Marcos 2,13-17
Jesús volvió a la orilla del lago. Toda la gente acudía a él, y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su puesto para cobrar impuestos, y le dijo:
—Sígueme.
Él se levantó y lo siguió. Después, mientras Jesús estaba sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos, pues eran ya muchos los que le seguían.
Los maestros de la ley del partido de los fariseos, al ver que Jesús comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
—¿Por qué come con publicanos y pecadores?
Jesús los oyó y les dijo:
—No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
- Ver el contenido de las dos reuniones de este tema en el libro Grupos de Jesús, de José Antonio Pagola
Primera reunión: Acercamiento al Evangelio
– Guía de lectura
– Acercamiento al texto evangélico
– Comentario
Segunda reunión: Acercamiento a la vida
– Conversión personal
– Compromiso en el proyecto de Jesús
– Sugerencias para la oración
Tema 19 AMIGOS DE PECADORES
La lectura del evangelio de Marcos 2, 13-17 nos invita a detenernos y mirar con ojos nuevos en nuestro interior.
Jesús, conociendo el interior de cada uno de nosotros -nos dice en este texto- que se detuvo y llamó al hijo de Alfeo diciéndole “sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Ese hecho no sólo se produjo en ese momento y en ese contexto. Jesús sale a diario a nuestro encuentro y nos llama por nuestro nombre a cada uno. El no responder a su invitación se debe a nuestros intereses y falta de confianza en Él.
Nuestros ojos están puestos en las llamadas que nos hace el “mundo”. Es ese el motivo por el que hemos de pararnos en la lectura de esta llamada “sigueme” que le hace al publicano.
Puede que nosotros al escuchar su llamada nos atrevamos a preguntarle “para qué”, “a dónde”, “cómo”… Es entonces cuando descubriremos la necesidad que tenemos de Él. Necesitamos detenernos en nuestro vivir diario y a la luz de Jesús observar y observarnos.
Reflexionando respecto a esa gran necesidad, nos dirigimos a él pidiéncole que aumente nuestra fe en el Padre; nuestra confianza plena en Él porque decimos y no hacemos de su Palabra nuestra vida. Nos quedamos parados, acomodados, sordos, mientras aplazamos la respuesta a su llamada. Y a pesar de sentimos llamados nuestras respuestas no son inmediatas sino acomodaticias.
Grupo Virtual de Jesús Ruah
hola saludos desde mexico hermanos
Jesús, predicando y anunciando la buena noticia, esta vez, en Cafarnaúm a la orilla del lago, mucha gente lo seguía pero El Señor ante la sorpresa de muchos, se dirigió a Leví, un recaudador de impuestos y le dijo: “Sígueme”. La sola voluntad de aceptar la invitación por parte de Leví, ya significa que se está produciendo una gran transformación en su interior, él era considerado y se sentía un pecador.
¿Qué significa seguir a Jesús? El seguir a Jesús es vivir como Él, esto se dice fácil, lo difícil es abrirnos a su llamada y decirle si con nuestro trabajo diario, con nuestra apertura a los demás, sin emitir juicios de valor según nuestros criterios humanos.
En este pasaje a Jesús no se le pasa por alto la figura de un hombre que es rechazado por la sociedad; unos le tratan de miserable y otros de traidor, y ahí aparece Jesús con su llamada y desconcierta a todos. Jesús les dice: “No necesitan médico los sanos sino los enfermos” “No he venido a llamar a justos sino a pecadores”
Cuando Jesús llama a Leví no juzga ni su pasado ni siquiera su presente, lo está viendo ya rehabilitado, tiene fe y confianza en él.
Jesús nos indica el camino del reino, diciéndonos que no se trata de hablar mucho sino de acciones concretas y en esto dirigir todo el esfuerzo. Siempre en la actuación de Jesús llama la atención su gran seguridad, su confianza plena. Sabe que sus actos no van a ser comprendidos por todos, pero aún así no duda en hacerlo, Dios actúa a través de Él. Cómo nos cuesta ayudar, nos vamos en burocracia, reuniones, coordinaciones y muchas veces, no hacemos nada.
Jesús nos abre los ojos y el corazón, nos hace ver que necesitamos su medicina que es el amor, la comprensión, la misericordia. Nos da el ejemplo “rompe las discriminaciones sociales y religiosas, los llama y nos llama a seguirle se sienta a la mesa con ellos y los invita a una vida nueva. Nosotros también estamos llamados a anunciar con hechos y con palabras el amor de Dios para con toda la humanidad. El Señor nos ofrece su confianza y amistad, nos invita a todos a su mesa.
Nuestro compromiso será acoger y escuchar más y mejor a las personas que llegan con problemas; intentar mejorar sus vidas y mirarles a los ojos y hacerles crecer en dignidad.
Que Jesús nos enseñe a llamar a la gente por su nombre, a confiar.
Y que la mejor forma de acercarnos al otro es con la amistad social, no quedarnos en acciones individuales, sino ir construyendo sistemas que alcancen a todos, llegando a la caridad social. Como nos dice el Papa Francisco “Primerear al otro, involucrarse con el otro, acompañar al otro, fructificar con el otro y festejar todos juntos”
“Yo te pido Padre desaparecer. Humildad para quitarme de en medio y dejar que aparezca el otro, tu hijo y mi hermano, que me necesita y le necesito. Dame Valor para dejar de pelear por mis seguridades y abandonarme a Ti; que mi guerra sea la libertad del otro, su vida, y que mis armas sean sólo el Amor, Tú Amor.”
Aporte a la web: Tema 19 “Amigo de los pecadores” Marcos 2, 13-17
Quienes integramos el Grupo Virtual de Jesús 20. En estos días hemos estado transitando el Tema 19. De este caminar, compartimos algunas reflexiones
Este pasaje de San Marcos, nos invita a la comunión con toda la humanidad, sin exclusión de nadie, a no juzgar a los demás como indignos, sino como hermanos, ya que el Amor del Padre es para todos, nos ama porque somos sus hijos.
A Jesús va mucha gente… unos para escucharle… otros para criticarlo… pero EL acoge a TODOS. Jesús como nuestro buen MAESTRO nos enseña el camino o misión que también debemos seguir. Quiere que seamos conciliadores, en lugar de conflictivos, que sembremos la unidad, no la división.
Al pasar ve a Leví y le dice: “sígueme” y él se levantó y lo siguió. Nos llama mucho la atención ver la respuesta inmediata de Leví al hacerle Jesús la llamada, lo coloca como protagonista de este pasaje. El protagonista no era un necesitado de bienes materiales, ni un descartado de la sociedad por enfermedad incurable, al igual que Zaqueo, Leví pasa a formar parte de la vida de Jesús.
Es más fácil aceptar a quienes están en la miseria, en la necesidad extrema, en situación de vulnerabilidad y ser solidario con ellos que con estas personas que trabajaban para el enemigo.
Observamos que lo que escandalizaba a los maestros de la Ley era, la actitud de Jesús, que la de con quienes comían y compartían con él. No soportaban la capacidad de alguien de sentarse junto a esas personas sin perder su autoridad.
Algo que también llama la atención es de qué manera los maestros de la Ley hacen las preguntas. Lo hacen preguntando a los discípulos. No se dirigen directamente a Jesús. Se diría que no tuvieron valor de enfrentarse a Él.
Este pasaje nos deja pensando con estas preguntas ¿hasta dónde estás dispuesta a llegar? ¿Qué tan generosa y comprensiva sos capaz de ser?
Le pedimos al Espíritu Santo, nos ilumine, y no nos permita caer en esas actitudes y comportamientos farisaicos de sentirnos mejor o más buenas que otros, y que nos ayude a escuchar y seguir el llamado de Jesús como Leví, porque sólo estando en comunión con Él, podremos estar en comunión con nuestros hermanos.
Ahora bien, Jesús llama a su encuentro con Él y seguirlo conlleva a una sanación del alma, cuerpo y mente. No son los sanos los qué necesitan médico sino los enfermos, yo no he venido a» llamar» a los justos sino a los pecadores. Es a quienes necesitan de AMOR, …nos invita a la comunión con toda la humanidad, si exclusión de nadie, a no juzgar a los demás como indignos, sino como hermanos, ya que el Amor del Padre es para todos, no nos ama porque nos portemos bien, sino porque todos somos sus hijos.
Jesús cambia totalmente la idea del pecado heredado, la enfermedad como castigo, la pobreza como destino… Así vistas las cosas, todos somos pecadores, de una forma u otra, llamados a vivir al estilo de Jesús, abiertos al amor y superando todas las normas y los corsés posibles. Y nos volvemos a interrogar… ¿a quién llamaría Jesús hoy? ¿Me diría a mí sígueme? ¿Le seguiría con la generosidad de Leví? ¿Comería en la casa de Leví junto con Jesús y sus seguidores pecadores? ¿Me siento del grupo de Jesús?
También destacamos el valor de la oración. “Hacer” también incluye orar por ellos. También con las palabras y el afecto que son movilizadoras de sentimientos y sanadoras, de manera especial con personas que por lo general viven y/o se sienten en la marginalidad.
No siempre es sencillo de llevar a la propia vida la actitud de Jesús, acompañar en todos los casos es acompañar desde lo humano, por eso tomar el mensaje de Jesús y ser capaz de llevarlo a la propia vida, es para nosotras una referencia, algo que deberíamos aplicar a nuestras vidas. “Te pedimos, Jesús, tu mano amiga para llevarnos hacia los márgenes con valentía y generosidad. Para que abramos nuestro corazón a toda persona que nos necesite, sin juzgar y sin temer, porque contigo nada hemos de temer. Abre nuestros ojos a la verdad del amor y quita la niebla de los «por si acaso»… Danos luz para saber cuál es el compromiso al que nos estás llamando”
Griselda, Mariana, Shirley, Carmen, Roser y Natalia
Del Grupo virtual de Jesús SHEMA
Los publicanos eran personas judías, subalternos de los Romanos, considerados como gente de la peor clase. Intuimos el escándalo que debe haber provocado la revolucionaria llamada de uno de ellos y su presencia permanente en el seno de la comunidad apostólica.
Pero así es Jesús: atrevido, sorprendente, único. El Dios de amor, misericordia y redención para todo el género humano. Jesús es ¡Por gracia! el Dios-con-nosotros.
El saber de Jesús dentro del pueblo pobre, sentimos alivio y alegría porque quiere decir que nos ama, y desea todo lo mejor para TODOS.
Comer con alguien es signo de comunión mutua.
Jesús come con los pecadores para acercarlos al banquete de Dios.
Jesús ama primero al pecador y después le invita a la conversión, a un cambio de vida.
Este pasaje del Evangelio de san Marcos nos obliga a interrogarnos sobre nuestra propia vida.
Nuestro mayor peligro está en creer que no tenemos nada que rectificar.
Que no seamos de los que les importa mas su «vida digna» que hacer verdadera justicia
Jesús, Tu nos llamas a la santidad: A ser luz en la oscuridad de un mundo que vive cada día más en tinieblas.
Ayúdanos a vivía tu Palabra y que la podamos hacer vida.
Tu eres la única fuente de agua viva.
Que no busquemos estanques agrietados para saciar nuestra sed, sino siempre te busquemos a Ti.
Amén
Edgar, Carlos, Aurora
Como grupo virtual CAMINO A EMAÚS hemos dedicado varias semanas a este tema.
Reflexionamos bastante sobre qué significa esto de «ser amigo de pecadores». Necesitamos seguir contemplando al maestro para hacer vida esta propuesta en los vericuetos del cotidiano, donde a veces se nos hace tan difícil discernir «lo que haría Jesús en nuestras circunstancias»
• El evangelista Marcos es muy sencillo y conciso en su forma de contar las cosas, sólo dice. A mí me fascina pensar por qué aquel profeta itinerante atraía tanto a la gente.
Me gustaría poder sentir esa atracción que empujaba a aquellos galileos a escuchar su palabra, desprovista de todo adorno religioso, y a seguirle…como Leví el publicano.
• Leví no debía ser pobre, pero seguramente se sentiría excluido y expulsado de la Iglesia y de la sociedad en que vivía. Y una vez más Jesús nos recuerda que, a los ojos de Dios, nadie es impuro y nadie debe ser excluido de nuestro apostolado, –no sé por qué esa palabra suena tan rancia− para propagar el Reino de Dios.
• Me imagino la cara de los que acompañaban a Jesús, cuando este lo invita a seguirle y entra en su casa, que para los fariseos sería impura, por mezclarse con gentiles y cobrar al pueblo. Y ya que comiera en su misma mesa sería un escándalo bestial.
• Me impresiona y me agrada la actitud de Jesús, pero a veces me pregunto si volviera e hiciera lo mismo que hizo, ¿lo veríamos bien, seríamos sus seguidores sin saber que es Jesús?. Yo no sé si sería capaz de aceptarlo y seguirlo. ¿Quién serían los pecadores de hoy, y concretamente los publicanos? ¿Trump, Bolsonaro, el FMI, todos los políticos y empresarios que se enriquecen con los impuestos del pueblo?
• En nuestras parroquias entran muchos de estos publicanos actuales, celebran con nosotros la Eucaristía, y yo me alegro que estén allí, pero me encantaría que existiera una auténtica conversión y no un donar a la parroquia para lavar sus faltas.
• En el contexto de pueblo colonizado por el imperio romano los publicanos serían seres detestables. Exprimían a sus compatriotas para beneficio del invasor opresor y de sus socios locales. Eran los cobradores de impuestos.
• Me imagino que más que por la función de recaudar impuestos era por las formas, la cantidad que recaudaban y por el poder que eso implicaba. (Mi esposa es Agente tributario y realiza una labor muy importante para que la sociedad sea más justa y tengamos los servicios de los que disfrutamos). Era una sociedad bastante diferente a la actual y el comportamiento y perfil de los recaudadores de impuestos sería muy diferente al actual. Por lo cual en esa sociedad los consideraban pecadores. El tema de los impuestos es un tema controversial. No es que todo impuesto es injusto. Pero quizás en todos los tiempos, un manto de sospecha vincula a los entes recaudadores con la corrupción, con el manejo discrecional de los fondos públicos. Me parece que, si en las democracias actuales cuesta mucho llevar a cabo el tema de la justicia distributiva, tan frecuentemente interceptada por desvíos corruptos, en los tiempos de Jesús ni se cuestionarían el tema.
• ¿Quién invita como socio a un sujeto con fama de ladrón, de corrupto, de manejos ilicitos, transgresor de las normas morales y apátrida? Nadie lo haría. Yo tampoco lo haré. Jesús rebelde y conscientemente promueve ese escándalo.
• Es alegremente conmovedora esta personalidad, este rasgo temperamental, esta simpatía de Jesús que cautivó a María Magdalena, a Leví y a muchos señalados de reojo como pecadores. Y todo esto, sin negociar sus valores heredados de su Padre.
• Ilda nos propone: – Quiero compartir con ustedes, esto que escribí en algún momento a raíz de las críticas que -en Argentina- recibe el Papa por regalar rosarios a determinados presos políticos y a raíz de a quiénes recibe o no en el Vaticano y con qué cara (si serio o sonriente). Su actitud es motivo de crítica permanente, al igual que fue criticado Jesús, tal como lo refleja este pasaje evangélico que hoy nos toca reflexionar:
¿QUÉ ES UN ROSARIO Y PARA QUÉ SIRVE?
¿Es una alhaja? ¿es un adorno? ¿es una reliquia? ¿es un amuleto? ¿es
un símbolo de amistad o de complacencia?
PARA LOS CATÓLICOS NO ES NADA DE ESO: es un elemento que nos invita a rezar y, a través de sus 15 o 20 misterios, rememorar los principales momentos de la vida de Jesús, y renovar nuestra fe.
Ahora bien, si esto es lo que significa un rosario para los católicos ¿a quién podríamos regalarle uno?
En primer lugar, a algún ser querido que comparta nuestra fe y pueda valorarlo como tal… pero quizás también a quien esté sufriendo por una enfermedad del cuerpo o del alma, o alguien que se encuentre alejado de Dios, o se sienta perdido o desorientado, o tenga necesidad de perdón y de conversión…
Por eso no entiendo por qué provoca tanto revuelo y crítica que el Papa Francisco haya obsequiado rosarios a personas que mucha gente las cree indignas como Milagro Salas, o Amado Boudou… para nombrar algunos que tuvieron una gran repercusión en los medios y en la gente.
¿Quiénes somos para juzgar si alguien es digno o no de recibir un elemento para rezar? ¿Por qué está mal que este Papa lo haga?
Sinceramente no lo entiendo, tal vez esas personas que recibieron el rosario necesitan una conversión y quizás por eso se los haya enviado…
¿O, en Argentina, a todo acto que el Papa realiza lo tenemos que leer desde esta grieta cruel que nos han impuesto desde los medios?
Es triste y lamentable que esto suceda, porque este Papa está luchando denodadamente por una conversión real de la Iglesia, más cercana al Evangelio, y sus gestos y acciones detrás de este objetivo son valorados por personas de buena voluntad de todo el mundo, pero en su país y en su entorno eclesiástico cercano, encuentra la mayor resistencia y crítica… ¡Una verdadera pena!
En la segunda reunión hicimos el intento de iluminar desde estas palabras de Jesús nuestras necesidades de conversión:
• No acostumbro a rechazar a nadie sólo por su mala fama y suelo poner en cuarentena las malas opiniones que circulan sobre la gente. Para mí, en principio, «To er mundo e güeno» (como dicen los andaluces), mientras no se demuestre lo contrario. Pero tampoco voy por ahí buscándolos para acogerlos y solidarizarme con ellos, como hacía Jesús. Y tengo muchos prejuicios sobre cierto tipo de personas con las que no tengo trato directo, como determinados dirigentes políticos.
• No me considero una persona que rechace a determinados grupos sociales por enfermedad, etnia o religión. Más bien me considero una persona que los acojo, aunque me cueste comprenderlos.
• Los que más trabajo me cuesta entender es a los gitanos, por su forma de vida, pero siempre intento ser respetuosa con ellos. Si es verdad, que no tengo argumentos, salvo que son personas y tienen dignidad, a la hora de defenderlos frente a otros compañeros que los menosprecian.
• Es muy difícil remar a contracorriente y más en estos tiempos donde están reapareciendo actitudes xenófobas, homófobas y todas las fobias posibles ante aquellos que son distintos a nosotros.
• Amigo de pecadores. Recién me doy cuenta y pienso en la diferencia que implica tolerar, aceptar a «los pecadores» a tenerlos por amigos.
• El maestro me descoloca. Me veo muy lejos de esto. Me interpela a revisar mi forma de acercarme a las personas y el cómo. ¡Quisiera superar las formas farisaicas y condenatorias con que a veces interpreto a los y las demás!! Desde esta reflexión en clave de conversión que se nos propone en el guion, habría que ver quiénes son los pecadores más estigmatizados en nuestro lugar y tiempo. Esto cuesta más aún porque fuimos educados para permanecer lejos de las personas de dudosa moralidad o legalidad. La teoría de la «manzana podrida».
• Pero crecimos y sabemos que las cosas no son tan lineales ni sencillas. Que las cárceles están llenas de pobres, que, a la mayoría de las personas en situación de prostitución, venta de drogas, etc. las empujó la miseria a ese lugar.
• Pienso que un trabajo grande de conversión que necesito es ver, comprender y abrazar esta complejidad desde la mirada de Jesús. Me cuesta mirar estas situaciones sin juzgar, sin caer en la moralina… Por eso me conmueve su misericordia de Jesús: «amigo» de pecadores.
• Por lo general, la actitud de la sociedad ante grupos marginados como delincuentes, drogadictos, prostitutas… es la de rechazo o desconfianza… Ahora que en Argentina estamos en tiempos electorales, se escucha que el tema que más le preocupa a la gente es la «seguridad». No obstante, mi primera reacción ante personas que la gente considera de moralidad dudosa o mala fama, es de acogida, de ayuda, de comprensión… nunca de rechazo ni de exclusión. Es por eso que a veces recibo la crítica de gente que no piensa como yo, pero no lo puedo evitar. Hasta ahora no he tenido alguna experiencia desagradable por actuar de esta manera… Al contrario, se despierta una relación mutua de cariño y de respeto.
• Yo me pregunto: ¿a qué se hace referencia cuando se habla de «seguridad»? ¿a un mayor control de la policía hacia los portadores de rostros? ¿Seguridad para quién o para quiénes? Porque hay sectores a los que nadie cuida, y también son ciudadanos… Niños y familias en situación de calle o en viviendas precarias, familias mal alimentadas, aumento de la pobreza, deserción escolar, postergación de la salud… Atender a todo eso ¿no es una cuestión que afecte realmente a la seguridad de las personas?
• Jesús tú qué harías ante estos contraventores de la vida, la libertad y la equidad. ¿Estarías silencioso como lo estamos millardos de católicos, laicos, obispos, sacerdotes y cardenales? ¿Qué debo hacer yo en mi entorno? ¿A estos enfermos cómo los sanarías?
• Desde los 21 años mi concepto de gente marginada es «diferente», es muy distinto a lo que normalmente se entiende. Lo vivido con esta gente es muy especial y me ha marcado mucho. No han sido experiencias negativas, sino todo lo contrario. Hoy ver en la calle un drogadicto o alcohólico no me lleva a cruzar la calle y evitarlo, sino todo lo contrario, a chocarme con él. Mi oferta de ayuda no es económica sino de escucha y de diálogo. Mi mujer me dice que soy muy confiado en este aspecto.
• En la actualidad, en Melilla, nos encontramos con un tema que está siendo bastante cuestionado y además siempre está en la boca de la gente. Se trata de la inseguridad ciudadana provocada, no por drogadictos o alcohólicos, sino por los menores no acompañados que llegan a Melilla (MENAS). Las calles se ven llenas de ellos, en grupos bastante numerosos y que en algunas ocasiones dan un poco de miedo. Es cierto que se les intenta ayudar desde las Instituciones (acogida, alimentación, estudios…), pero en la mayoría de los casos estos no los aceptan y prefieren seguir durmiendo en las calles o próximos al puerto para ver si pueden esconderse en un camión o en un barco con destino a la Península. Creo que estos menores han sido engañados con una vida mejor en España y lo que la mayoría encuentra es la muerte o caer en adicciones.
Algo de oración:
Señor, ayúdame a no prejuzgar a nadie,
a aceptar a todos aquellos que rechaza la sociedad.
Que intente ver que tú las habitas, igual que habitas en mí.
Jesús querido:
ayúdanos a defender la justicia, la verdad y la seguridad para todos…
Que podamos ser portadores de la buena noticia y de la alegría para todos,
especialmente para los más desprotegidos y vulnerables.
ADOLFO CONSUELO JUAN KONTXI ROBERTO ADRIANA RENÉ ILDA GRACIELA
BETANIA (GVJ) TEMA 19
Amigo de pecadores (Marcos 2, 13-17)
Compartimos a continuación nuestra reflexión:
ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
Mateo es muy afortunado al ser escogido sin ser una persona digna ante las autoridades religiosas, ni el pueblo en general, todos lo tenían como persona no grata, tanto por ser pecador como por su empleo de recaudador de rentas, ya que lo consideraban traidor y opresor del pueblo. Es de los primeros elegidos entre los doce y es de admirar en Mateo que deja todo, y más, su seguridad económica por seguir a Jesús.
El gesto en la vida de Jesús, reunido en la mesa con pecadores y publicanos, descartados por la sociedad judía, también con sus discípulos y con gente del pueblo, provocó la rabia y la crítica en las autoridades religiosas judías, que consideraban la mesa como lugar de reunión familiar, de hermanos y amigos. Ante esto, la respuesta de Jesús es contundente, no necesitan del médico los sanos sino los enfermos, no he venido a llamar a justos sino a los pecadores.
Esta imagen de Jesús, comiendo con pecadores se repite en el evangelio, es muy ilustrativa de su mensaje. Es la confirmación de que Jesús vino por todos, sin distinción.
Ante las dudas que surgen para dar un paso de acercamiento a los marginados, excluidos, considerados como pecadores (¡¡¡como si no lo fuéramos nosotros!!!), debemos tener presente esta actitud de Jesús.
ACERCAMIENTO A LA VIDA
CONVERSIÓN PERSONAL
En el terreno de la reflexión personal, incluso comunitaria, del evangelio, tendemos a tornar el mensaje al punto de lo romántico o de la autoflagelación. Entre estos dos extremos oscila nuestra respuesta ante situaciones reales y concretas. Tendemos a ser cautelosos con el “otro”, el “diferente”, nos preocupa que se afecte nuestra zona de confort y que eventualmente se aprovechen de nosotros.
¿Qué nos pide Jesús hoy? Es claro que Jesús nos ha llamado a seguir sus pasos y a la conversión personal y comunitaria.
Seguir a Jesús significa creer en Él, vivir como Él, adoptar su estilo y su modo de vida. Esto se dice con cierta facilidad, lo difícil es iniciar o avanzar en el proceso de abrirnos a su llamado y decirle sí con la práctica cotidiana, con apertura a los demás, con la compasión y el cariño por quienes nos rodean, sin emitir juicios de valor según nuestros criterios.
COMPROMISO EN EL PROYECTO DE JESÚS
No se trata de muchas palabras, sino de tener acciones concretas encaminadas a la construcción del REINO. En eso debe estar puesta nuestra atención.
Acoger su llamado con alegría y decidirnos con fe y prudencia para el proceso sano de conversión para el seguimiento de Jesús.
Esperemos tener la gracia del Señor Jesús, para que por lo menos hagamos el intento.
Con cariño Fraterno: Tere, Meche, Lulú, Gioconda, Gus, Santi, Juancho.
GVdJ EFFETA-Tema 19–Aportación a la Web:
TEMA 19 – Amigo de pecadores (Marcos 2,13-17)
En este pasaje notamos la infinita misericordia de Dios para con sus hijos, es decir, nos ama a todos por igual, en Dios no existe discriminación, no existe ni credos, ni razas, ni color de piel; sólo son sus hijos queridos, por eso los hizo a su imagen y semejanza. Solo Dios que es bueno puede juzgar adecuadamente lo que es bueno y lo que es malo. Sin embargo, Dios no condena. A aquel que no está en sincronización con su Reino los ve como sus hijos que han enfermados y que necesitan cuidos especiales, ternura y curación.
Para que nosotros sanemos nos invita a ver la vida y a nuestros hermanos como Jesús los veía y actuar en consecuencia. En vez de enjuiciar a nosotros nos toca usar a Jesús como nuestro modelo para discernir entre lo qué es saludable o no, y entre lo que promueve o impide que el reino de Dios florezca en este mundo y también el actuar en consecuencia. Eso sí, sin condenar a nadie explicando siempre que el amor y misericordia de Dios es para todos.
ORACION:
Querido padre, aclárame mis ojos para que antes nada vea lo bueno de tu creación, me regocije en ella y te dé siempre las gracias por tu amor y todo lo que nos da tan gratuitamente. Haz que tenga ojos que vean lo mejor de las personas, un corazón que perdone lo peor, una mente que olvide lo malo y un alma que nunca pierda la confianza en ti mi Dios.
Gracias por compartir este material por internet, quisiera saber si lo puedo imprimir o es necesario que adquiera el libro , saludos
Hola, Marisela.
En la web tienes disponibles íntegros los 8 primeros temas del libro «Grupos de Jesús», por lo que si vas a vivir el proceso completo, necesitarás adquirirlo. Luego también tienes en la web una página para cada uno de los temas, en la que reproducimos el evangelio y los comentarios de todas las personas y grupos que los van reflexionando.
Todos los contenidos que están en la web están a disposición de quien los necesite. Lo único que pedimos es que, cuando se reproduzcan en otras web, blogs o medios escritos, se tenga la deferencia de citar la fuente.
Un saludo,
Mario González Jurado
Coordinador web Grupos de Jesús
Comentario del grupo En Camino
Para Jesús, no es imprescindible ser santo ni persona honesta, para sentarse en su mesa. No exige a nadie signo alguno de arrepentimiento, porque le guía su experiencia de Dios, y Dios no discrimina. Entiende que compartir mesa con pecadores tiene efectos curativos, porque los sanos no necesitan médico, sino los enfermos, y mientras comemos nos invita a tener una vida mejor y más digna.
Si incluso en el fondo de nuestro pecado, a Dios le apetece comer con nosotros, es la mejor prueba de que en cualquier situación o lugar podemos encontrarle. Desaparece así la última excusa que nos quedaba, la excusa del pecado…nunca podré ser como él porque soy pecador.
Pero cuando ya no quedan excusas, aún quedan las palabras, y por eso nos gusta llamarle revolucionario, siendo esta una expresión cómoda para distanciarnos de Él. Con esta palabra nos decimos a nosotros mismos que solo alguien extraordinario puede hacer cosas que nosotros nunca llegaremos a hacer, por miedo o comodidad. Sin embargo debemos entender que Jesús se disfraza de gente, por lo que tenemos que andar con mucha atención cada día, y comprender que el protagonismo de la salvación está en los demás, y no en nosotros mismos.
Con su actitud, Jesús no justifica el pecado, solo justifica al hombre mismo devolviéndolo su dignidad, siendo escandaloso para la época que alguien que se dice hijo de Dios no arrincone, o no afee a aquellos que pecan contra Dios. Nosotros hoy no comeríamos con alegría, con alguien que nos faltase el respeto.
Con decisiones así, Jesús se quita de la zona alta de la jerarquía que tanta seguridad nos da. Se hace uno más y nos obliga a extrapolar a nuestra comunidad su humildad, así podrán cobrar sentido palabras como las de Monseñor Romero cuando nos recordaba que “si alguna vez nos mataran a todos los sacerdotes y al obispo también y quedaran ustedes, cada uno tiene que ser un micrófono de Dios, cada uno tiene que ser un mensajero, un profeta”.
De vuelta a nuestra actualidad, hay que entender que la religión ya no ocupa el espacio que tenía antes, ni es el centro de la ley, ni del escándalo. Este espacio ha sido ocupado por otras cosas, que camufladas, nos imponen leyes y prejuicios como el de lo políticamente correcto. Al dejar de poner atención en los que nos rodean, el “yo” no para de crecer porque la sociedad lo alimenta constantemente. Se nos olvida que en el contacto con los demás, es donde desaparece nuestro yo. Y muchos que nos creemos buenos, solo toleramos al otro de lejos y siempre que no rompa nuestra forma de vida, o no nos implique vitalmente. Un ejemplo: la inmigración nos da miedo porque creemos que nos van a quitar lo que creemos que es merito y posesión nuestra: el mundo, por eso la ley del más fuerte sigue siendo ley.
Al igual que Jesús, nos hace falta arriesgar más, estar dispuestos a cometer errores a los ojos de la gente, tomar decisiones desde lo profundo. Cuando lo hagamos a modo individual, la comunidad avanzará y saldrá de la petrificación.
GVJM: APORTACIÓN PARA LA WEB .TEMA 19 “Amigo de pecadores” ( Marcos 2, 13- 17)
ACERCAMIENTO ALTEXTO
Jesús sigue caminando por la orilla del lago, sin publicidad , hacia Cafarnaún, anunciando su mensaje liberador. Pasaje muy importante y actual. Resumiendo este pasaje en pocas palabras sería: “amor sin juicios”.
“Toda la gente acudía a Él” . ¿Porqué ?. Los motivos serían diversos, pero su fama de sanador era muy conocida. Todo tipo de perfiles de personas se adhieren a Jesús, su mensaje les viene bien para sus vidas y por eso le siguen. Jesús no tenía problemas del «que dirán». Su ministerio era dirigido desde el mismo inicio a estar con pecadores.
Siendo tan despreciados los recaudadores en la sociedad judía, seguramente el choque que produjo entre los detractores y aún entre los seguidores de Jesús , debió ser muy grande. Verlo llamar a seguirlo a uno de los enemigos públicos, a un traidor, a un vende-patria (diríamos acá en Costa Rica), debió tocar las fibras mas íntimas y provocar rechazo, decepción , pero Jesús acoge a los excluidos , a los despreciados por las élites del poder y por los que se creen buenos.
En aquella época había una desigualdad y unas barreras sociales en todos los ámbitos. Los ricos solamente comían con aquellos de su clase, los recaudadores con recaudadores, los pobres con los pobres, y no existía ninguna mezcla entre las diferentes clases sociales. Jesús rompe con esas distinciones, por eso se escandalizaban.
Por otro lado, en el Antiguo Testamento, en el Levítico, se dice “amar al prójimo como a ti mismo”, pero los israelitas lo entendían como un amor limitado, tenían la obligación de amar a sus hermanos de raza y sus hermanos de religión. Sin embargo, al vecino, al pagano, no estaban obligados a amarlo y mucho menos al que se suponía que hacía algo mal, de ahí viene el juicio y la crítica porque Jesús ama a todos.
Jesús , el médico por excelencia , viene a buscar a todo el que necesita sanación, ya sea del cuerpo o del alma y se dedica a sanar. Creo que este es el punto de la cuestión. Nadie puede ser sanado si no reconoce que tiene una enfermedad. El pecado como condición asumida, abre la puerta a la búsqueda de una solución, y esa solución es Jesucristo.
¿Por qué llama a los pecadores? Éstos se sienten necesitados, y quieren cambiar su vida, y “escuchan” y “acogen” el mensaje de Jesús que radicalmente transforma su vida, y le siguen. A Jesús le importa la persona.
De nuevo, Jesús va rompiendo esquemas y se va a comer a casa de Leví y come con ellos y se va añadiendo más gente. Al leer este texto, lo más importante no queda reflejado en él, pero se lo imagina uno , se trata del intercambio de miradas que tuvo que darse entre Jesús y Leví.
Leví, al igual que el leproso en el tema anterior, estaba acostumbrado a las críticas y los juicios por parte de otros, e incluso no se amaba ni a sí mismo y por primera vez con Jesús se sintió amado.
¡ Cual no sería la fuerza espiritual de convicción de Jesús al llamarle (“ser tocados”, como también a sus otros seguidores y apóstoles ) para acompañarlo sin preguntar y dejándolo todo !… Los evangelistas escriben que alguno de ellos tuvo dudas , “por ignorancia”.
Jesús, aprovechando las comidas con los ricos (por la causa que lo fueran), en las que es más fácil el diálogo, les enseñaba qué debían hacer, y lo que Dios esperaba de ellos como “administradores” de Dios, para ser perdonados.
Los fariseos y doctores de la ley no podían soportar todo eso, les desacreditaba y perdían autoridad ante el pueblo.
ACERCAMIENTO A LA VIDA: CONVERSIÓN Y COMPROMISO
■.Entre los considerados de «dudosa reputación», drogadictos y personas de alteraciones en la conducta, tengo que decir que algunos se dejan querer pero otros son difíciles de tratar; con éstos últimos, me mantengo en posición defensiva. Me encantaría ver a Jesús tratando a estos pacientes rebeldes, porque yo intento llegar, y pocas veces lo consigo. La sociedad en general no es proclive a acercarse (más bien al contrario) a estas personas y se les mira con desconfianza.
Existe la Pastoral carcelaria para atender a los encarcelados, pero tengo que decir que la Administración pone muchas trabas y no es tan fácil como parece llegar a este colectivo.
■.“ Toda la gente acudía a Él y les enseñaba “¿Cómo “acude Él a mi ? ¿ Cómo “acudo “ yo a Él ?
Jesús se me manifiesta en todo y en tod@s l@s excluid@s. Pero he de estar atento ( “acudir” ) para contemplar–Lo en mi silencio interior y con la oración silenciosa ( más o menos contemplativa ). Entonces siento paz y entrega mutua. Veo los acontecimientos con aceptación , convencido en que Su Voluntad es infinitamente más justa e inescrutable . Al mismo tiempo , a nuestra Madre María le pido , eso sí , que ayude mi fe.
“ Sígueme “ Lo intento por todos los medios , aunque algunas veces me auto-observo cerca de la indiferencia y me corrijo pidiendo perdón a Dios.
“ Sentado a la mesa … “ Siempre le agradezco mi comida, “que me parece abundante” , pensando en los que sufren hambre e incluso se mueren por ello, sufro , a veces prefiero no ver las noticias. De todos modos , Jesús nos enseñó a sufrir con su ejemplo , y Su Padre no se lo “evitó”.Sufrimos para mejorar, morimos para vivir.
“No necesitan médico los sanos , sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores”. Entonces , repito ¿ Cómo y por qué “acude” Él a mi ?. Porque soy , he sido y seré pecador.
► Mi respuesta ante personas de mala fama , ¡ va mejorando ! poco a poco , porque recuerdo las palabras de Jesús en la cruz : “ Padre perdónales porque no saben lo que hacen “. Trato y me esfuerzo en seguir a Jesús. Siento comprensión y desearía ayudar. El dios dinero, el poder, el placer, el bienestar, el egoísmo , el orgullo , etc. son tentaciones muy fuertes y difíciles de rechazar.
► Tuve experiencia , durante 10 años , con drogodependientes en un piso de acogida como voluntario. Mi yerno estuvo enganchado a la droga durante mucho tiempo hasta que conoció a mi hija (ella no lo estaba ) . Se recuperó ( sin volver a recaer ) y ahora es muy buena persona.
■.A pesar de mi tendencia a juzgar, excluir, y clasificar a los demás, externamente no lo manifiesto y procuro tratar a todo el mundo igual, mi problema es interno y por eso pido a Dios que me ayude a ser más comprensiva y a aceptar de corazón al diferente. Creo que mas que mi actitud externa debo cambiar mi actitud interna.
Alguna vez visité una cárcel, dicen que de las más peligrosas de mi país. Externamente fue una experiencia bonita, pero en algún momento yo me sentí superior a los reclusos y todavía no he superado esa sensación. De lo que si quedé convencida en ese entonces, hace ya muchos años, y conservo el convencimiento ahora, es que esos presos eran personas buenas que quizás habían cometido un error, o quizás los habían condenado injustamente, porque muchos se declaraban inocentes.
Creo que la actitud más generalizada es la del rechazo, y a veces olvidamos que todo ser humano debe ser mirado como imagen de Cristo.
Aquí el gran problema es con los guerrilleros que se acogieron a un proceso de paz.¡ Qué difícil nos ha resultado perdonar y reconciliarnos!. ¡Qué difícil aceptar que ellos tengan una oportunidad en la política!.
Olvidamos que las grandes desigualdades que existen en nuestro país han propiciado muchas veces esas violencias.
Evidentemente hay grupos de personas comprometidos con los excluidos. Sé de un grupo , que en la Universidad Javeriana trabaja con las prostitutas para devolverles su dignidad.
La Iglesia tiene la pastoral carcelaria y hay grupos de voluntarios que visitan las cárceles y trabajan por el bien de los reclusos. Hoy en este momento crucial para nuestro país, hay muchos trabajando por la paz y reconciliación, pero también hay otros que se dicen creyentes y no pueden perdonar a los guerrilleros.
■.Reconozco que con personas de moralidad dudosa enseguida recurro al juicio y a veces lo primero que se ve es lo negativo, lo que ha hecho mal, y enseguida le pongo la “etiqueta”, incluso aunque no conozca a fondo a la persona. A veces lees las noticias y te dejas llevar por los titulares, sin leer ni conocer la noticia a fondo. ¡ Claro que debería cambiar !, es lo primero en vez de juzgar ; debo tratar de comprender a la persona, ¿qué le hace actuar así? ¿qué le habrá pasado? ¿ para qué se comporta así?.
Mi única experiencia con delincuentes o drogadictos es en el Camino de Santiago, sobretodo en invierno, se camuflan entre los peregrinos, no se les reconoce a simple vista y son un peregrino más. Vienen mucho buscando un poco de dignidad. Son muy susceptibles, a la mínima, te pueden montar una discusión, pero como les trates como una persona más, suelen ser de las personas que más recuerdas.
Creo que Jesús llama, y no solo llama a los “casi perfectos” sino que tiende a llamar a personas con todos los defectos del mundo.
Jesús no mira solo lo malo, sino que mira lo bueno de cada persona y nos quiere tal y como somos. San Juan de la Cruz decía: “Grande contento es para el alma entender que nunca Dios falta del alma, aunque esté en pecado mortal” . Dios nos sigue queriendo aunque hayamos hecho el peor de los pecados.
La actitud de los creyentes debería ser no juzgar, y no pensar tanto en el castigo, sino en la “restauración” espiritual y en la rehabilitación.
Conozco a un sacerdote que trabajó en la cárcel, y se jugaba el tipo muchas veces porque veía a los presos como seres con corazón y pretendía conseguir su acercamiento a Dios con la “restauración” espiritual de sus malas acciones y pecados, y la verdad es que todos estos colectivos me merecen mi más absoluta admiración.
■.En nuestro país ( España ), existen muchas personas de moralidad dudosa, como son muchos de nuestros políticos, que nos están robando y saqueando el país. Hay una impunidad que no tiene límites, y cada día salen más y no acaban, y no veo que nadie devuelva el dinero, se van alargando los juicios, y vemos cada vez más personas ricas, y cada día más personas sumida en la “pobreza extrema”, y esto merece mi rechazo.
Hace muchos años, en mi Comunidad Parroquial, “acompañamos” a varias personas al “Proyecto Hombre”; les llevábamos a los encuentros y de vuelta para casa ; los domingos salíamos con alguno de ellos, para pasar la tarde. He tenido un cuñado que se drogaba, y menos mal que a ella ( mi hermana) no la arrastró, pero sufrió mucho; luego se separaron y volvieron después de 7 años. Hoy sigue entre nosotros, se recuperó.
Jesús me da una gran lección de cómo tengo que acoger a los marginados y excluidos y tengo que decir que a mí me cuesta. Por naturaleza, las personas somos egoístas, unas más y otras menos, pero tengo que hacer un gran camino para aceptarlas.
■.No siento la necesidad de condenar ni rechazar a los diferentes.
Siempre puedo mejorar mis actitudes. A veces me puede faltar algo de naturalidad en mi trato. En parte debido a las costumbres sociales dominantes en parte a aquellas que inconscientemente he incorporado y necesitan ser reeducadas a más amables.
He trabajado durante más de 20 años como educador social en centros de acogida de menores (entre 0 y 18 años). He tratado y convivido no solo con los que pensamos como diferentes sino con las hijas e hijos de los que la sociedad no quiere ver.
Mi oficio, no siempre conseguido, ha sido, dentro del trabajo en equipo y bajo supervisión de expertos, mejorar la calidad de vida de aquellas y aquellos que están ocultos y cuando menos ofrecerles herramientas para dignificarse.
La actitud de Jesús con los pecadores me anima a acoger y a la vez a tener presente que también me interpela a incentivar y a cambiar aquello que aparezca como injusto a Su mirada.
Por suerte hay gente comprometida en todos los ámbitos sean o no creyentes o religiosos.
■.En Paraguay hay muchos grupos de personas que son dejados de lado ya sea por su estilo de vida, profesión o también por su origen étnico.
He visto, de pequeño , bastante persecución por el tema religioso, pero eso ha cambiado bastante, hoy hay una mayor tolerancia hacia el que cree o piensa diferente.
Trabajé por 10 años con un grupo de personas muy discriminados, analfabetas. Aunque a uno le cuesta creer, en Paraguay hay aún muchos analfabetos netos, y muchos más funcionales.
Por mi vocación ( pastor anababtista ) trato con personas problemáticas de tipo psiquiátrico y sus familiares. Hace solo unas semanas tuve la oportunidad de charlar con una familia donde uno de los integrantes se había suicidado, los familiares sufren discriminación y tienen sentimiento de culpa.
La discriminación surge mayormente por la ignorancia, por no intentar ponerse en lugar de otras personas.
La discriminación, se da ya con los que tienen sobrepeso, los que tienen alguna deficiencia física o mental y no consiguen trabajo, o no consiguen ser aceptados en un grupo, incluso en muchas iglesias. También están a veces personas que fueron políticos,y los que salieron de la cárcel, los refugiados, y tantos otros.
¡Cuanto bien podríamos hacer tan solo con charlar de manera espontánea con algunos de ellos !.
En Paraguay, la violencia machista es un tema terrible, algo que aumenta año tras año. ¡ Ojalá pudiéramos detectar a personas que están sufriendo y siendo dejados/as de lado, y pudiéramos hacer algo !. No sé muy bien cómo hacerlo. Quizá grupos de Jesús es una herramienta para integrar a personas discriminadas, y en otros casos se tendría que hacer de forma personal.
■.Mi reacción , ante las personas de las que hablamos en este texto, que he de confesar que es de mucha cautela y de distanciamiento. No sé definir si es por condena o más bien es temor. Sin afán de justificarme yo creo que en parte son reminiscencias de mi niñez.
Crecí en un barrio marginal y mamá ,en su afán de protegernos, siempre nos prohibía el contacto con las personas que allí habitaban (prostitutas, drogadictos, etc.). Varios de mis tíos eran alcohólicos y era traumatizan-te verlos en las calles , en medio de aquel barrio. Los entiendo y agradezco a Dios por mis papás , por su amor y sus esfuerzos por cuidarnos. Tanto temor no me permitió aprender a valorarlas como seres humanos, víctimas de las circunstancias, con historias de desamparo y agresión, y nos impidió verlos como herman@s.
Conociendo más a Jesús , ahora lo tengo claro; si quiero imitarlo , esta actitud debe cambiar y tornarles en acogida.
Pienso que a la sociedad le preocupan los colectivos pero no por las personas que los conforman porque nos estorban.
Para nuestra sociedad, ellos conforman un mundo que es responsable de todos los problemas que tenemos.
Sí, hay muchos grupos, tanto en la Iglesia Católica como de otras denominaciones, y organizaciones de ayuda que realizan proyectos en pro de la dignificación de los marginados. Algunos por ejemplo luchan por un techo para adolescentes embarazadas, otros por una casa para la atención de enfermos de SIDA que no son recibidos en sus hogares, en estos días unos voluntarios acondicionaron un autobús y recorren las calles ofreciendo baño, cortes de cabello, ropa limpia, etc. a los habitantes de la calle, otros reparten desayunos los fines de semana, etc.
Hay personas con mucha conciencia social y amor al prójimo y yo desearía colaborar no solo con dinero sino involucrándome, pero ahorita la situación con mis papás no me lo permite.
Lamento ahora todo el tiempo que desperdicié en que pude haberlo hecho y no lo hice … ¡pero nunca es tarde!.
ORACIONES
“Señor enséñame a tratar a los otros como tú nos tratas”
¡¡ Que el Señor nos guié e ilumine para no pasar de largo ante aquellos que han sido dejados de lado y viven en la soledad, sin esperanza !!.
“Señor Jesús, que sigas iluminando nuestra vida, y danos tu fuerza para acoger a los excluidos y marginados”.
“Por todos los voluntarios que hacen posible, con su vida, la ACOGIDA a todos los excluidos y marginados”.
¡¡¡ Señor por favor, ayúdanos a reconocer cuánto te necesitamos!!!!
COMPONENTES DEL GVJ MISERICORDIA
De: A. José Ledesma, Amparo Casas, Giovani González , Iciar Martinez Soriazu , Jesús Fuster Millet , José Humberto Duque, Maria Mecedes Angarita Urdaneta , Marina Saiz Hoz , Miguel Monroig Mestre , Puri Ugarte Lopetegui , Reynaldo Reyes Vivó , Xinia Flores Marchena , Lc. Wolfgang Streich BNL.
Querido/a lector/a te compartimos lo que nos ha suscitado el pasaje evangélico del tema 19:
ACERCAMIENTO AL TEXTO EVANGÉLICO
El evangelista relata la llamada que hace Jesús a Leví, un publicano que tenía su banco de tributos públicos junto al mar de Galilea. Los publicanos eran judíos que se habían puesto al servicio de los romanos, dueños en aquel entonces del país. Cobraban tributos de sus compatriotas, extorsionaban a la gente y los explotaban. Por ello, eran sumamente detestados, la sociedad los aislaba y evitaba. En los textos del Nuevo Testamento, los publicanos, además de pertenecer a un grupo social bien definido, poseen una identidad simbólica: representan a los seres humanos separados de Dios, ligados a los bienes materiales sin temor a ignorar a sus semejantes.
A pesar de todo el dinero que hubiera podido ganar, en el corazón de Leví había un gran vacío que necesitaba llenar. Y precisamente Jesús pasa por su lado, se detiene, y lo llama diciendo: “Sígueme”. No somos nosotros los que buscamos a Jesús, Él es el primero que lo llama para que lo siga. Esta llamada le llega a lo profundo de su interioridad, se siente una persona considerada y amada por Dios. Su respuesta al Señor fue un gran milagro de liberación produciendo una conversión personal. Ya no importa su vida anterior.
Marcos desarrolla la trama describiendo dos escenas en las que encontramos a Leví sentado en una mesa. En la primera, sentado en la mesa de los tributos públicos; mientras que en la segunda, está sentado en la mesa en su casa compartiendo la comida con Jesús, sus discípulos, y los amigos de Leví. Algo extraordinario para las costumbres de la época ya que las comidas compartidas con alguien eran una de las mayores muestras de intimidad, y una buena manera de honrar a los comensales. Era expresión de confianza máxima. Pero el sentido que Jesús les daba a estas comidas no era el de expresar una simple convivencia humana, sino el de hacer partícipes a los comensales en el Reino que Él anunciaba.
La actitud de Jesús fue algo que Él quiso así porque la opción que hizo por los pobres y marginados fue el distintivo de su misión, y porque eliminó toda diferencia entre los hombres. Por tanto, Jesús no hace acepción de personas, nos ve a todos como hermanos suyos, hijos de un mismo Padre. Va ofreciéndose y llevando el anuncio del Reino de Dios a cualquiera pero, en especial, a los excluidos. Todos reciben lo mismo, el amor infinito del Señor, la alegría, la paz,… no es que unos estén mejor dispuestos que otros. Es que de unos no se ha acordado nadie. Sólo Jesús.
Por todo ello, el escándalo era mayúsculo a ojos de los maestros de la ley, ya que para estos era intolerable comer con publicanos y pecadores: los primeros son odiados por su servicio a los romanos, y los pecadores por su condición de impuros. No les preocupan las personas, tan solo les preocupa el cumplimiento de la letra de la ley. De ahí sus críticas hacia Jesús.
La reflexión que surge de este evangelio es que todos somos enfermos y pecadores; y todos necesitamos el amor del Padre. Amor que nos da, no por nuestros méritos, sino porque nos ama a todos por igual. En nuestras manos está, con su ayuda, responder o no a ese amor.
ACERCAMIENTO A LA VIDA
+ Para mi Leví se curó de su deseo interno de avaricia de, poder, encontró su tesoro, su perla de mayor valor y fue ir tras Jesús a compartir su mesa de unidad y amor; dejó la mesa del trueque, del vacío, del acaparamiento. Es estar atento con el corazón deseoso de encontrarlo para acoger el Amor.
+ La sociedad en la que yo me desenvuelvo ha cambiado en su actitud sobre personas delincuentes, encarcelados, drogadictos o prostitutas. Ahora se les rechaza menos que hace años. Hasta se tiene compasión de ellos. Pero tampoco se hace nada por ellos. Lo que significa que no nos preocupamos por ellos.
+ He tenido la ocasión de tratar con personas excluidas de la sociedad. Por mi trabajo en Cáritas tanto en la parroquia, como la diócesis, he conocido, tratado y querido a personas a las que la sociedad no ve, o teme, o directamente mete en la cárcel y «que tiren la llave». He aprendido que hay mucho que hablar y pensar para conocer a una persona, y las circunstancias de su vida para poder emitir un juicio o dar una opinión.
+ Mi primera reacción ante personas de mala fama o de dudosa moralidad es no juzgarlos. Ha sido un proceso de cambio de actitud en el cual mi óptica también se ha transformado. Ya no más prejuicios. Obviamente no significa que avalo el pecado, no. Pero acojo al pecador sin juzgarlo. ¡Qué historia personal arrastrará! Le brindo mi amistad, mi acogida.
+ A las personas de moralidad dudosa o mala fama, no puedo rechazarlas ya que yo he sido como ellas, entonces me rechazaría a mí mismo hace unos años; cuando veo a estas personas pienso que siempre tienes la posibilidad de rectificar y disfrutar de la vida de verdad. Le doy vueltas a cómo puedo ayudar a las personas a que descubran lo que yo he descubierto.
+ Ahora conociendo a Jesús y, con la ayuda de vuestro compartir de vivencias, he tomado la decisión de cambiar de actitud, estar dándome cuenta del trato normal, de ayuda, y poder llegar a tener la acogida de la que estamos aprendiendo con el Evangelio.
+ Reconozco que hay que vencer muchos obstáculos para poder ofrecer ese apoyo y colaboración: No es sólo comprometerse con ayudar al necesitado o al excluido. Es vencer el miedo a la inseguridad, a los conflictos, a las peleas. Es difícil.
+ Aunque no tengo sentimientos de rechazo hacia los social o religiosamente excluidos, en la práctica no estoy comprometido, con ninguno, en su desarrollo personal y social. Lo más que hago es colaborar en Cáritas algún día a la semana. Me pesa esta actitud mía de falta de compromiso. Veo que Jesús no actuó así.
+ Jesús es subversivo, en cuanto a inclusión o exclusión. Se sienta a la mesa con todos.
+ Jesús no transigía con las injusticias, tampoco debemos hacerlo nosotros, pero Él sabía actuar con estas personas injustas denunciando lo que hacían pero, a la vez, llamándolos y perdonándolos. Sabía separar el pecado del pecador.
RICARD, MARIVI, MARGALIDA, LUCILA, JAVIER, ISABEL, FRANCIS, CARMEN, ANTONIO, ANA VILMA.
GVJ Caná
PRIMERA REUNION
Amigos de los Grupos de Jesús, el Grupo Caná coincide en señalar las dificultades para perdonar algunos pecados y la necesidad de trabajar en ello.
Posiblemente, pasaba frecuentemente por los mismos lugares. Se cruzaría con las mismas personas en horas concretas. Eso le llevo a familiarizarse con algunas, y les enseñaba. Sabría de sus necesidades, su posible empatía le llevaría a conocerles y así poder referirse concretamente a ellas, captando su atención.
Los publicanos eran considerados los más pecadores porque se hacían ricos a expensas de los impuestos de todos.
Los gobernantes y políticos de estos tiempos son como los publicanos de aquéllos tiempos. Roban millones del dinero que debería destinarse a la sociedad más necesitada. Es un pecado muy grande, difícil de perdonar, no ver tanta miseria en el mundo y guardarse y gastarse tantos millones.
También hay muchos dirigentes religiosos banqueteando codo a codo con gobernantes corruptos, no por intereses religiosos sino por intereses materiales, hay mucha complicidad.
Jesús elige, sin distinción de personas, y no excluye a nadie de su mesa: «Yo no he venido a llamar a justos sino a pecadores»
Ahora Jesús se acompaña de otro modelo marginado por nosotros: esos que trabajan en los trabajos más sucios, más indeseables. No eran los que, de verdad, se llevaban el dinero de toda esa pobre gente, sino los que hacían el trabajo sucio a otros; puede que los que nos hacen el trabajo sucio a nosotros. A esos los miramos mal, no comeríamos nunca en la misma mesa que ellos, al menos a plena luz del día. Jesús sí lo hace
Todos somos pecadores, en mayor o menor medida, no debemos sentirnos marginados por Jesús, si consideramos en algún momento que nosotros somos los buenos, los justos.
Nos ha dado ejemplo Jesús de lo que el Padre quiere: Que nosotros no excluyamos a nadie.
En lugar de Mateo, podríamos ser cualquiera de nosotros, y en vez del puesto de recaudación, nuestro puesto de trabajo: la oficina, despacho, aula, casa… ¿Seríamos capaces de dejar todo eso, familia, estatus socioeconómico, confort, amigos, lugares preferidos y, sin más pensarlo, dejar todo e ir tras Jesús?
SEGUNDA REUNIÓN
Jesús seguro era buen fisonomista. Hace tiempo, descubrí lo grato que es mirar a la gente que me encuentro al pasar, y toparme con su mirada. Es como un pasaporte para confiar. Me sirve de buen ejercicio para aceptar al otro. Los hay que bajan la vista, que van despistados, o se lo hacen…
Es bueno poder expresar: “Te conozco, te vi, estuvimos juntos…” E invitar a detenerse un poco, tomando un café. ¡Que falta ando en esto de “perder el tiempo con el otro”. Malas pasadas juegan las prisas.
Hago oración todos los días, para no «excluir, ni rechazar a nadie». El Espíritu Santo me ayuda a actuar. Los reparos van desapareciendo, es lo que el Padre quiere.
Conversando con Jesús, le digo que me siento muy lejos de poder actuar como Él y no sé cómo comprometerme en su proyecto. Me preocupa la vida, la dignidad y los derechos de esos pobres, pero me siento impotente y prefiero mantenerme al margen, admiro mucho a las personas que van a las cárceles etc., pero yo no soy capaz de hacerlo.
Me gusta pensar que todo lo que yo rechazo, todo a lo que no atiendo, todo lo que juzgo, lo que detesto, lo que no obtiene nada de mi mundo bienpensante, está cuidado especial y amorosamente por Él. Me gusta saber que a lo que yo no puedo llegar, Él llega. Me tranquiliza saber que todas mis incapacidades son eso: incapacidades, pero que eso no es lo definitivo, porque Él me supera, me rebasa hasta unos términos imposibles de conocer por mí.
La escucha cotidiana del Evangelio me ayuda a reconocer en cada ser humano a un semejante. Un semejante en el dolor, un semejante en la situación de duda, un semejante en el tropiezo y el error.
Jesús nos enseña a no excluir a nadie, y para imitarlo creo que debemos recordar que todos somos responsables e inocentes a la vez de todas las situaciones que ocurren a nuestro rededor.
Hay muchos Mateos en nuestro camino: el drogata, el rumano, el vago, el padre que no llega a fin de mes, el rico enfrascado en su cuenta corriente, el obseso del lujo.
¿A cuántos nos hemos acercado? Abordar a un pobre no es difícil y hay muchas formas de hacerlo: lo difícil es seguir la amistad. Y con quién se consigue, hay amigo para tiempo. A veces falla, o intenta sacar más de lo que se puede hacer, aunque por probar, no pasa nada. También fallamos nosotros. Con un rico es diferente, pero eso no lo cuestiono.
GRUPO GALILEA- TEMA 19- APORTACIÓN A LA WEB
Jesús, una vez más, nos enseña con su vida y su palabra que la persona está por encima de cualquier etiqueta social y religiosa.
Vivimos en una sociedad hipócrita, organizada en “buenos” y “malos” ; por supuesto, los buenos son los guardianes de lo religioso y los representantes de Dios en la tierra.
¿Buenos?..¡Todos somos pecadores!..
La sociedad de hoy, como la de ayer, en medio Jesús. Un hombre libre que sabe muy bien que ha venido a instaurar el Reino de Dios… Reino de Bondad, de Belleza, de Fraternidad, de Amor… Un hombre que no se deja embaucar por el ambiente que le rodea y acoge a los que le necesitan -pecadores y enfermos- y se mezcla con ellos para sanarles.
Y para ello coloca al hombre por encima de la ley. Se salta las leyes de la Jerarquía. Esta no lo va a consentir. No permiten la discrepancia ni el incumplimiento, porque esto se interpretaba como una pérdida de poder para ellos. Y Jesús ejerce una vez más de “provocador”. Los quiere movilizar, se carga las fronteras establecidas por su propia religión y con ello se la juega. Él es consciente del riesgo que corre, pero no se arredra y nos habla con su actitud de un Dios liberador que nos está diciendo que lo primero es el hombre. Que ha venido a salvar a los enfermos y pecadores que son objeto de su preocupación por encima de los sanos y de los “justos”.
Para los Doctores de la Ley, primero son las normas y Dios actúa de Juez.
Para Jesús, lo primero es el hombre; sea como sea.
Lo malo es que el dios de la norma, acabó asesinando al Jesús–Dios.
Urge una llamada de atención dentro de nuestra propia Iglesia para no olvidar aquello por lo que murió Jesús. Una parte de la Iglesia de hoy no actúa igual que Jesús y tiende a separar a aquellos cuya actitud considera “imperdonable”.
Jesús nunca excomulgó a nadie; ni aceptó la espada para defender su propia doctrina: DEFENDIÓ NUESTRA LIBERTAD ABRIÉNDONOS UN CAMINO DE AMOR, al que invita a Leví :”Akolutheimoi”= “Sigue por mi mismo camino”… Sigue mis pasos, ven conmigo. No lo rechaza, no lo condena, ve en el publicano un hombre necesitado de amor y perdón.
Y que bien supo Leví mirar a Jesús…y ¡qué libre!…se puso por montera el “qué dirán” de los demás. Supo mirar a Jesús y dejarse mirar por El. Y habiendo estado Leví en las profundidades del abismo humano, puede anunciar después la experiencia del Amor de Dios.
Jesús no vino a fundar una nueva religión, sino a poner en marcha un movimiento de amor, de comprensión y cercanía entre todos.
Nos urge cambiar de vida, como hizo Leví, despojarnos, despegarnos, soltar amarras… Porque en este abandono, en esta entrega, le estaremos diciendo a Jesús: “Tu muerte no ha sido en vano , hemos entendido tu Mensaje”
Él nos lo ha venido diciendo en muchas parábolas, de muchas maneras, y no acabamos de entenderlo. Aunque cada uno vivimos y funcionamos como podemos, nunca perdamos de vista que, en lo profundo, compartimos la misma identidad. Todos somos uno.
Por eso tenemos que seguir aprendiendo a no mirar a los otros según etiquetas y prejuicios, sabiendo que el Mensaje del Evangelio es siempre un cambio, una Buen Nueva que exige un reajuste en la relación entre los hombres, con una verdadera igualdad entre ellos.
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Sentarnos a la mesa, compartir con pecadores.
Desde la ciudad de Guadalajara (área de Zapopan) saludamos con cariño a todos los Grupo de Jesús. El tema de hoy nos ha movido profundamente. Terminamos nuestra reunión pidiendo nos llegue la gracia de ser verdaderamente amorosos, abiertos y acogedores como lo es Jesús.
Reconocemos que este es un verdadero reto y que nos parece realmente difícil, en una sociedad en la que convivimos con el fraude, el abuso de poder, el narcotráfico…¿ cómo ser coherentes delante de nosotros mismos y nuestros hijos ? Jesús mira, señala el pecado pero nunca juzga al pecador.
¿cómo ofrecer una mirada amorosa y compasiva a todos? ¿cómo ser incluyentes, sentar a la mesa a quien comercia con la vida y al mismo tiempo ser valientes y de espíritu profético para denunciar?
Adjunto el enlace web del videoclip musical «SOLO POR TI», canción que compuse e interpreto reflejando aquellas personas cuyas vidas han sido transformadas por el amor de Dios. Hay momentos que creemos que todo está perdido, nada nos complace en este mundo, nos encontramos en un hoyo profundo, sin una salida, sin un motivo para seguir viviendo, de pronto alguien nos da una salida, un consuelo, una esperanza, una alegría, su nombre «JESÚS», AQUEL SER GRANDE Y PERFECTO que todo lo convierte en paz, en luz, en restauración. LA PLENITUD DEL AMOR DE DIOS DA ESA ALEGRÍA DE SEGUIR VIVIENDO A PESAR DE LAS DIFICULTADES COTIDIANAS.
https://www.youtube.com/watch?v=nUe7Jv1-KSY
DIOS LE SIGA BENDICIENDO,
Mónica Nicoletti
COORDINADORA TALLERES CRISTIANOS «TRIBU DE LEVITAS»
¿CENIZA O MISERICORDIA?
Próximo el tiempo de Cuaresma, me siento llamada por Jesús a huír del mundanal ruido y adentrarme por la senda que conduce al encuentro de su misericordia.
¿Cómo hacer de la Cuaresma un «oasis» de silencio, en medio de la aridez del «desierto» cotidiano, con sus fatigas, sufrimientos y preocupaciones?
Recuerdo la letra de una canción, que hace algunos años solía cantar por estas fechas, dice así:
Oh pecador, dónde vas errante… (tres veces)
Adonde irás.
Busca la paz, el mal está acechando…(tres veces)
Adonde irás.
De tu ambición, el amor se esconde…(tres veces)
Adonde irás.
Creo que todos tenemos muy claro la finitud de nuestro cuerpo, esa fecha de caducidad donde la vida pasará a otra dimensión distinta y, sin embargo, tan certera como la que ahora experimentamos.
Sería absurdo pensar que todo termina en un montoncito de polvo echado al viento, una burla del maligno que nos haga creer en un sueño convertido al final en una esperanza rota.
¿Cómo voy a querer algo que simboliza la nada, el polvo?
Jesús nos habla de un camino de amor y vida, de coherencia y verdad, nos dice que en Él, esa realidad permanece, transciende y tiene sentido.
¿Qué es eso de cubrirnos de apariencia y ocultar la verdad, de poner «cara de funeral» haciendo ver que lo sentimos, de ayunar de cuanto nos hemos hartado el resto del año, de las míseras limosnas ofrecidas para guardar las apariencias, de los favores sobornables, de hacer objeto de abuso, lucro y escarnio al débil, ancian@ e indefenso?
Estas actitudes son montones de ceniza vertida que roban la esperanza y apagan las brasas encendidas de los corazones.
En un mundo competitivo, lleno de ruidos y prisas, el tiempo se cotiza muy alto. Así la vida se convierte en un maratón contra reloj, donde cada ser humano va a lo suyo, sin importar el otro.
Sólo hay tiempo para el yo y lo mío, actitud que crea indiferencia y desinterés por cuanto ocurre en derredor.
Y tú, ¿por qué te pones ceniza?
Buena pregunta si tengo en cuenta que, la ceniza, no debe ser únicamente un recordatorio de mis postrimerías, sino ante todo, una evidencia de mi error, pecados y debilidades.
«Ceniza-o» somos, cada vez que hacemos el camino de la vida intransitable, lleno de obstáculos y trabas que impiden crecer, desarrollar los propios dones y capacidades, avanzar con la esperanza de ir construyendo un mañana mejor y más digno.
«Ceniza-o» somos al convertir el amor en moneda de cambio, en INRI cada vez que cargamos sobre la vida de los otros, el fardo de nuestros rechazos y absurdos prejuicios, de tantas penitencias insufribles.
Ceniza es la indiferencia que ignora las pesadas cruces, esas que nadie se atreve a echar una mano por no ser rentables.
Cada vez que negamos una sonrisa, una palabra de aliento, un gesto de ternura y bondad, cada vez que señalamos al otro y le hacemos objeto de nuestra envidia y rivalidad, de la crítica y el chisme, nos convertimos en auténticos «¡ceniz@s!».
Ir al desierto del vacío de sí, del silencio interior, es algo bueno, despojados de todo cuidado, como un niñ@ al que su madre le ha lavado la cara, peinado y echado colonia para que huela bien, a fresco y limpio, a sano e inocente.
Y ¡hala!, alegres les acompañará el padre, nuestro Padre, sin tener miedo a los tropiezos que surjan aquí y allá. Sin duda, hallaremos el jardín, el oasis donde sea más fácil la armonía, convivir en paz, compartir y soñar despiertos.
Y TÚ, ¿PARA QUÉ TE PONES CENIZA?
Me pongo ceniza como una señal de lo que no quiero ni debo ser: ¡ceniza!
Escojo ser antorcha encendida, pedir a Jesús guíe mis pasos, hacía quienes sienten el frío de la indiferencia, en medio de tanta aridez y carencia.
Vamos al desierto, si, a las duras realidades de este mundo tan convulso que nos ha tocado, para construir «oasis de paz», espacios donde podamos vivir unas relaciones en verdad humanas, de amistad fraterna.
Qué mejor que prepararnos para la verdadera Reconciliación en este año de la Misericordia.
Dios, por medio de Cristo, nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación» (2Cor 5,18).
Del “nos reconciliamos” (reciprocidad de iniciativas) al “somos reconciliados” por Él. (Verbo que actúa a través del Espíritu del amor)
Por gracia: receptividad, que es acogida de su inmenso amor y nos empuja a abrirnos desde nuestra fragilidad y pecado. (“sus heridas nos sanaron”).
¿Cómo? Los relatos de perdón en el Evangelio:
«El hijo pródigo», Zaqueo, «La Samaritana»….
La reconciliación con el Padre por mediación de Jesucristo, y alentada por el Espíritu, potencia, incluye y pide, la reconciliación con los hermanos.
Estamos llamados a sentirnos acogidos por el amor del Padre.
Él nos alienta a reconciliarnos con quienes sufrimos rupturas y resentimientos interpersonales, nos llama a sanar las heridas y recobrar la esperanza, con el bálsamo de la misericordia.
Sólo desde esta experiencia, podemos acoger y compartir con sinceridad el sacramento de la Reconciliación.
Así quisiera vivir la Cuaresma: convirtiendo mi vida en gestos de bondad, misericordia, ternura y serena alegría para los demás. Con todo mi corazón al servicio de la Palabra, cuyo testimonio de vida alcance a tod@s por igual, sin acepción de personas.
Os invito a «pasar sin llamar» y entrar confiad@s, tener la puerta abierta al encuentro honesto de la verdadera misericordia, la que perdona, acoge y ayuda a vivir. Ahí, ¡no hay mal ni demonio que pueda herirnos y hacernos daño!
Con Jesús, la aridez del desierto no es el fin. Hay motivos para la esperanza de hallar un oasis de paz y armonía, entendimiento y comprensión.
Miren Josune