda a levantarnos y no anima a seguir el camino, a deshacernos del miedo y a mantenernos al lado de los que no tienen nada, los sin rostro y sin esperanza, para ofrecerles el afecto y el amor del Padre, que quiere felices a todos sus hijos.
ACERCAMENTO A LA VIDA
Escuchando a Jesús, a nadie más, podemos ver su verdadera identidad, «verdadero Dios y verdadero hombre”. Jesús lleva consigo, a todos los que se adhieren a su invitación, a un lugar aparte, que es el reino.
Él nos guía, dándonos su fuerza y su luz en el camino, nos guía en su misterio y ministerio, nos invita a ayudar a todos los necesitados, animándolos en el camino del sufrimiento, como Él lo hace con nosotros. No basta con ir a la iglesia para actualizar la palabra de Dios, sino dejar la comodidad del bienestar e imitarlo, porque los necesitados y oprimidos tienen que tener lugar en nuestros corazones y en nuestra acción, en el camino que nos lleva al Reino.
Jesús es un pastor amoroso con los suyos, quita sus miedos, cuida de los caídos y heridos. Su voz no se ha apagado en nuestros corazones, pero nuestra respuesta no surge, no tenemos miedo de su bondad y misericordia, sino de nuestra fragilidad, de nuestra infidelidad, de nuestra falta de compromiso con la tarea. Sin embargo, todavía estamos aquí contándole nuestros miedos, pidiéndole su perdón y su gracia.
Hagamos nuestro mayor esfuerzo porque todas las semillas darán fruto, aunque no podamos verlo. Tenemos que implicarnos más en la Comunidad, intentar ser coherentes con lo que decimos y con nuestras capacidades.
ORACIÓN
Jesús, llévame a donde quieras, para escuchar de ti la palabra del Padre, llévame contigo, hazme olvidar esta vida a veces sufrida. Al distraerme con lo que me rodea y no seguirte siempre termino en sufrimiento y envuelto en problemas, que solo tú puedes resolver.
Y cuando te pregunto, repites de nuevo, que eres manso y humilde de corazón, y tu yugo muy ligero.
Jesús, tócame como lo hiciste con Pedro, fortalece y anima mi mente, envía tu Espíritu para iluminar mis pasos y dar paz a mi corazón. Tengo la gracia de Tu llamado, ayúdame a seguirte, a dejar de pensar sólo en mí mismo, cuando a mi alrededor veo tanto hermano desorientado sin escucharte.
Jesús, ayúdame a ayudar, aquieta mi corazón para que en mi gratitud pueda decirte: «es tan bueno estar contigo que me olvido de quién soy».
Gracias Jesús por ser mi amigo.
Amén.
Con este texto Mateo introduce en el relato una escena a la medida del cambio trascendental que se quería transmitir; después de la muerte del Señor sucedieron incomprensiones y huidas que era preciso evitar, seguramente los discípulos dejaron claros testimonios de esta nueva experiencia religiosa.
¿A quien elige Jesús para vivir esta experiencia? ¿elige a los más fuertes, o los más necesitados, los más necesarios para Su obra ? no lo sabemos, pero de lo que sí estamos seguros es de que quiso transfigurarse en comunidad.
Sentimos cómo Pedro, Juan y Santiago somos nosotros, una comunidad viviendo (o que ha vivido) una experiencia de transfiguración que nos ha dejado marcados, temblorosos, con temor, amor, impresión, y más o menos miedo y/o terror. Seguir a Jesús es “subir al monte”, escucharlo en la intimidad de uno mismo y compartir, al mismo tiempo, con la comunidad. Hay tantos Jesús en los rostros de hermanos, y gritos de los que nos necesitan. Si miramos a Jesús en ellos estaremos en el monte en su presencia cada día, y si abrazamos nuestros propios dolores “con él y en el” viviremos transfigurados.
La experiencia de la transfiguración ha de ser personal y comunitaria. Su rostro transfigurado emana la luz de la pureza, de bondad y sus ropas también. Nos lleva a pensar que Él obra siempre de forma integral. Así debe ser la transfiguración en nuestras vidas: personal y social/comunitaria. Integral. No se trata de instalarnos en la relativamente cómoda y placentera experiencia espiritual del Encuentro, aunque sea tan necesaria al punto de que solo desde allí pueden los discípulos (y nosotros) seguirlo hasta el final. Sentimos que Jesús nos invita a la no-instalación, nos reta a bajar a la realidad del día a día, en nuestros quehaceres cotidianos, con nuestros éxitos y fracasos, con nuestras alegrías y tristezas. Y, aunque perdamos algunas veces el brillo de la transfiguración, saber vivirlo con normalidad, en la convicción de que Jesús nos tiende la mano en todo momento y nos dice: “Levántate, no tengas miedo” porque todo este camino espiritual que recorremos lo hacemos con El y en El, comprendiendo nuestra pequeñez. Esta convicción de Su fidelidad y amor con nosotros, nos llena de confianza y de optimismo para con nosotros y con todos.
A quien quiere transfigurar Jesús? A todos los que abran su corazón y se permitan experimentar la invitación al Encuentro. Comprender que ya no es posible centrarse en ritos y prohibiciones para agradar a un Dios estricto y controlador, que Jesús nos ha mostrado un Dios -Amor que no reside en el gran Templo, sino que -a su manera- habita en el interior de todos es el mensaje que transformó la vida de sus discípulos y la de nosotros. Ser sus discípulos será vivir transfigurándonos día tras día en la carpa del ENCUENTRO y bajar al fragor del contacto con la comunidad. Allí no hay manera de no experimentar la transfiguración, ya sea en nosotros, en los hermanos y hermanas o en algún hecho o acontecimiento. Descubrimos que la bondad de Dios es superior a nuestros esfuerzos, egoísmos, incomprensiones, infidelidades y fallos, y se las ingenia siempre para dejarnos ver la transfiguración. Es un Dios AMOR que ama por encima de todo, porque Dios no sabe, ni quiere, ni puede hacer otra cosa que Amar. Creerlo y tener el regalo de experimentarlo, es Transfiguración.
Teresa, Olga, Nilda, María Agustina, María Cristina, Cecilia, Juanjo, Jesús, Dardo.
TEMA 7 – Este es mi Hijo amado. Escuchadle a él
Grupo Virtual de Jesús 30
¿Como desarrollar un trato con Jesús?
Uno de las más firmes maneras de lograr un trato con Jesús es a través de la lectura, asistencia a una comunidad parroquial, oraciones mentales y jaculatorias; de hecho, recomendamos las lecturas de los libros: «Hablar con Dios» y «El hombre en busca de sentido».
Pasamos días muy vertiginosos, entre el trabajo y reuniones, sin embargo, debemos buscar espacios para orar, elegir en casa lugares, dónde con tranquilidad, podamos ofrecerle nuestras oraciones y conversar con Él.
Creemos que sería necesario intensificar el trato con el Señor por medio de oasis o retiros de oración. Sería muy gratificante que en elGVJ30 pudiéramos hacerlo en común. La distancia entre nosotros parece insalvable, pero… quizás la tecnología pudiera ayudar. Desde luego, hay personas en el grupo que podrían guiarnos en la empresa. Es un tema que quizás deberíamos tratar en la videoconferencia.
El encuentro con la Palabra es una experiencia que debe marcar nuestras vidas y ahora en este grupo, lo es más, por eso tenemos en el corazón un proyecto que en algún momento Dios nos permitirá hacer si es su voluntad: Crear un espacio en las redes de encuentro con la Palabra para jóvenes… Consideramos que la pandemia ha abierto el corazón de muchos y especialmente de los jóvenes y que este es un tiempo favorable para llevar la Buena Nueva a sus corazones.
Existen muchos no creyentes que lógicamente no oran e incluso creyentes que, aun conociendo a Jesús, tampoco lo hacen, por ello nuestras oraciones siempre debe incluirlos y pedimos como la oración que enseñó el ángel a los pastorcitos en Cova da Iria: ¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman!
Cuando establezcamos esa relación con Jesús, iluminará nuestra vida. Sin su presencia viva, nuestra vida podría apagarse, incapaces de vivir sin ella.
Siempre hay una luz, la luz de la Transfiguración
La podredumbre que muchos desean, quedará sumergida nuevamente en la historia de la humanidad, quizás sea necesario atravesar por estas miserias humanas para purificarnos y revestirnos cada vez más de Dios y de su Hijo Jesucristo a quien le debemos todo honor y gloria.
Nuestro compromiso es precisamente seguir caminando con ustedes, platicar cada día más con Jesús en oración y seguir trabajando para ser mejor para los demás. El amor es la clave. Amar a Dios sobre todas las cosas, y amar a Dios es a amar a los demás. Dios no ‘necesita» que lo amemos a El directamente.
Dios vino a enseñarnos a amarlo a través de los demás y se puso de referencia cuando dijo…Ámense los unos a otros como yo los he amado, con esfuerzo y compromiso debe ser posible.
El riesgo de convertir la religión en algo alejado de los criterios y el espíritu de Jesús está en todos los que nos decimos cristianos, o sea, discípulos de Jesús. Somos animales de costumbres y tendemos a institucionalizar todo. Podemos llegar a asistir a las eucaristías por conveniencia social (ahora menos) o por encontrar a tal o cual persona, y lo mismo en los grupos de oración. A veces sentimos miedo de los cambios radicales en mi vida que un seguimiento más comprometido pudiera suponer. La forma de que Cristo sea el centro de nuestras comunidades—léase GVJ 30 o parroquia, o cualquier otra— es conseguir primero que lo sea en nuestras propias vidas.
Dios permite que el hombre sea libre de hacer con su voluntad lo que desee, por suerte, somos muchos los que anhelamos vivir en paz; amando y desarrollando una sociedad pacífica y alegre; disfrutando de la creación, luchando por la vida y la verdad y la justicia.
Jesús tú nos conoces lo suficiente, necesitamos conocerte más a Ti.
Que tu Palabra de cada día vaya horadando nuestro corazón de piedra,
nos aterra llevar una vida sin ti,
más aun cuando queremos consagrar nuestra existencia a tu servicio.
Solo tu Espíritu puede actuar en mí.
Estar en este GVJ me ayuda a estar como en el monte,
donde puedo escucharte con más claridad.
Gracias por esto.
Grupo Virtual de Jesús 29 – Tema 7
Durante nuestra reflexión y compartida en el Tema 7, el texto nos invita de nuevo a seguir a la escucha del Maestro: “Este es mi Hijo amado. Escuchadle a él”. En todas nuestras intervenciones se hace evidente la necesidad que todos tenemos de esos encuentros a solas, en silencio, con Jesús y todos los beneficios que ellos nos aportan al alma y a nuestra visión del mundo en general.
Es hermosa la experiencia personal que varios miembros del GVJ- 29 nos muestran sobre nuestro encuentro con el Señor a través de la perseverancia y de esos espacios de silencio y de búsqueda, hasta encontrar lo que buscábamos y hacerlo parte de nuestra vida diaria. Rezar no es nada fácil, es todo un proceso de aprendizaje que requiere dedicación y tiempo. Tiempo que, a veces nos cuesta encontrar en nuestra vida diaria y en medio de esta vorágine del mundo en el que nos ha tocado vivir y de la cual es difícil escapar para apartarnos y buscar a solas a Jesús; pero debemos insistir e insistir. Otros nos muestran su experiencia de encuentro por medio del trabajo en esas asociaciones, instituciones, etc. en favor del prójimo y de la Madre Tierra. Es una maravillosa forma de trabajar para Nuestro Señor y verlo en los hermanos y en todas las cosas. ¡Cuántas veces escuchamos hablar mal de los religiosos y de cristianos laicos comprometidos por la vida cómoda y tranquila que llevan! Y es verdad que hay unos cuantos que son así, pero por cada uno de ellos, hay muchos que, silenciosamente, lo hacen por los demás y se esfuerzan por combatir las injusticias que reinan en el mundo. Es también una forma de oración eficaz. Otras intervenciones nos que, a veces la Iglesia nos aleja de Dios y de Jesús. Pero creemos que la Iglesia va cambiando. Es un camino muy lento, es cierto; pero esta misma Iglesia que a veces percibimos lejana y que nos aleja, también nos sigue llevando nuevamente a Jesús y nos hace conocerlo mejor y tenerlo presente en la vida como modelo a seguir, como hermano, amigo y confidente. Tenemos fe en que este cambio seguirá su rumbo y ojalá se acelere.
El encuentro personal con Jesús, aun cuando lo deseamos y nos hace sentirnos bien, nos lleva a volver a lo cotidiano con renovadas fuerzas. Por eso, necesitamos estar en sintonía con realidades que nos obliguen a estar en movimiento de pensamiento, de acción con el Espíritu de Jesús. Nos vemos reflejados en este relato de la Transfiguración: Jesús se revela en la montaña a sus discípulos y les da fuerza y valor para bajar a la cotidianidad con los que sufren. Así a nosotros el encuentro personal con Jesús nos compromete en nuestra colaboración en la construcción del Reino.
También el relato nos hizo reflexionar sobre las preferencias de Jesús, al elegir solo tres acompañantes para vivir esta experiencia. No debemos preguntarnos si nosotros nos contamos entre los preferidos de Jesús. Sin duda todos y cada uno y cada una de nosotros lo somos. No podemos concebir un Dios que haga ningún tipo de distinción o discriminación. Nos quiere a todos como un Padre/ Madre buena.
Oración:
Señor, en este momento que nos toca vivir,
te pedimos por la paz en Ucrania y en el mundo,
por la justicia y la libertad,
que todos los pueblos convivan fraternalmente, como quiere la mayoría,
y que sus líderes, en su ambición de poder y dominación,
no los lleven a enfrentamientos fratricidas.
Señor Jesús, gracias porque, como a los apóstoles,
nos invitas a subir al monte
donde tú te manifiestas cómo eres y nos atraes a ti,
donde el Padre nos revela tu verdadera identidad.
Nos sentimos bien junto a ti y a la vez nos invade el miedo.
Gracias por tocar nuestra debilidad,
por darnos fuerza y confianza,
por contar con nosotros para volver a lo cotidiano
a hacer presente tu Reino aquí y ahora.
Que tu palabra y tu presencia llenen nuestra vida.
Transfórmanos para que seamos más auténticos,
Como tú nos has creado y amado en toda la eternidad. Amén.
GVJ 27
Tema 7
Qué bueno que como grupo sintamos la necesidad de escribir nuestros comentarios y oración para poder leernos. Es muy sanador poder testimoniar como vivimos la fe dejando un registro escrito, porque así nos ayuda a reflexionar.
El sabernos y sentirnos cristianos, seguidores de Jesús, nos infunde fuerzas para ser sus testigos en un mundo cada día más materialista, egocéntrico y violento. Es el mismo Jesús quien nos invita a subir al “Tabor” para que después bajar a nuestra cotidianidad y a la realidad que nos atrapas y asfixia.
Para acercarnos a Jesús no solo nos valen los ritos o practicas sino que necesitamos momentos de oración interior para entrar en nuestra realidad más profunda. Estar a solas con Él. Necesitamos como cristianos actuar, hacernos presentes, en los dos ámbitos: la actuación social viviendo valores del evangelio y la comunitaria de relación con los demás hermanos cristianos.Y, sin olvidarnos de descubrir lo que realmente somos, pensamos y sentimos. Hemos de vivir y compartir con todos cuantos conviven o están cerca de nosotros el mensaje de Jesús y su aptitud ante todos.
A veces pienso, que no hago mía la palabra firme de Jesús al decirnos “Escuchadle”. Vivimos aturdidos sin tiempo para detenernos y escuchar a nuestras familias, amigos, vecinos, compañeros de trabajo…. Puede que la causa sea el factor “tiempo, miedos, afanes, desesperanzas… y no escucho la Palabra de Dios y sino la escucho ¿cómo la pongo en práctica?
También necesitamos ratos para compartir con los demas todo cuanto creemos, vivimos y sentimos. Hemos de despojarnos de nuestros miedos, intereses y abrir nuestro corazón para sentirnos amados, protegidos y abrazados por Él. ¡Es tanta la soledad e incomprensión que nos embarga y rodea!
Puede que a veces me sienta desorientado y no entienda que debo hacer ni como responder a mis responsabilidades familiares. Entonces es cuando recurro a Jesús y oigo que me dice: “levantate, no tengas miedo, estoy aquí, yo estoy contigo”
Al depositar mi confianza en Él, sé que es él quien me guia y acompaña. Mi experiencia de fe me hace presente como El se me anticipa en las decisiones que he de tomar, haciendo más liviano el momento. Por eso busco a Jesús en mi vida, en la vida de los demás.
La necesidad de buscarle me asegura que yo no camino solo. No estoy solo, ni vivo en soledad. Siento que Él me acompaña en el caminar diario y permanece a la espera atento para que no defallezca. Él siempre va conmigo. Aunque a veces no lo sienta, ni vea sus pasos, a causa de mi ceguera, egoísmo… pero sé que Él camina a mi lado. El está junto a mi. El pisa nuestra tierra. Esa tierra angostosa a veces nos duelen los pasos, y que nos provoca desanímo, cansancio, soledad. Sabiendo que Él está conmigo no le temo a mis miedos. Él se anticipa siempre y me los evita o suaviza.
Él anda por nuestros caminos. Los conoce y nos conoce. No hay mayor señal de “Amor”. Tengo mi confianza depositada en Él.
ORACIÓN
Amado Jesús,
estar en la montaña contigo,
caminar en el desierto a tu lado,
pisar el suelo de tu mano,
es nuestro deseo.
Es lo que nuestro corazón aclama,
para poder escuchar a nuestro Padre
para poder conocerte más Señor Jesús.
Restaura nuestro espíritu,
y abre nuestras almas,
para poder conocerte más, Señor Jesús.
Restaura nuestro espirítu,
para poder atender tu voz,
y acudir felices a tu llamado,
y así conocer cada segundo de nuestra existencia,
por medio de las experiencias.
En tu nombre,
cada uno de tus sentires,
cada uno de tus actos llenos de amor y misericordia;
enséñanos a ser como tu señor,
indicanos el camino de la verdad,
acércanos a tu palabra,
pero permítenos entender
cuál es nuestra misión en el mundo,
cual es nuestra mayor experiencia contigo.
Y así dar testimonio
de tu presencia cierta y verdadera
en nuestra vida.
Amén
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Somos el GVJ 23, un nuevo grupo virtual que ha comenzado tras la convocatoria del mes de mayo de 2020 realizada desde la web Grupos de Jesús.
Hemos iniciado esta experiencia 15 personas. Estamos ahora 13 personas que vivimos en 6 países diferentes: Argentina, Bolivia, Colombia, México, Panamá y Venezuela.
Hemos realizado una reflexión del tema siete del proceso de Grupos de Jesús y, al igual que los anteriores grupos virtuales, queremos compartir con todos vosotros algo de lo que hemos dialogado y compartido.
Un monte alto: revelación, cercanía, comunicación, encuentro.
La montaña es el lugar predilecto para encontrarnos con Dios ya que por un lado encontramos el silencio que a veces es difícil hallar por el bullicio de una ciudad y además de lo alto se puede ver la majestad de la creación de Dios.
Jesús es el de la iniciativa, toma y lleva a sus discípulos aparte, a un lugar donde puedan mirar y vivir desde otra perspectiva, vivir experiencias especiales, particulares, cercanos y a solas con él, cerrando las puertas de nuestros sentidos.
Jesús se transfigura y su nuevo aspecto quiere comunicar su esencia. Esta experiencia del Tabor, como también se le conoce, es la que le permitió a los discípulos seguirlo por el camino.
Instalarse en el monte
Con una profunda sensación de bienestar, Pedro, sintió ganas de prolongar aquella experiencia. Querer construir las tres tiendas es pensar quedarse en sólo recibir bendiciones, formación sin compartir, es como dejar que el agua se estanque, se detenga el cauce.
Jesús nos invita a no quedarse en “mi”, en “nuestro” bienestar, sino que más bien, salgamos a transmitir a los demás esa paz, esa esperanza que nos da el encuentro con él y que se va a ver reflejado en caridad y en amor a los demás.
Muchas veces hemos querido detener el paso del tiempo, pues quisiéramos prolongar momentos maravillosos de encuentro y afecto. Pero eso no es posible. La vida tiene que seguir. Jesús y sus tres discípulos no pueden permanecer indefinidamente en la cumbre del monte. Su misión exige bajar de la montaña y seguir anunciando que el Reino de Dios ya está presente. Instalarse en el monte no es lo más adecuado, es necesario bajar.
Levantaos, no tengáis miedo
El escuchar a Jesús y seguirlo nos plantea seguir por un camino desconocido y lleno de entregas, lo cual nos puede generar inicialmente miedo. El miedo de los discípulos es apenas natural, disfrutamos de un proyecto prometedor, pero cuando nos corresponde poner de nuestra parte, realmente se pone a prueba lo convencidos que estamos y nos preguntamos si lo que Jesús nos propone sostendrá nuestras vidas, especialmente cuando el camino se pone pesado.
El único antídoto contra el miedo lo da esta experiencia vivida por los discípulos de comprender que la vida presente es solo un trayecto de la verdadera vida, que es la de la eternidad y que nos la jugamos con la fidelidad al proyecto de Dios hoy, en nuestra realidad. Cuando alguien en su experiencia espiritual llega a esta convicción ya no le teme a nada, ni a lo más temible que es la muerte y por lo tanto es una persona libre.
La oración
Definitivamente la oración es el motor que da la fuerza para responder a una vocación y asumir la misión hasta las últimas consecuencias. El texto evangélico propuesto, es una mirada al seguimiento de Jesús, empezando por la oración. La invitación es a transfigurarnos día a día, a través de la oración, a través del amor al prójimo, al débil y al marginado, tal como lo hizo Jesús, viendo su rostro en aquel necesitado. Todos tenemos la oportunidad real de nuestra transformación.
Oramos juntos
Señor Jesús, aquí estoy con mis miserias.
Toma la iniciativa, llámame al monte alto.
Tu rostro quiero ver y tu voz obedecer.
Hijo amado del Padre, infúndeme fe,
sé mi amparo y protección, mírame con
compasión.
Amén.
Berla, Daniel, Gerardo, Hernán, Javier, José Rafael,
Laura, María Alejandra, Mauricio, Mayertzy, Néstor F., Néstor H. y Wilson
Grupo Virtual de Jesús 23
GRUPO «ALELUYA»
“ESTE ES MI HIJO AMADO. ESCUCHADLE A ÉL” (Mt 17, 1-8)
Este pasaje evangélico ha calado profundamente en todos nosotros. De su lectura y reflexión común y compartida, sacamos las siguientes conclusiones:
Sentimos una gran necesidad de meditar y retirarnos a orar en soledad y creemos en el poder de la oración cuando se hace desde una fe y abandono verdaderos.
Y al mismo tiempo surge el deseo de orar en comunidad, así que vamos a intentar hacerlo mediante videoconferencia cada dos meses y cada uno en su casa, en su rincón sagrado, un mismo día y a la misma hora, el otro mes.
Nos gustaría vivirnos como las primeras comunidades cristianas, fieles al mensaje de Jesús.
ORACIONES
“Señor, Tú me conoces y estás enterado de la batalla interna por la que estoy pasando. Señor, estoy harta de tener miedo, de vivir esa vida separada de Ti. Señor, quiero estar Contigo, quiero confiar en Ti, pero tengo miedo. Señor, ayúdame a vencer el miedo.”
“Jesús tu que me conoces, ayúdame a quitar los miedos y a seguir en este camino, arduo, largo y difícil, pero al mismo tiempo maravilloso de ir a tu lado.”
“Señor, tú me conoces, sabes cuánto deseo estar siempre a tu escucha, conoces mis limitaciones, dame fuerza para llevar todo para adelante, para abandonarte mi vida. Sólo quiero seguirte, guíame en el camino de vida. Qué pueda seguirte en todo momento. Ven Señor en mi vida, ven Señor.”
“Mi Jesús, acá estoy, tu amigo, tu hermano… tú vienes a mí en los momentos más hermosos y en los más difíciles de mi vida, tú me has descubierto el rostro amoroso del Padre, me has mostrado que lo que es bueno y lo que quieres tú de mí: hacer justicia, misericordia y ser humilde ante ti… todo lo demás es accesorio, sólo tú bastas, sólo tú eres lo necesario, sólo en ti me encuentro con la alegría y el amor, sólo en ti, Señor Jesús, me siento como en los brazos de mi madre…”
“Contigo no temeré, Jesús. Agárrame fuerte, que ya me conoces. Tu fuerza triunfará en mi debilidad. Ahora, la salud física decae, las goteras se dejan ver… Prepara mi corazón para lo que vaya viniendo. Lo importante es que mi ser interior crezca en fortaleza por la comunión contigo. Sabes que mi mayor miedo es serte infiel, no corresponder a tu derroche de Amor para conmigo. Por tu Palabra, Jesús, me levantaré una y otra vez, sin tirar la toalla. Sé que, cuando no tenga fuerzas para hacerlo, Tú me levantarás. Gracias, Jesús, Tú eres mi Salvador. Tú me ayudas a vencer mis miedos. Tú eres la fuerza en mi debilidad.”
LA MONTAÑA DE DIOS
¡Condúcenos Señor a «tu montaña”¡
Allí dónde Dios, se revelaba en el pasado
a hombres que, como Moisés o Elías,
se adentraron en el desierto fatigados,
Allí donde llevaste a Pedro, Juan y Santiago,
para que te viesen en unión con Dios transfigurado
y le oyesen decir al Padre, que eres “Su Hijo Amado”
Nuestro grupo Aleluya también hoy necesita
subir contigo a lo alto para que Dios refuerce nuestra fe
y bajemos de “tu Monte” transformados
Que a través del silencio y la oración
nos abramos a Dios y a los hermanos
y percibamos aquí, en nuestro desierto,
tu clara voz en la neblina confortándonos
Qué cuidemos el jardín de la amistad
y vivamos, siendo humildes y sencillos
testimonios de tu Reino, proclamándolo
Jesús, que con la fuerza de tu Espíritu
este grupo Aleluya sea siempre:
hogar espiritual que acoja a todo hermano,
consuelo en la pena y la tristeza,
brújula para el que está desorientado,
bálsamo que sana toda herida
amistad para el que se sienta abandonado
Y si oramos, amamos y actuamos,
con la fuerza inefable de tu gracia
brotes nuevos un día serán dados.
Somos el GVJ 22, Monseñor Oscar Romero, hemos trabajado a lo largo del mes de septiembre el tema 7: “Este es mi Hijo amado. Escuchadle a Él”. Y queremos compartir con vosotros nuestras reflexiones.
La experiencia de la transfiguración exterior nos muestra el cambio interior, que necesitamos para crecer en el amor hacia nuestros hermanos. Traer a Jesús a la vida cotidiana, ser más coherentes. En Jesús encontramos el sentido, la esperanza, ocuparnos de los asuntos sociales sin endurecer el corazón. Jesús transforma íntegramente la vida, en plenitud.
Es necesario y fundamental tener ese encuentro profundo con el Señor, dejar que nos hable y «escucharlo», ver desde nuestro interior como se transfigura para mostrarnos en plenitud su divinidad; es el Hijo Amado del Padre, quien nos ama y desea nuestra conversión. Es admirable lo que le sucede a una persona cuando es tocada por el Padre y cómo se transforma al sentirle en su corazón: le blanquea hasta la ropa que lleva puesta. Y en todo ello descubrimos la fuente de donde bebía Jesús para Amar de aquella manera: regalando Vida y Vida en abundancia.
Compartir nuestras experiencias, abrir el corazón y dar testimonio, es un paso firme de acercamiento entre nosotros y hacia Jesús. Eso se transformará en actuaciones de diversa índole cada uno según sus circunstancias y cualidades, pero lo importante es que donde estemos, transmitamos esa misión de servicio a los demás. De la misma forma nos debemos comprometer a ir transfigurando el mundo, no solo con acciones de caridad a la carta, sino con acciones comunitarias que permitan la transformación de las estructuras de pecado, en mecanismos que fortalezcan la solidaridad y la fraternidad entre nosotros los cristianos y fundamentalmente con los demás. Es la forma de poder entender que hay mucho por hacer, que hay que desinstalarse y actuar, cada uno desde su realidad, pero hacer «algo» por el Reino de Dios en el aquí y ahora.
Jesús es el centro de nuestra vida, de nuestra comunidad y debiera ser el centro de nuestra sociedad así todos velaríamos por el bien común y no existiría tanta desigualdad. Nuestro mundo está herido y nos toca mostrar al Resucitado más vivo que nunca actuando en cada rincón, sanando, fortaleciendo. La forma de contribuir nosotros a que Jesús sea el centro de las personas que nos rodean solo se consigue por nuestras obras, teniendo muy presente el no esperar nada a cambio de los demás, y respetando, por supuesto, el Dios que cada uno lleva en su interior.
Cristina Amitrano, Manuel Ángel Muñoz, Francisco Huerta, Elena Contreras, Juani Casar,
Charo Falcón, Cecilia Salas, Patricia Núñez, José Antonio López, Enrique Soriano, Juan José
Llano, Jesús Hernández, Nieves Fernández
TEMA 7 – “Este es mi Hijo amado. Escuchadle a Él.” Mateo 17, 1-8
Somos el GVJ 20, que iniciamos nuestro camino en el mes de mayo del 2019.
A lo largo del mes de enero el Tema 7 «Este es mi hijo amado. Escuchadle a él». Mt 17, 1-8) nos ha conmovido y llevado a reflexionar profundamente sobre el hecho de que siempre es Jesús quien toma la iniciativa. En el texto evangélico vemos entonces como Jesús obsequia a sus más íntimos la gracia de poder verlo en el cielo sobre la tierra.
Es así como lleva a Pedro, Santiago y Juan a lo más alto del monte, para estar en intimidad con Dios, cerca de él y de ese modo transmitirles la experiencia de fe más profunda que podían vivir. Así es como también nos hemos sentido nosotras invitadas por Jesús a ver su luz. De esta manera nos muestra que él es la luz y el camino, aunque en el camino haya una montaña muy grande.
Viendo la reacción de los discípulos nos identificamos muchas veces con el miedo que sienten ellos y, al igual que nos cuentan en el texto evangélico que Jesús con sus detalles “se acercó y los tocó”, nosotras también nos hemos sentido «tocadas» por él cuando caemos, nos quedamos paralizadas o lo perdemos de vista en las tinieblas… Del mismo modo que sus discípulos, nosotras sentimos ganas de quedarnos disfrutando de los momentos en que lo sentimos muy cerca.
Tenemos claro que nuestra tentación podría llegar a ser la misma de Pedro: sentirnos tan bien, tan tranquilas y a gusto, que nos tentara detener el tiempo, pero es Jesús quien nos dice: «con esto no acaba todo», «hay que continuar, hay que involucrarse más». Debemos mirar al cielo, pero pisando la tierra donde debe estar presente el compartir con el otro… volver a tu entorno y compartir…
Desde lo humano, invocamos a Dios, deseamos sentir a Dios en nuestro corazón, pero no nos resulta siempre simple estar y vivir en su proximidad. También a nosotras nos lleva Jesús sobre una alta montaña, nos comunica su bondad y nos dice de bajar y convivir con nuestros hermanos, mientras seguimos oyendo de sus labios: no tengáis miedo.
Es en el encuentro con Jesús que, a través de la experiencia de sentirnos amados por él, que se transforman nuestras vidas y esto nos impulsa a servir a nuestros semejantes, al mismo tiempo que nos hace personas más conscientes y cambian nuestros valores y nuestro enfoque de la vida
En este texto, Mateo nos deja muy claro, que Jesús es el único importante, al único al que debemos escuchar. Él siempre nos inspira confianza, nos invita a no tener miedo nunca, porque Él está con nosotros siempre, y no nos deja; al contrario, nos sostiene y levanta cuando caemos o nos sentimos derrotados. Y a pesar de que en ocasiones fallamos y caemos, él nos da su mano y nos levanta, Del mismo modo que lo hace cuando pasamos por situaciones dolorosas.
Nos parece vital tener algunos momentos de quietud para entrar en relación íntima con Jesús, sin embargo, compartimos que no siempre nos resulta sencillo, por ello sentimos esto como algo que deseamos llegar a superar. También deseamos destacar que vivimos estos momentos de reflexión -como parte del GVJ- como una manera de reflexionar y orar en comunidad. Del mismo modo que sentimos que oramos cuando nos acercamos a hermanos y hermanas necesitadas.
Para finalizar deseamos compartir una pequeña oración:
En esta mañana, Señor, te quiero mirar y sentirte más cerca que nunca. Tu compañía y tu mirada me darán la fuerza para seguirte. Tú me has «tocado» y me has espabilado. ¡Calla un poquito y ven conmigo! me has dicho. Hay que bajar de la montaña. Pero antes, Tú me mirarás con amor y yo te miraré confiada.
Carmen, Griselda, Luz, Mariana, Natalia, Roser y Shirley
TEMA 7 “Este es mi Hijo amado. Escuchadle a él”
APORTACIÓN A LA WEB
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús: Somos el GVJ 19, que iniciamos nuestra experiencia a partir de la primera convocatoria de Grupos virtuales de Jesús de este año, el pasado mes de enero. Queremos compartir algunas de nuestras reflexiones sobre este séptimo tema de Grupos de Jesús.
Subida al Monte Alto-Acercarse a Dios
Este pasaje muestra la fragilidad y el desconocimiento total del hombre sobre el poder de DIOS cuando este se acerca a nosotros. La verdad absoluta ante el hombre, imposible imaginar eso, todo eso nos supera, no es posible describirlo con ningún lenguaje humano.
La iniciativa la toma Jesús. Es Jesús quien llama e invita a ir a estar a solas orando. Pedro, Santiago y Juan acompañan a Jesús. En más de una ocasión habrían visto a Jesús retirarse a solas para orar, ahora son invitados a estar con Él. Seguramente la intriga y el sentirse elegidos les haría felices.
Más que importante, es necesario retirarse a lo alto del monte, es decir, encontrar un espacio y un tiempo para el recogimiento, para la oración, para no perdernos en hacer lo que se debe hacer, sin encontrar momentos de silencio, de apartar lo que hacemos para mirar la vida con la perspectiva de Jesús, para verla y repasarla con Él. Tomar todo lo que somos y con decisión apartarlo temporalmente para que ese espacio se convierta en la principal atención a Jesús, vale la pena.
Jesús Glorioso
El rostro radiante de Jesús y sus vestimentas blancas revelan su verdadero ser en plenitud. Jesús es la luz que guía nuestros pasos y es expresión pura de la personalidad y amor de Dios. Este pasaje sugiere al Jesús glorioso que se oculta bajo su apariencia humana.
Intervención de Pedro
Pedro se estaba distrayendo del objetivo por el cual Jesús los llevo ahí en primer lugar. En vez de captarlo como motivación para permanecer fuertes en la misión, lo confunde con un estado de paz con el que puede estar conforme. Y olvida que Jesús quiere una vida digna para todos y no vino a buscar comodidad para sí mismo.
Pedro tiene la misma visión mundana y limitada del misterio de Dios que nosotros. Su apego a lo que le hace sentirse bien es el mismo que podemos tener nosotros, ese apego es amar a Dios de una forma interesada.
Lo que Pedro dice en este momento le brota del corazón, se siente tan feliz en que no quiere que termine, quiere que se queden los tres, por eso quiere hacer tres tiendas, para que no se marchen. A Pedro se le olvida la misión de Jesús, sus enseñanzas, como muchas veces nos puede pasar a los cristianos, que caemos en una fe y oración intimista, sentimental, pero que no es para la vida y ni da vida.
La luz de Dios
Dios es luz porque ilumina nuestra vida. Es posible escuchar a Dios entre luces y sombras, pero no es fácil. La auténtica ascesis es la renuncia al ego que se apega a lo sensible y considera las gracias de Dios como logros propios. Todo lo que recibimos de Dios es por pura gracia, no por nuestros méritos. De ahí que el desapego sea algo que tenemos que pedirle a Dios.
El miedo de los discípulos es humano
Sí que da miedo plantearse la vida solo escuchando a Jesús, porque los cambios dan miedo, la incertidumbre de no saber si te equivocas o no, si lo que sientes viene de Dios o no… esto no es un libro que haya que seguirlo al pie de la letra, son momentos de subir al monte para ir descubriendo poco a poco a Jesús. El miedo de los discípulos es tan humano como el de nosotros, como las dudas, como los interrogantes que podamos tener. Pero reconocer el miedo, las dudas… no tiene porque ser malo, porque en este camino además de los momentos de oración a solas también están los momentos de compartir, en la comunidad en los que encontrar apoyo. El camino no es de soledad.
Jesús calma el miedo
Jesús se acercó como un amigo que se preocupa por los suyos. Y luego les invita a dejar atrás su miedo. A quien acaban de escuchar es el Dios bueno del que Jesús siempre les ha hablado, y que no hay que temer. Todo lo contrario, Dios quiere vernos felices a todos. Y Dios en Jesús lo confirma: ¡No tengan miedo!
Un seguidor es alguien se relaciona personalmente con a Jesús, actuar conforme a sus enseñanzas y estudia para participar en su proyecto y así ser mejor y libre cada día.
Ya estoy en Galilea y me dice levántate no tengas miedo de caminar conmigo nuevamente.
Jesús en muchos momentos de aleja y “sube al monte” para orar a su Padre. El Monte lo interpretó como aquella desconexión con el mundo, para conectarse con el Padre, para poder intimar con El.
Dios quiere comunicarse y darse a nosotros, a mi también, y lo hace por medio de su Hijo amado. Entonces, todo mi esfuerzo debe ser apartarme de todo que me está impidiendo escuchar a Jesus.
GVJ -18
Ya estamos en Galilea y ahora nos proponemos seguir al Maestro con mayor comprensión y entrega, ya no basta estar de acuerdo con sus palabras ahora no relacionamos con su persona para aprender su doctrina.
La transfiguración me recuerda que antes que todo, Dios quiere hablar, quiere comuncarse con nosotros y conmigo también. quiere hacerse escuchar y lo hace y lo hace por medio de su Hijo amado; entonces todo mi espuerzo debe ser apartarme un momento cada día y escuhar a Jesús
Hola somos el Grupo virtual de Jesús, Sal de la Tierra, y queremos dejarles este puñado de reflexiones de todo un conjunto de intercambios que hicimos en nuestro grupo sobre este tema 7
…Si es una absoluta necesidad tener momentos de recogimiento para encontrarme con Jesús. En la liturgia, me he dado cuenta , que hay pequeños momentos como en la Consagración y, también, frente al Santísimo…
…¿como contribuir para que Jesús sea centro de las comunidades cristianas? Pues profundizando su palabra y vida, y compartiendo lo aprendido…
…Creo que es necesario reavivar a Jesús desde la vida misma no solo desde la participación eclesiástica, de esta forma creamos un vínculo mayor con la presencia y el testimonio de vida de Jesús en los ambientes parroquiales, si seguir a Jesús no nos despierta una actitud frente a la vida lo que resta es abandonarnos en la indigencia espiritual que provoca la tradición y la soledad…
…Nos olvidamos del sentido de la vida, no tenemos paciencia de escuchar a Jesús, queremos todo de inmediato y no sabemos de lo que necesitamos. Es urgente confiar más en Cristo, no tener miedo de entregar nuestra vida a Él por completo, nuestro cuerpo y mente. Vivir la vida al servicio del prójimo. Elegir con lo que vamos a ocupar nuestro tiempo y lo que vamos a dejar entrar en nuestras mentes. Cuidar de nuestros pensamientos…
…Creo que si necesito y son muy importantes, momentos de retiro, de alejarse, de subir al monte para reflexionar, meditar, escuchar, abrir los oídos, abrirse a la verdad…
…Pensar por ejemplo, que se deben aceptar las situaciones adversas como parte de la Cruz de Jesús, son contrarias a su espíritu que busca la sanación y la liberación de las personas. Pareciera que no se insiste mucho en contemplar a Jesús y que se pone énfasis en hacer, en cumplir normas para de alguna manera controlar a través del miedo…
…Jesús deseo que mi vida sea fiel a ti, a tu mensaje de amor, ayúdame, extiende tu mano y llévame junto a ti, como cuando sacaste a Pedro de las aguas…
…Se hace necesario interrumpir la prisa y cotidianidad de nuestras vidas para tener momentos de oración que reavive nuestra adhesión a Jesucristo; sin embargo mas que en nuestra parroquias o comunidades lo planteo desde nuestras propias familias. Como voy a alumbrar en cualquier lado si tengo a oscuras mi propia casa?…
…Siento que quizás, deberíamos tener comunidades lideradas por varones y mujeres, que hablen de Dios, con palabras, pero sobre todo con sus vidas…
Si alguien desea conocernos más, les dejamos los links de los archivos completos sobre lo conversado en el grupo:
Tema 7 parte 1: https://1drv.ms/w/s!AmfQylVRjh4o3j8cCsFrIGoBnBa_
Tema 7 parte 2: https://1drv.ms/w/s!AmfQylVRjh4o310E2VDXkRSSdsG2
Saludos deJon, Cecilia, Lilia, Maru, German, Malka, Mario, Raimundo, Guadalupe, Cristian.
Hola a todos los GVJ. Somos el GVJ Shemá y compartimos con ustedes, a continuación, nuestras reflexiones personales del Tema 7:
-Lo más llamativo en Jesús es que, cada tanto, se retiraba a un lugar apartado (y, contrariamente a lo que usualmente nosotros podríamos hacer, lo hacía cuando más «alta» estaba la vara, cuando más fama «ganaba» entre la gente) y se ponía a hablar, cara a cara, con su Padre de los Cielos para «recargar» energías y continuar su Misión de Sanador y Salvador del género humano.
– Este pasaje bíblico, me permite contemplar, una vez más, que cuando Jesús llama a alguien, se revela en todo su esplendor; y Jesús sabe los momentos en los cuales realizarlo buscando afianzar nuestra fe, así como lo hizo con los discípulos poco tiempo antes de ir a Jerusalén. Y por estos momentos de intimidad, Jesús es capaz de dejar el servicio a los enfermos, hambrientos, necesitados. Estos son momentos de confirmación para que los discípulos creyeran y continuarán con mayor firmeza el seguimiento a Jesús, sobre todo en el momento de la prueba.
– Lo mismo me ha pasado que a Pedro, cuando he experimentado una paz o un bienestar espiritual muy grande: quisiera que así se quedara el mundo para gozar de esos minutos. Pero debo (y debemos) regresar al ambiente donde se nos ha puesto, para transmitir el mensaje de amor del Padre que es Jesús en medio de nosotros.
– Para mí, Dios es luz siempre que lo sigo porque me hace estar atenta a todo lo que acontece a mi alrededor y no estar encerrada en mí misma, en mi vida rutinaria.
Estoy convencida que escuchar sólo a Jesús es ser cristiana.
El plantearse la vida escuchando y siguiendo a Jesús es ir contracorriente y exige renuncias. Es un camino de cruz. Da miedo y hay que vencer nuestras comodidades y rutinas.
– Poner la mirada en Jesús, es no dejar que las circunstancias de la vida se adueñen de nosotros, es confiar en él a pesar de lo que pase a nuestro alrededor.
En nuestro grupo también necesitamos escuchar ese “no tengan miedo», porque en algún momento podemos llegar a sentir temor de un encuentro más cercano con Jesús, de una intimidad más fuerte, de dejarlo todo por su amor.
-Patricia –Charo –Miriam –Rosario –Carlos –Blanca –Pedro –Aurora –Eduardo –Mary Carmen –Tarcisia –Edgar.
TEMA 7. “Este es mi hijo amado, escuchadle a él”
(Mateo 17, 1-8)
APORTACIÓN A LA WEB
La experiencia más compartida dentro de nuestro grupo “Camino de Emaús, es la alegría de estar juntos y el disfrute de leernos y dialogar sobre lo que aportamos. Os ofrecemos alguna de las reflexiones personales que hemos compartido, contemplando la Transfiguración
• Los cristianos de base y sobre todo buena parte de los representantes de los apóstoles de hoy han adaptado el mensaje de Jesús a sus conveniencias. Muchas veces me pregunto cómo, utilizando la misma palabra “AMOR”, unos entendemos algo tan diferente a otros. Algunos han llegado a matar a sus hermanos con la misma palabra AMOR con la que otros acogen a estos pobres inmigrantes de África que se juegan la vida en el Estrecho, el lugar donde más inmigrantes mueren del mundo.
• Todos veníamos con una imagen de Jesús y con un conocimiento más o menos profundo de quién era; pero a través de todo lo que vamos aprendiendo, compartiendo y reflexionando, asistimos a la transfiguración de ese Jesús que creíamos conocer y quedamos encandilados y enamorados de Él.
• Moises y Elias si no me equivoco eran los que establecieron la ley en el antiguo testamento. Jesús viene a liberarnos de todas esas leyes y poner en el centro a las personas sin importar su situación, y al Amor.
• Dios es luz y sombra, porque me parece sentirlo más o menos claro en mi dimensión de creatura y en muchos aspectos de la traducción de Jesús en sus parábolas; y también es sombra porque Dios no pertenece a las coordenadas humanas y en ellas no le percibiremos.
• Respecto a las tres tiendas creo que Pedro no ha entendido que ya no existen tres tiendas independientes o zonas para adorar a Dios. Ya solo existe una gran Tienda, donde todos podemos entrar y como hermanos, adorar a un solo Dios, que es el Abba que nos muestra Jesús.
• Instalarme en el monte es centrarme en mí mismo y no descubrir que el mensaje de Jesús no es para quedármelo, sino para darlo a los otros, para llevarlo a todo el mundo.
• Pienso que cuando esto sucede, cuando tomamos conciencia de todo lo que implica escuchar al Hijo amado de Dios y vivir con radicalidad su propuesta, es normal que tengamos miedo. Da miedo, vértigo desear vivir sólo escuchando a Jesús. Es un salto de fe. Es querer que se haga la voluntad de Dios. Es confiar plenamente en Él.
• Hace tiempo que vengo pensando que la verdadera conversión es hacia una mayor libertad, que no se refugie en lo conocido. La vida, la cultura, cambian vertiginosamente. Desde la posición creyente nos vemos todo el tiempo desafiados a dar respuestas que no tenemos. Sólo desde una espiritualidad profunda (que no es sólo religión) podremos seguir fecundando esas realidades para que sean espacios de construcción del reino de Dios.
• Mi esposa y yo hemos pasado de querer hacer grandes cosas a no dejar pasar pequeñas oportunidades que nos surgen y que son granitos de arena para hacer un mundo mejor. Estos granitos, los ves pasado el tiempo, han construido una pequeña playita del Reino de Dios.
• Ésta es la fiesta del rostro que irradia luz de Dios, del rostro del pobre y excluido, del enfermo, del encarcelado, rostro de Dios…luz de Luz, vida de Vida… Todo el evangelio de Dios se condensa en la visión del Rostro del Hermano: Cada rostro humano es figura y concreción de Dios, un don y compromiso de amor, una palabra hecha Vida, hecha Luz, hecha Presencia.
• He podido constatar que la dinámica del grupo me ha enseñado formas de oración que yo desconocía, en que Jesús se hace presente en medio de nosotros, precisamente por “reunirnos” en su nombre, tal como prometió a sus discípulos, y en que, quizá de forma velada, nos hace llegar su palabra, a cada uno/a, a través del testimonio de los demás.
• Jesús manifiesta su divinidad en su amistad con los pequeños, en su proximidad con los marginados, en su solidaridad con los pobres, en su compasión con los enfermos; en una palabra: es en su humanidad compasiva donde Jesús revela su divinidad.
• Por último, escuchamos de boca del mismo Jesús ese “Levantaos, no tengáis miedo”… Lo mismo que nos decía cuando se acercó por la noche a la barca, lo mismo que nos dice tantas y tantas veces a lo largo de los evangelios: “Soy yo”, “No temáis” “¿Por qué dudáis?”…
• Es decir nos estamos conformando con la celebración de la BBC (Bautizos, Bodas y Comuniones), donde la gente asiste y prepara estas celebraciones, porque siempre se ha hecho, pero no hay más de fondo
ORACION
Señor, échame una mano, que no sé rezar.
Se me olvida que estás ahí, junto a mí
Y hay días que despierto sin acordarme en ti,
Paso el día perdido en mi rutina automática
Y me duermo sin pensar en ti,
Sin pararme un momento a recordar quien soy.
Pero como tú sí piensas en mí
A veces siento un susurro ¡Eh!, ¡que estoy aquí!
Entonces despierto, miro el reloj
Y trato de entrar instantáneamente en modo oración,
A ver si me da tiempo en estos diez minutos, antes de comer.
Cierro los ojos y espero que tú también te des prisa,
Respondas a mi llamada
Me hagas “sentir” tu presencia
Me llenes de paz, ilumines mi vida con la tuya,
Me saques de mi rutina complaciente,
Me enseñes a darme a los demás
Me llenes de una alegría contagiosa…
Todo ello en estos diez minutos, antes de comer…
Me sorprende que esto no funcione,
Porque tú nos quieres alegres, en paz,
Entregados a los demás, compartiendo tu Vida…
Jesús, échame una mano, que no se rezar. (Adolfo)
ORACIÓN
No dejes, Jesús amado,
Que el conocerte nos inmovilice
En la contemplación sin servicio.
Ayúdanos a levantarnos
Y a hacer vida tu palabra,
Sin miedo (Ilda)
BETANIA (GVJ)
TEMA 7. Este es mi Hijo amado. Escúchenle a Él.
(Mateo 17, 1-8)
ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
Este pasaje sucede, “seis días” después de andar en una región pagana, cuando Jesús preguntó a los amigos (discípulos): “¿quién dice la gente que soy?”, “¿y para ustedes quién soy?” y de anunciarles la subida a Jerusalén donde ocurrirá su arresto, tortura, muerte y resurrección.
Sabemos que el monte, para los judíos, es el lugar del encuentro con Dios. Los discípulos con los que va Jesús son escogidos por ser los que mayormente esperaban un mesianismo de poder. Tan es así, que Jesús hacía poco, había comparado a Simón Pedro con el mismo Satanás (Mt 16, 23), por recriminarlo respecto al tipo de mesianismo que les ha anunciado y por intentar hacerlo caer, como en la escena del desierto.
La voz del Padre reconociendo a Jesús como su hijo amado, lo distancia de Moisés, representante de la Ley, y de Elías, representante del profetismo. Las tiendas reflejan la fiesta judía de los tabernáculos (tiendas, chozas, cabañas) que celebraban los judíos como preludio a la llegada del “hijo de David”, el Mesías que guerreará y expulsará al invasor y restaurará con poder la gloria de Israel.
Es un texto que sigue al primer anuncio de la pasión y desde allí puede ser un texto «síntesis» en la vida de Jesús que refleja quién es Él, su relación con el Padre, con sus discípulos y con «la ley y los profetas» de su tiempo.
Relato que descubre a un Jesús que desde su Ser y Hacer se transforma, se transfigura, transmite su Vida en plenitud y nos muestra la relación estrecha con su Padre desde la oración, desde el encuentro con Él que le plenifica y le permite ir más allá de las leyes y de los profetas – por eso el encuentro con Moisés y Elías…
Es normal temer a lo desconocido, o a situaciones que no logramos ver claras. Los amigos de Jesús se atemorizaron cuando la nube cubrió el monte y dejaron de verle a Él, a Moisés y a Elías (representantes estos dos últimos personajes de las promesas y profecías previas); ante este acontecimiento, se sintieron perdidos, lo que nos hace relacionar esta situación con las muchas ocasiones en que no confiamos en Dios, y nos produce miedo e inseguridad; lo que nos induce a redescubrir en esta caída, y desde una actitud humilde, el rostro radiante de Cristo.
Pedro sólo percibe en ese momento con los sentidos del cuerpo, por lo que se muestra algo torpe, le queda mucho por aprender, hasta que el Espíritu se manifieste en él y a través de él, cuando empiece a sentir que debe compartir con los hermanos. Ante la incomprensión de sus amigos-sus discípulos, el Padre responde por Jesús, su hijo amado y nos muestra su relación estrecha con Él, quien lo conoce y se complace en lo que es y va siendo; un Padre que lo descubre ante sus amigos, sus discípulos y hace la invitación a seguirlo… «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco, escúchenlo».
El “ir al monte alto a solas”, también evoca la imperante necesidad de estar con Dios, de retirarse un momento para hablarle, escucharle y recibir su fuerza, antes de que lleguen los momentos difíciles que Él sabe que están por llegar.
Jesús con su transfiguración, manifiesta de nuevo que siempre es el primero en buscarnos, en pedirnos y encontrarnos, si estamos dispuestos a seguirle y nos preparamos para ello; en su unión con el Padre, muestra un atisbo de su futura glorificación y que esa misma luz que Él irradia reside en el interior de cada uno de sus amigos.
ACERCAMIENTO A LA VIDA
CONVERSIÓN PERSONAL
Necesitamos, tenemos sed de momentos para saber de Él, para conocerlo más. Deseamos buscar momentos de oración con el Padre, allá en lo secreto, tal y como Jesús nos lo dijo (Mt 6:6).
Descubrimos un modelo de vida de Jesús que deseamos nos vaya configurando. Nos vamos dando cuenta de la necesidad de quitar de nuestra vida todos aquellos conceptos e imágenes de Jesús, llenos de poder y riqueza terrenal, de magia.
Así mismo necesitamos quitar de nuestro camino los apegos a las condiciones que impone el mundo, la vida exitosa, el aseguramiento financiero, el deleite buscado en las satisfacciones terrenales, dando pasos de conciencia en nuestras vidas para vivir más de cerca el Evangelio. Hemos descubierto que podemos ir paso a paso y que los nuestros más cercanos son el mejor campo de acción para practicar el Evangelio.
Deseamos “vivir en el mundo convirtiéndonos a Jesús”, deseamos “tener bien puesta la camiseta” de nuestro ser cristiano y de colaborar en la construcción de su Reino, donde no exista la desigualdad ni la injusticia y se promuevan condiciones de dignidad y solidaridad entre los hombres.
Para ello es necesario que Cristo sea nuestro centro, conocerlo y amarlo más a través de la oración personal con nuestro Padre Dios, y junto con el compromiso social, lo que se traducirá en mayor compasión hacia nuestros hermanos y por lo tanto en una auténtica transformación en el amor.
Invitación a mirar el camino que hemos hecho y vamos haciendo en el seguimiento de Jesús desde nuestro ser y hacer, a mirar el lugar que ocupa en nuestras vidas: El deber ser (las leyes, etc.), la relación con todas las personas a las que nos acercamos y que son motivo de ese seguimiento de Jesús y también el encuentro orante y de relación con el Padre a través de Jesús. Y desde allí la gran necesidad de pedir a Jesús su fuerza y luz para vivir como Él lo ha hecho, para relacionarnos con su Padre como Él y para ser desde allí hermanos.
Invitación a revisar si el Padre puede complacerse en cada una, en cada uno de nosotros como lo hace con su Hijo y experimentamos que el Padre Dios se complace en nosotros por SER QUIEN ES ÉL y nos hace la invitación fuerte a –“Hazlo como lo hace mi Hijo Amado y Escúchalo”-.
Invitación a permanecer en Él desde la oración y desde el discernimiento constante para estar en permanente sintonía con su propuesta de Amor desde donde nos toca vivir, estar y convivir hoy. Si mantenemos posibilidades de encuentro con El Señor de la vida, sentimos una invitación profunda a ser fieles seguidores de Jesús desde una actitud orante y desde unos espacios concretos de diálogo con Él donde nos deje hacer por Él y nos mantenga en constante discernimiento para saber responder a su llamado.
COMPROMISO EN EL PROYECTO DE JESÚS
La vivencia en general de la mayoría de los cristianos, como yo la veo, es muy pasiva en cuanto a vivir el evangelio en su vida cotidiana. Existe un gran desconocimiento de lo que nos habla y quiere Dios de nosotros a través de su Palabra. Podemos cumplir con lo religioso pero nuestra vida sigue igual al estilo de los fariseos de la época de Jesús. La misma iglesia, en sus estructuras de poder, guarda una preocupante semejanza con las estructuras religiosas de aquellos tiempos y que Jesús criticó por perder el contacto con lo verdaderamente importante: un Dios misericordioso y amoroso con todos sus hijos e hijas, que nos llama constantemente a la solidaridad y a la convivencia armoniosa y justa, muy por encima de la ostentosa religiosidad.
Tal vez y ahora que estamos en revisión de los GVJ, valdría la pena preguntarnos si nuestra vida ha cambiado en algo desde el inicio de nuestra participación, de tal forma, que nos indique si estamos siendo atraídos con hechos concretos al modelo de vida de Jesús o, por el contrario, sea nuestra membresía solo una forma de sentirnos un poco más a gusto con nosotros mismos.
La transfiguración de Jesús es uno de los episodios de su vida que nos llevan a reafirmar nuestra fe en Él y la invitación para que nos transforme y le sigamos; para ello necesitamos momentos a solas en donde podamos cara a cara dialogar, como encontramos en las parroquias durante el año litúrgico.
A pesar de que el mensaje y el ejemplo de Jesús es muy importante y difícil de seguir (casi inalcanzable para el común de los mortales), debido a su grandiosidad (su propuesta tensa el ser para crecer en humanidad y forzarnos para ser buenas y bellas personas), no le damos un lugar privilegiado. Es importante reconocer otras tradiciones y océanos de sabiduría que han inspirado enormemente y que también guían muchas vidas,…todos ellos han ido configurando valores e ideales de vida.
Oración (Salmo 24,4-5ab)
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
Subida al monte alto
El hecho de subir al monte con Jesús es una forma de alejarse de la vida cotidiana, de separarse de la estructura mental del día a día. Subir es una forma de dejar abajo las ataduras cotidianas. Es en nuestra parte espiritual donde Jesús puede mostrarse. Subir al monte Tabor es tomarse un tiempo de intimidad con Dios, y eso lo podemos hacer desde la oración en cualquier momento en que nos encontramos solos, y en ese lugar escuchar las revelaciones que se nos quieran hacer.
Pero subir a la montaña también supone un sacrificio, un esfuerzo de tesón en el que hay que mantenerse, aunque a veces sentimos que nuestro empeño de encontrar a Jesús en nuestro interior no da sus frutos. Quizá el secreto sea entender que el camino por nuestro interior hacia Jesús no va a ser como y cuando nosotros queramos, sino que debemos aceptar que sea Él quien venga a nosotros.
Transfiguración
En este episodio Jesús se revela como Mesías, Mateo lo hace usando simbología bíblica para revelar a las generaciones siguientes lo que ellos vivieron. Entendemos a Moisés y Elías junto a Jesús como las referencias del Antiguo Testamento que vienen a confirmar que se van a cumplir la Ley y las Profecías. Muchos consideraban a Jesús un profeta más, y otros se escandalizaban porque les parecía que Jesús les confrontaba sus leyes… Pero la vida de Jesús está en realidad conforme a la Ley de Dios y cumple con las revelaciones que Dios les hizo a Moisés y Elías en sus retiros a la montaña. Jesús morirá, así está escrito, pero en este momento ya se sabe que le espera la Gloria.
Intervención de Pedro
La generosidad de Pedro (quedarse sin tienda) se puede interpretar como un golpe de conveniencia. Sabe que estando con Jesús no le faltará pan, vino, salud etc… Pero también es reflejo del deseo de cristalizar el instante maravilloso, algo muy humano. Con una visión así, ¿quién querría bajar de la montaña? Mejor nos instalamos aquí, extasiados por la visión, nos olvidamos del mundo y sus sinsabores… Pero no, toca volver y tomar la Cruz que nos toque a cada uno, pero esta vez con la fe en que nos espera la Unión con el Padre. No es posible montar una tienda en ninguna parte, ni siquiera la resurrección de Jesús es definitiva, sino dinámica, luego subió al Padre y además nos dijo que volvería.
La voz de Dios
Siempre he pensado que la voz de Dios debía ser estridente, que hiciera temblar. Pero con los años me he dado cuenta de que apenas es un susurro que hay que aprender a escuchar. Está en nuestro corazón, nos susurra a diario y sólo si paramos a escuchar y mirar, lo sentiremos.
Miedo
¿Cómo no tener miedo? A veces, cuando se consigue profundizar suficientemente, la experiencia de la infinitud es sobrecogedora y a la vez maravillosa. El miedo puede ser también una expresión de enorme respeto, posiblemente. Así se puede interpretar el temor hacia Dios. Dios no es ni luz ni sombra. Es todo y nada a la vez. Las luces y las sombras las ponemos nosotros porque sólo podemos actuar en una dirección.
Levantaos.
El miedo nos hizo sobrevivir en las diferentes etapas evolutivas, sin embargo ahora nos atenaza y nos esclaviza. Por eso Jesús nos pide que evolucionemos. Nos recuerda que somos algo más que animales. En este pasaje nos repite una vez más eso de “levantaos, no tengáis miedo”, lo repite, pero las palabras no logran convencernos, y en el caso de los discípulos tampoco las trasfiguraciones, ya que el miedo vuelve a ellos después de Su pasión y muerte. Estos tres discípulos tuvieron el regalo de contemplar la naturaleza de Jesús y escuchar la voz de Dios. Vivir algo así debería suponer una transformación tan impactante que la vida tras la experiencia nunca debería ser igual. Sin embargo, Pedro poco después va a renegar tres veces de su maestro por miedo a la muerte.
Jesús les dijo: «Levantaos, no tengáis miedo», seguidme y escuchadme solamente a mí, muy parecido a lo que hoy mismo pasa en nuestra sociedad, que nos da miedo escuchar sólo a Jesús. Nos da miedo ponerlo en el centro y como pilar de nuestras vidas y de nuestras comunidades. No nos damos cuenta de que es Jesús quien nos puede liberar de tantos miedos, cobardías y dudas si nos dejamos llevar y transformar por él.
Conversión personal
A muchos cristianos no nos basta la práctica religiosa ordinaria para descubrir a Jesús. Necesitamos los momentos de recogimiento aunque a veces nos cuesta bastante hacer el esfuerzo de “subir la montaña” y nos puede la pereza o el desencanto ante las expectativas no cubiertas como nosotros quisiéramos. Necesitamos esforzarnos para dar más calidad a nuestro encuentro con el Señor. Hablar de conversión personal en este tema significa mejorar nuestros “encuentros con Él” y tratar de encontrarlo en cada persona que encontramos en nuestro camino.
Todos nosotros necesitamos más que nunca atender la llamada evangélica de Dios en la Transfiguración de Jesús; necesitamos hacer una pausa, hacer un silencio y escuchar más al Dios de Jesús, porque esa escucha interior nos ayudará a vivir en la verdad, a saborear la vida en sus raíces y a no ser superficiales ante lo esencial. Escuchando a Dios en Jesús nos daremos cuenta de nuestra pequeñez y pobreza, pero también de la grandeza de ser seres amados infinitamente por Él. Somos libres para escucharle o darle la espalda, pero vivir sin un sentido último, es vivir insensatamente, y vivir sin escuchar la voz de la conciencia, es vivir inconscientemente.
También puede resultar útil hacer el ejercicio de interrumpir el ajetreo diario por un instante simplemente para tomar conciencia de Jesús en nuestra vida. A veces basta con parar un segundo y mirar alrededor para descubrirle en las cosas más sencillas e insospechadas.
Para defender los criterios y las actitudes de Jesús podemos hacernos la pregunta interior: ”¿qué haría Jesús en esta situación?”. Ya solamente esta reflexión nos enfrenta a la crudeza de nuestros egoísmos y al menos nos saca de nuestra zona de confort. Quizá podamos proponernos preguntarnos esto más a menudo, cuando la vida con sus vaivenes nos perturben, para poner por delante la referencia de Jesús como la única infalible.
Compromiso con el Proyecto de Jesús
Para que Cristo sea el centro de las comunidades cristianas con más fuerza y verdad creemos necesaria una renovación de la Iglesia, un cambio de estructura completa, dejando de lado la jerarquía anticuada. Sin participación y sin un mensaje renovado e inspirador, no acuden jóvenes a las parroquias, sin jóvenes no hay vocaciones, y sin vocaciones la estructura se tambalea, y la gente acabamos haciendo la guerra por nuestra cuenta.
Y aquí aparece el riesgo de seguir costumbres, normas, tradiciones al margen o en contra de los criterios y el espíritu de Jesús. Pero, ¿quién decide cuál es ese espíritu de Jesús? La iglesia católica ha mezclado siempre el mensaje de Jesús con el mensaje propio como si los dos fueran uno, y parece que si cuestionas algo de la institución estás cuestionando a Jesús. Sólo hay una forma de saber si estás en el camino correcto, creando una línea directa con Jesús buscando esos momentos o retiros de oración.
Hola buenas noches, me llamo j.JESÚS hernandez Olivo.
Pertenezco a la parroquia de NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE en CHAVINDA MICHOACAN, MÉXICO.
TAMBIÉN ESTAMOS EN EL TEMA 7 DEL LIBRO: GRUPOS DE JESÚS.
ME HAN GUSTADO MUCHO SUS APORTACIONES DE REFLEXIÓN EN ESTE TEMA 7.
MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR SUS EXPERIENCIAS, PAPÁ DIOS Y MAMITA MARIA LES DEN MAS SABIDURÍA.
SALUDOS Y LLUVIA DE BENDICIONES
TEMA 7: ESTE ES MI HIJO AMADO. ESCUCHADLE A EL
Querida familia de los GVJ:
Somos el Grupo Tabor y cada día nos sentimos mas unidos e identificados con nuestros testimonios y confianza mutua, especialmente motivados para ser instrumentos activos del mensaje de Jesús, os dejamos nuestras reflexiones. .
“Este es mi hijo amado”; escúchenlo”. Escucharlo significa hacer su voluntad, contemplar su persona, imitarlo, poner en práctica sus consejos, tomar nuestra cruz para enrumbar resucitando a una nueva vida, retomando el camino que nos conduce a la “nueva Galilea”.
Pedro, el más impulsivo. ¡Cuánta sencillez en su alma inocente de niño grande! Solo pensó en quedarse allí junto a su Maestro al que vio en plenitud de gloria, representando la grandeza de Hijo de Dios vivo, quedando claro que Jesús es la auténtica Luz del mundo para todas las generaciones venideras hasta el fin de los tiempos.
Necesitamos de la ayuda de Jesús para no tener miedo a que nos trasforme en personas nuevas llenas de amor y misericordia. Jesús nos trae la salvación redentora, que se hace patente en su Transfiguración en presencia de Moisés, Elías y sus queridos discípulos. Él da plenitud a la vida.
Creo que es normal, al ver a los discípulos aterrados sienta comprensión y compasión por lo débiles que somos los seres humanos y por lo cerrado que podemos tener a veces el entendimiento. Si dejamos que El nos toque podemos perder el miedo y si levantamos la vista, también en nuestro grupo veremos solo a Jesús.
“Quien quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga”. El seguimiento a Jesús y su evangelio no tiene que dejarnos adormilados en la oración, acomodados en la práctica religiosa. Este encuentro con Dios nos tiene que mover a la entrega en lo cotidiano. Una vida cómoda es más fácil, y parte de la crisis de nuestra sociedad que se refleja en el ámbito religioso, es la falta de esfuerzo.
Ojala escuchemos hoy la voz de Dios; que nos llama a cada uno de nosotros para decirnos lo mismo que les dijo a Pedro, a Santiago y a Juan. De nuevo nos remite a Jesús, su hijo amado. Al mismo tiempo podemos ver el rostro de Jesús en los hermanos que sufren la guerra, la violencia, los últimos, los refugiados, los descartados de la sociedad,… y solo actuando humildemente en lo que podamos cada uno de nosotros, estaremos cumpliendo con lo que Jesús espera de cada uno de nosotros.
Me parece que el miedo que sienten los discípulos esta muy inducido por la idea del Dios terrible del Antiguo Testamento. Esta idea irá cambiando con Jesús quien no lo muestra como el “Abba” el papacito amoroso, a quien podemos acercarnos con toda confianza. Ver sólo a Jesús, implica comprender que Él es la clave única de interpretar y vivir la fe, y con Él se abre la esperanza de una nueva vida en Dios
Naturalmente que necesito momentos de recogimiento y soledad para estar con Jesús, los propicio por la mañana, cuando amanece, es entonces cuando la naturaleza y toda la Creación me habla del Señor y converso con Él. Siento que me escucha, que está atento a todo lo que me pasa y así me dispongo a vivir el día, poniéndome en sus manos y rogándole que permanezca siempre en mi corazón, que me haga experimentar la unidad con Él y con todo; también que haga de mí un medio para transmitir y compartir todo el amor infinito que de Él recibo.
He convocado en mi parroquia a un Grupo de Jesús, les pido me ayuden a orar para que el Señor traiga a los que Él, quiera. Por mi parte el compromiso es buscar más espacios para escucharlo en la lectura orante de su palabra y continuar dando testimonio alegre de su presencia en mí. Mucha gente hoy sólo tiene una idea vaga de Jesús, podría decirse que Jesús para ellos es sólo un objeto mágico que debe darles lo que ellos quieren. Animamos y oramos unidos para que el P. Antonio José Agudelo haga nacer el espíritu de los Grupos de Jesús en su Parroquia en Colombia.
Vamos a seguir fuertes, sintiéndonos cogidos de la mano por Jesús y con nuestra vocación de llevar Su mensaje, siendo portadores de alegría, consuelo y esperanza a todos los que sienten la soledad del alma. Nuestra fuerza esta en Jesús siempre vivo, siempre en marcha, siempre motivador, que con su Luz resucitadora que nos hace ver y sentir a los hermanos en total comunión y proximidad. No puedo quedarme ni estancada ni paralizada por mucho que “los aires” corran en contra.
Jesús es el centro de mi vida y el de mi hogar. En nuestro caminar en los medios de comunicación durante más de 25 años, con programas TV de contenido religioso y habiendo pasado por un tiempo forzado por la falta de motivación por parte de los nuevos pastores. No nos conformamos a continuar sin ser discípulos activos de la palabra de Jesús. Ya ha llegado la hora de poner en marcha, la llamada que cada vez se hace más fuerte en nosotros y que ha crecido en nuestros corazones al caminar con los Grupos Virtuales de Jesús. Como dijo el Papa Francisco hace dos años: También podemos ser Mensajeros del Amor y la Esperanza a través de las redes sociales y más recientemente nos ha llamado a “movernos del sofá”.
Tengo tiempos y lugares reservados para el encuentro con Jesús y ocupa un lugar único e insustituible en mi vida, al menos así lo intento, cada vez irradia más luz, pero me da un poco de miedo organizarme la vida solo desde el Evangelio, aunque reconozco que cada vez menos, sé que El me dice que me levante y que no tenga miedo, me lo dice cada día.
Tampoco creo que sea necesario grandes proezas para transformar la realidad y hacerla más justa y solidaria, acorde con el mandamiento del amor, al que nos envió Jesús. Vivir en el interior de nuestros corazones el encuentro con Jesús y dejarlo que brote con los actos diarios.
Tú lo sabes todo Jesús, sabes de mis miedos e inseguridades. Sé que contigo me siento bien, que cada día tengo una nueva oportunidad para empezar, para servir, para entregarme, para amar.
Con la sinceridad que me caracteriza puedo decir que realizo actividades que me distraen de una vida de oración más intensa y constante como debería ser. Me esfuerzo sí, por ser mejor persona. No creo poder promover este tipo de actividad en mi comunidad pues la llevan a cabo las religiosas que residen en mi barrio y con las que no tengo ningún acercamiento por no estar de acuerdo con la catequesis que imparten. Y para ser más franca aún, no me agradan las viejas “cucufatas” y adoradoras de la madre superiora.
Desde el GVJ Tabor deseamos terminar con unas palabras muy recientes del Papa Francisco: “Jesús resucitado los llama por su nombre, y salgan con el corazón lleno de alegría a anunciar a todos la Buena Noticia de la Resurrección. Que Dios los bendiga.”
Juan Carlos, Antonio José, Inmaculada, María Reyes, María Pilar, Pilar y María del Carmen.
Queridos amigos, el GVJ En Camino quiere compartir nuestras reflexiones sobre el Tema 7.
SUBIDA AL MONTE ALTO
El hecho de subir al monte con Jesús es una forma de alejarse de la vida cotidiana, de separarse de la estructura mental del día a día. Subir es una forma de dejar abajo las ataduras cotidianas. Es en nuestra parte espiritual donde Jesús puede mostrarse. Subir al monte Tabor es tomarse un tiempo de intimidad con Dios, y eso lo podemos hacer desde la oración en cualquier momento en que nos encontramos solos, y en ese lugar escuchar las revelaciones que se nos quieran hacer.
Pero subir a la montaña también supone un sacrificio, un esfuerzo de tesón en el que hay que mantenerse, aunque a veces sentimos que nuestro empeño de encontrar a Jesús en nuestro interior no da sus frutos. Quizá el secreto sea entender que el camino por nuestro interior hacia Jesús no va a ser como y cuando nosotros queramos, sino que debemos aceptar que sea Él quien venga a nosotros.
TRANSFIGURACIÓN
En este episodio Jesús se revela como Mesías, Mateo lo hace usando simbología bíblica para revelar a las generaciones siguientes lo que ellos vivieron. Entendemos a Moisés y Elías junto a Jesús como las referencias del Antiguo Testamento que vienen a confirmar que se van a cumplir la Ley y las Profecías. Muchos consideraban a Jesús un profeta más, y otros se escandalizaban porque les parecía que Jesús les confrontaba sus leyes… Pero la vida de Jesús está en realidad conforme a la Ley de Dios y cumple con las revelaciones que Dios les hizo a Moisés y Elías en sus retiros a la montaña. Jesús morirá, así está escrito, pero en este momento ya se sabe que le espera la Gloria.
INTERVENCIÓN DE PEDRO
La generosidad de Pedro (quedarse sin tienda) se puede interpretar como un golpe de conveniencia. Sabe que estando con Jesús no le faltará pan, vino, salud etc… Pero también es reflejo del deseo de cristalizar el instante maravilloso, algo muy humano. Con una visión así, ¿quién querría bajar de la montaña? Mejor nos instalamos aquí, extasiados por la visión, nos olvidamos del mundo y sus sinsabores… Pero no, toca volver y tomar la Cruz que nos toque a cada uno, pero esta vez con la fe en que nos espera la Unión con el Padre. No es posible montar una tienda en ninguna parte, ni siquiera la resurrección de Jesús es definitiva, sino dinámica, luego subió al Padre y además nos dijo que volvería.
LA VOZ DE DIOS
Siempre he pensado que la voz de Dios debía ser estridente, que hiciera temblar. Pero con los años me he dado cuenta de que apenas es un susurro que hay que aprender a escuchar. Está en nuestro corazón, nos susurra a diario y sólo si paramos a escuchar y mirar, lo sentiremos.
Miedo
¿Cómo no tener miedo? A veces, cuando se consigue profundizar suficientemente, la experiencia de la infinitud es sobrecogedora y a la vez maravillosa. El miedo puede ser también una expresión de enorme respeto, posiblemente. Así se puede interpretar el temor hacia Dios. Dios no es ni luz ni sombra. Es todo y nada a la vez. Las luces y las sombras las ponemos nosotros porque sólo podemos actuar en una dirección.
«LEVANTAOS»
El miedo nos hizo sobrevivir en las diferentes etapas evolutivas, sin embargo ahora nos atenaza y nos esclaviza. Por eso Jesús nos pide que evolucionemos. Nos recuerda que somos algo más que animales. En este pasaje nos repite una vez más eso de “levantaos, no tengáis miedo”, lo repite, pero las palabras no logran convencernos, y en el caso de los discípulos tampoco las trasfiguraciones, ya que el miedo vuelve a ellos después de Su pasión y muerte. Estos tres discípulos tuvieron el regalo de contemplar la naturaleza de Jesús y escuchar la voz de Dios. Vivir algo así debería suponer una transformación tan impactante que la vida tras la experiencia nunca debería ser igual. Sin embargo, Pedro poco después va a renegar tres veces de su maestro por miedo a la muerte.
Jesús les dijo: «Levantaos, no tengáis miedo», seguidme y escuchadme solamente a mí, muy parecido a lo que hoy mismo pasa en nuestra sociedad, que nos da miedo escuchar sólo a Jesús. Nos da miedo ponerlo en el centro y como pilar de nuestras vidas y de nuestras comunidades. No nos damos cuenta de que es Jesús quien nos puede liberar de tantos miedos, cobardías y dudas si nos dejamos llevar y transformar por él.
CONVERSIÓN PERSONAL Y COMPROMISO
A muchos cristianos no nos basta la práctica religiosa ordinaria para descubrir a Jesús. Necesitamos los momentos de recogimiento aunque a veces nos cuesta bastante hacer el esfuerzo de “subir la montaña” y nos puede la pereza o el desencanto ante las expectativas no cubiertas como nosotros quisiéramos. Necesitamos esforzarnos para dar más calidad a nuestro encuentro con el Señor. Hablar de conversión personal en este tema significa mejorar nuestros “encuentros con Él” y tratar de encontrarlo en cada persona que encontramos en nuestro camino.
Todos nosotros necesitamos más que nunca atender la llamada evangélica de Dios en la Transfiguración de Jesús; necesitamos hacer una pausa, hacer un silencio y escuchar más al Dios de Jesús, porque esa escucha interior nos ayudará a vivir en la verdad, a saborear la vida en sus raíces y a no ser superficiales ante lo esencial. Escuchando a Dios en Jesús nos daremos cuenta de nuestra pequeñez y pobreza, pero también de la grandeza de ser seres amados infinitamente por Él. Somos libres para escucharle o darle la espalda, pero vivir sin un sentido último, es vivir insensatamente, y vivir sin escuchar la voz de la conciencia, es vivir inconscientemente.
También puede resultar útil hacer el ejercicio de interrumpir el ajetreo diario por un instante simplemente para tomar conciencia de Jesús en nuestra vida. A veces basta con parar un segundo y mirar alrededor para descubrirle en las cosas más sencillas e insospechadas.
Para defender los criterios y las actitudes de Jesús podemos hacernos la pregunta interior: ”¿qué haría Jesús en esta situación?”. Ya solamente esta reflexión nos enfrenta a la crudeza de nuestros egoísmos y al menos nos saca de nuestra zona de confort. Quizá podamos proponernos preguntarnos esto más a menudo, cuando la vida con sus vaivenes nos perturben, para poner por delante la referencia de Jesús como la única infalible.
Para que Cristo sea el centro de las comunidades cristianas con más fuerza y verdad creemos necesaria una renovación de la Iglesia, un cambio de estructura completa, dejando de lado la jerarquía anticuada. Sin participación y sin un mensaje renovado e inspirador, no acuden jóvenes a las parroquias, sin jóvenes no hay vocaciones, y sin vocaciones la estructura se tambalea, y la gente acabamos haciendo la guerra por nuestra cuenta.
Y aquí aparece el riesgo de seguir costumbres, normas, tradiciones al margen o en contra de los criterios y el espíritu de Jesús. Pero, ¿quién decide cuál es ese espíritu de Jesús? La iglesia católica ha mezclado siempre el mensaje de Jesús con el mensaje propio como si los dos fueran uno, y parece que si cuestionas algo de la institución estás cuestionando a Jesús. Sólo hay una forma de saber si estás en el camino correcto, creando una línea directa con Jesús buscando esos momentos o retiros de oración.
Queridos compañeros y amigos de GVJ
Somos Efettá. Os compartimos nuestras reflexiones sobre el Tema 7
ACERCAMIENTO AL EVANGELIO.
Ha habido diversidad de opiniones en la comprensión de este pasaje, ya que a algunos les supone dudas, les resulta complejo, y difícil de entender y a otros les parece de gran riqueza. Resumo:
Quiero resaltar aquí que Manuel, un miembro de nuestro grupo muy participativo, nos enriquece siempre con sus aportaciones y nos ayuda a desmenuzar el tema en su contexto y en los pasajes paralelos de otros evangelistas, así podemos ampliar la visión del tema, pero me resulta un tanto largo para incluirlo en un resumen.
En esta ocasión comienza su aportación diciendo:
“Siempre había tomado el relato de la transfiguración de Jesús como un mito que nos señala una verdad más allá de meros hechos. Pensaba que si los discípulos contemplaron algo así cómo podían seguir teniendo duda de que si Jesús era el Mesías”. Y desde ahí profundiza en el tema también desde otros textos evangélicos. Le agradecemos de corazón sus aportaciones.
OTRAS APORTACIONES:
Lo primero que llama la atención es que el evangelio comienza diciendo, seis días después…¿qué había ocurrido seis días antes?, parece que Jesús les había anunciado la Pasión que habría de sufrir y sobre todo Pedro no acepta que el Maestro pase por ese trance y quiere disuadirle, ahora Jesús quiere mostrarles su gloria. Se lleva con Él a los tres discípulos más íntimos a lo alto de un monte a orar… parece querer transmitirles que después de la Cruz, del sufrimiento, aceptados con paz y serenidad, viene la alegría, la experiencia y el gozo que se siente al estar cerca de Jesús: “Qué bien se está aquí, hagamos tres tiendas”
Jesús nos invita a creer en Dios Padre sin ninguna duda, y que confiemos en su hijo amado, Jesús es la persona a la que debemos escuchar, a la que debemos obedecer, porque es Él el que nos enseña a llegar donde el Padre y a ser solidarios con los demás. Ver a Jesús, no con los ojos de la carne sino con los ojos de la fe, siempre abiertos, siempre limpios y siempre libres y oír con el corazón la voz de Dios Padre que nos grita: «Este es mi Hijo amado. Escuchadlo».
La montaña es siempre una constante en la vida de Jesús, especialmente cuando quiere orar, hablar con el Padre, o para transmitir o enseñar algo importante. Para nosotros referencia de meditación, de reflexión, de retiro, de oración!
«Qué bien se está aquí!», es la expresión de Pedro, sugiriéndole a Jesús, que se queden allí. Es lo que nos pasa a muchos cristianos cuando nos «sentimos bien» con el Señor y con la vida. ¡Cuidado! No podemos acomodarnos, pues el camino del cristiano está «abajo», en la llanura de las dificultades,
«Levantaos, no tengáis miedo».
Si de verdad sentimos que Jesús está con nosotros todos los días, debemos confiar en su promesa y no tener miedo. Ese es el valor de la fe; que ante los problemas y las dificultades; ante las decepciones y fracasos; ante las tristezas y traiciones…podamos levantar la vista y solo veamos a Jesús. Su presencia nos basta como bálsamo, consuelo, esperanza y fuerza para levantarnos y seguir caminando por la vida.
La voz de Dios Si algo sé De Dios es que es luz y sombra. Su misterio hace que a menudo pueda entender algo, pero en otras ocasiones me supera. A veces lo siento y lo escucho y a veces creo que desaparece.
Miedo de los discípulos y actuación de Jesús: temen seguir una vida en la que se escuche a Jesús porque eso implica renuncias y sacrificios que muchas veces no estamos dispuestos a llevar a cabo.
Pero Jesús se acerca y le dice una de las frases más reconfortante: no tengáis miedo.
¿NECESITAMOS EN NUESTRO GRUPO ESCUCHAR ESAS MISMAS PALABRAS?
Claro que si!!!! . Cuando uno cae al suelo, creo que los que se mantienen en pie deben acercarse, y decirle; no tengas miedo, escucha a Jesús que siempre te llevará por el buen camino aunque ahora mismo te resulte el más difícil. Porque para llegar al mejor camino, quizás primero debemos andar por lugares espinosos.
ACERCAMIENTO A LA VIDA
Hay que subir al monte, olvidar los miedos, angustias, prisas y activismo, para encontrarnos con Jesús en la oración silenciosa donde Él quiere hablarnos. Necesitamos hacer silencio para entrar en oración y escuchar a Dios, “subir” y dejar abajo las cosas de la tierra: el egoísmo, la vanidad, todo aquello que estorba para ir hacia Dios y luego “bajar” y acercarnos a los hermanos, sabiendo que no hay gloria sin cruz. Nuestra actitud debe ser como la de los discípulos: escuchar al Maestro, abrir el corazón a la Palabra, caminar en su presencia, deseando en todo cumplir su voluntad.
¿Qué medios voy a poner para poder escuchar la voz del Señor? Solamente desterrando de mi corazón los ruidos y distracciones podré crear el espacio necesario para acoger la Palabra viva de Dios.
Escuchemos en los acontecimientos de la vida, en las cosas que ocurren a nuestro alrededor y en los hermanos, a Dios que nos habla y responde a nuestras oraciones. Pero para eso hace falta la fe, que nos da “otra mirada” y “otro oído” para ver y escuchar a Dios vivo y resucitado en medio del mundo y de las personas.
Que nuestro Tabor, sea también un momento de oración y de encuentro con Dios. Y que salgamos transfigurados, para que otros también puedan acercarse a Dios y a la fe a través del testimonio de nuestra vida.
CONVERSIÓN PERSONAL:
• Vemos a los discípulos subiendo al monte con Jesús y luego dejando aquella experiencia extraordinaria para bajar a la dureza de lo cotidiano: el cansancio del camino hacia Jerusalén, los enfermos que piden sanación, las multitudes que no dejan tiempo ni para comer… Escucho a que Dios me dice a mí, como a los discípulos: sal…, sube conmigo…, baja a tus hermanos…
Pensemos de qué lugares de nuestra vida, de nosotros mismos, hemos de salir para poder entrar en lo que Dios nos pide.
¿A qué montañas hemos de subir para sentirnos transfigurados por la presencia de Dios? ¿Busco de modo especial en esta Cuaresma escuchar en la Palabra de Dios la voz del Padre: “Tú eres mi Hijo amado”? ¿De qué “alturas” he de bajar para experimentar la vida de la Pascua? ¿A qué lugares has de descender? ¿realmente le escucho a Él o a mí misma?
• Desde luego que necesito momentos de retiro y recogimiento para encontrarme a solas con el Abba de Jesús. Pero es que esto debe ser un imperativo pues siguiendo el Tema actual “Este es mi hijo amado. Escuchadle a él” hagámoslo y el nos dijo: Mateo 6: 5-13: 5 »Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. 6 Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Tengo que dedicar momentos en el día para encontrarme a solas con Jesús en silencio abriendo mi mente y corazón a su presencia y acción.
• Necesito momentos de retiro y recogimiento para encontrarme a solas con Jesucristo? Sí, es necesario encontrarme a mí mismo ¿Tengo tiempos y lugares reservados para asegurar regularmente estos encuentros? Por el momento, todavía, tengo algunos tiempos y lugares para estos encuentros, qué no daría ya no tenerlos, es decir, que en todo tiempo y en todo lugar la presencia de Jesús esté en mi corazón ¿Me basta la práctica religiosa ordinaria para descubrir la Novedad de Jesús? No es suficiente, me he quedado solo con la tradición sin descubrir, aun en los pequeños detalles la grandeza del Señor; es necesario subir a la montaña continuamente, dejarme invitar por Jesús como lo hiso a los discípulos más íntimos de Él y transfigurarme ya, dejándolo todo.
Jesús aun no ocupa un lugar único e insustituible en mi vida, porque en muchas ocasiones me olvido de darle gracias continuamente, porque no confío siempre en Él
NUESTRO COMPROMISO EN EL PROYECTO DE JESÚS
• Jesús también me invita a mí, como a los discípulos: ven sígueme…, sube conmigo…, baja a tus hermanos… no puedo quedarme en el Tabor, he de bajar, afrontar la vida con los demás, sin separarme de los hermanos que sufren, junto a los deprimidos, marginados, enfermos, junto a tantas necesidades humanas, he de entregarme con amor, siendo portadora de la Luz del evangelio consciente de que la transfiguración, la Pascua, es la auténtica Vida.
¡Cuánto tengo que cambiar! ¡Qué atenta debo estar para escuchar y seguir a Jesús!
• Comprender mejor el proyecto de Jesús Del Reino de Dios y cultivar una actitud hacia la vida similar a la e É ejerció en la suya durante sus años en la tierra.
ORACIONES SUGERIDAS
Jesús, siempre dispuesto a cumplir la voluntad de tu Padre.
Te pido la fuerza necesaria
para mantenerme fiel al plan de Dios
en los momentos de mayor dificultad,
en especial cuando tengo que ser testimonio
de la verdad ante los demás,
al igual que Tú no tuviste miedo de hablar con la verdad a tus discípulos.
Que no tema el sufrimiento.
Que sepa subir al monte de la oración
para escuchar Palabras de aliento y esperanza.
ORACIÓN CON JESÚSEN EL TABOR:
Señor, qué bien se está aquí a tu lado.
Quiero estar atenta a la Palabra del Padre
Para escuchar lo que quieres de mi y seguirte
Cuando estoy contigo a solas,
cuando hago silencio,
cuando me pongo a tu escucha
me ocurre lo mismo que a Pedro,
a Santiago y a Juan,
siento que mi vida se ilumina
Tú me haces descansar
del trajín de cada día,
me impulsas a perdonar,
me reconcilias conmigo misma
y me acompañas
a bajar de nuevo a la vida.
Me dices que como a Ti,
la cruz y las dificultades me esperan.
Que he de salir
de mi rutina y bienestar.
Que seguirte es duro,
pero al final del camino,
Tú me esperas glorioso y resucitado.
Así, contigo, caminaré hacia la Pascua.
Gracias, Señor, por la fe y la esperanza que me das.
¡Qué bien se está a tu lado!
Oración: (Siguiendo la línea de Jesus en Mateo 6:)
9 Ustedes deben orar así:
»“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra,
así como se hace en el cielo.
11 Danos hoy el pan que necesitamos.
12 Perdónanos el mal que hemos hecho,
así como nosotros hemos perdonado
a los que nos han hecho mal.
13 No nos expongas a la tentación,
sino líbranos del maligno.
Os compartimos la reflexión de nuestro Grupo Misericordia.
Hay unanimidad en reconocer que la iniciativa la lleva Jesús, pero también pensamos que por parte nuestra hay que subir a la montaña y esto significa esfuerzo, salir de casa («que bien se está aquí !!)…
Constatamos que no hay mucha discusión sobre la necesidad de «subir a la montaña» ( física o virtual) para experimentar la cercanía de Dios, su presencia en nuestra vida… No necesitamos ni tenemos que buscar grandes transfiguraciones, sino las pequeñas transfiguraciones (= momentos de soledad, retiros a la montaña, silencios, diálogos con los hermanos, celebraciones vivas) para después bajar del monte a la vida… y como recuerda alguien del grupo cuando bajemos del monte a la vida hay que hacerse humilde y pobre entre los pobres..
Creemos que el comentario de Pagola resume muy bien nuestras aportaciones:
Subir al monte es buscar el silencio y la adoración en la intimidad de la oración, en ella encontrarnos con Jesús, el Hijo amado de Dios, en quien podemos confiar y superar nuestros miedos. Nos da miedo escuchar solo a Jesús porque nos desinstala del confort y no remite al encuentro con los hermanos que sufren. Dejarse tocar por Jesús nos da la energía para acercarnos a los hermanos y abrazar sus propias angustias. Definitivamente es necesario hacer silencio para escuchar solo a Dios que nos habla en Jesús. Es verdad que nos asecha la tentación de Pedro «plantar tiendas en lo alto de la montaña». «Es decir buscar en la religión nuestro bienestar interior, eludiendo nuestra responsabilidad individual y colectiva en el logro de una convivencia más humana».
La voz de Dios
Dios es luz, porque cuando lo sientes te ilumina, te marca el camino, y hace que tu corazón irradie, y es también sombra, porque no se le encuentra tan fácil. Uno puede pasar horas y horas intentando contactar con él, y nada.
Estamos convencidos que ser cristianos es escuchar sólo a Jesús.
Nos hacemos una pregunta : ¿dónde escuchamos la voz de Dios hoy ?
¿Cuáles son las nubes luminosas que nos indican la presencia de Dios en nuestro mundo ?
¿Cuáles son las sombras u obscuridades que tapan la presencia de Dios hoy ?
¿Reconocemos en Jesús al hijo amado de Dios?
Se nos atasca esta pregunta ya que en momentos del evangelio y la predicación nos surgen contradicciones entre un padre que entrega a su Hijo a la muerte y un padre de misericordia…Puede sugerirnos que Dios es cruel y el Dios de Jesús no es cruel.
Levantaos, no tengáis miedo
Como nosotros,los discípulos aterrados por el miedo,necesitamos la mano de Jesús que nos diga: “levantaos, no tengais miedo”.
Compromisos
Siento la necesidad de esos tiempos de recogimiento y silencio para encontrarme con Jesús, porque la vida de cada día trae mucho ruido y los momentos que se dedican a las prácticas religiosas ordinarias no son suficientes para colmar esta necesidad, por eso busco retirarme dos o tres días cada semestre, ahora lo estoy haciendo en una Abadía Benedictina, pero también he hecho los ejercicios de San Ignacio con los Jesuitas.
Y creo que puedo comprometerme a con palabras y obras defender siempre a los más débiles, a los desplazados y a los que requieran de mi ayuda.
Suelo reservar los domingos por la tarde para hacer momentos de retiro, pero hay domingos que la pereza y las distracciones me pueden.
Desde que estuve de voluntaria en Calcuta y Etiopía (hace 6 años) el lugar que ocupa Jesús en mi vida ha cambiado y ahora intento basar mis decisiones pensando en lo que Jesús me está pidiendo en ese momento.
Por último, queremos compartir un escrito de una abuela que tiene enmarcado en una habitación de la casa y que define con exactitud quién es Jesús:
Buscando a Jesucristo
Porque… lo esperaban como rico
y habita entre los pobres.
Lo esperaban poderoso
y su poder es el amor.
Esperaban un guerrero
y es paz toda su regla.
Lo esperaban rey de reyes
y servir es su reinar.
Lo esperaban sometido
y doblega todo orgullo,
denunciando la opresión,
predicando libertad.
Lo esperaban silencioso.
Y su palabra es la puerta
por donde entran los que gritan,
con su vida, la verdad.
GVJ Misericordia
Hola amig@s de los GVJ, somos Nazaret. Os enviamos nuestra aportacion a la web del Tema 7. Vereis que firmamos seis personas, las que empezamos, pero acabamos con cinco, lo aclaro porque ahora estamos tratando el tema de unirnos a otro grupo. Un abrazo
Reynaldo.
GVJ NAZARET – TEMA 7 – APORTACION WEB
“ÉSTE ES MI HIJO AMADO. ESCUCHADLE A ÉL”
(Mateo 17, 1-8)
Acercamiento al Texto Evangélico
Me pone ante los ojos algo muy concreto y que tiene para mí una enorme fuerza: “Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco. Escuchadlo”. Es Dios mismo quien me propone que Jesús TIENE RAZÓN y es necesario “ESCUCHARLE”.
En este tema, me llama la atención la referencia a la luz y al brillo, así como al bienestar que se siente al encontrar la Plenitud.
El rostro y el vestido de Jesús nos hablan de su condición divina que trasciende toda apariencia humana. Moisés y Elías representan, según he escuchado en los talleres bíblicos al que asisto, la Ley y los Profetas del Antiguo Testamento y Jesús representa la culminación, el cumplimiento.
Dios nos ha designado una MISIÓN a cada un@ de nosotr@sen el lugar y tiempo donde nos encontramos. Somos responsables de esa misión , por eso Dios nos exhorta a que ESCUCHEMOS A SU HIJO MUY AMADO.
Podemos vivir con miedos, pero me doy cuenta que Jesús siempre está cerca de sus hermanos, nos da confianza
Y al relatarnos que cuando “al levantar la vista no vieron a nadie más que a Jesús” creo que el Evangelista nos quiere dar la pista de cuál debe ser el camino…..mirar solo a Jesús.
Acercamiento a la Vida: Conversión y compromiso
Cuando uno recibe el impacto del encuentro con Dios, desaparece «lo oscuro» y se llega a percibir un amor incondicional que impregna nuestra ser. Se participa de ese Amor y que salpica a todo el universo.
Sí, noto su presencia en mi interior, en mis pensamientos, en los acontecimientos diarios …
Suelo orar espontáneamente en silencio en cualquier circunstancia y situación de cada día. Es imprescindible, para seguirle, dedicar un tiempo para la oración, sino la vida nos arrastra… En el paseo, disfrutando de la naturaleza y cuanto nos ofrece; el paisaje, el canto de los pájaros, el runruneo del ir y venir de las olas, la música, en el encuentro con los amigos… Jesús nos va hablando.
El ritmo rápido al que la vida actual nos lleva hace necesario poder tener un momento de parada, para sentir. Escuchar nuestro corazón, conectar con Jesús. Agudizar nuestros sentidos para saber discernir lo que nos dice. Llenarnos de paz y armonía.
Jesús da sentido a mi vida. Sin espiritualidad la vida se vuelve vacía
A nivel de comunidad y de parroquia podrían promoverse iniciativas para iniciar con algún tipo de ejercicios que nos ayuden a tranquilizar el espíritu (aunque mucha gente critica estas prácticas) antes de orar e ir poco a poco teniendo momentos de silencio.
Yo diría en el fondo sí tenemos miedo a escuchar a Jesús hasta el fondo. Estamos muy cómodos practicando un cristianismo que no nos exige nada, que solo nos pide cumplir con ciertos ritos pero no más que eso. La mejor forma de colaborar a que Cristo sea el centro de nuestras comunidades, sería siendo testimonio vivo.
La oración y la lectura de la Biblia entre amigos crean momentos de plenitud y transformación.
Algo que podríamos hacer a nivel de grupo para iniciar es escoger cada semana o cada cierto tiempo como el grupo lo decida, una intención por la cual tod@s nos comprometamos seriamente a orar.
Oraciones
Gracias, Padre, porque nos has dado a un hermano, que comparte con nosotros su vida, a Jesús.
Gracias, Padre, porque a través de tu Hijo, Jesús, conocemos más tu Amor, tu misericordia, tu perdón…
Gracias, Padre, porque Jesús nos va revelando tu Proyecto del Reino.
Señor, despierta mí (nuestro) corazón y auméntame la fe, para que veamos las realidades que se dan en nuestro entorno
Señor dame coraje para ser yo mismo con mis luces y mis sombras
Señor que pueda escucharte con los oídos del corazón y levantarme y caminar cuando las incertidumbres me paralicen
Que sepa compartir tu amor Señor y que en el servicio a los desfavorecidos encuentre en ellos mi propia imagen.
CÓMO BUSCARTE
Señor Dios,
enséñame dónde y cómo buscarte,
dónde y cómo encontrarte…
Tú eres mi Dios, tú eres mi Señor,
y yo nunca te he visto.
Tú me has modelado y me has remodelado,
y me has dado todas las cosas buenas que poseo,
y todavía no te conozco…
Enséñame cómo buscarte…
porque yo no sé buscarte si tú no me enseñas,
ni encontrarte si tú mismo no te presentas a mí.
Que te busque en mi deseo,
que te desee en mi búsqueda.
Que te busque amándote
y que te ame cuando te encuentre.
Un abrazo para todos los GVJ de parte de Esteban, Iciar, Jesús, Puri, Reynaldo y Xinia
Amigos/as de los Grupos de Jesús, compartimos con vosotros el fruto de nuestras reflexiones del Tema 7 con la esperanza de que os sirvan de estímulo en el seguimiento de Jesús.
Acercamiento al texto evangélico:
Jesús toma la iniciativa, Él es quién llama a sus grandes amigos. escoge a Pedro, Santiago y Juan, estos tres pueden constituir la representación de toda la humanidad. Ese encuentro sugiere la revelación de algo muy importante; es un encuentro con el Señor y lo relacionado con su mundo. Después de haberles anunciado su misterio pascual por primera vez, Jesús se da cuenta del gran desconcierto que viven sus apóstoles y quiere contrarrestar la confusión de su anuncio. ¿Cómo? con la experiencia anticipada de su presencia gloriosa, en un monte alto, lugar por tradición para las teofanías o manifestaciones de Dios. Subir te hace desprenderte de lo que pesa; ese desprendimiento es el que posibilita ver el rostro del Señor.
El evangelista trata de explicar la importancia de Jesús comparándolo con dos profetas muy importantes y respetados. Moisés y Elías aparecen como representantes de la Ley y los profetas del Antiguo Testamento; ya desde entonces se estaba preparando la venida de Jesús, y es ahora cuando se da cumplimiento de ese anuncio: la manifestación de la divinidad de Jesús.
El rostro radiante de Jesús y sus vestidos blancos nos revela que era Él mismo pero de «otro modo»; es decir, es el momento en el que manifestó su gloria. Dios se manifiesta y nos muestra quién es Jesús; es su Hijo amado al que debemos escuchar. Su Rostro Radiante es también señal de Vida, Amor, Paz y Misericordia.
Pedro vive y experimenta algo indescriptible por un humano, tiene el honor y privilegio de «gustar» un momento de lo que será nuestra vida eterna; ya que la transfiguración de Jesús es una primicia de nuestra propia transfiguración. Humildemente propone “si quieres hago tres tiendas”. ¿Es acertado instalarse ahí? Parece normal que Pedro sienta alegría porque él siente que está más cerca que nunca del Señor, pero olvida que lo importante es escucharlo y compartirlo con todos, que no sea sólo para él; se les olvida cuál es su misión, y de paso, quiere que también Jesús se olvide de la suya. Jesús ha venido a instaurar el Reino de Dios, y en este contexto se entiende que esta experiencia deba ser momentánea; calar hasta los huesos, pero momentánea. Hay que bajar del monte y seguir predicando el Reino con palabras y hechos. No hay transfiguración sin muerte a uno mismo.
En nuestra relación con Jesús caminamos entre luz y sombras; sabemos que en la tradición bíblica, la “nube luminosa” es presencia de Dios. En efecto, Dios puede ser luz y sombra; si entendemos las sombras como dificultades para verle o como dificultades de la vida en los momentos de incertidumbre sabemos que no estamos solos, Él camina con nosotros, vamos a esa luz que proviene de su Espíritu; y si realmente le escuchamos, Él nos ayuda en nuestras sombras con su Luz; a Dios se le busca a tientas. de este modo está nuestra fe en constante crecimiento.
Los discípulos no entendían nada, como nos pasa muchas veces a nosotros, y es normal el terror que tuvieron porque debió ser algo tan estrepitoso y tan sobrenatural, que los discípulos, débiles, de condición humana y mortal, no estaban preparados aun para poder vivir con naturalidad esa situación sobrenatural
Las palabras de Yavhé son contundentes y claras como para que las dudas que tuvieran los discípulos fueran disipadas. La manifestación gloriosa de Cristo ha terminado, ahora los apóstoles enriquecidos con esta experiencia están fortalecidos para su seguimiento. También a nosotros nos toca poner en práctica lo que escuchamos de Jesús e incorporarnos a su misión.
Acercamiento a la vida:
#Necesito momentos de encuentro con Él en la escucha silenciosa, aquietándome, y solamente esperar lo que quiera regalarme en cada encuentro.
#A veces experimento la infinita ternura de Dios Padre. Siento que perdona todas la incontables barrabasadas que articulan mis días.
#Voy a la celebración de la Eucaristía y recibo la Comunión, es mi momento especial.
#Todos los días tengo un rato de oración. Necesito encontrarme con Él, es un encuentro íntimo, casi solo un abrazo en el que intento sentir su amor y, muchas veces, su consuelo es insustituible.
#He ido aprendiendo a poner más atencion en los mensajes que Dios me envia: a traves de alguna persona, lectura, navegando por internet, etc., entonces me doy cuenta que Dios si responde.
#Para mi es importante el recogimiento (Zen) cada mañana dedico una hora recién levantado, a estar en silencio solo respirando natural, tranquilo y dejando que los pensamientos se diluyan.
#Necesito de esos momentos a solas para buscar ese encuentro con Jesús. En realidad, le puedo buscar en cualquier momento de mi vida diaria fijándome en mi entorno, meditando… pero para buscarle más profundamente necesito un poco de soledad
#La necesidad de estar con Él y sólo con Él es lo que me lleva día tras día a buscar ese regocijo que anhelo.
#Conocí la existencia de los Grupos de Jesús desde su inicio, y surgió MARANATHA que era lo que necesitaba y buscaba.
Ricard, Paco, Marivi, Maripili, María, Javier, Isabel, Francis, Carmen, Antonio, Ana Vilma.
¡DEJARTE SER, SEÑOR!
En la inmensidad del cosmos
Tú tendrás la transformación
Tú serás el artífice en los corazones.
Nuestra pequeñez nos impide ver
Solo amarte en silencio
Sin querer hacer carpas cerradas
Abrirnos a descubrirte en los hermanos
En la historia, y en cada época.
Laura
Queridos amigos de los Grupos de Jesús: El grupo Caná termina el Tema 7 justo en la semana anterior a Semana Santa. Esto ha motivado que uno de nosotros haya propuesto hacer un Vía Crucis juntos online. Así que, en eso estamos. Ya veremos. La conclusión del tema que hemos terminado es que necesitamos tiempo para estar con Jesús arriba, en el monte, y ver su rostro trasfigurado. El grupo ha coincidido, uno por uno de sus integrantes, es que es necesario orar todos los días, cada uno como pueda, y no dejarlo.
Primera reunión
La iniciativa de ir a lo alto de un monte es de Jesús. Jesús invita a Pedro y a los hermanos Zebedeo a un encuentro con lo sagrado, en lo alto. Es importante saber quién es cada uno de los elegidos: Pedro será el fundador de la Iglesia en occidente, Santiago será cabeza de la Iglesia que se sostiene en Jerusalén, y Juan dará testimonio por escrito entre los ilustrados griegos.
Jesús no les advierte de nada en la subida al monte: sorpresa total. Para nosotros, Jesús es, muchas veces, la gran sorpresa. Después, según costumbre, Jesús se pone a orar.
Pero ahora viene lo que ocurre en esa montaña. Se llena de luz. Una nube los cubre y una voz dice: «Este es mi hijo…»
El lugar es importante: la montaña. Los apóstoles quieren estar cerca de Jesús, no quieren perderle, y Jesús les quiere cerca, su rostro resplandece; sus vestiduras, llenas de luz, quieren prolongar la compañía de Jesús. Ellos conocían al Jesús que predicaba, que consolaba, que curaba. Ahora le ven en su grandeza divina, les cubre la nube, les envuelve.
Segunda reunión – La necesidad de la oración diaria
¡ ESCUCHADLE!… Es la normativa que deseo seguir, y así, ver la transfiguración en el amor mostrado al caído, solo, enfermo… Esa experiencia de la sonrisa mostrada por quien es acogido, tenido en cuenta, ayudado, escuchado. Tener ese tiempo para dejar brotar una oración agradecida.
Escuchar al Hijo es transformarme en él y llevar una vida como la suya, ser capaz de manifestar el amor a través del don total de sí, descubrir la voz de Dios en el grito desesperado de cada uno de los seres humanos que encuentro en mi caminar.
Mi oración me lleva a querer vivir la experiencia, de la Transfiguración de Jesús y de la presencia del Padre en la montaña, y para ello necesito reflexionar en mi Fe. Pido al Espíritu Santo que mi reflexión en el silencio sea profunda. Se necesita una Fe fuerte para sentirse tan próxima a Jesús.
Yo he estado en el monte Tabor y, mucho tiempo después, sigo oyendo: “Escúchale”, desde una voz que está hablando en todo tu entorno. Desde que amanece hasta que acaba el día, me está mandando mensajes subliminales.
¡Claro que necesito un encuentro diario con Jesús! Lo malo es encontrar tiempo y lugar para ello. Desde la mañana le invito a que me acompañe en el día, pero hay veces que desatiendo al invitado. Muchas veces.
Dios nos habla cuando nos alejamos del llano. Todos hemos visto que es necesario ascender para estar en condiciones de escucharlo, sabemos que es así. A pesar de ello no siempre tenemos la sabiduría de ir por nuestra cuenta, siempre pensamos que necesitamos un maestro, alguien que nos haga de guía.
Cuando logro retirarme a estar con El, cuando puedo quedarme arriba en el monte, disfruto de su presencia iluminada, de su rostro transfigurado que me llena de fe y de fuerza para seguir luego abajo, donde tengo las tareas que El me pide que haga.
No me da miedo organizar mi vida desde el Evangelio, pero no encuentro colaboración, ni personas. Necesito el apoyo de alguien, para lanzarnos al vacío con Jesús. Feligreses, curas y arzobispo, serían necesarios, pero………. Sigo buscando.
Yo sé que necesito mi oración diaria como antes lo hacía y se me ha removido la conciencia con todas estas lecturas de Pagola y de ustedes. Me he dejado llevar por las actividades y dejé esa hermosa costumbre que me sacó a flote en una época en que andaba yo en el fondo de un barranco… Hoy estoy, como siempre, muy ocupada, ya que mañana salgo de viaje, pero, regresando, tengo el propósito de organizar mi vida con Dios como antes.
A mí me ha concedido la gracia, creo, de madrugar y levantarme a las 4:30 para orar. Por trabajo me levantaría a las 5:30 o 6, pero madrugo más. Cuando decidí probar, pensé que sería incapaz. Soy dormilona, pero yo misma me he sorprendido. Pocas veces me he dormido. Quizás esa sea mi montaña.
¡Hola! Somos el GVJ Galilea. Acabamos de terminar el tema 7 y queremos compartir con vosotros algunas de nuestras reflexiones. !Es maravilloso caminar con tantísima gente! Verdaderamente nos da fuerza. !Un abrazo muy fuerte!
Antonio, Manolo, M. Carmen, M. Cruz, M. Pepa, Loli, Adelaida, Mercedes, Meli, Pilar y Constanza.
ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE NUESTRO ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
– Pienso que la situación de los discípulos, es como la nuestra: pasa a nuestro lado y no lo reconocemos, está con nosotros y no nos damos cuenta.
– Es rodeados de niebla cuando oyen la voz de Dios. ¡Qué idea tan esperanzadora y estimulante! ¿Será que tenemos que estar más atentos que nunca a la palabra de Dios cuando estamos cegados por la niebla?
– Jesús, una vez más, “se acercó y los tocó”. ¡Qué frase tan impresionante! Lo han visto en toda su gloria y, sin embargo, sigue tan cercano. Como siempre.
– “Dicen los Padres de la Iglesia, que una luz sobrenatural emanaba siempre del Rostro y de la Persona de Cristo , pero que los ojos distraídos y ofuscados, no lo distinguían y que el Padre no dejaba de dar testimonio de EL , que a través de cada gesto, cada palabra , se podía descubrir que EL, era el Hijo muy Amado…pero que los discípulos torpes y lentos, no llegaban a comprenderlo”. (Louis Evely)
– Hace falta PARAR, hace falta dedicar tiempo a estar con ÉL.
– Si le dedicamos tiempo en el Silencio, nos daremos cuenta de que su Voz, siempre nos ha hablado, pero que no le dábamos audiencia. Su Presencia se hace cercana, Misteriosa pero Real .
– La montaña es el lugar donde lo divino se hace presente.
– Qué bien se está en la seguridad que marca la ley y en el camino que señalan los profetas. Los discípulos quieren quedarse siempre allí.
– El “Ego” siempre se encuentra bien cuando hay anclajes, el miedo se presenta cuando no tenemos dónde sujetarnos.
– En la práctica espiritual corremos el riesgo de querer estancarnos en nuestras leyes, doctrinas y normas, sintiéndonos cumplidores y pensando que dios está conmigo.
Cuidado, que el Ego puede hacer de esto un paraíso narcisista (¡qué bueno soy!).
– ¡Atención!, también la nube simboliza una forma de Presencia.
– Nos movemos entre la oración contemplativa y la oración comprometida, entre la estabilidad y el impulso, pero si escuchamos a Jesús, ya a estas alturas sabemos cuál es nuestro camino.
– Cuando estoy en mi silencio y consigo llegar muy adentro me siento tan feliz, que no deseo que el tiempo se acabe.
– No subió solo, cogió un grupo, es necesario el grupo para caminar.
– Las montañas ayudan a los hombres a despertar sueños dormidos (Haroun Tazieff). Este texto ha despertado en mí lo que un día me dijo esta montaña en medio de Galilea. Creo que de alguna manera es también lo que Jesús les quería decir a esos discípulos. Lo que la montaña, punto de encuentro con Dios, me decía, es que en este mundo, tan machacados como podemos estar por mil desengaños, otros temores y no poco cansancio, es que la superación es posible.
-Les descubre la nube y luego les baja de la montaña. Con la vida bien anclada en la realidad, pero sabiendo elevarse a ese encuentro que nos transfigura ya en medio del camino.
-Personalmente desde hace un tiempo me siento muy impulsada a centrarme en Jesús como Hombre. Estoy muy impresionada con lo que es su Figura Humana.
-El monte como lugar de máxima cercanía de Dios (subida externa, símbolo de la subida interna) libre del peso del vivir cotidiano respirando el aire puro de la creación que hace intuir al Creador. La nube= símbolo de la presencia divina.
– Caminando con Jesús no hay lugar para el miedo.
– Hay momentos en que Jesús te llama, hay que dejar aparte, todas tus preocupaciones, tus quehaceres, dejar a un lado tus miedos, estar con Él y escucharlo.
ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE NUESTRA CONVERSIÓN PERSONAL Y COMPROMISO COMO GRUPO
– Nos llama en grupo. Nos necesitamos entre nosotros para seguir en este camino emprendido y vencer nuestros temores… Él nos toca y nos repite una vez más que no temamos.
– ÉL ESPERA NUESTRA RESPUESTA… Creo que nuestro compromiso como grupo es irle respondiendo unidos; con nuestra vida de cada día con renovada ilusión .
– Sí necesito momentos de silencio y lugar de retiro para descubrir dentro de mí esa luz y esa unidad que somos.
– Comprometerme con el prójimo desde el sentimiento de unidad y percibir al otro como parte de mí, somos diferentes pero somos “lo mismo” ahondar en lo que nos une, respetando lo que nos separa y aporta riqueza y comprensión.
– “Cuando te encuentras con alguien, aunque sea muy brevemente, ¿reconoces su Ser prestándole toda tu atención? ¿O le reduces a un medio para un fin, un mero papel o función?
¿Cuál es la calidad de tu relación con la cajera del supermercado, con el empleado del aparcamiento, con un “cliente”?
Un momento de atención es suficiente. Mientras le miras o le escuchas hay una alerta silenciosa que hace que emerja algo más real.”
– Es ahí, en la «escucha», donde voy a encontrar las ofertas a mi compromiso. Esto es lo que debo hacer, saber escuchar.
– Y también saberle escuchar cuando me quiere decir a través de mis hermanos los hombres o a través de los «signos de los tiempos».
– Es muy necesario tener tiempos fuertes de oración. Detenernos, parar el ritmo frenético, revisar nuestra vida y escuchar ……el Silencio de Dios.
– Es necesaria la pobreza evangélica. La sencillez en los ritos y liturgias. Eliminar la fastuosidad en las ceremonias. Fijar los ojos en Jesús y únicamente hacer lo que Él nos enseñó. AMAR Y SERVIR.
– Creo que en mi situación actual mi compromiso debe ir en afianzar mi silencio, no sólo exterior sino sobre todo interior: deseos, miedos, iras, rencores, protestas.
Que todo mi mundo interior vaya estando dominado por el amor- compasión-perdón.
– Nuestro mundo necesita mucho amor.
– Muchas veces no sabemos o no queremos escucharle en el fondo de nuestro corazón, por miedos. Quizás por nuestro egoísmo, dejadez, pereza, poca voluntad, comodidad etc… Quiero que Él me ilumine, aunque algunas veces, se apague su luz en mi corazón.
– Estar dentro de los límites, seguir las reglas, nos hace sentirnos seguros. “Si todos van por aquí será por algo” y nos dejamos llevar por la corriente. ¿A qué tenemos miedo? A estar equivocados, a tener que rectificar ante uno mismo y antes los demás… A ser rechazados…
Saludos desde Panamá!
Reflexionamos sobre la Transfiguración de Jesús recién anoche. Trataré de resumir nuestros sentimientos reflexionando sobre este tema.
Para algunos, la Transfiguración se mira como el llamado que Dios nos hace a hacer «altos» en nuestra vivencia corriente de fe para acercarnos más al Señor y recargarnos de Su luz para después bajar a nuestra realidad, a nuestro día a día, a vivir escuchando su voz y haciendo Su voluntad, sin miedo, y con entera confianza en Su proyecto, que entendemos y acogemos desde la oración personal en esos momentos especiales que como discípulos estamos obligados a procurar en nuestra vida de fe.
Otros lo sentimos como un llamado personal a transfigurarnos como Jesús, a vaciarnos de nuestro «yo», a dejarnos llenar por El para poder irradiar Su luz y atraer a través de ella tantos hermanos que viven en medio de un desierto espiritual.
¡Es un evangelio hermoso! Ojalá este camino nos llene a convertirnos plenamente al Señor.
TEMA 7 – “Este es mi Hijo amado. Escuchadle a Él.” Mateo 17, 1-8
Grupo Virtual de Jesús Emaús: Tere Ferrer, Tere Rost, Esperanza, Piluca, Covadonga, Bego,
Amparo, Mónica, Ángel y Jorge.
Puedes confiarle tus miedos y tus dudas. Él te dice: «Levántate, no tengas miedo»:
También hoy al comienzo de un nuevo curso pastoral vuelve a decirme una vez más estas palabras de ánimo y de aliento. De alguna manera percibo la novedad de una etapa ya madura, llena de experiencias y vicisitudes, pero abierta a nuevos horizontes hacia donde me llama a seguirle, confiado en que Él me acompaña, me sostiene y me invita a ir mar adentro, a no quedarme mirando al pasado sino a la escucha de su Espíritu que me habla en su Palabra, en la vida de la Iglesia y de este mundo, especialmente en los pobres en quienes me invita a dejarme evangelizar por ellos y a evangelizarlos para que también ellos sean discípulos misioneros.
—
Sí necesito, todos necesitamos momentos de retiro para encontrarnos a solas con Jesús y tengo tiempo pero muchas veces lo dedico a otras cosas y me faltaría tener y dedicar más tiempo a Jesús y no me pase como a Marta que le dijo Jesús que sólo una cosa era necesaria y que María había elegido la mejor parte, sentarse con Jesús y escucharle y no estar afanada en otras cosas que encima la hacían estar estresada, sólo una cosa es necesaria un corazón abierto a la escucha.
—
Muchas veces siento miedo de saberme solo y únicamente para Jesús. La realidad de este mundo parece decirme que no puede ser real fundarme sólo en Jesús y descubro que es sólo mi orgullo porque no irradio como debiera a Jesús, debería ser de tal manera que quien me viera, viera a Cristo, que si sonrío es porque él pone alegría en mi vida, que si voy caminando en medio de las dificultades y crisis es porque confío en el que me ha llamado y lo que parece increíble es real por el amor de Jesús en mi vida.
—
Vivo confiándole miedos y dudas y dolores. Me falta poner el acento en agradecer la posibilidad de vivir con sentido y más en dejarme amar sin culpa. Pido a Jesús que nos ayude a valorar la grandeza de los gestos de amor cotidianos comprometidos con la Vida, con la inclusión y la búsqueda de nuevas maneras que podemos tener los seres humanos para solucionar los conflictos que aparecen en el camino. Pido especialmente me ayude a correrme de darle excesiva importancia a lo que me pasa personalmente y caminar más liviana para disfrutar su presencia amorosa y poder brindarla con alegría en los encuentros que se den o pueda promover con los demás.
—
Cada día me dirijo a Dios, lo hago desde niña, siento que Él me escucha, que siempre está, que nunca falla, cada día lo tengo más claro, estoy convencida, que le debo amar sobre todas las cosas, pero claro, amarle es hacer su voluntad, cumplir sus mandamientos ; cumplir las enseñanzas que Jesús nos ha proporcionado. He aquí el dilema, difícil tarea y sobre todo cuando entra en escena: la voluntad de Dios, los actos, el uso de los talentos, la gestión del tiempo,… y sobre todo nuestras miserias y debilidades.
—
Nunca, hasta ahora había comprendido con tanta claridad, la riqueza de este relato, su importancia, sus consecuencias, para los que hemos decidido emprender este camino de búsqueda de Jesús. Ese camino ,que yo para recorrerlo, necesito recogerme cada día en silencio, en un intento de hallar mi monte Tabor particular, de conocerme más a mi misma, mediante mis tiempos de oración y de silencio, en la meditación diaria, acabando cada uno de estos momentos con la oración del abandono de Charles de Foucauld.
—
Puedo decir que actualmente Jesús sí ocupa un lugar único e insustituible en mi vida. A partir de la decisión que tomé de seguirle, se han obrado cambios en mí, que se manifiestan en mi acercamiento a los demás, en dejar a un lado mis comodidades, la indiferencia y comenzar a vivir con compromiso y alegría la solidaridad, la fraternidad, el servicio a los demás, a tener más claridad sobre lo que significa la verdadera felicidad: la salvación que Jesucristo nos ofrece a todos los que lo aceptemos y creamos en Él, que es cumplir la voluntad del Padre, en el amor a Él y al prójimo, especialmente en la familia y en los más necesitados.
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Quiero tomar como compromiso personal cuidar mucho ese momento, porque a veces por sueño o cansancio lo devalúo o acorto. Además veo que eso no me basta. Necesito reservar de vez en cuando, como una vez al mes un tiempo más largo, como un día entero o al menos una mañana o tarde para “subir con Él al monte”. Lo tomo también como compromiso. Sí creo que Dios ocupa un lugar único e insustituible en mi vida, por gracia suya, no por mí. Pero eso se tiene que reflejar en mi vida, “escucharle solo a Él” y vivir como Él vivió, siendo reflejo del Amor compasivo y misericordioso del Padre hacia todas sus criaturas. Ya que Jesús es el Rostro de la Misericordia del Padre (Misericordiae vultus, del papa Francisco). Esto requiere una conversión constante a los valores del evangelio.
ORACIÓN
Amado Jesús, te agradezco por tu iniciativa al tomarnos de la mano a cada uno de nosotros, Emaús, y conducirnos por tu camino. Que la voz del Padre diciendo “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escuchadlo” resuene en cada uno de nosotros y en todo el grupo y que Tú, Jesús, seas nuestro único Maestro, sin importar las experiencias a veces dolorosas, miedos y dificultades, porque Tú nos tocas, nos acompañas y nos infundes fuerza y confianza. Señor, que sólo te veamos y te escuchemos a ti.
HOLA. SOY COORDINADORA DE UN GRUPO DE JESÚS DE LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED DE MONTE MAÍZ PROVINCIA DE CÓRDOBA. REPÚBLICA ARGENTINA.
ESTAMOS EN EL TEMA 7.
ES UNA EXPERIENCIA MARAVILLOSA FORMAR PARTE DE ESTE GRUPO Y ME INTERESA COMPARTIR EXPERIENCIA PARA LUEGO TRASMITIRLAS AL GRUPO CON EL FIN DE ENRIQUECER NUESTRAS REFLEXIONES Y COMPARTIR LAS MISMAS CON OTROS GRUPOS.
ES HERMOSO PODER CONOCER MÁS A JESÚS Y DE ESA MANERA AMARLO EN TODA SU DIMENSIÓN. GRACIAS…
Querida Mirta y amigos y amigas de este Grupo en Monte Maíz. Bienvenidos a esta red de grupos de todo el mundo. Si no les importa, envíen por favor sus datos en el formulario de contacto de la web para que podamos comunicarnos más fácilmente. Un abrazo.
Un grato saludo a todos mis hermanos del mundo. Quiero compartir que es hermoso descubrir que cuando Jesús tuvo su transfiguración y mi Abba les dijo a Santiago, Juan y Pedro que Jesús es hijo muy amado y que lo escuchen (que también nos invita nosotros escucharlo) solo a él, también se hizo presente el Espíritu Santo en esa luz, lo digo por que para mí es algo muy logico en primera por que para los hebreos subir a un monte alto es encontrarse con Dios, y si aparece Abba y Jesús, pues también aparese el Espíritu Santo el por el hermoso motivo que Dios es tres divinas personas.
Tal vez no se mencione en ese momento pero está presente, aparte en el credo se menciona que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.
Oyendo a Jesús oimos también a mi Abba y vemos el actuar del Espíritu Santo, que nos muestra demaciadas cosas que se puede encerrar en la palabra AMOR. Dios nos ama sin leyes ni condiciones.
Gracias a todos y que Dios los bendiga.
En la parte que dice este es mi hijo amado escuchadlo es muy preciso Dios y al hacerlo hay un movimiento interior claro que si y exterior después, que también manifiesto que he tenido miedos y aun los tengo pero ahora se como enfrentarlos con la ayuda de Dios y con esa luz radiante que hace que la oscuridad o incomprensión se borren y entre el camino de luz. Gracias Señor por tanto que nos das. Honor y Gloria a ti.
Les comentamos que el grupo de Jesús de Nazaret, Buen Pastor de San Antonio, Texas USA, está a punto de terminar la primera etapa. Acabamos de concluir con este tema 7 y en Septiembre (hicimos un espacio para descansar durante el verano) concluimos el tema 8 para finalizar esta etapa. Esta etapa ha sido súper enriquecedora y el grupo sigue en pie. Compartir de manera abierta el Evangelio y la persona de Jesús, nos llena de manera especial el corazón. En septiembre se cumple el primer año de formación del grupo y vamos por otros 4 años más en esta aventura de Grupos de Jesús.
Sin relación con Jesús, no hay transformación personal ni es posible que nos demos cuenta de lo que necesitan las pesonas que nos rodean. Tenemos que dejar que Jesús mismo nos cuente el evangelio en nuestro interior.