Mateo 5,13-16
Dijo Jesús a sus discípulos:
—Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Ni tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa.
Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre, que está en el cielo.
- Ver el contenido de las dos reuniones de este tema en el libro Grupos de Jesús, de José Antonio Pagola
Primera reunión: Acercamiento al Evangelio
– Guía de lectura
– Acercamiento al texto evangélico
– Comentario
Segunda reunión: Acercamiento a la vida
– Conversión personal
– Compromiso en el proyecto de Jesús
– Sugerencias para la oración
GVJ 22 Monseñor Romero
Tema 34
Sois la sal de la tierra y la luz del mundo
Reflexión final
Los cristianos estamos llamados a sazonar la vida y darle sabor; invitar a todos a participar de ella. Jesús nos dice que el Padre quiere vida plena para todos sus hijos.
Vemos muchos rostros y muchas vidas que caminan por la vida mustios, tristes, sin sabor, el cristiano tiene que ser la sal de la tierra, estamos llamados a ser un faro que alumbre la vida de otros, por sus obras los conocerán.
La pregunta de Jesús es retadora para sus seguidores, ¿de qué Dios hablamos si no salamos el mundo? ¿a qué Dios predicamos si nos asusta ser Luz en el mundo?
El Señor nos dice que somos luz del mundo. No que debemos ser la luz o que debemos brillar más, sino que ya somos la luz.
¿De qué sirve una luz escondida en casa? No hay que guardar esa luz sino hacerla resplandecer. Esa luz puede ser el evangelio, las buenas obras, la misericordia, el amor a nuestros hermanos.
En el momento en que las personas creen en la Luz (Jesús), ellos mismos se convierten en hijos de la Luz.
Sorprende cada vez más la claridad del mensaje de Jesús. Jesús nos invita en este evangelio a dar sabor y brillar, a ser ese fermento en la sociedad que marque una diferencia positiva, que deje un buen sabor de Cristo donde sea.
Es la invitación a dar el verdadero sentido a la vida, a lo que hacemos cada día; más todavía, a darle el buen sabor de la existencia, el gran regalo que Dios nos ha dado. Es la invitación a ser antorchas. En Él encontraremos la luz para encenderlas, iluminar y dar sentido a nuestro mundo con su gracia.
Luz para las almas, luz para los corazones, luz para cada persona, luz para contagiar la alegría.
Estamos destinados a extendernos por todo el mundo y mejorarlo, agregando sabor a las cosas insípidas, mostrando las bendiciones de lo que es bueno y brindando un contraste al ser bien definidos y diferentes.
Una de las maneras concretas de ser luz, por ejemplo, es con los migrantes, enseñarles, ayudarlos a estudiar, ellos tienen grandes necesidades.
Nos falta mucho para tener un verdadero compromiso, no es solo tener una convicción religiosa, se trata de vivir como cristianos, siguiendo al maestro sin mirar para atrás, convertirnos de verdad, cambiar de actitud.
Actualmente, la sociedad moderna se debate por alcanzar una conciencia más comprometida por un mundo más fraterno y por tanto con más equidad social, como nos recuerda el Papa Francisco, en la Encíclica Fratelli Tutti.
Nos dice, en ese documento: “… la historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos. … Es el camino el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. No es posible conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse, y disfrutarlo como si esa situación nos llevará a desconocer que todavía muchos hermanos nuestros sufren situaciones de injusticia que nos reclaman a todos»
Ser Sal y Luz nos exige hoy en día a pasar de la caridad particular a la caridad social.
El cristiano convive indiferente o funcional a estructuras injustas, inequitativas, excluyentes y descartables, estructuras de pobreza y violencia, que ya no cuestiona su conciencia.
Es importante trabajar en medio de las situaciones que vivimos tratando de transmitir esperanza, tiene que verse no tanto en palabras sino con hechos, con obras.
Hay cristianos que representan a los verdaderos seguidores de Jesús, que son luz y sal, sin embargo, la Iglesia como institución es ejemplo de sal sosa y poca luz, muy alejada en sus actos de la coherencia que debe transmitir, caminando al margen de los tiempos, anclada en el pasado por temor al cambio.
Nosotros estamos llamados a brillar y a dar sabor a este mundo siendo ejemplo, dando esperanza y buscando salidas constructivas y justas, que nos permitan vivir en armonía, dando preferencia a los más vulnerables y a los que más sufren. No nos sentemos a esperar que otros lo hagan, que si nosotros no lo hacemos nadie lo hará.
Oración:
“Señor Jesús, haz que crezca en mí la Sal del Espíritu
que saborice todos mis ambientes del amor, de la verdad y de la justicia social
y sean mis obras y gestos de amor,
Luz del Reino de Dios que iluminen a los demás,
para alabarte construyendo un mundo más fraterno y más cuidadoso del medio ambiente”.
Gracias Señor, por ser sal y luz para nosotros,
por tu palabra que nos ilumina,
nos enseñaste a perdonar,
a rezarle al Padre,
gracias porque siempre que te invocamos, nos escuchas.
Gracias por tu amor tan grande que te hizo dar la vida por nosotros.
Amén.
Aporte a la web tema 34. “sois la sal de la tierra y la luz del mundo” (mateo 5, 13-16)
Por este mes hemos transitado sobre el texto de mateo 5, 13-16 y fuimos dialogando de la siguiente manera… somos sal… pero no acaba aquí, sino que continúa nuestro buen Maestro. Sois luz del mundo. Si de la sal a veces podemos prescindir, diríamos que de la luz no… La sal era un elemento de muchísimo valor en la antigüedad. Servía no sólo para dar sabor sino también para conservar los alimentos. Por otro lado, la luz es vida.
Sabemos lo que pasa con la sal si se “desala” … ya no sirve para dar sabor. Y sabemos también que, a las cosas del Señor, tenemos obligación de ponerles sabor y color si queremos que fructifiquen nuestras obras con nuestros hermanos. Sabor y color, ¡qué maravillosa combinación! Pero para que haya color hace falta luz.
Si sólo pensamos en nuestra fuerza, nuestra luz se apagará en algunos momentos y nuestra sal se volverá sosa.
Nos pide Jesús dar ese sabor a lo que hemos aprendido de Él, entregar lo mejor sin ser dañinas, de luz, que el Espíritu Santo nos ilumine y podamos iluminar a otros y acompañar.
Las obras de un buen cristiano van por el lado del cuidado, poner un poquito de amor a cada paso y a cada persona que nos cruza, no debe contentarnos con esa intermitencia que muchas veces tenemos. Debemos asumir un compromiso, pero no individual o personal ya que nuestra verdadera actitud debe trascendernos.
Además, no podemos ser luz y sal por sí mismas si Dios no actúa en nosotras. Porque si sólo pensamos en nuestra fuerza, nuestra luz se apagará y nuestra sal se volverá sosa. Sólo podemos dar lo que Dios de a través de cada una y, para ello, nos debemos brindar a estar abierta a ser vehículo de todo ello, ya que si nos encerramos en nosotras mismas o sólo buscamos nuestra comodidad esconderemos la luz debajo del egoísmo y no ayudaremos a nadie.
A veces nos cuesta ser sal y luz, tal vez por los diferentes temperamentos, unas más alegres y otras más serias, pero de alguna manera, al estar conscientes, de nuestra misión, tratamos de vivirla de diferentes maneras. Dios conoce nuestro corazón y nos ayuda, sólo que hemos de confiar en él y ser transparente para dejarnos atravesar.
Por momentos es tan fuerte la presión social que no sabemos si lo que hacemos es realmente lo que Dios quiere o estamos influenciadas por la sociedad. Por otra parte, estamos muy atados a las doctrinas, leyes, seguimos sin volver al evangelio… Esto lleva a que no seamos misericordiosos muchas veces en nuestras acciones, con los demás.
Vemos además que falta alegría y amor en la entrega, en la realidad, en el día a día…quedando anuladas las obras buenas de los cristianos, con la falta de congruencia y de integridad de otros que se hacen llamar seguidores de Jesús. Dialogamos que la desafección y el rechazo a la Iglesia se deben a esta misma razón. Muy fuerte … pero las observaciones son ciertas, por más que nos sean también dolorosas y a su vez nos interpelan como cristianas.
A Jesús le preocupa que sus seguidores pierdan la identidad. Si se vacían del Espíritu Santo, no encontrarán nada con que recuperarlo.
Jesús, tú eres la luz del mundo. Si hay luz y nadie la esconde, nada puede impedir que brille e ilumine y es lo que pasa con tus seguidores: la luz que nos viene de Jesús iluminará al mundo entero.
Si no nos apagamos, ni nos ocultamos ante nadie, esa luz que viene de Jesús, se iluminará el mundo. Es absurdo comprometernos a hacer obras buenas a fin de sacar prestigio personal, poder, superioridad, etc. Según Él todo tiene que destinarse… A la Gloria del Padre de los cielos, que va abriendo camino entre nosotros, para construir juntos un mundo más justo, fraterno y feliz para todos.
Y nosotros los cristianos ser testigo de su amor con obras buenas, con una actuación humana y humanizadora, con un seguimiento práctico, más que doctrinas, es hacer visible el evangelio con nuestras vidas. Traemos a San Francisco de Asís, que enviaba a sus seguidores diciéndoles: “vayan a evangelizar, y si es necesario, hablen…”
Roser, Mariana, Carmen, Shirley, Griselda y Natalia
GVJ CAMINO DE EMAÚS. T34
Sois la sal de la tierra y la luz del mundo. Mateo 5,13-16
Queridos amigos, amigas de Grupos de Jesús, compartimos con vosotros nuestra reflexión del tema 34.
Así y todo, no creo que Jesús prescinda de nadie a la hora de propagar su Reino. A lo mejor la sal que yo tengo sólo dé para un huevo frito, y la luz que irradio sólo sirva para no andar dándome trompicones por ahí, pero aun así…pienso que Jesús “se arriesga” a servirse de mí, aunque sea para cosas muy pequeñas.
el seguimiento de Jesús es posible porque se ha encarnado en nosotros, y que no hace falta ser Teresa de Calcuta para ponernos a su servicio, cada uno desde su pequeñez, sin preocuparnos por los resultados.
La sal sirve para dar sabor y conservar los alimentos que nos regala la tierra. Actualmente la hemos desvirtuado, añadiéndole un valor negativo en el terreno de la salud, eleva la tensión arterial. Quizás a los seguidores de Jesús nos ha ocurrido lo mismo. Hemos desvirtuado el mensaje del Evangelio y ha dejado de ser la guía y sentido de nuestra vida. A veces incluso lo convertimos en negativo, cargado de leyes y preceptos para aquellos que se acercan a saborearlo. Al hablar de pisoteados me refiero que nuestras palabras y actos solo sirvan para alejar a las personas, en vez de atraerlas. Si en mi interior no arraiga esa buena noticia, si no estoy preñada de su sabor, no voy a transmitir ni conservar nada. Y eso me lleva a salir de mi zona de confort y quedarme a la intemperie con el Evangelio, a saborearlo en su originalidad, a saciarme de su sabor. Solo de esa forma mi vida tendrá sentido, cuando con mis acciones y quizás menos con mis palabras sepa transmitir la buena noticia que está rebosante de humanidad.
La imagen de la luz me resulta más potente, me hace más sentido. No se trata de “hacer proselitismo”. Es difícil ponerlo en palabras, pero quizás si contemplamos la luz del fuego podamos comprender algo de esto. Una luz que está, no hace nada más que estar. Y con ese solo estar ¡Cuánto cambia todo!!!! Jesús identifica ese ser luz con dejar ver las “buenas obras”. Con trabajar por el reino de Dios, con esa naturalidad, solo siendo (como la sal y la luz).
Todos/as estamos llamados/as a descubrir nuestro verdadero potencial, lo que de Dios llevamos adentro, y manifestarlo a través de nuestras obras: que nuestra vida tenga sentido para nosotros/as y para los/as demás, despojándonos de las necesidades que reclama nuestro ego y descubrir que el verdadero sabor (la sal) de la vida está en el servicio.
Y en esa tarea que realicemos con alegría, compromiso, responsabilidad, pasión, cariño, generosidad y empatía por los demás, tal vez podamos ser luz para quienes no han descubierto su verdadera identidad y necesiten de nuestra palabra o acción para que puedan encontrar el valioso sentido de sus vidas, y poder desarrollar plenamente su humanidad.
Dios es solamente Luz, una luz que se expresa en el amor que cada uno enciende en el otro, pues, al final del camino, la lámpara de cada uno es el otro”.
Jesús quiere que pongamos sazón y música a la vida nuestra y de Los que se Cruzan y que seamos linternas LED que iluminen reflejando a Dios en la oscuridad de la existencia.
Jesús debió poseer charlas, términos, chistes, gestos que daban buen sabor a sus parábolas, comidas, bodas y visitas sociales. En el grupo observo ejemplos de discípulos que son sal y dan exquisito sabor a Las reflexiones y diálogos.
No veo otra forma de ser sal o ser luz para los demás que la que propone el mismo Jesús: “Que vean vuestras buenas obras” o sea, que perciban el reflejo de lo que de él hay en nosotros.
Tido el tiempo me encuentro con muchas personas anónimas que hacen el bien. No me importan sus creencias (o increencias) religiosas, ni sus filiaciones políticas, ni nada que haga a sus soberanas elecciones personales. Basta su vocación de “pasar por esta vida haciendo el bien”, que es lo que decían de Jesús sus contemporáneos. Esas cosas me reconcilien con la humanidad, me llenan de esperanzas y de ganas de seguir en el camino al que se me ha convidado.
Jesús, concédeme fe y paciencia para perseverar en mi búsqueda de tu presencia en mí y de mi unidad con todo lo creado.
Y mientras tanto, líbrame de la preocupación por cómo hacer para que tu vida en mí trascienda hacia los que me rodean. ¡Cómo si dependiera de mí! De eso ya te ocupas tú, y no necesito ni enterarme.
Te doy gracias por este grupo de buscadores que me enseñan cada día como vivir tu presencia en nosotros.
Jesús querido: ayúdame a ser más fiel a tu Palabra en actitud frente a la vida y en acciones concretas hacia los demás. Donde haya duda, que yo ponga fe; donde haya desesperanza, que yo ponga esperanza… Haz que no busque tanto el ser consolada como consolar, el ser comprendida como comprender. ¡Gracias, Jesús!
Jesús, ayúdame a continuar fiel a tu mensaje, a seguir tus pasos, a no desviarme. Pero también te pido que me ayudes a ser respetuosa con los demás y con el camino que ellos elijan. Que no caiga en la soberbia y en creerme poseedora de la verdad.
Gracias Dios Padre-Madre por regalarnos la gratuidad de tu amor, de tantas y hermosas maneras. Gracias por dar luz y sabor a nuestras vidas desde tantas personas y situaciones, incluso a través de aquellos que te conocen por otros caminos y con otros lenguajes diferentes a los nuestros.
Agradezco la misión encomendada. Quiero ser junto a Jesús, sal, luz y transparencia tuya, aunque a veces no sepa bien el qué ni el cómo.
Ayúdanos como grupo y como personas, a estar dispuestos a ayudar y a dejarnos ayudar en la construcción colectiva de tu Reino.
Pongo en tus manos nuestro camino de conversión permanente.
Querido Jesús, no sé bien la misión en términos globales que me encomiendas, sólo quiero pensar que paso a paso se deje traslucir que sigo un camino que al final suponga más luz que oscuridad, más buen sabor que amargor, más liberación y respiro que encierro y ahogo.
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Adolfo, Adriana, Consuelo, Graciela, Ilda, Juan, Kontxi y René
Excelente enseñanza, bendiciones a todos los hnos. en Cristo Jesús. con Cristo todo y sin Cristo nada. palmas para Cristo y María.
Hola compañeros aquí os dejamos el comentario para la web de nuestro grupo En Camino.
Ser sal de la tierra supone un compromiso responsable en unos momentos en los que nos sentimos lejanos unos de otros, sosos, sin luz…. Precisamente en estos momentos nos resultan fundamentales las palabras y los ejemplos de aquellos compañeros de nuestros «Grupos de Jesús» que tienen más fuerza y que sienten ser sal y luz en el mundo. Ellos nos permiten mantener la esperanza y nos animan a no entorpecer la esencia de Dios cuando no desplegamos toda nuestra humanidad.
Este tema nos ha permitido reflexionar sobre nuestro potencial humano, pero a la vez, sobre nuestro cansancio y desánimo como parte de la vida. En estos momentos de dificultades físicas y espirituales, nuestra aspiración, como el fermento en el pan, debe ser de esperar a recuperar la fuerza que nos ayude a crecer y hacer crecer lo que nos rodea.
Siguiendo la alegoría de la sal, comprendemos que la sal alarga la vida de los alimentos como Jesús nos pide alargar la vida de aquello con lo que tenemos contacto. Además, cuando un alimento tiene la sal necesaria nadie se acuerda de ella, de esta manera, nuestro compromiso para dar sabor y vida debe hacerse de una manera discreta y silenciosa.
Respecto a la Luz, identificamos que en los tiempos actuales, en los que predomina el falso entretenimiento y el derecho a la comodidad, hemos llenado nuestra vida de obstáculos que nos impiden ver la luz. Una luz que necesitamos porque solo con ella es posible revelar lo oculto que hay dentro y fuera de nosotros. Estar cerca de la luz es estar cerca de la verdad y la sinceridad tan necesarias en una era en la que la mentira se ha normalizado.
En conclusión, no queremos que la exigencia del evangelio nos agobie, sino que dilate nuestro ánimo y nos lleve, como a niños, a los brazos del Padre, quien será el que complete la obra que nos ha encomendado.
Un fuerte abrazo.
Queridos amigos, amigas de Grupos de Jesús, compartimos con ustedes nuestra reflexión del tema 34.
1. El cristianismo es para la vida lo que la sal para la comida. El cristianismo está llamado, entonces, a dar sabor a la vida: SER “saladores de la eternidad”, al buen decir de san Hilario de Poitiers (la tragedia es que, muchas veces, la gente ha relacionado nuestro cristianismo con, precisamente, lo contrario: lo han conectado con lo que “le quita” sabor a la vida).
2. Vivir nuestra fe de manera “sosa” es muy común: Se piensa que por haber sido bautizados de pequeños, ya se está a salvo de todo; que ya no necesitamos poner nada de parte nuestra. Los cristianos, por naturaleza, estamos llamados a “impactar” (dejando nuestra “impronta”) en las múltiples realidades que vivimos.
3. Somos la luz del mundo cuando ayudamos a otros a salir de las tinieblas del pecado, de una situación difícil que estén viviendo o cuando nos pronunciamos en contra de lo que está mal.
4. Si perdemos nuestra luz –¡también LA Luz!–, perdemos pie, dirección y sentido en nuestro caminar y, con eso, se nubla del todo nuestra mirada (llamada a dirigirse hacia el más amplio y fecundo horizonte).
5. Los discípulos misioneros de Jesucristo somos “llamados” y “enviados” al mundo para algo; así, nuestra “presencia” en medio de él no puede –¡no debe!– pasar desapercibida, como si no existiéramos, en lo absoluto.
6. Nosotros somos “testigos” y “portadores” de un don inmenso (cf. 2Co 4,7) que se nutre de nuestra “común” identidad de hijos en el Hijo y nuestra pertenencia a una comunidad de referencia.
7. La “sal” y la “luz” son dos elementos cuyo propósito es estar siempre al servicio. Los cristianos somos «sal de la tierra y luz para el mundo» para dar mayor gloria a Dios.
8. En esta crisis, agravada por la pandemia mundial del COVID-19, hubo –y hay– personas que son “sal” y “luz” (médicos, policías, militares, personal de limpieza, de mantenimiento, etc.) para muchas otras; ellas trabajan y luchan todos los días con honestidad y justicia; ellas ayudan siempre y se sacrifican pese al gran peligro de contagio que todavía persiste. Este tiempo “insólito” nos ha ayudado –y nos ayuda, todavía– a ver lo más grande y hermoso que puede tener el ser humano, pero también lo más sucio y oscuro de lo que es capaz.
9. Mi actividad ahora es la oración. Y no es que la menosprecie ni mucho menos. Algo me quiere decir Dios con esto. Pero me encuentro un poco confundida. En aras de la salud, dejé de visitar a mis enfermos para llevarles la Eucaristía… ¿Habrá sido esto lo correcto?
10. Ahora mismo estoy algo confundida. Igual tengo la ilusión de que, en estos próximos días “santos”, fluyan más las ideas y pueda yo organizarme mejor.
11. Tengo que vivir mi vida como si el Reinado de Dios estuviera ya establecido aquí en la Tierra. Tengo que ayudar a “los últimos” en cuanto pueda.
12. Me estoy esforzando por ser un seguidor de Jesús, y sé que Él me ayuda en este proceso.
13. Jesús me invita, a través de este pasaje, a ser sabio.
14. En este último año de confinamiento, me siento mucho más «saboreador» de la vida que antes: el gran “peso” que tenía en mi vida la cotidianidad fue disminuyendo (como que la carga en esta mi mochilita de vida fue sustancialmente aligerándose), lo que me permite hoy ser más consciente del momento presente. En esto voy encontrando mi “clave” más humana de VIVIR…
LA MUÑECA DE SAL (Anthony de Mello, S.J.)
Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros de tierra firme, hasta que, por fin, llegó al mar.
Quedó fascinada por aquella móvil y extraña masa, totalmente distinta de cuanto había visto, hasta entonces.
«¿Quién eres tú?», le preguntó al mar la muñeca de sal.
Con una sonrisa, el mar le respondió: «Entra y compruébalo tú misma».
Y la muñeca se metió en el mar. Pero, a medida que se adentraba en él, iba disolviéndose, hasta que apenas quedó nada de ella. Antes de que se disolviera el último pedazo, la muñeca exclamó asombrada: «¡Ahora ya sé quién soy!».
GVJ SHEMÁ-EFFETÁ
AURORA, ÉDGAR, CARLOS, MANUEL, WILMER, MARÍA JOSÉ
Querido lector/a, te invitamos a acercarte a Jesús compartiendo contigo lo que nos ha sugerido este tema.
ACERCAMIENTO AL TEXTO EVANGÉLICO
En el Evangelio de hoy, Jesús se vale de dos elementos extraídos de la naturaleza y la cotidianidad de la vida para hacernos entender su mensaje: la sal y la luz. Con ambos diseña Jesús una metáfora mediante la cual recibimos una importante instrucción sobre la misión de la comunidad. Tiene que ser sal de la tierra y luz del mundo. La sal no existe para sí, sino para dar sabor a la comida. La luz no existe para sí, sino para iluminar el camino. La comunidad no existe para sí, sino para servir al pueblo.
Pero la fe de la comunidad puede distorsionarse y volverse sosa e insípida. Eso ocurre cuando dejamos de sentirla desde nuestro interior y pasa a ser algo mecánico, sin vivirla, sin sentirla, sin frutos y sin compromiso. Es decir, en palabras del Papa Francisco, una fe “light”. De lo que realmente se trata es de llevar una vida en la que lo más importante sea estar en las cosas del Padre, como hacía Jesús. Y, quieras o no, si estás unido a Él ya no vas a poder esconder esa luz. Es casi imposible ocultar nuestro comportamiento, ya que es como una fuerza que hay dentro de nosotros y nos impulsa a irradiar a los demás. Igual que fue toda la vida de Jesús: tan elemental, tan sencilla… Así, tan espontáneamente como Él obraba, debemos ser nosotros. Eso significa estar con los necesitados: “Ver” las necesidades y problemas de nuestros semejantes, considerar que son nuestros, y esforzarnos en darles solución. De este modo, podremos ser luz porque permitiremos que los demás vean que otro mundo es posible.
Para terminar, la observación final que Jesús nos hace es fundamental: “Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre, que está en el cielo” Es el objetivo de todo este camino: Realizar un proceso de conversión para descubrir a Jesús; y por lo tanto, para vivir la fe día a día. Vivir la vida desde el amor y la misericordia nos alimentará (como la sal) y nos iluminará a todos (como una lámpara). Sus seguidores -dentro del corazón de las masas-, hemos de ir transformándolas al introducir en ellas, con nuestro testimonio, el Reino de Dios. A través de “nuestra sal”, y de “nuestra luz”, los que nos rodean han de percibir la posibilidad de un nuevo mundo, de un sentido nuevo en su existencia que los lleve a experimentar el amor del Padre.
ACERCAMIENTO A LA VIDA
+ Yo creo que me falta mucho, cada vez que me examino encuentro mucho que aprender y mucho que dejar, pero eso es conversión. Lo importante es dejar a Dios ser Dios y saber que en la debilidad se reconoce la grandeza, el amor y su misericordia.
+ A los cristianos, ni a la Iglesia, no se nos ve hoy como testigos de Jesús. Se ve en el cristianismo no la manifestación del amor liberador del Padre en Jesús, sino como una institución anquilosada, inútil para los hombres hoy, anclada en ritos, dogmas, preceptos sin vida. ¡Qué lejos de lo que Jesús vivió y de la invitación que nos hace a seguirlo, a imitarlo!
+ Siempre incido mucho en la importancia de ser coherente para que puedas resultar creíble ante los demás. Considero que la coherencia es la mesa que soporta el salero y la lámpara, y eso es algo en lo que procuro estar atenta.
+ Sí, he avanzado, porque no soy el mismo que hace tres años cuando iniciamos nuestro camino de Grupo Virtual de Jesús a través de MARANATHA. Percibo que no soy el mismo, lo que “per se” ya significa un avance. Hay momentos, hay días, en los que siento al Padre y a Jesús, y siento una paz interior.
+ Es un trabajo diario y busco que mi vida sea agradable a Dios en lo que Él quiere que seamos testimonio para los demás; esa es mi oración diaria, le pido al Señor que con mis actuaciones esté siendo instrumento de Él.
+ Muchos cristianos, hoy parece que hemos convertido el Evangelio en una religión prudente razonable, inoperante y adormecida, cuando el Evangelio debería ser no una religión sino una forma de vida.
+ Claro que mi seguimiento a Jesús me ayuda a vivir con más sentido, ya que permite “ver” el mundo de otra manera, desde el corazón. En los momentos en que se consigue, te llenas de luz y esperanza. En mi caso, no lo vivo siempre y en todo momento, pero lo intento.
+ Lo que anula la fuerza de la sal y de la luz en mi es cuando me separo de la unidad con Jesús de la comunión con Él, hoy en día hay muchos estímulos, noticias, conflictos, políticos, entretenimiento de masas, tv, etc. No nos separemos de Jesús y no habrán cosas negativas.
ORACIÓN
Señor Jesús, gracias por haberme llamado a tu proyecto humanizador, gracias porque me muestras el amor y la misericordia del Padre. Tú me conoces y sabes lo que necesito y lo que también puedo aportar desde tu amor y misericordia a la misión que Tú me envías. Ayúdame Señor, a ser transparente y a hacer con amor, humildad y perseverancia todo aquello que sirva para el bien de los que sufren. Amén.
JAVIER, ISABEL, LUCILA, FRANCIS, MARGALIDA, ANTONIO, MARIVI, ANA VILMA, RICARD
GVJ EMAÚS
– Sois la sal de la tierra y la luz del mundo
Mateo 5,13-16
I ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
…Jesús nos está diciendo que nosotros.
los cristianos…somos la sal de la Tierra y la luz del Mundo
…Por el bautismo hemos sido injertados en Jesús. Se ha derramado en nuestros corazones su espíritu de Amor. Él habita en nosotros. Por eso “somos sal y luz”, porque Él, Jesús, vive en nuestro corazón. Y la sal da sabor. Y la luz ilumina. Si dejamos que salga de nosotros ese gozo de sabernos amados, esa entrega y compasión de Jesús hacia los que nos necesitan, seremos sal y luz en medio del mundo “haciendo las buenas obras que Él dispuso de antemano para que las realizáramos” (sigue diciendo Pablo).
… Al final, «sal» y «luz» quizás no sean sino otro nombre de la compasión” ( Web de FE ADULTA)
… Sal de la tierra.- Me sugiere espontáneamente la imagen de algo que da sabor; fácil de entender como símbolo capaz de dar vida
…-Si la sal se vuelve sosa.- La advertencia de Jesús es oportuna porque es fácil vivir la fe cristiana de manera sosa e insípida: Cristianos que viven la fe arriesgando su vida es más difícil que ser cristianos que viven su fe de manera aburrida, alejados de la fe en Jesús y de la práctica del amor fraterno, centrados en prácticas rutinarias, sin ninguna incidencia en el proyecto de Jesús o en la humanización de nuestro entorno.
…“cada uno de nosotros separados de los demás, no somos absolutamente nada. Mi existencia solo tendrá sentido en la medida que pase a formar parte de los demás disolviéndome en ellos…así como la sal se disuelve en los alimentos para sazonarlos “ ( Web de Fe Adulta)
… Cuando uno enciende una luz espera que la oscuridad retroceda, los discípulos de Jesús somos enviados al mundo para algo y nuestra presencia en medio del mundo no puede pasar desapercibida
…-La luz del mundo.- Me parece una imagen apropiada para definir la identidad y la misión del seguidor de Jesús. Ser luz en medio de la oscuridad siempre es peligroso: cristianos que no temen ir contracorriente, son signos de contradicción, por ser instrumentos, germen y semillas del Reino en el mundo.
… Vivir un cristianismo a medias, a la medida, que se adecua para no incomodaren nombre de una falsa tolerancia y apertura al mundo, ¿no es volvernos insípidos como cristianos? ¿No es meter bajo el cajón la luz de Cristo que recibimos en el Bautismo?
”Si quieres… que brille tu luz en las tinieblas, que rompa tu luz como la aurora, comprométete con el que pasa hambre, tiene sed, está desnudo y sin techo (las famosas obras de misericordia, que se conocían ya en el antiguo Egipto); destierra la opresión y la maledicencia.” ( Web de Fe Adulta)
… Este camino, sin duda, despertará muchas veces incomprensiones, nos acarreará dolor e incomodidad, pondrá a prueba nuestra fortaleza…
“Tienes una tarea para realizar.
Desde que has nacido la tienes
pero raramente la descubres.
De vez en cuando, y como una estrella,
alguien la devela.
Entonces, con ella,
ilumina al mundo…” (Rumi Poeta y místico persa S XII)
II ACERCAMIENTO A LA VIDA:VEO, CONTEMPLO, ACTÚO
…Hola a todos, querido grupo, reflexionando sobre ser sal y luz. Pienso que no siempre soy Tal en la misión y eso que como consagrada soy punto de referencia para muchos, me falta configurarme más con Cristo y ese es mi compromiso, recuperar el sabor y la luz de mi vocación para dar sabor y ser luz en la vida de muchos. Que a donde yo vaya sea sal y luz. ??
…Testimonio de mis hermanos Mapuches:
Son testimonio de sal y de luz, de estar unidos a la Naturaleza,,,a la vida y a Dios desde el lugar donde ellos están…y también testimonio de solidaridad …solidarizándose con sus compañeros…siendo muy valientes en este momento en que están siendo perseguidos…Uno de ellos haciendo en este momento huelga de hambre…Ellos para nosotros son sal y son luz…Defienden sus derechos y nos comparten su cultura…sus enseñanzas…su sabiduría…
En lo personal…viendo hacer a mi hija, presentar su disco con su conjunto…Pienso que después de la muerte de mi marido y de mi hijo…he podido ser de alguna manera…sal y luz…
Un camino trabajoso…amar el propio barro, la propia vulnerabilidad, encontrarse con la propia sombra y aceptarla con ternura al ponerla en su luz…y entonces con ella sentirse sostenido en su roca…donde hay espacio para todos …entonces gozosos invitar desde allí a compartir la vida desde la semejanza
…….Ser sal y luz…es vivir las condiciones en las que nos corresponde vivir.. …En nuestra país, en nuestra Venezuela, ¿En qué consiste ser sal y luz?…Es trabajar en medio de las situaciones que vivimos…tratando de dar un motivo de esperanza…motivo de fe, de lucha para que nuestro pueblo siga adelante …sintiéndonos partícipes de una historia que hemos construido y con cada uno…con cada una…nos convertimos en sembradores de esperanza..
… Poblado donde estuve un mes
Sanghe Senegal, proyecto de escuela subvencionado por Manos Unidas, promocionado por religiosas de la Inmaculada Concepción de Castres. Importante musulmanes y cristianos juntos. Se inauguró escuela este año…En Senegal 90% musulmanes, 10% otras religiones entre ellas la católica.
…VEO:
Todas las semanas durante dos años, X e Y, dos miembros del proyecto de alimentos en La Cañada, un barrio periférico en Madrid, coordinan a grupos de familias que reciben del banco de alimentos puntualmente una vez en semana ayuda según el número de miembros y necesidades: gracias a la acogida y la puesta en contacto con el banco de otros miembros del proyecto.
CONTEMPLO:
La gloria de Dios es el bien de los hombres. En estas personas descubro la presencia de la gloria de Dios que gracias a sus «hijos» hacen posible la humanización de estas familias más necesitadas (sin trabajo y con cargas familiares)
ACTÚO:
Esas personas son una llamada a ser testigo del amor y de la compasión de Dios en nuestra tierra y en el mundo: cómo ser sal y luz en medio del sufrimiento humano de los enfermos terminales y ancianos solos.
…VEO
A “X” ….Ella fue compañera mía … ,pasamos ratos muy agradables juntas. Estudiando me brindó su ayuda desinteresada… Inteligente y constante, consiguió un puesto de trabajo estable… Esa era una de sus aspiraciones ..En mi trabajo, continuó repetidas veces ofreciéndome su ayuda, siempre eficaz, siempre lúcida, siempre acertada…Se casó y tuvo hijos… …Conflictos personales continuos e hirientes le rodearon.. .Enviudó…La enfermedad hizo su aparición…Hace poco, con ocasión de su santo le felicité y me llamó…Quería que nos volviéramos a reunir con los que fueron amigos míos y suyos hace años…, aunque fueran pocos, me decía. y me pidió que los localizara…Así lo hice y un día, no hace mucho, nos reunimos con algunos de ellos y sus parejas a comer…
CONTEMPLO
Contemplé a X durante la comida, cómo ella relataba la historia de su vida…de sus sufrimientos…Yo, esta historia ya la conocía…y me resultaba un poco pesado constatar cómo, sin parar de hablar, ella volvía otra vez sobre esa historia …Sus conflictos… su enfermedad…Pero hubo algo de lo que ella contó en lo que yo no había caído en la cuenta…Cuándo nos conocimos ella y yo…Fue antes empezar la carrera…en el Preu…en un instituto….dieciséis años las dos…y entonces …yo formulé una frase que después volvería a mi cabeza…”Sí, allí fue donde yo te conocí”…Por la noche en mi casa la frase volvió a mi cabeza…y con ella, la imagen de “X” con dieciséis años, tan llena de vida e ilusiones, me aparecía una y otra vez…Entonces pasó lo que a lo largo de estos años, aunque yo siempre conocí su historia, nunca me había pasado al pensar en “X”…Me rebelé contra la vida que le había tocado vivir, contra las heridas que los sufrimientos le habían ocasionado….Y las lágrimas acudieron a mis ojos…Un sentimiento de agradecimiento hacia ella me invadió…y desfilaron ante mí tantas y tantas ocasiones en que me había brindado su ayuda… …
ACTÚO
Le escribí y le conté lo que me acababa de pasar y le di las gracias por todas aquellas veces en que ella, de forma totalmente desinteresada, me prestó su ayuda y había sido SAL Y LUZ para mí..
III CONVERSIÓN PERSONAL
…A veces me siento una seguidora de Jesús, y otras veces me siento lejos de ser seguidora, enfrascada en la realidad y otras quehaceres que me distraen de ser una gran seguida de Jesús
“Somos, por gracia de Dios, portadores de un don inmenso: la Buena Noticia de Jesús”
Me falta más fiarme y creer y leer y reflexionar sobre Dios y Jesús su evangelio y dejarme llevar y obedecer al espíritu
… Todo eso que he escrito antes es verdad y lo siento como muy real y lo agradezco cada día.
¿Qué me pasa que hago el mal que no quiero y no hago el bien que quiero?
Cada día también necesito convertirme para vivir desde ahí, y no desde mi egoísmo, desde “el pecado que también habita en mí”.
Necesito fe, confianza, amor, dejarme guiar por su evangelio que siempre me inclinará a lo que es mayor amor, entrega y compasión hacia los que están a mi lado o a quienes me acerco cada día.
Le pido a Dios Padre que me dé audacia, esperanza, amor y constancia para ser testigo de la misericordia de su Hijo con la fuerza de su Espíritu.
…En estos momentos doy gracias por haber sido llamado por Jesús para ser sal capaz de dar sabor a la vida y ser luz que ilumina a otros.
Con la oración «conviérteme primero a mí» (página 255) le pido a Dios Padre que me dé audacia, esperanza, amor y constancia para ser testigo de la misericordia de su Hijo con la fuerza de su Espíritu.
IV COMPROMISO CON EL PROYECTO DE JESÚS
…
-Queda anulada a veces la fuerza de la sal y la luz de los cristianos por no poner PAZ, AMOR, PERDÓN, UNIÓN, VERDAD, ESPERANZA, LUZ Y ALEGRÍA allí donde estamos.
En estos momentos de mi vida necesito reconstruir mi proyecto de vida personal y pastoral, «nacer de nuevo», para dar sentido y vida en plenitud: Cómo ser signo de esperanza con otros en medio de las desesperanzas, sombras y muros que anidan en el corazón de la Iglesia, sociedad, familia y barrio, que nos impiden reconocer el paso de Dios por la historia y secundar su proyecto.
…Sí. Nos falta fe viva en que todo esto que decimos es REAL.
Ya Jesús decía: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza…….”
Se la pido al Señor para mí y para todos.
… ese es mi compromiso, recuperar el sabor y la luz de mi vocación para dar sabor y ser luz en la vida de muchos. Que a donde yo vaya sea sal y luz.
«Seremos capaces de ser luz y sal o dejaremos escondido el poder que Dios nos ha dado para transformar el mundo?»
V ORACIÓN FINAL
Conviérteme primero a mí
Para que yo contagie a otros la
Buena Noticia.
Dame audacia.
En este mundo escéptico y
autosuficiente
Tengo vergüenza y miedo.
Dame esperanza.
En esta sociedad recelosa y cerrada,
Yo también tengo poca confianza en
Las personas.
Dame amor.
En esta tierra insolidaria y fría,
Yo también siento poco amor.
Dame constancia.
En este ambiente cómodo y
superficial,
yo también me canso fácilmente.
Conviérteme primero a mí,
Para que yo contagie a otros la Buena
Noticia.
(P. Loid,GRUPOS DE JESÚS p 255)
QUE HOMBRES Y MUJERES VEAN LAS BUENAS OBRAS.
Cuanto más medito sobre las palabras de Jesús y su Buena Noticia, más tomo conciencia de la idea central de su mensaje: la Humanidad se salvará por medio de las obras, dando testimonio coherente del mandamiento de Amor y Misericordia que él mismo vivió y dejó como promesa de salvación.
Es el anuncio del Reino que Dios quiso desde siempre, su voluntad.
Para Jesús, el obrar humano, no sólo debe determinar el camino y trayectoria de una vida hasta alcanzar su salvación, sino que ha de ser ejemplo y referencia a seguir por otros-as. Por tanto, no puede ser un obrar frívolo, que sólo se acomode a nuestros intereses y conveniencias, las que van surgiendo sin más, en el día a día de la cotidianidad de nuestra vida, ni tampoco a estrategias de poder, dominio donde prime lo mío, mi libre albedrío; es ante todo, una manera nueva de vivir, de pensar y sentir en clave de tú y los otros, el talante consciente y responsable de saber, por qué creemos y hemos tomado la decisión libre de seguir a Jesús.
Jesús sale a nuestro encuentro, para decirnos que vale la pena ser «buena gente» y hacer todo el bien posible, que es la manera de «glorificar y bendecir» la obra de la Creación, seguir haciéndola digna de Dios, que pueda decirnos que: «TODO HA SIDO Y ES MUY BUENO».
La Humanidad, lleva dentro de sí, la «imagen» sagrada del «rostro» de Dios. No tenemos otro dato ni referencia que nos acerque más, al Misterio insondable de Dios, que todo hombre y mujer están llamados a revelar.
Dios es nuestro Creador, el interrogante y también, la interpelación permanente a todo cuanto conforma nuestra vida.
Una vida que en Jesús, adquirió sentido pleno de transcendencia.
Jesús, un ser humano nacido de mujer como nosotros, nos habla del Padre, Abba, así le llama, es el Creador de todo cuanto existe. Nos dice cómo es Dios, cuál es su esencia real y verdadera, y el destino último que Jesús llama: el Reino de Dios. Un lugar, donde únicamente tendrá cabida el AMOR Y MISERICORDIA DEL PADRE, y de cuantos hombres y mujeres se hayan hecho, por así decir, dignos de ese lugar llamado por Jesús «el Paraiso».
Mostrar esa semblanza de Amor y Misericordia es lo que nos pide Jesús: «QUE VEAN VUESTRAS BUENAS OBRAS, PARA QUE DEN GLORIA A DIOS». No sólo es un buen consejo, un deseo sincero de buenas intenciones; Jesús, no ha venido sólo a este mundo a decir cómo hemos de conformar nuestra vida, haciendo visible, el «rostro» de la Misericordia de Dios. Quiere, es voluntad del Padre, que todo nuestro sentir y obrar, nuestros anhelos y deseos más profundos, estén encaminados a la Salvación de la Humanidad, la cual, hemos llamado «LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR». Es, por tanto, la Misión de todo hombre y mujer, vivir con la mirada puesta en el Reino de Amor querido por Dios.
No somos cristianos-as, para vivir del recuerdo de una historia, la de Jesús, que vaya quedando atrás, contada a través del tiempo hasta nuestros días. No es ese el sentido verdadero del hecho de ser y llamarnos cristianos.
En nuestro mundo hay sobradas razones para el excepticismo, la duda, recelo y desconfianza, de ahí que, todo aquéllo que no sea verificable con hechos y obras, es poco probable, que pueda ser aceptado como válido y creíble.
Hoy también nos diría Jesús, a nosotros, hombres y mujeres de este siglo: «Que el mundo VEA vuestras BUENAS OBRAS y gestos llenos de Amor y Misericordia, y que, al verlas, alaben a Dios.
Estamos inmersos en un desconcertante «caos», las noticias se suceden a ritmo de vértigo, y para desdicha de una inmensa mayoría, el sufrimiento hinca su aguijón, zahiere más allá de lo soportable.
No «pinta» muy bien la Tierra creada por Dios, dando lugar al desaliento del obrar humano, provocando desesperanza y cada vez más, el vacio existencial.
Jesús nos alerta, es necesario y urgente hacer visibles nuestras buenas obras. Sin la coherencia práctica, real y visible, la «imagen» de Dios que es cada ser humano, queda «desfigurada», sin la luz de la belleza y el gozo y alegría sublimes del Amor y Misericordia de Dios.
Alguna vez, acordándome de Hirosima, vislumbro aquellas imágenes dantescas: la tierra calcinada, la vegetación yerma, los cuerpos humanos abrasados por la radiación. Son las obras que nunca más la Humanidad debe conocer, tantos horrores como nos debieran interpelar y que aún persisten.
Más la Esperanza nos dice que hay «batallas» que ganar, que no todo está perdido, que existen millones de hombres y mujeres, apostando cada día por hacer de la Tierra, un lugar más habitable para todos-as, mostrando el verdadero «rostro» del Amor y Misericordia de Dios.
Es el «cántico de alabanza», la Gloria del Creador, visible en sus criaturas.
Ser Luz diáfana y transparente, que irradie a todos-as su cálida presencia, no dando lugar a que otros-as digan: «no las tengo todas conmigo», hay apariencia y ambigüedad, oscuridad, falta de verdad y testimonio.
Ser sal, dar «sabor a la vida» de manera sana, llevando alegria y ayudando a vivir, haciendo de la trayectoria existencial, espacios de acogida amables y sencillos, donde compartir cuanto nos une de manera fraterna. Y todo con sinceridad y respeto.
Que el Señor acompañe nuestras obras y
deseos, ser «constructores» de su Reino de AMOR.
Miren Josune