Lucas 19,1-10
En aquel tiempo entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura.
Corrió más adelante y se subió a una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
—Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.
Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
—Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
—Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.
Jesús le contestó:
—Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.
- Ver el contenido de las dos reuniones de este tema en el libro Grupos de Jesús, de José Antonio Pagola
Primera reunión: Acercamiento al Evangelio
– Guía de lectura
– Acercamiento al texto evangélico
– Comentario
Segunda reunión: Acercamiento a la vida
– Conversión personal
– Compromiso en el proyecto de Jesús
– Sugerencias para la oración
Tema 21 El rico buscando a Jesús. Lucas 19,1-10
Un tema más vemos como Jesús escandaliza con su gesto a las gentes de su tiempo, especialmente a los que se creían mejores, a los que no dudaban ni por un momento que se hallaban en el bando de la razón, los que cumplen la ley y permanecen puros.
Zaqueo representa a la humanidad que está en la búsqueda de la paz, la felicidad, el amor, la tranquilidad…, una humanidad que no se sube a la higuera para ver pasar a Jesús,una humanidad que con el corazón endurecido por el pecado y el mal no ve como el Maestro levanta los ojos y la mira, que le ofrece eso que tanto necesita y que le dará la ansiada tranquilidad.
En este texto evangélico vemos como Zaqueo busca a Jesús,esa actitud de búsqueda hace que lo encuentre,es una persona rica, recaudador de impuestos,su puesto es importante ya que es jefe de publicanos por esta razón tiene mala reputación, a un recaudador todos los imaginamos antipático, agrio, poco empático con las circunstancias de las personas a las que recauda los impuestos y mucho más en la época de Jesús que si no tenias para pagar te podían vender junto a tu familia como esclavos,se ha hecho rico con un trabajo vil, engañando y cobrando de más muchas veces a personas pobres,se ha aprovechado de ellos, eso le hace una persona poco querida y rechazada por su pueblo.
Zaqueo tiene un corazón que quiere dejar de ser de piedra, su corazón humano busca una vida nueva,no está satisfecho con lo que hace,se siente vacío, triste,ha escuchado hablar de Jesús y quiere conocerle, quizá sea ese corazón de carne el que le lleve al encuentro con él.
Sin saber quien es Jesús ni esperar nada de él corrió para poder verlo, se sube a la higuera porque es bajo de estatura para así distinguirlo entre el gentío que sigue al Señor, que sale a su encuentro para ver unos por curiosidad y otros por fe al profeta que hace esos milagros de los que han oído hablar. Nos llama la atención como Jesús busca a una persona rica a pesar de que en otros pasajes repudia a los poderosos y ricos que tienen más difícil salvarse, él ha venido al mundo para salvar lo que está perdido, para salvarnos a todos aunque sus preferidos sean siempre los más débiles y desfavorecidos,no hay nadie al que Jesús no pueda atraer ni perdonar si de verdad quiere participar de su reino como vemos que hace Zaqueo en este texto, cae en la cuenta de que ha hecho mal a muchos y desea restituirles lo robado y empezar de nuevo, Jesús le dice que va a entrar en su casa y que esa visita será la salvación de los que allí viven.
La visita de Jesús les transforma,le hace caer en la cuenta de como estaba desperdiciando su vida y desea aprovechar esa oportunidad y convertirse de su vida de pecado y abusos respondiendo con justicia y generosidad a la llamada del Maestro, ahora podrá vivir una vida en paz.
Jesús cura a un ciego del alma y del corazón,no ve que sus riquezas provienen de la injusticia y del abuso de los más vulnerables,los ojos de Cristo han venido a buscar y salvar lo que estaba perdido,son capaces de ver en los corazones de los hombres y pueden descubrir el arrepentimiento.
Jesús no ve el mal de cada persona,sino que mira en nuestro interior y se fija en lo mejor que hay en cada uno de nosotros y que el pecado esconde,se auto invita a la casa de Zaqueo, quiere liberarlo de todo lo que le aprisiona, de vivir encerrado por el desprecio de los demás como de su propio egoísmo y de su afán de riqueza.
Como siempre, las murmuraciones de los que se creen superiores,de los que son incapaces de ver su propio pecado, los que como Zaqueo viven encerrados en sí mismos sin ser capaces de tener compasión por los que están perdidos.
Zaqueo entiende que la salvación consiste en abrir las puertas de su casa y de su corazón a aquel que es la verdad y la vida, ojalá también seamos nosotros capaces de entenderlo.
Alicia, Francisco, Gela, Juan José, María, Rafael, Valle
Grupo virtual de Jesús 33
TEMA 21 –El rico buscado por Jesús (Lc 19,1-10)
ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
La alegría de seguir a Jesús, es más grande que el qué dirán y las apariencias. Todos en algún momento debemos dejar de aparentar algo y buscar a Jesús, tenemos que estar siempre atentos a las señales que nos da el Señor, vayamos a su encuentro y abrámosle nuestra casa, nuestro corazón para que no sólo nos visite, sino que habite en nosotros y transforme nuestras vidas.
Jesús confió en la conversión de Zaqueo, y Zaqueo confió en la misericordia de Jesús. Jesús, se percata del interés de Zaqueo y muestra su misericordia acercándose al pecador y alojándose en la casa de alguien visto como despreciable. La pequeñez física de Zaqueo es sinónimo de insignificancia moral, pero su deseo de verlo, la firme voluntad de encontrarse y ser reconocido por Jesús, provocó un cambio radical en su vida. Es un ejemplo de que Dios no hace excepciones, que quiere salvar al pecador, y Jesús vino a salvar lo que se había perdido, Jesús es capaz de alojarse en el corazón de cualquier persona, rica, pobre, da igual, lo importante es que tenga el deseo de conversión.
Zaqueo inicio su conversión ofreciendo compartir su riqueza con los pobres y reparando el daño a quienes había perjudicado, como seguidores de Jesús no solo debemos procurar el propio bienestar sino también el de los demás. Sí fuéramos auténticos haríamos mucho más bien del que hacemos y causaríamos mucho menos sufrimiento a otros. La transparencia y la honestidad llevan a la paz interior, Zaqueo se decidió a tener su conciencia en paz y a no seguir perjudicando a otros. Es un llamado a ser siempre humildes con quienes buscan a Jesús, con toda su historia, tal como nos ha tocado hacer a nosotros al presentarnos ante Él.
Como a Zaqueo, hay personas que nos invitan a recorrer caminos donde no podemos ver a Jesús, otras que nos segregan al no imitarlos en sus actitudes, en fin, una sociedad que nos restringe y condiciona nuestras vidas. Lo más importante es abrir el corazón, la mente para escuchar en libertad el mensaje que nos trae Jesús a nosotros y luego transmitirlo a los demás. Es Jesús quien nos busca, como buscó a Zaqueo, por eso nosotros debemos estar siempre atentos y dispuestos a recibirlo en nuestro corazón para seguirlo fielmente y hacer su voluntad.
Seguramente hemos tenido una experiencia de salvación, sin embargo, nunca hay que dejar de buscar a Jesús con su mirada sanadora y salvadora. Que emocionante y sorprendente será escuchar las palabras de Jesús cuando, como a Zaqueo, te diga: “Hoy ha sido la salvación de esta casa”. Se llenará el corazón de amor y gratitud hacia el Señor que ha dispuesto todo para venir a tu encuentro y salvar lo que estaba perdido.
El agradecimiento es importantísimo para amar al Señor. Como no sentir amor por Él si sabemos que nos busca, aun cuando estamos perdidos y no hemos hecho su voluntad. Es más, cuando nos hemos alejado es cuando Él está más interesado en venir a nuestro encuentro. La decisión de conversión depende de nosotros, porque el Señor siempre está dispuesto a recibirnos con su infinito amor.
ACERCAMIENTO A LA VIDA
Que el Señor con su infinita misericordia derrame la gracia de la compasión y el perdón en los corazones de quienes la necesitamos más para relacionarnos con nuestros hermanos.
Cuántas ocasiones perdidas de que Jesús entrara en nuestra vida, por no reconocer lo que somos, que estamos perdidos, que somos pecadores pero en estas incertidumbres lo esperamos en el camino que nos ha enseñado en donde también queremos ser lavados con su Palabra, llevados en su mirada y suavizados por su amor, para aumentar el deseo de seguirlo.
Creemos que en la comunidad cristiana, en la parroquia y en los diferentes grupos se experimenta la fuerza salvadora del Señor, y todos ellos nos ayudan a permanecer unidos en la fe y a obrar comunitariamente como Jesús nos enseñó. Definitivamente es casi imposible seguir al Señor sin contacto con alguna comunidad cristiana, la comunión es indispensable y es el referente aún para la oración, el silencio y el recogimiento personal. Como persona y creyente, la vida cambia al actuar como Jesús, al no juzgar y al recibir como viene a la gente que se acerca. En la vida cotidiana, muchos van sin rumbo, y tal vez les hace falta simplemente alguien que les indique una posibilidad que puede transformar sus vidas invitándolos a buscar y a acercarse a Jesús.
Es maravilloso y alentador saber que Jesús nos invita a charlar con él y ser sus amigos. La oración es muy importante puesto que nos ayuda en nuestra conversión, en nuestro crecimiento que es mucho mayor con la ayuda de Jesús. Cualquier paso es importante en el camino del Señor, no importa que esos pasos sean pequeños o que caminemos con muletas. Cada quien tiene su propia velocidad y Jesús no tiene prisa. Él siempre nos acompaña cuando queremos estar cerca de Él.
Cada día tenemos encuentros con personas, con circunstancias, que nos hacen recordar que el Señor está pasando por allí y nuestro compromiso es estar atentos al paso de Jesús, para al verlo pasar, ir a buscarlo porque es buscándolo que hacemos camino en sus huellas dando testimonio de la gracia recibida que a otros les puede servir para llenarse de esperanza o hacer más liviano su andar.
El Evangelio es Palabra viva que cada día nos muestra algo nuevo para descubrir de Jesús. Cuanto más se lo conoce, más nos puede aclarar algo o sorprender con otras maravillas que nos toquen alguna fibra de nuestro ser. Alimentémonos de Él en la Eucaristía que es fundamental para sentir su presencia y su fuerza que siempre nos ayudan a suavizar el corazón con la compasión y el perdón, a vivir en forma plena en el servicio a los hermanos o cuando las cosas parecen difíciles y nos falta voluntad.
ORACIÓN
Jesús, en medio de mis preocupaciones, siento todo el apoyo que viene de Ti, la seguridad, el bienestar y la alegría de vivir de las gracias concedidas.
Tú sabías dónde estaba Zaqueo, sabías también dónde estaba Natanael, y sabes bien que soy un pecador y dónde vivo, pero que te busco porque sin ti mi fe y mi esperanza son débiles y no sé vivir sin ti.
Te pido Jesús tu Espíritu, para que este ser creado y que te anhela, se fortalezca con tu amor en medio de la tibieza, suelte el corazón de piedra y, siguiendo el ejemplo de Zaqueo, exclame: «Voy a cambiar mi vida»
Pasaste tu vida sembrando paz y amor, haciendo un camino de sanaciones y bendiciones para aquellos que te siguieron, aún así, recibiste una recompensa execrable por el bien que has hecho pero es solo el camino de la cruz el que da la palma.
Contigo Jesús, es mi camino, lo que significa estar solo, aislado de la ayuda, pero «aunque ande por valles oscuros, tú estás conmigo» y es en esta confianza que te pido ayuda y que seas el consuelo y el refresco que calmen mi ansiedad, en este mundo tan oscuro, cuando debería ser el Paraíso.
Gracias Jesús, por enviarme tu Espíritu Santo para que mi ser pueda decir, en pequeñas frases todo lo que quieres que se diga de la grandeza que eres Tú.
Gracias, Jesús.
GVJ – 32 Adelino, Guillermo, Nancy, Lucía, Wolfgang
Este “evangelio de Zaqueo” es utilizado en el inicio de muchos procesos catecumenales, puesto que la actitud de Zaqueo representa muy bien nuestras inquietudes y deseos previos a iniciar el seguimiento al Maestro.
Zaqueo “ha oído hablar de Jesús”, nosotros a través de nuestras familias, “tradición”, iglesia… también hemos oído hablar de Él.
A Zaqueo le interpela lo que va conociendo de Jesús y le hace sentirse incomodo con su forma de vida. A nosotros, el saber del mensaje del Reino que de Jesús nos llega, nos altera, nos saca de nuestro “zona de confort” en el que nos refugiamos.
Zaqueo toma una decisión. Va a buscar a aquel que le atrae profundamente y hace un pequeño o gran esfuerzo por aproximarse a Él. Nosotros nos acercamos a hermanos que ya caminan en el Reino de Dios y muchos, a través de los Grupos de Jesús, nos acercamos a ese conocimiento personal de Él.
Zaqueo es “reconocido” de entre todos los que le rodena por el Maestro y “elegido” para ser él una muestra de la misericordia y amor del Padre, con todos, pero preferencialmente por los pobres y pecadores. A nosotros nos llena de alegría y esperanza esa reacción del Jesús. Nos sentimos, al igual que Zaqueo, inundados de agradecimiento por ese amor de Dios que nos llega por todas partes y nos hace reconducir nuestras vidas, al igual que Zaqueo, para trabajar por este Reino de Dios que ya está aquí.
¡Nos rezamos!
GVJ-31
Cecilia, Dardo, Nilda, María Agustina y Jesus.
Hola a todos y buen camino. Desde el grupo Magdala os compartimos la reflexión del tema 21:
En el relato evangélico del encuentro de Jesús con Zaqueo al final Jesús dice: “Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”.
Para Dios no solo cuentan los pobres, desvalidos, marginados a quienes quiere hacer justicia, sino también aquellos que tienen poder político y/o económico y no son justos y no actúan de acuerdo con la enseñanza de Jesús.
Zaqueo hace todo lo posible por ver a Jesús. Lo que él no sabía es que Jesús le buscaba a él. Zaqueo quería ver a Jesús y Jesús se invita a su casa, quiere su amistad. Se da el encuentro. Todos murmuraban: “ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”.
Al encontrarse con Jesús, Zaqueo cambia de vida, el encuentro con Jesús ha cambiado su corazón: reparte la mitad de sus bienes a los pobres y restituye cuatro veces más a los que había defraudado. Ve su pecado contra los demás y se arrepiente y trata de reparar el mal que había hecho. Recobra su dignidad y se pone en pie para decirle a Jesús sus decisiones, ha crecido en esta-tura ante todos.
Una vez más, Jesús mira, busca a la persona no importa si es rica o pobre, e incluso si es pecadora, todos somos salvados por Él. Todo el que le deja entrar en su casa será salvado. Jesús sigue hoy salvando lo que está perdido en cada uno de nosotros y puede transformar nuestras vidas. Dios vino para todos no discrimina ni margina a nadie y nosotros tampoco tenemos autoridad para marginar a unos a favor de otros.
Este evangelio nos muestra un Dios lleno de amor, de perdón, de comprensión que saca de cada uno todo lo bueno, que destruye el mal salvando al pecador, que siempre nos llama a la conversión. Nos muestra la necesaria participación de nuestra voluntad en seguir a Jesús, en sentirnos pequeños ante él, en ofrecer nuestra vida con generosidad, en creer que Jesús es la salvación de la vida.
CANCIÓN DE ZAQUEO
Quisiste entrar en mi casa
cuando tantos la evitaban.
No te importó mi pasado
ni pusiste condiciones.
No tomaste precauciones
al conocer mi pecado.
Aunque tantos criticaban
tu transgresión aparente
o tu conducta blasfema,
prescindiste de esa gente
que siempre aduce problemas
y viste mi sufrimiento.
Transformaste el horizonte.
Tu palabra fue alimento
para mi hambre de esperanza.
Como aquel día, en el monte,
fue tu bienaventuranza
la promesa de otra vida,
yo te ofrecí mis derrotas,
tú sanaste mis heridas.
GVJ Magdala
Estimados amigos y amigas de los Grupos de Jesús: El GVJ 25, les hace llegar la reflexión del vigésimo primero tema del proceso de Grupos de Jesús, compartimos con ustedes lo que hemos dialogado y comentado.
El texto que propone Pagola para analizar y reflexionar Lc. 19,1-10, es un texto que nos puede llevar a dos reflexiones, buscar y salvar a los perdidos por parte de Dios y la transformación que se realiza en quien se deja encontrar por Jesús.
BUSCAR Y SALVAR LO QUE ESTABA PERDIDO
San Juan nos dice: “No somos nosotros los que hemos a Dios, es Dios quien nos ha amado primero” partimos de esta idea para presentar nuestra reflexión.
“Trato de estar atento así, a Jesús que está pasando cada día por mi vida por la de todos. Siento esa invitación a soltar las cargas que uno se pone demás, a lo que estorba para seguir a Jesús bien”.
“A Jesús solo le interesa salvar a todos, sean ricos o pobres, enfermos o marginados. Jesús pasa por alto las murmuraciones y sigue buscando la conversión de aquel hombre aprovechando aquel encuentro. Y cuando el encuentro con Jesús es profundo y sincero viene un cambio en la persona, una transformación que lleva a realizar actos que quizá nunca se realizarían. Zaqueo inmediatamente busca la manera de reparar el daño realizado y se interesa por el bien de los menos afortunados. No cabe duda que Jesús transforma vidas y nos salva del «bienestar fácil, del consumismo deshumanizador y de las esclavitudes materiales».
“En cuanto a mi encuentro personal cada vez lo siento vibrar más intensamente y sentir revelaciones que jamás hubiera aceptado a no ser por su presencia en mí”. “Pero ahí está Jesús, como siempre viendo al hombre y encontrándose en su realidad, mirándolo lo acoge y no solo eso, le da la dicha de ser llamado para compartir el pan y su presencia”. “Sé que Dios está todos los días llamándome, que está presente en cada momento de mi vida, pero que yo lo hago a un lado. Él, es un Padre misericordioso, pero necesita de mi disposición, cómo va a entrar en un lugar, si no le abren la puerta, si no lo invitan. Zaqueo nos enseña que era un pecador, rechazado por su pueblo, por su gente, pero cuando se entera de que Jesús iba a ir a Jericó, él, por curiosidad o por lo que sea, quiere verlo, quiere conocerlo, ya dio el primer paso, luego, vence las dificultades que se le presentan por su estatura, por tanta gente que espera a Jesús y finalmente Jesús le dice baja del árbol y hoy me hospedo en tu casa”.
TRANSFORMACIÓN DE QUIEN ES ENCONTRADO
“Al reencontrarme con Jesús e ir entendiendo más su pensamiento, mi vida fue dando un giro. Empecé a trabajar en algunas actividades en mi parroquia y apoyando a algunos misioneros. Fui descubriendo la importancia de estar permanentemente conectado con Jesús y encontrando caminos muy diferentes a lo que había vivido en los últimos años”.
“A pesar de mis debilidades siento que me hace crecer como persona y como seguidora. AGRADEZCO PROFUNDAMENTE QUE SEA EL MOTOR DE MI VIDA. Quisiera poder crecer más en cuanto a mirar la vida desde los más necesitados y desprotegidos. Deseo lograr gestos de amor en las personas despreciados y excluidas para que vean a Jesús a través de ellos para que en cada gesto de amor su reino nazca”.
“En este momento de mi vida Dios me dice que quiere que yo me salve, que me ama y quiere que tenga esperanza. Y al igual que a Zaqueo, me alienta a buscarlo en los demás, que tenga el mismo espíritu de este hombre y se constante en mi compromiso con Él y lo lleve a mis demás hermanos”.
“Sí, deseo fervientemente buscar a Jesús para cambiar, para transformarme, pero debo vencer mi ego, mi yo, que no me permite avanzar, que me tiene amarrado, que todo lo justifica y lo explica, que no permite que cumpla con mis compromisos con mi Padre Bueno”.
ORAMOS JUNTOS
“Padre Bueno, me siento terriblemente avergonzado contigo, tú que te sacrificaste por mí, que sufriste golpes, azotes, humillaciones, vejaciones, para que yo me salvara, no tengo tiempo de darte un espacio en mi vida. Señor, te pido perdón, y te imploro me ayudes a estar atento cuando me digas, hoy quiero hospedarme en tu corazón y reaccionar como Zaqueo, para recibirte con toda la alegría y el entusiasmo.
Jesús, permíteme tener ese compromiso contigo, dame esa fuerza para vencer mi ego, para vencer esa voz que me dice, déjalo, no te va a pasar nada, es más importante, tu familia, tu prestigio, él está ahí para cuando quieras. Padre Bueno, dame la sabiduría que gobierna contigo para tenerte en primer lugar dentro de mi cotidianidad, y siempre preguntarme, que haría Jesús en este momento, en esta situación que se me presenta. Que así sea”.
“Jesús, gracias, porque nunca te has dado por vencido conmigo a pesar de mi terquedad en permanecer lejos de ti. Gracias por presentarte ante mí en todos los momentos de mi vida. Pido perdón por haberte relegado a ti y muchas personas por tanto tiempo buscando solo mi beneficio. Ahora te pido me des perseverancia para seguir junto a ti y no separarme jamás. Sé que caeré en las tentaciones, pero te pido no me dejes soltarme de tu mano; no quiero volver a caer al vacío que viví por tanto tiempo y que no conduce a nada. Sé que tu seguirás buscándome como a Zaqueo, dame el ánimo que necesito para permanecer contigo y ayudar a aquellos que andan perdidos y viven su vida sin sentido. Gracias Jesús, gracias”.
Grupo Virtual de Jesús 25
Dolores, Clarita, Enrique, Sergio, Jorge, Héctor y Alfonso
GV22 Monseñor Romero
Tema 21: El rico buscado por Jesús
Así como describe el evangelio que el encuentro con Jesús transformó a Zaqueo, así sentimos, como el conocimiento, el adentrarme en su figura, va también provocando cambios en nuestras vidas. Estos encuentros con el Señor nos acercan al mundo real y nos humanizan. Nos van ayudando a dar un sentido diferente a la vida, a apoyarnos en el encuentro personal con Él para recargar fuerzas y confiar.
Al igual que Zaqueo vamos teniendo momentos donde Jesús busca nuestra amistad, tenemos que estar atentos a su paso, hay un encuentro de miradas, se produce un estar diferente y entonces nuestra fe se va convirtiendo en caridad.
Hay muchas personas que pertenecen a distintas comunidades cristianas y su actuar es un compromiso por llevar alivio al que sufre: proveen de alimentos, ropa, acompañan en la soledad, consuelan en el dolor… y eso es buena noticia porque el corazón se compadece con él sufrimiento de todos.
En las comunidades cristianas o somos samaritanos o no somos de Dios. Deben ser un espacio desde donde proclamar el Amor del Padre a través de obras. Nos hacemos el propósito de tener una actitud amable, amistosa hacia las personas más débiles y excluidas.
Poco a poco, y gracias a estas reflexiones compartidas, Jesús se va haciendo presente en nuestro camino, en nuestro pensamiento, en la toma de decisiones y en nuestro corazón. Es el proceso de conversión, aunque falta mucho. A veces el solo saludarnos, ir sabiendo unos de otros e irnos interesando y queriendo un poco más, Dios se cuela como ánimo y esperanza.
No siempre es necesario pertenecer a una comunidad, a cada instante tenemos alguien a quien ayudar, a quien brindar nuestra fe y esperanza, con palabras o con hechos. Si estamos bien alimentados por el Amor del Padre, entonces no nos faltará oportunidad de ser mejores hermanos.
En la iglesia hay dos tipos de cristianos: unos son los cristianos que han oído hablar de Jesús y otros son los que se han encontrado con Él. Para los primeros el cristianismo es una carga, esto es porque se han quedado sólo con la ley, no se han encontrado con Cristo y aquí está la diferencia entre estar enamorado de Jesús o no estarlo. El camino del evangelio es un camino de felicidad, Jesús se deja interpelar, se deja sorprender.
No se concibe un cristiano que no tenga un compromiso social. Cada paso que nos acerca a Jesús nos acerca también al hermano que tenemos al lado. Sentirlos cerca, conocer sus necesidades y sus aciertos en la fe nos hacen sentir más cercanos.
Es importante compartir encuentros vivenciales y testimoniales, viviendo la sinodalidad activa y participativa con los grupos eclesiales, haciendo que el amor de Dios se encarne en las realidades que vivimos, ir transformando poco a poco los sistemas sociales para el bien común.
En este momento del Sínodo, hay mucho que decir y trabajar sobre cómo queremos que sea nuestra Iglesia, es importante vincular la liturgia a la vida real.
Estamos comenzando el Adviento, le pedimos al Señor, que nos ilumine con su amor, que ablande nuestro corazón y que abra nuestros ojos para ver las maravillas que nos rodean.
Para finalizar, nos proponemos poner en obra, en acciones concretas lo trabajado y reflexionado en este espacio, aprender a escuchar y sentir cómo nos vamos transformando.
Oración:
Jesús, muchas veces nos subimos a la higuera, como Zaqueo, para verte…
pero cuando levantas la cabeza para mirarnos nos escondemos, una y otra vez, entre las ramas.
Queremos que nos encuentres del todo…
Trae la salvación a nuestras casas,
entra a nuestras vidas, a nuestras familias y a la comunidad.
Libéranos del egoísmo, de la falta de fe,
muéstranos al Padre.
Danos un corazón generoso, compasivo y solidario
para que podamos entender y ayudar a los hermanos
que, como nosotros, necesitan de tu amorosa presencia. Amén.
Me encantó esta meditación
TEMA 21 «EL RICO BUSCADO POR JESÚS»
Como parte del Grupo Virtual de Jesús 20, les acercamos nuestra reflexión.
El texto de Lucas sobre el que hemos reflexionado durante el Tema 21, nos ha resultado de una enorme riqueza.
Lo primero que sentimos es que Jesús nos sigue visitando. Del mismo modo que en el texto se menciona que entra y atraviesa toda la ciudad de Jericó, sentimos que Jesús entra también en cada una de nuestras ciudades. Zaqueo, un personaje sin duda discutible por su pasado, lo ve presencialmente, nosotras, virtualmente.
Viendo a Zaqueo, pensamos que frente al hecho de saber que Jesús está llegando, no siente simplemente curiosidad, lo que lo mueve es un interés clarísimo nacido de una necesidad. Es por ello que, en vista de su baja estatura, no duda en subirse a un árbol para que Jesús lo vea. Buscar, ser visto por quien busca y desea ver, es lo prioritario. Lejos está de considerar cómo será visto por los demás. También hemos coincidido en que esa “divina locura” de Zaqueo, en nosotros es a veces muy tímida y no siempre nos empuja y embarga como desearíamos, lo cual nos da pena, por eso expresamos nuestra disponibilidad, nuestra disposición para recibir “un suave empujón de la mano de Jesús”.
En el caso de Zaqueo, su fe, su necesidad de ser visto estaba en ese momento por delante de cualquier otra cosa. Jesús captó de algún modo esto y es que él no necesita que le digamos qué necesitamos, ya lo sabe, pero si valora que se lo hagamos saber. Ese “decirlo” (con palabras y con hechos) es lo que pone en evidencia nuestra fe; y así sucede con Zaqueo.
Se diría que a Zaqueo parecería no costarle mucho el cambiar de vida. Muy distinto a lo que nos sucede a nosotras cuando buscamos disculpas y modos de evadirnos de los compromisos. Es por lo tanto, un referente para seguir y sobre todo un motivador que nos hace sentir que todo puede cambiar. Cuando encuentra a Jesús y él lo acoge, Zaqueo desborda alegría. ¡Cuánto que aprender de esta humildad!
A partir de lo relatado en el texto, nos surge el darnos cuenta de que hay muchas cosas que nos impiden “ver” a Jesús, que nos distraen, pero también que no debemos darnos por vencidas y es importante poner todo nuestro empeño en buscar esos espacios que nos permitan estar a solas con Él, reparando en que la actitud de Jesús es de misericordia, de apertura, de acogida. Sin olvidar que no se trata de darle gusto a los demás, sino de actuar como Zaqueo, de acuerdo a la conciencia. El de Jesús fue un generoso acto de amor, y todo a pesar de las críticas de quienes fueron testigos de ese encuentro.
Una vez más Jesús demuestra que todos somos importantes y necesitamos de la presencia de Él. Zaqueo responde frente a Jesús de todas las formas posibles al recibirlo: la alegría, el cambio de actitud, el donar lo material y enmendar el daño hecho…
El encuentro de Zaqueo con Jesús, como el de cada una de nosotras, es personal e íntimo y es parte de un proceso dinámico. Entendemos que es importante reconocer que no va siempre en un mismo sentido. El que tenemos hoy sin duda existe y se ha ido fortaleciendo, pero también sabemos que puede tomar otro rumbo. Nos parece importante tenerlo claro porque la tentación puede ser el convencernos de que vamos en un único y mismo sentido. Del mismo modo, pensamos que hay tantas experiencias como personas y debemos estar también atentas a esto.
Resulta del mismo modo importante establecer relaciones con lo que nos puede pasar como iglesia. Cuando sentimos que por cumplir las reglas e ir a misa estamos en el camino correcto, “como si ya hubiésemos llegado”. También con la tentación de creer que participar activamente supone reconocer las necesidades de los hermanos y hermanas y las familias. Deberíamos tener siempre presente que la relación de cada una con Jesús pasa también por la relación con los hermanos y hermanas. Deberíamos entonces “romper” esa barrera que nos puede llegar a impedir que esa relación con los demás se profundice.
Zaqueo dice al señor que dará la mitad de sus bienes a los pobres y restituye su error de abusar de algunos dando cuatro veces más. «Hoy ha sido tu salvación de esta casa; » El hijo del hombre ha venido a buscar, a salvar lo que estaba perdido». Resaltamos estas palabras, Jesús me dice a mí en lo personal: “baja hoy voy a tu corazón a hospedarme”.
Sin embargo, aun cuando una puede confiar y se deja interpelar por Jesús, sucede que a veces tenemos mucho ruido en nuestro interior. Aun así confiamos e intentamos estar cerca de las personas que encontramos en nuestro camino dando lo que tenemos : el tiempo que a veces nos falta para serenarnos. Se diría que es un poco lío, pero lo vivimos así. Poco serena para estar con Jesús pero sintiendo que cuando dejamos las propias cosas por estar con la gente también estamos con él. Es en relación con el acercamiento a las personas marginadas y excluidas, que nos surge a veces la preocupación de sentir que no estamos a la altura del mensaje de Jesús.
Pero como dice el poeta frente a la inquietud escuchamos en nuestro interior ese: “¿Le buscas?.. ¡Es que le tienes!..”. En esto está nuestra confianza.
Respecto al compromiso Jesús ha puesto y pone en nuestro camino a las personas que están en necesidad y esto nos impulsa por medio de su Espíritu Santo, a prestar un servicio en algún momento o circunstancia determinada.
Queremos subir, como Zaqueo, al árbol de la oración, del silencio y la contemplación, al paso de Jesús por nuestra vida, porque creemos firmemente que cada día es una nueva oportunidad para invitarlo a pasar, abriéndole las puertas de nuestro corazón.…
Sin embargo, también sucede que, durante el día a través de personas y situaciones, vivencias y lugares vamos agradeciendo o pidiendo ayuda a Dios…pero seguimos como playa, superficial, buscamos una conversión, un encuentro con Jesús que nos transforme… Es allí que pensamos que la oración es escasa pero las ganas nunca faltan…
A partir de una situación personal difícil de una de nosotras, una compañera dijo palabras que deseamos compartir: «¡cómo ha cambiado nuestra vida!, pero he encontrado refugio, protección, paz, nadie más que él lo pudo hacer después de caminar con un velo en los ojos, creyendo que teníamos FE; reconocer que sin él no somos humanos capaz de comprender a mi prójimo que sufre más que yo; ¡cómo no cambiar mi vida si él es mi salvación, en mi familia que su encuentro sea, todos los días, con estas circunstancias, especialmente en las tribulaciones!».
Carmen, Griselda, Mariana, Natalia, Roser, Shirley.
Del GVJ SHEMA
Zaqueo era bajo no solo por su estatura física sino por su bajeza moral. Y era tan pobre que sólo tenía dinero. Zaqueo era uno de los malos en los que hay mucho de «bueno» mas o menos latente.
¡Qué alegría, Zaqueo! recuperaste eso que tanto buscabas (pese a que todo el mundo creía que lo tenías todo): tu sentido de valía e integridad personal. Te sentiste movido a ver a Jesús y pusiste para eso manos a la obra en cuanto se te presentó la ocasión.
Que como Jesús, también nosotros adivinemos lo bueno que hay en cada cual, en mí y en ti, y que veamos y evoquemos siempre, sobre todo en esta difícil hora de prueba, lo mejor que hay, lo más de este sufrido y enfermo mundo.
Reflexionamos que, aunque lentamente, nuestras vidas están cambiando, convirtiéndonos un poco más cada día a Cristo. y aunque no exentos de pruebas y dificultades, vamos avanzando.
En estos últimos años la Iglesia se ha puesto en un camino de renovación y conversión, que nos impulsa a agudizar los sentidos para entrar en diálogo con las búsquedas y expectativas de todo el mundo.
Nuestro Santo Padre Francisco es un gran protagonista pues como Padre y Pastor está siendo muy buen artífice de comunión y construcción de nuevas formas de ser Iglesia.
¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres! porque en medio de este desconcierto mundial, percibimos la ternura de Tu amor, por boca de tu siervo Francisco.
Gracias por las palabras de consuelo y esperanza que nos transmites por su medio. Amén.
Compromiso
Nuestro compromiso , en este tiempo de cuarentena mundial, es mantenernos en familia, cuidándonos permanentemente, orar con la Palabra por toda la humanidad.
Carlos, Edgar, Aurora
Estimados compañeros y compañeras de los Grupos de Jesús. Queremos compartir con ustedes nuestro recorrido de los últimos meses.
Al concluir el tema 20 nos hemos dado un tiempo de “balance de mitad de camino” en el que explicitar nuestras percepciones de estos dos primeros años de trayecto grupal. Compartimos momentos por escrito y por audios de wsp. Evaluamos nuestros aprendizajes, compromisos, dificultades. Nos devolvimos la imagen de cada quien frente a los/las demás.
Fue una experiencia muy valiosa y renovó nuestro deseo de profundizar en la propuesta y en la experiencia grupal.
También compartimos el alejamiento del grupo de nuestro amigo Juan. Ante esto deseamos que Juan continúe siguiendo al Señor por los caminos que Él le proponga.
En la primera reunión del tema 21 la imagen del rico buscado por Jesús, nos movilizó fuertemente:
• El relato no describe mucho de su encuentro con Jesús, ni de que Él le reconviniera o le juzgara por sus abusos. Simplemente, Jesús quiso “alojarse en su casa”, hacer en ella su morada, quizá por unas horas. Y esta presencia amistosa, acogedora, debió abrir los ojos de Zaqueo hacia su propia realidad, sus miserias, su mezquindad, que no fueron obstáculo para que Jesús se acercara a él. Y eso operó el milagro de su conversión: esa presencia de Jesús continuará en él, iluminando su vida, aún después de marchar éste.
• ¿Y yo en que árbol me treparé para poder ver mejor a Jesús, para conocerlo mejor? Ya hemos iniciado una relación y creo que estoy como Zaqueo, quiero conocerlo más, ya lo escuché pronunciar mi nombre, ya lo invite a mi corazón y a mi vida, pero me falta realmente creerle, realmente confiarme en Él, realmente comprometerme en el proyecto, realmente construir un mundo mejor para los demás…..a veces digo bueno si estoy poniendo mi granito de arena y luego digo: pero bueno podría hacer más…
• No sé si a Zaqueo le afectaría el desprecio de sus vecinos, porque, aunque se hiciera el fuerte, en el fondo era una persona y necesitaría cariño y comprensión. Pero cuando bajó de la higuera, esa capa de avaricia y de egoísmo empezó a resquebrajarse y salió ese pequeño rayo de humanidad que explosionaría más tarde al ofrecer la mitad de su fortuna a los más necesitados y devolver todo lo robado.
• El subirse al árbol no es un detalle menor. No solo porque lo hizo más visible y encontradizo que si hubiera estado en medio de la multitud, sino porque puso en evidencia su estado de necesidad espiritual que Jesús leyó al instante. Su modo de llegarle es “invitándose” a su casa.
• Imagino a muchos entre la multitud preguntarse perplejos y contrariados: “¡¿Y este Jesús de qué lado está?! ¡¿Se la pasa hablando de los pobres y oprimidos y va a almorzar a la casa de un rico y aliado de los opresores?! Quizás yo también estoy entre los que se preguntan estas cosas. A veces no te entiendo Señor…
• Intuyo que este hombre no olvidó jamás este día. Ojalá que el recuerdo de ese amor experimentado se haya hecho carne la su vida, sin vuelta atrás. Me hace muy bien escuchar que Él vino por lo perdido, despreciado, necesitado de amor, de perdón. Saberlo me llena de ilusión. Me da confianza. También hay esperanza para mí, tan frágil a la hora de sostener los compromisos de conversión, tan titubeante en el seguimiento a quien solo vino a buscar y a traer cosas buenas para los Zaqueos de todos los tiempos.
• Nuestro camino tiene algo parecido al de Zaqueo: también salimos en su búsqueda (porque lo recibido a través de nuestra formación religiosa no nos convencía del todo) y así, a través de lecturas y de páginas web descubrimos este Grupo de Jesús en el que nos embarcamos y también nos sentimos sorprendidos por lo que Jesús nos tenía preparado: un grupo maravilloso de amigos y amigas que vamos creciendo juntos y apoyándonos mutuamente, a medida que vamos descubriendo ese Jesús todo misericordia y compasión.
• Sin embargo, aquí no termina todo: en Zaqueo se produce una transformación que le hace modificar su forma de ver las cosas y decide cambiar su estilo de vida realizando hechos concretos que reafirman su deseo de adherir a ese Jesús que acaba de descubrir y conocer. Y a eso también estamos invitados nosotros/as. El conocer profundamente a Jesús nos tiene que llevar a cambiar nuestra manera de ver las cosas y de ver a las personas.
• Creo que es el aspecto esencial de la parábola, aparte del hecho de hacer un uso correcto de los bienes, el de que se siente interpelado y descubierto como un ser individual, en su verdad y autenticidad.
• No se trata de dar o regalar bienes de lo robado, sino de hacer justicia, de manera que la Hacienda y los impuestos estén al servicio de todos.“Dar la mitad significa, según eso, compartir… Es tenerlo todo a medias, Zaqueo y los pobres…, unos con otros, de un modo particular y público.
• Con la visita de Jesús Zaqueo descubrió que al lado de su riqueza, de su empresa, de su actuar injusto, de su mundo, había otra fuerza, otra energía otra, vitalidad, otro verdadero ser, otro Zaqueo capaz de inmensurable bondad.
• Observo en este relato, que descubrir que de verdad Jesús «todito» está alojado en mi propia casa, en lo íntimo de mi ser, me lanzará a celebrar, danzar, beber y cenar inexplicablemente. Don «Zaqueo bajó enseguida y lo recibió muy contento». Si vivimos haciendo caso al falso yo, todo planteamiento será equivocado. No estamos aquí para salvar el ego. Mucho menos para esperar una salvación después de morir. La salvación la tengo que descubrir y vivir aquí, descubriendo lo que soy.
• Zaqueo devuelve lo robado según las prescripciones más exigentes que aparecen en el Éxodo: cuando un hombre roba un buey o una oveja y los mata o los vende, tiene que restituir cinco bueyes por buey y cuatro ovejas por oveja. Pagará la oveja cuatro veces, porque no le ha dolido lo más mínimo esto que ha hecho.
• La transformación de Zaqueo se ha hecho al estilo de Jesús, quien se da a los pobres. Zaqueo se convierte en testigo de Jesús, de la fe. Acogió la oferta de la salvación. Él puso de su parte: se pone en acción (buscó un árbol), le acogió y comió con él, se arrepiente y buscó gestos de vida nueva desde lo que fue causa de su perdición (el dinero). Zaqueo se transforma al estilo de Jesús.
• La conversión de Zaqueo no es intimista, sino que tiene una proyección social. Y, además, apenas le duele el desprendimiento. Ha encontrado la perla preciosa, el tesoro y por eso se desprende de todo para adquirirlos. En él se cumple lo que escribía santa Teresa: Al que Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.
De la segunda reunión destacamos:
En el momento actual de mi seguimiento de Jesús pienso que para que se produzca ese encuentro personal que pondría mi vida entera en perspectiva y me permitiría “desplegar mi humanidad” (Fray Marcos), no tengo que hacer nada especial: Sólo desearlo, pedirlo a Jesús y tratar de vivir mi día a día con el mayor grado de entrega a los demás de que sea capaz. Y también buscarlo en los otros, donde también se encuentra; quizá sea más fácil descubrirlo allí. El grupo, sin ir más lejos, es un lugar donde podemos percibir “facetas de la vida de Dios” más fácilmente que en otros sitios.
El guión afirma que “todos los días va pasando Jesús por mi vida”. Los momentos en que debería estar más atento a su paso son aquellos en que se me presenta una oportunidad de amar. En la medida en que sea capaz de responder a esa invitación, podré vivirlo y hacerlo presente a los demás.
Respecto a mantener vivo el deseo de encontrarme con Él, es algo que vengo experimentando estas 3 últimas semanas. Estoy como Zaqueo, un poco perdida, le doy valor a determinadas cosas como si fueran lo más importante de mi vida y no me doy cuenta qué esas cosas son solo el medio o camino para llegar a un fin, que es servir a los demás. Sé que está ahí, pero me cuesta mucho reconocerlo, espero ir poco a poco entrando otra vez en su presencia. Jesús, ayúdame en estos momentos de oscuridad, de ceguera, donde no te veo. Quizás tengo que relajarme un poco y subir a ese árbol, alejarme del ruido para escucharte mejor. Tengo necesidad de ti, no me abandones.
Pienso que el “deseo transformador” que aparece en la pregunta siempre está creciendo. Porque no es mérito nuestro sino regalo de Él. Lo que me cuestiono es cuán consciente soy de lo que significa esa transformación, qué tan dispuesta estoy a dejarme transformar y hasta dónde. Lo que me enseña el relato es que este Zaqueo, a pesar de sus antecedentes, no dudó, no especuló tanto y se dejó transformar hasta lo más profundo.
A veces Él se hace presente en lo menos aparente y eso descoloca. Yo necesito y deseo una conversión más genuina para verle en esas circunstancias menos obvias y más a «contramano».
Hay tanto tema por desaprender que a veces pienso que estoy más atrás de lo que estaba al comienzo. Siento a Dios dentro de mí y trato de sentirlo en cada elemento de la Creación, pero por momentos necesito hablar con ese Jesús que me mira desde un cuadro o una figura, para pedirle que me acompañe, que me haga ver claro, que me ayude ante una determinada situación… Y eso me reconforta, me deja tranquila, me da impulso, me llena de paz… porque lo siento amigo, compañero, compinche…
Mi trayectoria como creyente, desde que entre en contacto con Jesús de una forma más personal, hacia los 30 años, pienso que sigue girando en torno a este ámbito. Por supuesto, en todos estos años ha habido épocas con más cercanía o no, y en diferentes circunstancias, que me han valido para ir quedándome con lo que considero más enriquecedor y descartando vías ya algo trasnochadas o que no me resultan significativas.
Actualmente (y en esto coincidimos todos y todas) este grupo está siendo un medio por el que siento más cerca de Jesús, o más bien Jesús es el medio por el que estamos en contacto.
A Jesús le voy advirtiendo muy lentamente dentro de mí ser. En algunos instantes, pocos, dentro de mí trabajo le recuerdo. Noto crecimiento en experimentar paz interior, más control de explosiones malhumoradas.
Pasas junto a mí, en un evento exitoso, en momentos de alegría máxima, después de mis impotencias y yerros. Cuando alguien me agradece y me sonríe. Cuando voy a celebrar la Eucaristía. Cuando me topo con un indigente, pobre, anciano, persona discriminada, deprimida y demás. No te reconozco en muchos de Estos eventos. Debo estar muy atento como expresa Pagola. Diariamente silenciarme media hora para tratar de advertir su presencia. De encontrarme personalmente con El en lo profundo de mí.
Y a modo de oración comunitaria, sintetizamos las oraciones compartidas por cada uno de nosotros y nosotras:
Señor Jesús:
Deseo mantener vivo el objetivo de buscar encuentros transformadores contigo. Ayúdame Maestro y Amigo. Con Zaqueo me demuestras que encontrarme contigo es transformador, renovador y sanador. Y estas aquí dentro de mí, dentro de mis vecinos. No tengo que buscarte en otra parte. Sólo debo descubrirte y echarte mano.
Eres la luz, el camino y la vida. A veces todo se resuelve con facilidad, vemos el camino despejado, miramos con confianza y alegría nuestra vida, en otras no, pero tú siempre estás ahí, tú también tuviste días luminosos, y días muy difíciles, por eso creo que eres el espejo en el que nos podemos mirar y sentirnos reconocidos en todos los aspectos de nuestra azarosa vida.
Gracias por mi vida y por toda la vida que me rodea. La de mi mujer, mis hijos, mis nietos, los pocos amigos que me quedan, los integrantes de nuestro grupo, que lleva tu nombre.
En cada una de esas vidas hay gestos de amor, de tu amor. También en la naturaleza, en todo lo que mis sentidos perciben.
Concédeme ser consciente de que tú eres el origen de todo ese amor, alegrarme por ello y vivirlo cada día como un regalo, compartido con los demás.
Y entonces, ante tanto amor que me supera, solo decirte Señor: Ven a mi casa, ven cuando y como quieras. Y en quien quieras. No quiero prejuzgar y rechazar a nadie.
Siéntate a mi mesa, come lo que preparé. Hazme hospitalaria, con todos.
No solo con los que piensan parecido.
Transfórmame con tu mirada y tus gestos. Casi sin decir palabra.
Como Zaqueo necesito sentir esa salvación transformadora.
Quisiera, −y esta es mi oración−, escuchar la voz de Jesús diciéndome que quiere alojarse en mi casa, quiere habitar en mi interior, vivir y manifestarse en mí. Quisiera bajarme del árbol en que yo que percibo, de “mi falso yo”, y descubrir que, en “mi verdadero yo”, que no percibo sino por la fe, Señor, ya estás alojado, en medio de mis fallos, mi egoísmo, mis limitaciones, y que en eso consiste mi salvación.
Jesús querido: solo tú puedes renovarnos por dentro… Necesitamos tu salvación. Entra hasta el fondo en nuestra vida. Enciéndenos por dentro. Reaviva nuestras fuerzas y el aliento. Ven a buscar y salvar lo que estamos echando a perder…
¡Que así sea!
Grupo virtual de Jesús «Camino a Emaús»
Ilda, Consuelo, Adolfo, Rene, Adriana, Kontxi, Roberto y Graciela
Esta es la reflexión del grupo Betania respecto respecto al texto de Zaqueo (Lc 19, 1-10):
Acercamiento al Evangelio
Zaqueo no sólo es publicano sino jefe de ese gremio, doblemente despreciado. Por H o por Z siempre encontramos gente no querida en las comunidades, bien sean leprosos, recaudadores, ricos, pobres, prostitutas… y Jesús acoge a todos.
Hay dos palabras clave para tener en cuenta: “conversión” y “salvación”.
Por lo comentado arriba, se concluye que FE es la respuesta del hombre a Dios, es la adhesión integral del hombre a Yahshúa nuestro Señor y Salvador, y consiste en conocimiento, confianza, obediencia y amor a Dios. Nuestra FE puede ser capaz de mover montañas, es decir, si nuestra respuesta es auténtica y desemboca en un compromiso real, no sólo de rituales y ceremonias, con base en los criterios de Jesús y el Plan del Padre, tenemos la garantía de que nuestro compromiso no será en vano.
Jesús vuelve a mirar más allá de las dificultades que enfrentan las personas, valora la humanidad que tiene Zaqueo y extrae su esencia bondadosa y la fuerza interior que busca el bien de las personas. Jesús acoge a todos y sugiere un cambio de actitud, a cada uno en su registro e internamente sospechamos qué nos pide, sin embargo, seguimos reclamándole ayuda para conseguirlo.
La condición para tanta misericordia es la misma: el cambio, la conversión y la respuesta generosa al llamado del Señor. La salvación es para todos. Nadie puede ser excluido. La opción de Jesús es clara, su llamado también: no es posible ser amigo de Jesús y seguir apoyando el sistema que margina y excluye a tanta gente.
Zaqueo, al parecer, no conocía a Jesús, pero muy seguramente había oído hablar de él y no como un justiciero de pecadores sino como alguien que era capaz de ver a las personas más allá de sus actos buenos o malos. Jesús ve al ser humano como es: susceptible de obrar en contra de los demás y de él mismo, pero con un núcleo sagrado y maravilloso que le puede permitir la transformación y la redención en pro del proyecto del Reino.
Tal vez, la lección de este texto sea que debemos cambiar la forma en que nos relacionamos con quienes han hecho o dicho algo que no encaja dentro de nuestros constructos mentales y morales. Es tan poco constructivo el juicio y la condenación, que en tantos años perdidos en ejercer el castigo como retaliación y venganza a quienes nos han hecho daño, no vemos resultados que indiquen que nuestra sociedad mejore bajo este considerando.
Conversión personal
El encuentro con Jesús es generalmente gradual. Es evidente que si no hubiera un deseo de un encuentro transformador no estariamos aquí. La rutina diaria y nuestro estilo de vida hacen que la presencia de Jesús en nuestra vida pase desapercibida. El núcleo de ese encuentro transformador es encontrar y desplegar lo que realmente nos constituye esencial y fundamentalmente que es, la presencia de Dios en nosotros, con el sello personal que se nos ha dado. Nuestra vida se transforma más cuando descubrimos nuestra fuerza interior para seguir a Jesús.
Dios es quien toma la iniciativa al llamar y hacerse el invitado. Lo admirable es que la Palabra es actual, para el aquí y el ahora, si cada uno de nosotros nos dejamos mirar por Cristo, si escuchamos su llamada, si oímos su Evangelio, su buena noticia podemos notar que algo nuevo en nuestro ser está surgiendo, sabemos que podemos renacer, que podemos impulsar nuestro ser y nuestro actuar, que somos el proyecto en construcción, el día es hoy.
Para ello, debemos irnos desprendiendo lentamente de las “riquezas” de nuestro ego, tarea difícil y larga y que requiere de constancia y sobre todo de paciencia. No de otra manera podemos integrarnos armoniosamente con otros, ser todos uno, que es la esencia del seguimiento a Jesús.
Compromiso en el proyecto de Jesús
Seguir a Jesús, preguntarnos como actuaría él en las circunstancias que van surgiendo en nuestra cotidianidad. Al final, ese seguimiento debe converger no en creer lo mismo ni estar de acuerdo en conceptos y razonamientos teológicos (algo que Jesús no hizo, más sí los fariseos y letrados) sino en qué tan capaces somos de dejar la indiferencia hacia las necesidades y la miseria que muchos hermanos viven (o vivimos) hoy, ya sean estos ricos o pobres; porque la verdadera miseria es aquella que nos mantiene alejados del Amor fundante de Dios que todos llevamos dentro.
Hoy hay una necesidad de actuar como Jesús con las personas necesitadas y acoger y hacer realidad su mensaje de humanizar las relaciones y la vida.
GVdJ EFFETA-Tema 21–Aportación a la Web:
TEMA 21 – El rico buscado por Jesús-(Lucas 19,1-10)
¡Hoy ha llegado la salvación a ésta casa! Quién no quisiera escuchar de Jesús: hoy a llegado la salvación a tu casa, a tu familia, a tu corazón? ¡Sorpresa! Dios va a nuestro encuentro todos los días, en cada amanecer, en cada despertar nos dice: baja del árbol (no te sientas pecador), Hoy quiero estar contigo; no lo vemos porque somos bajos de estatura, no lo escuchamos porque el ruido del mundo es ensordecedor; la salvación debe ser el compromiso de todos los días, porque cada día ES SALVACION (ayuda, entrega, paz, amor, fe, perdón, esperanza…). Jesús rompe todo esquema humano y mira al pecador (Saqueo), con una mirada de misericordia, de paz, de esperanza; tal vez, Saqueo nunca lo habían mirado así. Fue la misma mirada que brindó a la prostituta. Mirada de acogida, mirada de libertad, mirada de perdón”. Qué bonito seria poder experimentar esa mirada. Desde luego la debemos desarrollar en nuestras interacciones con el prójimo.
Nuestras vidas han cambiado, ya que Jesús nos da esperanza. Hemos experimentado en muchas etapas de nuestras vidas ese encuentro personal con Jesús. Con Él todo es más fácil y más llevadero. Sabemos que Jesús está todos los días en nuestras vidas, pero no somos conscientes de ello. Desgraciadamente el sonido del mundo es ensordecedor, y ésta es la gran dificultad que tenemos que superar. A veces los momentos en los que debemos de estar ahí y dar la cara por el Reino de Dios se nos escapan al estar ocupados y absorbidos en llevar a buen fin los quehaceres mundanos sin darnos cuenta que el reino también se manifiesta ahí. El deseo del encuentro transformador con Jesús es constante y él no defrauda. Tenemos que velad y mirar con nuevos ojos para percibir esos encuentros que muchas veces ocurren en los momentos más triviales. Cuando nos paramos a ver un atardecer, una flor, unos pajarillos volando, cuando sentimos la brisa y oímos el viento, es posible ver en toda esa belleza a Jesús.
Al experimentar la conversión Saqueo pasa a la acción. Nosotros también debemos pasar a la acción y ser instrumento del Reino de Dios. Juan XXIII, al ser elegido papá a sus 77 años de edad, dijo: “HEMOS SIDO LLAMADOS A PONER EN MARCHA NO A CONCLUIR». Nos comprometemos a poner en marcha acciones para ayudar a los más desafortunados.
ORACION: Ofrecemos aquí como oración una poesía de Rabindranath Tagore 1861-1941 Poeta Indio nacido en Calcuta.
“Esta es mi oración a ti, mi señor—golpea,
golpea en la raíz de la penuria en mi corazón.
Dame la fuerza para soportar con ligereza mis alegrías y mis penas.
Dame la fuerza para hacer que mi amor sea fructífero en el servicio.
Dame la fuerza para no repudiar a los pobres o doblar mis rodillas ante el poder insolente.
Dame la fuerza para elevar mi mente por encima de las pequeñas cosas diarias.
Y dame la fuerza para entregar mi fuerza a tu voluntad con amor”.
Comentario del grupo En Camino
Jesús en este pasaje rompe un patrón que venía dándose en pasajes anteriores. En este caso, es Jesús quién da un paso hacia Zaqueo y le llama por su nombre.
Zaqueo por un lado debe dejar atrás su miedo a hacer el ridículo, su orgullo, y su arrogancia, para poder ver a Jesús, quien a cambio le ofrece una atención que sorprende a todos. Aquel encuentro permite que Jesús ponga su mirada en una persona poco querida por el pueblo, y este gesto es suficiente para que se abra ante Zaqueo una puerta por la que decide entrar. De algún modo, sentir aquel trato directo y personal con Jesús empuja al recaudador a repartir su riqueza injustamente conseguida y trabajar a favor de la comunidad. Así hoy, también entendemos que la relación con Jesús es personal y directa, y cuando nace desde la libertad de conciencia te empuja a querer compartirla y hacerla comunitaria.
Somos conscientes de que en estos tiempos no es fácil acercarse a Jesús, y nuestra Iglesia, lejos de ser la higuera que podría elevarnos para verle mejor, se ha convertido en un obstáculo cuyos escándalos provocan desánimo. La carga de la historia de la Iglesia es un peso, a veces muy pesado, sobre los hombros de personas sencillas que trabajan día a día sin abandonarla, desde el anonimato. En otros casos, somos nosotros los cristianos de base los que impedimos que otras personas puedan ver y conocer al verdadero Jesús. Esto sucede cuando nos decimos cristianos pero no somos acogedores, ni humildes o no aceptamos que los otros puedan pensar de forma diferente. La consecuencia de esta actitud es que está desapareciendo la cohesión que nos unía por encima de nuestras ideas.
Segunda Reunión
Afrontamos la segunda reunión de este tema coincidiendo en nuestra sed de Dios, y nuestro anhelo de buscar un encuentro transformador con Jesús. Necesitamos que entre en nuestra casa, para sentirnos mirados por Él y así encontrar la fuerza que permita que los cambios sean duraderos y no puntuales.
Tenemos claro que cada uno de nosotros tiene algo importante que comunicar, porque somos como cartas que encerramos mensajes para los demás. Pero no es fácil comunicar y exteriorizar nuestra esencia, a veces nos sentimos frustrados por tener que vivir día a día en la superficie de esta sociedad cuando lo importante sucede en lo profundo. Pero como sucede en el pasaje de Zaqueo, Jesús no habla desde una superioridad espiritual. Lo hace desde el amor y la humildad para enseñarnos que incluso en la persona más aparentemente superficial, vacía o alejada de nuestras convicciones podemos encontrar a Dios.
A modo de conclusión entendemos que igual que Jesús puso en un primer plano a Zaqueo, nosotros debemos poner a Jesús en un plano más consciente. Aquellos de nosotros que lo han logrado han notado una paz mayor y un crecimiento interior maravilloso. De ese modo, con un interior fortalecido, es más fácil vivir sin dejar de tener presente a todos aquellos hermanos cercanos y lejanos que sufren. Ya sean los niños vulnerables en situaciones de violencia y pobreza, los enfermos, o los inmigrantes en su necesidad de alcanzar una oportunidad en nuestro país, o en general todo ser humano que sueñan con la esperanza que a nosotros nos sobra.
Un fuerte abrazo y siempre en camino.
GVJ Tabor. TEMA 21 “El rico buscado por Jesús” (Lucas 19, 1 – 10)
APORTACION PARA LA WEB
Queridos hermanos en Cristo:
Desde el Grupo Tabor os remitimos resumen de nuestras aportaciones. A pesar de que aunque somos pocos, también ha habido algunas faltas de opinión en la segunda reunión debido a problemas de salud; pero creo que en todas va nuestros sentir más profundo y nuestra unidad, por cuanto a un deseo enorme de caminar cada día mas con JESUS y para JESUS
La alegre reacción de Zaqueo, es fruto de ese «encuentro con Jesús: poniéndose de pie, Zaqueo anuncia que dona la mitad de sus riquezas a los pobres y que si ve que ha defraudado a alguien, de buena gana ejecutará la restitución.
Por otra parte, el texto nos relata la presencia de la multitud. La multitud es el obstáculo que obstruye a Zaqueo cuando trata de ver a Jesús, y la multitud es la que se enoja cuando Jesús opta por quedarse con Zaqueo. Para la multitud influenciada por sus prejuicios, es imposible pensar que Zaqueo fuera un hombre tan justo. La declaración de Jesús de quedarse en la casa de Zaqueo vindica a Zaqueo, pero Jesús se dirige en última instancia hacia la multitud. La enseñanza es para la multitud, que es desafiada a aceptar que la salvación también es para Zaqueo, que ha logrado su conversión.
Zaqueo era jefe de publicanos y por ello considerado pecador, también era rico, es decir acumulaba bienes y dinero, quizás para compensar otras carencias…, era bajo de estatura y tuvo que subirse a una higuera para ver a Jesús, no era consciente de las consecuencias que le podría acarrear su encuentro con Jesús.
Hay una búsqueda y un deseo profundo en Zaqueo y a esta búsqueda responde Jesús generosamente como Él sabe, conoce a Zaqueo y valora lo bueno que hay en él, no sus pecados, así es nuestro amado Maestro.
Quiero aprender de Zaqueo, de su humildad y de su actitud, respondiendo positivamente a tantas bendiciones y gracias que se me conceden todos los días.
Siempre me ha resultado inquietante que el evangelista defina a Zaqueo como “bajo de estatura” y continuamente lo he interpretado como, bajo de estatura moral, de corta talla humana y escasos sentimientos de amor al prójimo. Pero JESUS siempre ve más allá de lo que los demás ven, EL ve en su interior y en el caso de Zaqueo sabe bien, que en su interior siente un enorme deseo de cambiar su vida, de encontrar la paz interior, la verdad de su existencia y una vida más digna.
Resulta curioso que este pasaje del evangelio se sitúe en Jericó (un cruce de caminos) y con una extraordinaria economía en aquellos tiempos, pero nada es casualidad y a pesar de desconocer si es una estudiada ubicación de San Lucas, lo que si es cierto que casa a la perfección con los sentimientos de Zaqueo; cruce de caminos, una encrucijada en su vida, sin saber qué vía tomar para ser mejor, ante la sociedad y ante Dios.
La respuesta de Zaqueo hacia el encuentro con Jesús es rápida y de alegría. Se siente elegido, valorado e intuye lo que quiere Jesús de Él sin que se lo pida. Destacar la respuesta radical, y que supone dos cambios en su vida; por una parte decide compartir lo que tiene hacia los más necesitados y además restituyendo al que puede haber hecho daño. Sí considero dos decisiones importantes para seguir a Jesús, el compartir y restituir el daño. Hoy día no sé cómo podía cambiar mi vida como Zaqueo. Cuesta desprenderme de lo que poseo que está claro que hay mucha gente necesitada y también es necesario restituir el daño que puedo haber hecho principalmente ofreciendo más amor y cariño. Estas dos actitudes son importantes, porque es difícil seguir a Jesús si seguimos centrados en nosotros mismos en nuestras vidas y no ofrecemos más, entregando parte de nuestra vida hacia los más necesitados.
Centro mi atención en el título de este pasaje del Evangelio de San Lucas, ya que el mismo Jesús decía lo difícil que sería para un rico entrar en el reino de los cielos.
Creo que Jesús que conocía a Zaqueo, vio en él la oportunidad de demostrarle a su pueblo y a sus seguidores, que la salvación del hombre, que el Reino de Dios estaba abierto a todo el mundo, incluso a los ricos.
Ya sabemos que los recaudadores de impuestos no eran bien vistos en aquella época; (tampoco creo que lo sean ahora). Lo cierto es, que los judíos a estas personas las consideraban pecadoras.
De otro lado cabe recordar que uno de los discípulos de Jesús, (Mateo) era un recaudador de impuestos y esto a Jesús no le supuso ningún problema para que fuera uno de los doce.
También nos comenta Lucas en este evangelio que Zaqueo era bajo de estatura. Posiblemente se refiera a la estatura moral de la persona. La mayoría de los ricos ven a los pobres desde un nivel de altura superior, con una discriminación total, con una superioridad qué les hace muy difícil que puedan mirar a los ojos de un pobre, de abrirle su corazón.
No sabemos que abrigaba Zaqueo en su interior. Pero Jesús, que penetra el corazón de los hombres, vio en Zaqueo una oveja descarriada del pueblo de Israel y que tenía un corazón abierto a la gracia de Dios, al arrepentimiento. Y Jesús no duda en salir a su encuentro.
Y como siempre, es Jesús el que toma la iniciativa, porque la gracia de la conversión siempre nos llega como un don, es un regalo gratuito que surge de la iniciativa de Dios.
Al pasar Jesús por el árbol en el que se encuentra subido Zaqueo, le dice que quiere entrar y quedarse en su casa. Zaqueo debió sentir una profunda emoción. Aquel que mostraba siempre bondad con los pobres y pecadores quería hospedarse en la casa de un rico pecador. Fue probablemente en estos momentos en los que Zaqueo, movido por la gracia de Dios, sintió un gran remordimiento de sus pecados y arrepentido decide la manera cómo reparar el daño causado a otros.
El Señor no hace caso alguno a murmuraciones y no le interesa que lo acusen a Él de pecador porque anda con pecadores. Lo que le interesa es cumplir con la misión encomendada por su Padre. Es un gran misterio de amor y de la bondad de Dios que Cristo defina su misión como la de venir a salvar lo que ya estaba como perdido. Por eso, Jesús trata con los pecadores, los busca, los lleva a la conversión a la salvación. Esa es su misión.
Siento que Jesús está presente en mi vida, es muy importante en ella y siempre me libera de mis miedos, apacigua mis dudas y perdona mis inconsecuencias.
Todos los días y en muchas situaciones, me doy cuenta que para que se den esos encuentros, me ayuda mucho estar atenta y despierta a todo lo que ocurre a mi alrededor por una parte y por otra, estar conectada, unida a Él a través de la oración, la escucha de su palabra e intentar hacerla experiencia en mi realidad.
Para contestar a como JESUS cambió mi vida, tendría que decir que cuando Le encontré (era una niña) no me convirtió en una niña modelo, continué siendo igual de trasto y traviesa, estudiosa sí, pero un interrogante con patas. Todo lo preguntaba y siempre quería más respuestas, hasta convencerme y que no me quedaran más dudas sobre los temas en cuestión.
Confieso que para muchos he sido incomoda muchas veces, pero siempre me animó una frase del Evangelio: “la verdad nos hace libres” y con este, unas veces sirviéndome de “escudo” y otras veces de “lanza” he recorrido mi caminar por la Galilea actual, pero siempre con El y por El.
Que he ido cambiando e intentando ser mejor ¡por supuesto! Y aun me queda mucho por recorrer para ser merecedora de sentir su presencia y todo el Amor que me da; por eso mi frase constante a modo de jaculatoria es: “Señor, que por nada ni por nadie me separe de Ti”.
Hablar de mi compromiso personal, es de sobra conocido por todas vosotras, mi profesión, mi dedicación personal están al servicio del Evangelio, caminando siempre de la mano con Jesús, sintiendo que Él es mi inspiración, mi fuerza de vida y mi guía. En estos momentos a través de Jesús TV y otros canales de videos en YouTube, mi mujer y yo intentamos ser testigos fieles de Su caminar por la tierra como Hijo de Dios vivo, dando respuestas a inquietudes dentro de nuestra pequeñez, llevando esperanza a quienes siente enfermedades en su cuerpo y en su alma, por supuesto no interfiriendo en sus vidas, pero si siempre que llaman a nuestra puerta. Sencillos videos de oraciones, reflexiones, pensamiento y motivación personal para vivir una vida lo más plena posible y siempre en positivo.
Cuantos “Zaqueos” son necesarios que despierten en nuestra sociedad y en nuestros días, cuando como “él” deberían de rectificar ante el daño causado por superioridad económica, superioridad de estatus, y almas ennegrecidas por la ambición. Es imposible olvidar a los desahuciados, a los sin techo, a las familias destruidas por una economía estrangularte, a los fondos buitres, a las injusticias por abuso de poder, a sentencias vergonzantes… que habiendo hecho un uso farisaico y como les llamo el Divino Maestro de Nazaret “Razas de víboras”, no solo no rectifican sino que se presentan como sepulcros blanqueados, poniendo una vela a Dios y otra al Diablo, como bien los define nuestro querido y admirado Papa Francisco.
El encuentro con Jesús a través de los textos, me lleva a observar la realidad de otra manera. Me ayuda a ser más comprensiva y compasiva con todos. Si mantengo el deseo de mejorar el encuentro con Jesús, ser más constante. Vivir estando más en el presente, valorando más a los que me rodean. La gran dificultad es la falta de tiempo. Necesito cambiar la escala de valores con la vista puesta en el evangelio, en la vida de Jesús en sus enseñanzas. Necesito detenerme más en el mensaje.
No me parece que en las parroquias podamos encontrar la fuerza salvadora de Jesús. Lo veo mejor en determinadas personas seguidoras de Jesús, como el papa Francisco. Rezo y admiro su coraje y determinación en el proyecto de Jesús. Es un gran referente para los cristianos y me parece fundamental que le apoyemos y nos esforcemos en imitarle.
Recibid todo nuestro amor en Cristo y el deseo enorme de que cada día más seamos testigos fieles de Su Evangelio, unidos por un mismo compromiso de ser portavoces de la Buena Nueva y al igual que El Rabí de Nazaret no callar ante tantas injusticias sociales como existen en nuestro entorno y en el mundo.
Juan Carlos, Inmaculada, Mari Carmen, María Reyes, Pilar y Gaby
GVJ Misericordia. TEMA 21 “El rico buscado por Jesús” ( Lucas 19, 1 – 10 )
APORTACION PARA LA WEB : ACERCAMIENTO AL TEXTO
El capitulo 19 de Lucas es el final de la vida de Jesús antes de su entrada en Jerusalén que acabará en su muerte.
La escena, nos dice el texto, se desarrolla en Jericó, casi a la orilla del Jordán donde Lucas sitúa el episodio de Zaqueo.
El pasaje se ambienta en un entorno de admiración de la gente por Jesús y, al mismo tiempo, de incomprensión. En este texto vemos que Jesús tiene que ir contra corriente para acercarse e interesarse por él. Aquí, la multitud rodea a Jesús, pero su actuación con Zaqueo les escandaliza. Los rasgos con que el Evangelista describe a Zaqueo son que era rico y publicano, por consiguiente no era querido por sus vecinos, pobres y quizás explotados por él.
Una vez más la situación de Jesús, enfrentado a un pueblo que no es capaz de acoger su mensaje y no se aparta de sus“tradiciones y del cumplimiento de la Ley” porque ellos a un Mesías espectacular.
La actitud de Zaqueo, siendo rico y de clase social distinguida, sube a un árbol para ver a Jesús. Vence obstáculos y supera sus egos para acercarse al Maestro. Esto de subirse a los árboles es cosa de niños…es necesario hacerse niños para ver a Jesús.
Zaqueo no parece que fuera un hombre engreído, auto-suficiente ni orgulloso, tiene una actitud humilde al realizar gestos inusuales para su estatus, como subirse a la higuera simplemente para ver a quien le parecería un líder…
Va tras Jesús, le interesa su propuesta, no está «estancado» en su manera de vivir (aparentemente), y tiene la mente abierta para oír y dejarse empapar de nuevos mensajes de vida. No desfallece en su búsqueda a pesar del esfuerzo que tiene que hacer.
Zaqueo actúa con fidelidad en el seguimiento a las propuestas de Jesús ; ¡qué ejemplo ¿no?! Consecuente, generoso… se supone que sabía de las excelencias y bondad que contaban sus criad@s y vecin@s, y tal vez no le gustara ser rechazado por ell@s, y buscaba alguna solución a su problema personal, a ese malestar emotivo que le hacía sufrir, provocado por la antipatía que le mostraban.
Jesús sabe que, en casa de Zaqueo, ha habido una liberación, un renacimiento, un resurgir a otra forma de entender la vida… Salvación.
A Jesús no le importan las murmuraciones ni los insultos ni los desprecios de aquell@s que no le comprenden y le condenan por no discriminar a nadie , por demostrar Su Amor y Misericordia a tod@s.
Más que una sugerencia, las palabras que escribe Lucas suenan a una orden de cumplimiento inmediato. Pero Zaqueo las recibe muy contento. Alojarse, hospedarse , es mucho más que celebrar una simple comida. ¡ Ha tenido mucha suerte !. Es mucho más de lo que esperaba. Baja pronto y con alegría. Desde el principio , la intención de Jesús era más que acercarse a Zaqueo , y tomó la iniciativa para dormir en su casa porque con las horas que ello suponía, Jesús le regala a Zaqueo mucho tiempo para conversar ; también los apóstoles más cercanos y escogidos se quedarían a dormir. ¡La oportunidad era inmejorable !. ¡ Estaría contentísimo !. Sorprende su tesón y perseverancia, lo cual nos deja claro que aquí hay una búsqueda interior y una necesidad de respuesta muy fuerte. Jesús le devuelve la dignidad, le mira, le acepta y se autoinvita a su casa,”hoy ha entrado la salvación en esta casa”.
Durante las horas de su hospedaje, Jesús aclararía sus dudas frente a las preguntas que se le ocurrieran acerca de l@s pobres, l@s despreciad@s, l@s humildes , y con tod@s aquell@s que nombró en sus Bienaventuranzas ( tuvo tiempo para todo ) .
Frente a Jesús , con sólo Su Mirada , le daría la Luz para comprender y convertirse. Es hermoso como Jesús le llama por su nombre y lo trata como a un amigo al que se le pide hospedaje con toda confianza.”
Zaqueo cambia de valores y, en consecuencia , de estilo de vida, se compromete con aquellos a los que los publicanos, como él, hacen la vida más difícil. Quizás Zaqueo intuya lo que le puede pasar, en cualquier caso ya está acostumbrado a cierta marginación; la presencia y testimonio de Jesús le dan el coraje necesario para afrontar el miedo a un mayor ostracismo.
APORTACION PARA LA WEB :ACERCAMIENTO A LA VIDA
– En cuanto a la conversión personal diré que, ciertamente, al llevar con constancia las interpelaciones que se me hacen desde este grupo , me supone estar alerta en el conocimiento de Jesús y la puesta en práctica de lo que me sugiere.
Los momentos difíciles de no estar atenta al paso de Jesús, son aquellos en que me embarga una sensación extraña de soledad (me ocurre de vez en cuando), pero luego quedan superados porque le suelo «gritar-clamar-rogar».
Nuestras comunidades cristianas hacen lo mejor que pueden, con múltiples limitaciones, el intento de experimentar a Jesús. Algunas han perdido de vista al genuino Jesús, para centrarse en formalismos. Pero también es verdad que son los únicos referentes sociales en donde se habla de Jesús. Si no, ¿qué nos queda? Con todas sus deficiencias, nuestras parroquias son el refugio ¿no? Las parroquias llevan a cabo distintas pastorales :catequesis (sembrar en los niños el conocimiento de Jesús); se trabaja a través de Cáritas para atender a quien solicita ayudas materiales; se visita enfermos; se celebra el gozo de la Pascua, el gozo de la venida de Jesús. No conozco los diversos carismas que pueda cultivar cada parroquia. También se van quedando vacías, así que, allí no se puede …
– Siempre podemos hacer gestos de cercanía a personas excluidas. Personalmente,participo en un voluntariado en que niños con la vida muy complicada, vienen a hacer los deberes escolares con nosotros.
Me pregunto si Jesús me llamase a mí y me dijese: “hoy tengo que alojarme en tu casa” Me sentiría tan contenta de que Jesús me ha aceptado, me ha mirado y quiere que yo le sirva, que me importaría poco lo que dijesen los demás.
– Conozco personas que han experimentado una conversión profunda y siguen a Jesús . Personalmente he vivido momentos de sacudidas interiores en mi forma de vivir la fé, que me han transformado.
Todavía hay much@s que no se dejan encontrar , algun@s rechazan su acogida , y la mayoría ¡ no saben lo que hacen !. A pesar de todo , suelo ser optimista, porque Jesús siempre está con tod@s y , con el tiempo , poco a poco, nos arrepentimos, Él es infinitamente Paciente. El arrepentimiento es obra del Espíritu Santo que es muy insistente. Es cierto, que Jesús siempre está ahí y somos nosotr@s los que no lo acogemos, pero hemos de ser optimistas. La salvación que llegó a casa de Zaqueo algún día llegará a todos los hombres.
– Hoy, yo siento paz , fe, esperanza, alegría , amor y Su Misericordia está conmigo todos los días. Pero le pido que no me suelte de la mano cuando esté decaído, enfadado,… y me dé el suficiente conocimiento para discernir Su voluntad de la mía ; que sepa defender Su Verdad con humildad y autoridad , con la ayuda del Espíritu Santo.
– El encuentro personal con Jesús, buscado desde los GVJ y otros medios espirituales, con la ayuda imprescindible del Espíritu Santo , ha aumentado considerablemente mi fe en Dios.
– He llegado en muchas ocasiones a ver a Jesús a través de las personas que me rodean y sobre todo en los “invisibles”, “prescindibles”, necesitados , rechazados, encarcelados, algunos en persona, otros en los medios de comunicación , y cómo no , en las diversas circunstancias que rodean nuestra vida. ( ( A propósito de los encarcelados … llegamos a concluir que no está sirviendo de mucho su separación de la ciudadanía. Siguiendo el Evangelio, sería mucho mejor que se iniciara y/o preparara a los que han delinquido , haciendo programas de re-educación, basados en tres fases:1ª.- significado del arrepentimiento y el pedir perdón …2ª.- en qué consiste la reconciliación …3ª.- cómo se llega a la restitución …etc….) ) Así y todo, mi fe , no es lo “grande” y madura como nos pide Jesús : “como un grano de mostaza”. ¡ Ojalá llegue algún día a serlo !. ¡ Existen en mí , dificultades para llegar a serlo ! ¡ He de esforzarme mucho para superarlas !:: – El desprendimiento total del deseo de bienestar. – Que mi oración u oraciones diarias sean más profundas y contemplativas .- Que mi amor y entrega a l@s demás sea completo y sin esperar recompensa alguna , ni externa ni interna ( el orgullo interior de llegar a creerme mejor que …, los juicios y prejuicios que se me escapan a veces sin control …) . Experimento a Jesús en la Eucaristía , sobre todo en la consagración y la comunión. Suelo meditar el Evangelio del día antes que se celebre la Eucaristía, mediante la lectura del comentario de Pagola y del libro editado por editorial “ San Pablo”: “EVANGELIO”. No soy partidario de las homilías “largas” (“lo bueno si breve, dos veces bueno”) pero nuestro párroco parece que eso no lo tiene en cuenta. En nuestro “G. Presencial de J.” (en Gandía), nos proponemos ponernos en contacto con el párroco. Pero opinamos que , puesto que todavía vamos por el tema 7, nos parece pronto, queremos “aprender más”.
– Cuando siento el desaliento y lo veo todo oscuro, todas estas actuaciones de Jesús buscando lo que está perdido, me llenan de confianza y me ayudan a salir adelante.
– ¿Cómo está cambiando mi vida el encuentro personal con Jesús? Cuando leí esta pregunta por primera vez, me parecía difícil responder, pero después de pensarla por un rato, tomé conciencia de lo mucho que ha cambiado mi vida:
Siento que he recuperado la confianza, confianza en Dios, confianza en las personas y confianza en mi misma. Y por otro lado he abandonado la confianza en otras cosas como la confianza en la imagen, o el qué digan de mí misma.
Antes vivía mucho más en el futuro, ahora ya no planeo casi nada, y me dejo sorprender.
En los momentos que estoy sola los llevo fenomenal, puedo pasarme días sola, pero no me siento sola, llevo una soledad habitada, es más, busco momentos de soledad y de intimidad.
Intento no juzgar tanto a las personas, (aunque todavía a veces se me escapa) porque veo que en ellas también está Dios.
Acepto mucho mejor las situaciones que no me gustan e intento ver el lado positivo.
Soy consciente en que necesito el encuentro con Jesús, mi problema es que a veces con el trajín de la vida, me cuesta sacar tiempo y siempre hay distracciones o me da pereza. He de estar más atenta a su paso en los momentos de contradicción, cuando no entiendo nada, o cuando las cosas no salen como yo espero.
La mejor comunidad que puedo encontrar es este grupo, a mi me motiva al ver que otros mandan sus respuestas y eso me ayuda a ponerme yo también, si no lo dejaría y no lo haría nunca.
Para empezar, lo primero sería abandonar los prejuicios, cada persona tiene su corazón y ha sido creada a imagen y semejanza de Dios, sean de la clase social que sean.
Quizás mi gesto sería intentar abandonar los prejuicios y no fijarme tanto en el status social.
Tengo que cambiar mucho para acoger sin más en mi casa a cualquiera…Entiendo porqué Jesús nos sigue dando buenas lecciones a cada uno de nosotros. Él se sentía tan libre de hacerlo y de presentarnos cómo era Dios-Padre.
.- Ayer llevamos a la Eucaristía a un matrimonio de 90 y 84 años, que perdieron a su única hija de cáncer. ¡Qué felices se sienten! Una llamada de teléfono, una visita porque están enfermos, un sin fin de realidades que pasan a nuestro lado y si vives “despierto” las ves, sientes el Espíritu de Jesús que te lleva a ello.
Para mí es muy importante celebrar con otros creyentes la Eucaristía, el poder dar la Paz de Jesús a las personas que participamos y celebramos la Vida y el encuentro con Jesús resucitado. Lo importante que es la oración compartida, todos los días, con mi marido y acordarnos de tantas personas y situaciones que vive nuestro entorno. Hay mucho voluntariado en las Comunidades Cristianas, aunque cada vez, es verdad, que son menos los que acuden a las celebraciones,pero siguen sobre todo los mayores;¡ no hay relevo…!
Pienso que nunca hay nada que podamos dar por perdido. “Porque Jesús ha venido a buscar, salvar y sanar lo que estaba perdido”. En aquellos momentos en que no acierto a ver una salida he encontrado una pequeña luz al final del túnel, esperanza.
Cuando menos me lo espero al volver de una esquina, fuera de mis posibilidades premeditadas aparece una solución, un camino nuevo a seguir. Jesús es el camino.
Jesús me hace tomar consciencia de que lo importante son cosas que a veces no se las doy , como la amistad y la familia. Las cosas más pequeños, que doy por supuestas, quedan borrosas ante el aluvión de propaganda de lo que es, de hecho, perecedero, consumible.
Jesús me despierta a lo que da sentido a mi vida, los detalles, no la épica, lo cotidiano, no lo extraordinario. El hecho de escuchar a alguien y compartir con esa persona lo que siento o tengo, me anclan en los valores que Jesús me propone. Los momentos de dificultad son para mi especialmente sensibles a su llamada, pero también, ¿por qué no?, los momentos en que siento un gozo liberador.
Es en las relaciones personales, que me encuentro en el día a día, en las que doy y recibo, dónde aprendo de Él.
Las dificultades habituales ocurren cuando las cosas no me salen como yo tenía planeado o cuando no recibo de alguien lo que espero , cuando soy yo el que no cubro las expectativas de otro.
Siento una viva necesidad de celebrar en compañía, compartir la eucaristía de manera sentida, darnos la paz mas allá de las ideologías de cada uno, de hecho, ha sido una buena ocasión esta semana pasada que hemos celebrado las oraciones por la unidad de los cristianos. También la lectura compartida de la palabra me revitaliza cada mañana. Siento un especial estímulo cuando, aún en soledad, puedo orar siguiendo al salmista , o bien contemplando en compañía un paseo por la naturaleza, escuchar una canción o leer un libro que despierte en mi nuevos puntos de vista. Pienso que no tiene porque ser exclusivo de las celebraciones cuando nos acerquemos los unos a los otros. El relato que nos ocupa es una muestra de ello. Ayer en el metro con alguien que canta y pide limosna, mañana con aquel familiar con el que hace tiempo no conversaba y el fin de semana en un encuentro con viejos amigos.
La reconciliación que empieza en mi mismo me llama en cualquier circunstancia, inesperadamente.
Creo que el participar en este grupo, estudiando y profundizando el Evangelio y otras actividades de lectura, convivencia y estudio de espiritualidad me han llevado a buscar y ver a Jesús de una manera diferente, más cercana e íntima. Jesús está más presente en mi vida diaria y me ha llevado a ser más comprensiva y tolerante con los demás y en general a practicar sus enseñanzas en mi vida diaria, con una gran confianza en su misericordia, que a pesar de mis continuos errores y mediocridad me lleva a crecer como persona y me acerca al Padre. A medida que avanzo en el conocimiento de Jesús, siento más deseo de ese encuentro transformador con El. El principal obstáculo para lograrlo es mi falta de humildad, tengo que trabajar mucho en este aspecto y orar para que Dios me conceda ese don.
Estoy tratando de involucrar a Jesús, en mi vida de tal forma que todo lo que haga,sea bajo su luz, tomando conciencia del momento presente, como lo enseña San Ignacio. Hay comunidades en las que se experimenta la acción de Jesús, me gusta participar en Eucaristías donde se siente la comunión con el pueblo de Dios, en las que nos reunimos como familia. En el Colegio Calasanz cada domingo nos reunimos, los que dirigen el canto, son venezolanos que buscan un mejor futuro y se exponen sus necesidades de trabajo, otros piden por sus enfermos, también se habla de niños que no tienen como pagar su estudio, etc. Los que participamos tratamos de ayudar en la medida de nuestras posibilidades y sentimos la presencia de Jesús. Son muchos los ejemplos de asociaciones que trabajan por los más necesitados, por los desechados por la sociedad actual.
Existen voluntariados en los que podemos participar para construir un mundo más solidario como lo quiere Jesús.
– Yo diría que este camino de encuentro con Jesús me ha hecho una persona más consciente en que mi relación con él , no se puede limitar a un mero cumplimiento de algunos ritos y que es en el encuentro con el otro, con su necesidad, con su sufrimiento, y en el encuentro con mis propias limitaciones, donde verdaderamente puedo experimentar la cercanía de Jesús.
La falta de constancia, de entusiasmo (ese que le sobró a Zaqueo) son las dificultades que afronto día a día. Todavía tengo que superar esa idea de que la conversión no se sustenta en sensaciones.
Es en cada pequeño acontecimiento, por insignificante que parezca, que debo estar atenta a distinguir el paso de Jesús en mi vida y a cuestionarme si en realidad estoy siguiendo su modelo de vida .
Su fuerza salvadora , en grupos pequeños, se vive mejor que en las parroquias en donde por su tamaño todo su hace muy impersonal. En los grupos pequeños es más fácil la formación y se llega a conocer a las personas, sus necesidades, sus temores, es más fácil que se establezcan lazos. Convendría que éstos se promovieran más en las iglesias y se hiciera un esfuerzo por cambiar la temática de las homilías, dejando de enfatizar tanto en el cumplimiento de los ritos y más en cómo volcarnos hacia la necesidad de los más necesitados y excluidos para ir comprendiendo el verdadero mensaje de Jesús.
ORACIONES:
“Señor Jesús, que tu Espíritu nos haga capaces de cambiar nuestro corazón y acoger tu mensaje”.
«Señor Jesús, si me ves perdida ,te ruego que seas «ruidoso», «cansino», «pelma» para que te encuentre en medio de mi ruido, en medio de mi cansancio, en medio de mi monotonía y no me distraiga con otras influencias que me distraigan de mirar a la Luz …»
“¡Señor concédeme el discernimiento suficiente para darme cuenta de mis dificultades y fuerza suficiente para superarlas.!”
“Señor que sepa encontrarte a pesar de los obstáculos que nos alejan de ti, que sepa encontrarte en el camino con todos aquellos que se cruzan conmigo, que sepa sentirme alegre por saberte cercano.”
“Gracias, Jesús, quiero que me mantengas “despierto” para sentir tu llamada”.
Jesús, que seamos capaces de acogerte en los sencillos
«Jesús tu sabes que soy muy exigente, tanto conmigo mismo como con los demás, gracias por sonreírme y animarme cuando estoy ofuscado»
«Mantenme despierto Señor a tu reconciliación , que me libere de prejuicios y me enseñe a dialogar»
COMPONENTES DEL GVJ MISERICORDIA
De: A. José Ledesma, Iciar Martinez Soriazu , Jesús Fuster Millet , José Humberto Duque, Maria Mecedes Angarita Urdaneta , Marina Saiz Hoz , Puri Ugarte Lopetegui , Reynaldo Reyes Vivó , Xinia Flores Marchena , Lc. Wolfgang Streich BNL.
Queridos lectores, esta es la reflexión del tema 21 que ha realizado el GVJ Maranatha para compartirla con vosotros:
ACERCAMIENTO AL TEXTO EVANGÉLICO
Zaqueo jefe de publicanos y rico era poco querido en Jericó. Sabedor de que Jesús atravesaba las calles de la ciudad y siendo pequeño de estatura, subió a una higuera para verlo -¿curiosidad, atracción, interés…?-. Al pasar junto a la higuera, Jesús, levantó su mirada hacia Zaqueo; es decir, ambos cruzan sus miradas: se han encontrado. Y, con autoridad, le da un mensaje casi irrenunciable: «Baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Ante este modo de llamarlo, Zaqueo no se puede resistir, queda sorprendido, queda desarmado, pues pocas personas lo llamarían para nada, sino más bien al contrario. La gente, al ver y oír que Jesús va a hospedarse en casa de Zaqueo, murmura y juzga, diciendo que va a entrar en casa de un pecador. No ven el interior de Zaqueo, su búsqueda y su alegría. Desde fuera es fácil juzgar, y difícil es parar y ver los gestos y las reacciones de Zaqueo, lo que está sucediendo en su interior.
¿Pero por qué un publicano rico y pecador se alegra de recibir a Jesús en su casa? Pensamos que había algo más allá del exterior del personaje, algo que las personas que lo rodeaban no vieron, pero Jesús sí. Jesús no le pide nada a Zaqueo, es éste al ver el gesto de Jesús de entrar en su casa, sin juzgarle, sin menospreciarle o apartarle, el que se ha levantado para mostrar el cambio que ha sucedido en su interior. Por tanto, ese encuentro con Jesús lo transforma, adoptando la decisión de dar a los pobres la mitad de sus bienes, y restituir cuatro veces más a aquellos de los que se ha aprovechado. Zaqueo inicia así su conversión, entiende a Jesús y le sigue. Tan profundo e intenso fue el recibir a Jesús que toda su vida cambió. Ha encontrado su paz interior y el camino hacia su dicha.
Todos somos Zaqueo, de una forma u otra, en un momento de nuestra vida. Todos acumulamos, gastamos y poseemos, muchas veces a costa de otros, sin pensar en las carencias o el sufrimiento que causa nuestra abundancia a otras gentes. Esto nos empequeñece y nos evita ver realmente lo único que nos da la verdadera vida, alegría y libertad. Por eso, nos corresponde buscar ese árbol para subirnos y ver más allá de lo que nos paraliza, nos oprime e impide ver a Jesús. ¿Y cómo subo al árbol? Desprendiéndome, arriesgándome, contagiándome de otras personas. Es decir, cuando experimentamos la cercanía al Señor, en los varios procesos que van surgiendo en la vida, vas viendo la cantidad de cosas que te sobran para ser feliz, y empiezas a soltarlas. Y “hoy” es un buen momento para ello, pues en el texto, dos veces aparece en boca de Jesús un «hoy». Es también nuestro «hoy». «Hoy” está abierto el ofrecimiento de «alojarme en tu casa». «Hoy» sigue ofreciéndonos su salvación porque también a cada uno de nosotros, desvalidos, nos viene a buscar y regalarnos la posibilidad de una vida nueva.
Por tanto, la opción de Jesús es clara, su llamada también: no es posible ser amigo de Jesús y seguir apoyando el sistema que margina y excluye a tanta gente. Al denunciar las divisiones injustas, Jesús abre el espacio para una nueva convivencia, regida por los nuevos valores de verdad, justicia y amor.
ACERCAMIENTO A LA VIDA
+ Gran parte de mi vida he vivido a Jesús más como una idea que como una persona, hermano y amigo, que me hace presente el amor del Padre y me indica el camino de una vida plena y de una entrega a los hermanos. Ahora, desde hace algún tiempo, busco encontrarme con Él, como Zaqueo, y espero que Él, como a Zaqueo, me ofrezca el querer alojarse en mí y que no encuentre barreras ni puertas cerradas.
+ Soy muy consciente de que Jesús pasa por mi vida, y se para y me dice cosas en la oración, y por medio de personas, y de esta pequeña gran comunidad. Gracias a eso me mantengo en pie, ayudo a mi familia y a la gente que tengo cerca, en la medida de mis posibilidades.
+ En general, tengo que decir que el encuentro con Jesús me ha dado esperanza y una mirada diferente de la realidad (fijándome en cosas que antes pasaba por alto). Es como si pasaras de una vida vacía, a otra realmente “viva”.
+ Lo más importante es que Jesús, a medida que más le conocemos, nos está marcando el camino que debemos seguir. Nos está diciendo cómo tenemos que ser. Y no nos olvidemos de que Jesús es el reflejo de cómo es Dios nuestro Padre.
+ Yo veo que mi vida ha tomado sentido desde cuando soy consciente de que la fe (que he practicado siempre y de una manera tal vez por tradición y mecánica) es conocer y seguir a Jesús vivo en cada persona, y sobre todo, en el débil, en el que sufre, en el equivocado.
+ Cada vez lo siento más cercano, más dentro de mí. Como persona me siento más seguro, con menos dudas y menos darle vueltas en la cabeza a historias personales. Como creyente disfruto más y más de su encuentro en la iglesia, y de su encuentro en las demás personas.
+ Para mí este proceso ha venido a traerme paz como a Zaqueo, alegría, gratitud, tolerancia conmigo, y con los que me rodean; y a discernir en cada momento mi actuar para poder así comprender mejor al otro desde ese encuentro con Jesús.
+ Si aprendemos algo de nuestras lecturas es siempre el compromiso de caminar de otra manera, con todos los que han disfrutado con nuevas facetas en la vida.
+ Me gusta el relato de Zaqueo porque me identifico con él, en el sentido de que tanta curiosidad, tanto querer saber de Él… al final, me ha llevado a tener un contacto con Jesús, y ese contacto, es el que me ha hecho empezar a transformar mi vida.
RICARD, MARIVI, MARGALIDA, LUCILA, JAVIER, ISABEL, FRANCIS, ANTONIO, ANA VILMA.
EL GRUPO CANÁ HA REFLEXIONADO SOBRE LA LLAMADA AL SEGUIMIENTO Y LA CONVERSIÓN GRACIAS AL RELATO DE ZAQUEO
Zaqueo se sube al sicomoro para poder conocer bien a Jesús. Jesús alza la vista para comunicarse con este “pequeño” que necesita ser salvado. En esa imagen de Zaqueo asido al árbol de la enseñanza y de Jesús elevando la mirada, veo representada la pluralidad de direcciones por las que puede transitar el hombre para alcanzar el Reino de los Cielos. No importa nuestra estatura en la vida material, lo importante es que si estamos dispuestos a dejar la seguridad del suelo, Jesús es capaz de vernos incluso a través del espeso follaje.
La multitud que le sigue le impide verlo de cerca y él se sube a una higuera -curioso que sea un árbol que fructifique dos veces. La gente se ríe por verlo allí encaramado y piensa que no va a poder cobrar nada a Jesús y su compañía. Pero llega el momento en que Jesús le mira e le invita a bajar del árbol. Se deja deslizar por una rama y cae a los pies del Maestro. Subir le cuesta trabajo, aunque baja rápido.
Antes que sintiera curiosidad por ver al profeta de Nazaret, ya estaba Él buscándolo.
La mirada de Jesús es transformadora: olvida su dinero y recapacita rápido sobre su adquisición: sabe que no es dinero limpio y quiere hacer nuevas cuentas. Devuelve lo robado.
Pero Jesús no solo le mira y le habla. Desea quedarse en su casa, ir a comer con él. Zaqueo recibe en ese momento lo más transformador que un hombre puede sentir. No es el miedo al castigo ni un sermón ni una enumeración de las faltas cometidas. No recibe tampoco una amonestación. Recibe amor. Y no hay nada más purificador que el amor. Seguro que Zaqueo no esperaba esas palabras de Jesús invitándose a su casa. Por eso, ocurre la conversión
Yo pienso que no se puede seguir a Jesús cuando se está apegado a los bienes, llámese dinero, bienestar, confort, salud. Digo «apegado» que significa una posesión con avaricia y sin agradecimiento. En estas condiciones se prescinde de Dios. Cuando algo de esto falla, es cuando nos damos cuenta de nuestra impotencia y limitación y es cuando sentimos la necesidad de buscar algo superior que nos ayude. Muchas veces, Dios se vale de eso para que lo busquemos.
Es así como Jesús viene a buscar lo que estaba perdido. Es así como lo encontré yo y me salvó.
SEGUNDA REUNIÓN
Me pregunto yo, si soy bajo de estatura y la «gente» me impide distinguir a Jesús. ¡Cuántas veces no doy la «talla» y otras personas u otras cosas no me dejan ver a Jesús! ¿Hago algo para solucionarlo? ¿Corro y me subo a un árbol, a una torre o a un monte para poder verlo?
Si realmente deseo verlo y estar con Él, se lo pido en la oración, le pido perdón por mis despistes, me acerco a mis hermanos y Él se acerca. Solo si reparto los bienes que he recibido gratis entre los demás me estoy acercando a Él. Si no lo hago así, estaré perdido. Y quiero estar siempre a su lado.
La lectura que hemos estudiado nos demuestra que no somos dignos de que Jesús entre en nuestra casa a menos que hagamos el esfuerzo de buscarlo. Y como siempre dice Jesús: la fe es la que nos salva. Zaqueo tal vez estaba muy lejos de Pedro en la apreciación popular, sin embargo Zaqueo no se cayó del árbol. Es posible que originalmente eligiera la profesión equivocada pero no era hombre de poca fe. Tampoco yo.
Me he preguntado qué personajes me parece a mí que a Jesús no le gustarían. Me gusta pensar que esos corruptos, esos soberbios, esos ricos que han conseguido su dinero con malas artes, tantos y tantos… Pero Jesús no reaccionaría como a mí me gusta pensarlo. Yo me visualizo con la multitud que va con Jesús cuando le dice a Zaqueo que baje y pienso: “la que le va a caer…” Pero Jesús se invita a su casa, se va con el recaudador y no conmigo… Y yo me quedo ahí quieta con cara de estupefacción y sin entender nada. Incluso, a lo mejor, enfadada con Jesús: » ¿Con un corrupto? ¿Y conmigo, no?»
A mí sí me ha cambió el encuentro personal con Jesús y me sigue cambiando. Me he hecho un poco más sensible ante el sufrimiento humano y. aunque siento mucha impotencia, trato de poner un pequeño granito de arena cada día.
El estar en este grupo me empuja a no descuidar mi contacto profundo con el Evangelio y a ir encontrando cada vez algo nuevo y transformante. He aprendido a ponerme en el lugar de los más necesitados y tratar de ayudar en la medida de mis posibilidades
Nos volvió a llamar. Caímos de la higuera y vimos con claridad qué quería de nosotros. No era nada fácil, pero decidimos volver a seguirle, a prometerle, a encender lo poco que quedaba en nuestro ser íntimo.
Jesús siempre nos esperó, nos amaba igual que siempre y sufría por nuestra indolencia.
No le hagamos esperar más tiempo.
GVJ GALILEA-TEMA XXI
En este Evangelio, el protagonista no es Zaqueo sino Jesús que con su forma de hacer y vivir, nos enseña a comportarnos con aquellos que consideramos “pecadores”.
Jesús, no “pasa”….se DETIENE al ver a Zaqueo. En el lugar, hay muchos “buenos”, pero Jesús escoge vivir en casa del pecador; cosa que a Zaqueo (ni a los demás) se le habría podido pasar por la cabeza.
La mirada y la invitación de Jesús, le está diciendo a Zaqueo….que lo quiere…que confía en él en que se va a dejar liberar, que va a cambiar de vida…
Tenemos tres actores en este escenario:
-JESÚS: Presencia a morosa.
-ZAQUEO: Insatisfecho….buscador…con un corazón abierto al cambio.
-LA GENTE: Dispuesta a etiquetar, juzgar, condenar
(No debemos olvidar que en nuestro interior conviven los tres)
Este es un encuentro como los nuestros….buscamos a Jesús, porque ya El, nos ha encontrado primero.
Lo que no esperaba Zaqueo, es que Jesús, ya sabía de su deseo y es EL, quien le pide que lo reciba en su casa.
Dios está en la profundidad de nuestro ser y a nosotros nos toca, descubrir esa Presencia que siempre nos ha constituido. Es la llamada constante que nos hace Jesús de entrar en “nuestra casa “y que no sabemos oír.
Esta aventura de Zaqueo se da en tres pasos:
1) INTERÉS por conocer a Jesús y lo que ello implica de superar los obstáculos que te lo impidan.
2) EL ENCUENTRO: ¡Qué sentiría Zaqueo, cuando ve que Jesús no lo desprecia a pesar de su pasado, e incluso lo trata con cariño ¡ ¡y por su nombre ! La experiencia de sentirse aceptado como persona, le hace recuperar la confianza en sí mismo y responde con toda el alma a la invitación de Jesús. Convertirse, cambiar de vida, es dejarse arrebatar por EL, enamorarse de Él, su vida y su mensaje. Esta experiencia, si es auténtica, nunca es periférica, se da en el corazón, en el núcleo mismo de la persona.
3) EL CAMBIO DE VIDA: Que nos ha de llevar a poder decir con S.Pablo:” Vivo, pero no yo, es Cristo quien vive en mí”…El es el móvil de mi vida…el Amor…el amor a todos, empezando por los más próximos.
La solicitud amorosa le llega a Zaqueo al corazón y su consecuencia es que se vuelca en dar.. y .en reparar el daño causado y nos da lecciones de autenticidad…Cuando ha encontrado lo que experimenta como auténtico, se desborda en generosidad y entrega , actuando con convicción y libertad Sí Jesús lo ama a él a pesar de su pasado, es que es posible amar así… incondicionalmente y sin razón para ello
Es lo que nos ocurre cuando Jesús pasa por nuestras vidas, pone en marcha en cada uno de nosotros, los recursos más recónditos y los llama a la vida. Es como nacer de nuevo.
Jesús se invita a casa de Zaqueo sin denuncia alguna…pero con mucho AMOR
Hacer nuestro el espíritu de Jesús, es caminar con los brazos abiertos hacia los más pequeños, acoger a todo el que venga con buena voluntad, aunque sea muy distinto a nosotros. Estar dispuestos a dialogar…no a imponer.
Tener muy presente que lo importante de las personas, no es lo que piensen, ni lo que crean….sino: RECONOCER EN TODOS, EL AMOR QUE NOS CONSTITUYE,
¡ZAQUEO, BAJA! …
HOY QUIERO HOSPEDARME EN TU CASA
Un hombre, de apariencia poco relevante, (bajo de estatura) está ahí, al borde del camino, sin otra razón que ver a Jesús, atisbando a lo lejos su presencia.
El episodio del Evangelio nos dice que, Jesús, en su caminar itinerante de un lado para otro, divisa a un hombre encaramado a un árbol, quien está esperando verle llegar. La Escritura señala que, esta vez, es un hombre rico, jefe de publicanos, el cuál, escoge un lugar estratégico, para poder así acaparar mejor la atención de Jesús.
Ha oído tantas veces hablar de él, de su humana actitud para con todos, su fiel e inefable Amor a cuantos la enfermedad reclamaba el don de su Misericordia, y sobre los pecadores, la necesidad de su perdón …
Jesús nunca censuró el hecho de ser rico, sino las enormes dificultades que implican para salvarse, el apego a las riquezas y el dinero acumulado a base de lucrarse del trabajo y esfuerzo ajenos.
Zaqueo, es un «rico» a consta del pecado de la corrupción, «jefe de publicanos», es decir, el «representante» de todos los que imponían cargas onerosas, a los más pobres de aquélla tierra sometida al poder jurídico-administrativo romano.
Un puñado de «traidores» a su pueblo, enriquecidos a costa del «sudor y fatiga» de sus allegados coetáneos.
La Misericordia de Dios sabe muy bien, donde hay un ser humano necesitado de Salvación, «rescate y conversión» de todo mal y pecado.
Jesús despierta, la profunda y sentida admiración de cuanto puede ser creíble y palpable; al encontrarnos «acogidos» en su Misericordia, la Gracia de su perdón nos abre a los otros, «liberados», movidos al reconocimiento mutuo, el cual, crea las condiciones necesarias para restituir del daño causado, sanando las heridas.
Y Zaqueo no se resiste a dejar que pase por su vida, sin apenas verle, sin posar su mirada en la suya, y, ¿quién sabe?, llamar su atención, para un encuentro más sincero y sentido.
Piensa en lo profundo de su interior, donde el alma se «desnuda», que él está también necesitado de ayuda y perdón, de comprensión y hasta aceptación, y sobretodo, alguién que «despierte» la conciencia de su vida de pecado.
Zaqueo, no quiere pasar ante Jesús inadvertido, mezclado entre la multitud como uno más; necesita que Jesús se percate de su insignificante presencia.
El mal cuando se esconde y se oculta, suele hacer mucho más daño; es más noble «dar la cara» y no vivir de meras apariencias. Y si esa «MIRADA» viene de Dios y su Misericordia, ha de vernos tal como somos, sin mentiras, fingimientos, apariencia de una contricción falsa, llena de hipocresía, pues, ¿hasta cuándo creen algunos-as, que pueden engañar a Dios?
¿Necesitamos «aliados» para el bien o para el mal, cómplices o honrados y sinceros amigos?
A Zaqueo, un árbol, le sirve de «aliado» y así poder «hacerse notar». Esta vez, la notoriedad será distinta, sin hacer uso del «chantaje, poder y extorsión», al cual, está acostumbrado, en su ambición y afán desmesurados.
¡Zaqueo, baja!, hoy quiero pasar por tu casa. ¡Qué inesperado es, el lenguaje de la Misericordia!
La mirada del Amor, nunca nos hace esperar, tiene siempre la respuesta precisa y el momento más conveniente.
Zaqueo, intuía la respuesta de aquélla mirada compasiva, ante el deseo de cambiar su vida. Da un «salto» de alegría, como si el cuerpo tuviera «alas» para volar e ir deprisa al encuentro de Jesús.
Hoy, esta «mirada» de Amor, que el Espíritu de Jesús alienta en nosotros, nos interpela y ayuda a salir al encuentro, acoger en la Misericordia la fragilidad del ser humano, decirle con sincera actitud: puedes contar conmigo.
Dar un «toque de atención» al que sabemos puede ayudarnos, nunca está de menos, incluso y a pesar de haber perdido toda esperanza. Jesús, nunca pasa indiferente ni extraño, no desvía la mirada ni sus pasos hacia las cómodas seguridades, intereses y conveniencias. En su camino de Misericordia, ofrece tiempo y reconocimiento. ¿Y nosotros?
Cuántas veces ha pasado Jesús por nuestra vida a través del otro y hemos hecho «ojos ciegos» y «oídos sordos». Ya va siendo hora de «MIRAR» al corazón del otro-a, y Dios se encargará de despertar el deseo de un arrepentimiento total y la generosa gratitud compartida y ofrecida a los más necesitados
La indiferencia hace «invisibles» a los otros, por muy cercanos y a la vista que se encuentren, no dando lugar al justo y digno trato, a subsanar errores, sino a que el pecado sea una constante y quede mal herida la dignidad de una persona.
Jesús quiere «entrar» en esa intimidad tan nuestra, reconocer la imagen de Dios que llevamos «impresa», en lo profundo de nuestro ser.
Su Misericordia es portadora de un bien y Salvación que nos va a cambiar la vida, transformar, y ésto, claro está, es motivo de Alegria y Esperanza.
Hemos de creer, estar seguros, cuando alguien nos mira con Amor, reconoce nuestra dignidad y se acerca a nosotros, para entablar un diálogo honesto y sincero, sin otro interés que el bien y salvación de nuestra vida, entonces la respuesta no se hace esperar:
«Mira Jesús, la mitad de mis bienes los doy a los pobres, y el daño que haya podido hacer, lo restituiré con creces».
Entra la Luz y la Verdad de un horizonte pleno, va dejando el camino sembrado de obras de Amor y Misericordia.
Con toda modestia añadiría: no es para nada necesario, «trepar», hacernos notar. El Espíritu de Jesús, tiene su «MIRADA» puesta en nosotros, conoce el por qué de nuestros afanes, que intereses y logros pretendemos alcanzar. Tan sólo nos pide acoger su Misericordia, dejarnos habitar por ella, y es muy posible, que sus obras alcancen la alegría y gozo de llamarnos un día ¡DICHOSOS!.
Quienes se quedan «subidos al árbol», esperando el trato de favor y deferencia, tan sólo buscan el efímero «triunfo» de quien se mira así mismo-a.
Hay un verbo que no debemos olvidar:
«BAJAR». Quien se «abaja», se acerca a la VERDAD, reconoce la DIGNIDAD del otro, se CONVIERTE de sus errores y pecados, pide PERDÓN, y se dedica a SANAR las heridas causadas.
Ocurre que hay demasiados «sicomoros» y muchos-as, que prefieren estar en su copa, «bien instalados», aunque tengan que pasarse la vida dando «puntapies» a los demás.
Jesús me dice hoy: ¡»Baja, miren josune, quiero habitar en tu casa»!.
Ya tengo preparada la respuesta.
Miren Josune
Lo recibió muy contento y así quiero siempre recibirte cuantas veces te solicite que permanezcas en mi casa, aunque no sea digno.