Juan 20,19-22
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
—Paz a vosotros.
Y diciendo esto les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió:
—Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos, y les dijo:
—Recibid el Espíritu Santo.
- Ver el contenido de las dos reuniones de este tema en el libro Grupos de Jesús, de José Antonio Pagola
Primera reunión: Acercamiento al Evangelio
– Guía de lectura
– Acercamiento al texto evangélico
– Comentario
Segunda reunión: Acercamiento a la vida
– Conversión personal
– Compromiso en el proyecto de Jesús
– Sugerencias para la oración
Tema 38
Reflexión final: Yo os envío
La buena noticia de Jesús dice Pagola nace del encuentro con el Señor Resucitado. Solo Él nos puede contagiar la alegría del mensaje y podemos transmitirlo a otros en la medida en que nosotros lo vivimos.
No sirve tratar de convencer al que no cree, sirve dar testimonio del Señor con nuestra vida, es el mismo Jesús que actúa directamente a través nuestro y sigue evangelizando y derramando gracias en nuestros corazones.
El texto dice que Jesús se presenta a los discípulos y se pone en medio de ellos estando las puertas cerradas. No atraviesa paredes, se hace presente directamente en medio de ellos, en medio de la comunidad.
Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor…, estás palabras son profundamente humanas, el amigo perdido está presente de nuevo y quienes antes estaban tristes se alegran, el Espíritu del Señor ya está en medio de ellos, pero esto dice mucho más, porque el amigo perdido no viene de un lugar cualquiera, sino de la noche de la muerte, no es uno cualquiera sino que es el amigo aquel que es la verdad, que hace vivir a los hombres, y lo que da no es una alegría cualquiera, sino la propia alegría que es el don del Espíritu Santo.
El contexto es de oscuridad (al anochecer de aquel día) y de miedo (con las puertas cerradas) hasta que son capaces de percibir la presencia de Jesús «en medio de ellos» y es en ese momento, al reconocerlo, cuando llega la paz y la alegría.
Este pasaje es muy especial, es esperanzador y nos habla a nosotros. Al anochecer nos vienen los miedos, las inseguridades. Si nos ponemos en oración y hacemos presente a Jesús, vamos a tener fuerza y al igual que los discípulos nos va a transformar. Es un proceso lento, es aceptarse, compartir, valorarse mutuamente.
Los apóstoles han vivido con el Señor y conocen de primera mano el mensaje recibido por su Padre que ha sido en sus obras. En Jesús está dicho todo.
“Como el Padre me ha enviado así os envío yo». El texto del envío parte desde la oscuridad, donde hay oscuridad no hay posibilidad de hacer crecer nada. Sin embargo, es en la oscuridad donde ciertas cosas reposan hasta que les llegue el momento. Joan Chittister dice que el ser humano crece desde la oscuridad, desde ese lugar que ha tocado fondo, vislumbra la luz y la fuerza por salir, ese es el punto del ¡Aleluya!, la fuerza interior por salir de la noche oscura.
Debió estar la oscuridad para que el Señor resplandeciera en sus corazones, Jesús irrumpe y les trae alegría profunda, renueva los corazones de esos discípulos llenos de miedo. No hay nada peor que el miedo y no hay nada más hermoso que la alegría del corazón. Jesús les regala la alegría, les da su testimonio de enviado y les pide lo mismo, asumir que son enviados por Él.
Al regalo de la alegría le suma el don supremo “Recibid el Espíritu Santo” sopla en ellos el nuevo aliento de vida. Igual que se alegraron los discípulos al sentir a Jesús a su lado, también nosotros lo podemos sentir, porque en la fe le podemos ver, en la fe viene a nosotros y nos enseña las manos y el costado y al igual que los discípulos nos alegramos.
Jesús se aparece en el centro porque si, ahora Él es para ellos la única referencia y factor de unidad. La comunidad cristiana está centrada en Jesús.
Se trata de hacernos llegar una vivencia que va mucho más allá de lo que pueden expresar fenómenos perceptibles por los sentidos. Estas vivencias son fruto de un proceso interior, una transformación, en el que tuvieron mucho que ver el encuentro de los discípulos, la comunidad reunida.
Ellos son los mismos que lo abandonaron, lo dejaron solo, sin embargo, Jesús no les reclama nada. El siempre da el primer paso, va a buscarlos, quiere reunirse de nuevo con ellos. No importa que lo hayan traicionado o hayan huido ante el peligro; Él se aparece con los signos de la pasión: las manos y el pecho heridos, traspasados, desgarrados por el suplicio de la cruz. Sus primeras palabras son “Paz a vosotros” un verdadero regalo que los reconforta.
Y entonces los discípulos lo reconocen y recobran la alegría; se sienten también ellos sanados, consolados, iluminados, de nuevo con su Maestro y Señor.
Luego el Resucitado encomienda a este grupito de hombres frágiles una ardua tarea
“Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo” ir por los caminos llevando al mundo la novedad del Evangelio, como lo ha hecho Él mismo.
Empiezan a descubrir que todo eso los impulsa hacer nuevas todas las cosas hacia el bien… viviendo con los demás lo que han vivido con Cristo. Cuando logran ver a Jesús en el medio de todo, es cuando se cubren de su paz que lo sublima y transfigura todo. Es que solo con el amor incondicional que se ha dado todo por los demás, se puede cobrar fuerza para empezar de nuevo.
Vivir esa experiencia pascual, hacer llegar ese soplo a toda persona y comunidad que vive algún tipo de dolor y sufrimiento, para construir comunidades fraternas que nos hagan vernos entre todos como hijos de Dios, y de esa forma hacer presente a Dios en medio de todo… que es ya como vivir en el mismo cielo.
Nos sentimos llamados a ensanchar la vida que Dios nos ha regalado siendo vida para los demás. Acompañando el proceso de cada persona, reconociendo y abrazando lo diferente.
Observamos los esfuerzos y el interés de la Iglesia por salir de sus miedos y tomar el olor de oveja. La presencia del papa Francisco ha abierto una luz de esperanza para salir de las parroquias al mundo. Muchas comunidades y grupos cristianos van en esa dirección.
Es necesario la existencia de grupos de reflexión como el nuestro, enfocados en temas sociales y de la realidad, iluminados con el evangelio, llevando adelante proyectos o programas sociales, orientados a transformar estructuras o sistemas, para construir comunidades más fraternas y cuidadoras de la vida y del medio ambiente.
CONVERSACIÓN CON JESÚS
No te canses Padre de esperarme,
y así como tú me respetas y esperas,
dame serenidad y tiempo para no desesperarme
acompañando la vida de los demás.
Señor, hazme llegar tu paz,
que me lleve a encontrarme con todas las personas
como hermanas mías,
siendo consciente de las fragilidades y limitaciones,
tanto mías como de los demás;
para ir construyendo tu reino de amor,
irradiando tu espíritu de sanación y alegría
en todo y con todos.
“Ven, Señor Jesús”,
llena nuestra alma de tu amor,
infunde en nosotros tu Santo Espíritu,
para que podamos obrar
con el solo interés de hacer tu voluntad.
Señor, concédenos el don de tu presencia. Amén.
GVJ “CAMINO A EMAÚS” TEMA 38
REFLEXIONES
• A medida que los discípulos fueron viviendo en sí mismos esa transformación de sentirse unidos a Jesús, habitados por el Padre, que llamamos Pascua, debieron sentir la necesidad, la urgencia de comunicar esa buena nueva a los demás. Es lo que describe Juan poniendo en boca de Jesús “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”, sin más precisiones ni programas, que no eran necesarios.
• La clave está en “Como el Padre me ha enviado”. ¿Con que misión “envió” el Padre a Jesús al planeta Tierra? Con la darse a conocer a todos los seres humanos a través de la humanidad de Jesús, que todos compartimos
• Y mientras no sepa vivirme sin resistencia como instrumento de Dios, cualquier intento de llevar a alguien la Buena Noticia de Jesús sonará a hueco, a algo aprendido pero no vivido. Eso que se llamaba “hacer apostolado”, si se practica “de oídas”, puede hacer más mal que bien.
• Escucho a Jesús decirme, “No te comas el coco. Simplemente ocúpate de lo que tienes alrededor, ama a los que tienes más cerca, no les des lecciones de nada; sólo regálate a ellos sin esperar reconocimiento ni resultados.
• Pues el Espíritu Santo, o el Espíritu de Dios está con nosotros desde el inicio de nuestra vida……pero como que no lo sabemos y es en el recorrido de la vida de Jesús donde nos hemos ido dando cuenta, y comienza en nosotros algo nuevo que nos ha ido impulsando a llevar una vida diferente, nos ha ido impulsando a crear entre nosotros, este grupo, y en nuestros lugares de origen comunidades donde existe el amor y poco a poco ir llevando ese mensaje a los demás….
• El Espíritu Santo siempre es dador de vida, esta donde la vida se despierta y crece, donde se comunica y expande, agranda nuestro corazón, alivia lo que está enfermo en nosotros, nos despierta y nos pone en movimiento
• Ellos siguen en la oscuridad de la noche. El miedo los paraliza y ello provoca que cierren su corazón y todos sus sentidos a experiencias que le pueden provocar más dolor y sufrimiento. Están en duelo y en esos momentos la tristeza les invade.
• Solo la experiencia grupal, en comunidad, de la presencia del resucitado puede sacarlos de esa noche larga, oscura y cargada de miedo.
• Yo veo a mi parroquia con las puertas entreabiertas. Quiere abrirse al viento que sopla el Espíritu pero necesita ir soltando el apego a la tradición. No pienso que haya que anular ésta, pero sí transformarla y llevarla a las necesidades del mundo de hoy.
• Por más que me esfuerzo no termino de comprender racionalmente qué fue lo que sucedió para que estas personas saliesen de ese bucle de miedo y angustia. Por más que intento no logro dar ese “salto de fe” para convertir tan radicalmente situaciones existenciales sombrías en las que casi todxs estamos inmersos, a veces toda la vida
• ¿Por qué no asumir el envío de construir el Reino que en nuestro hoy puede empezar por cuidar la vida, toda vida y todo lo vivo, desde la familia y las personas de nuestro trabajo, a compartir el pan material y el pan de las palabras pacientes, amorosas y justas en tiempos tan necios?
• Jesús ya se puso en medio nuestro, nos mostró sus manos, su costado y su ser entero. Ya sopló sobre nosostrxs, ya nos envió. Y sin embargo, a veces siento que sigo acá, en el mismo lugar.
• No es fácil entender y menos explicar lo que nos quiere trasmitir este pasaje evangélico, como tampoco es fácil explicar por qué creemos en Jesús, por qué estamos reflexionando sobre su vida, por qué una y otra vez nos detenemos en sus enseñanzas, en sus actitudes, en sus gestos, en su mirada…
• El don del Espíritu Santo es esa fuerza extra que se necesita para actuar con fuerza y claridad a pesar del miedo y de las dudas que podamos tener
• Normalmente cuando necesito paz, busco el momento de intimidad con Jesús y encuentro la paz y la alegría que El me da.
• Yo las parroquias las veo como siempre, como si fueran departamentos de un ministerio que realizan un servicio sin muchas complicaciones. Creo que poco a poco se van encerrando en sí mismas en la comodidad de los que les siguen la corriente.
• Jesucristo el día de su resurrección nos da una misión muy grande. Quiere que todos los hombres hagan la experiencia del amor tan grande que Dios les tiene, y nos ha elegido para transmitir su mensaje. Dependerá de nosotros el comunicar esta hermosa noticia al mayor número de personas posibles. Sin embargo, no estamos solos, contamos con el auxilio del Espíritu Santo, el Espíritu de amor, el «Dulce Huésped del alma».
• No desvirtuemos ligeramente el encargo de Jesús. No pensemos que se trata de una utopía ingenua, propia quizá de una sociedad seminómada ya superada, pero imposible en un mundo como el nuestro. (Pagola)
• Aquí hay algo que no podemos eludir. El evangelio es anunciado por aquellos que saben vivir con sencillez. Hombres y mujeres libres que conocen el gozo de caminar por la vida sin sentirse esclavos de las cosas (Pagola)
PLEGARIAS
• Señor Jesús, ayúdame a verte en cada ser humano que sufre, a transmitir tu paz en los momentos de tormenta por la llegada del final de la vida biológica, a acompañar y sostener a aquellos que se quedan en soledad. Hay tanto por hacer que a veces me aturdo porque no sé por dónde empezar. AYÚDAME.
• Gracias, Jesús querido, por tu permanente acompañamiento, por sentirte siempre cerca, por ayudarme a sentirme útil, por el cansancio diario y por las ganas que me infundes de seguir trabajando.
• Creo que me has dirigido tú o el destino en una dirección señalada, me lo refirieron incluso de pequeña cual iba a ser mi papel o misión, sólo que no lo quiero aceptar… Así de claro, ayúdame si puedes, porque yo no quiero aceptarlo.
• Jesús este regalo te pido: que pueda hacer conciencia de que tu Padre te envió a demostrarnos que está en medio o sea en el centro de cada ser humano desatrancando nuestros miedos y que yo entienda que nos inyectó su Espíritu con el gesto de soplar tu aliento. O sea que Dios Espíritu está fusionado con nuestro espíritu.
Han contribuido todos los miembros del Grupo: Adolfo, Adriana, Consuelo, Ilda, Graciela, Juan, Kontxi, René
Queridos amigos, esta es nuestra aportación para la web del Tema del Grupo Virtual de Jesús «En Camino».
Acercamiento al Evangelio
Muertos de miedo, encerrados, sin perspectivas de esperanza… así expresan los discípulos y los evangelistas el sentimiento de aquellos primeros amigos de Jesús antes de que volviera a ellos y de recibir su espíritu. Con esta premisa, no podemos evitar pensar si realmente existe diferencia entre aquellos primeros cristianos y lo que hoy en día sentimos en nuestras vidas.
Para ellos, el miedo y la incertidumbre habían ganado terreno tras la muerte y ausencia de Jesús. Debió de pasar el tiempo suficiente para que el temor y el sentimiento de orfandad invadieran sus vidas. Seguro que en ese periodo de tiempo, aquellos hombres y mujeres, como hacemos hoy, invocaron a Dios para encontrar signos y algo de esperanza. Habría oraciones y ruegos por encontrar luz para salir de aquella pesadilla…pero es el silencio de Dios lo que les empujó a encerrarse. Empezaron a sentir miedo, porque desde la muerte de su maestro, hubo días, meses o años de silencio hasta su revelación en el pasaje que narra el evangelista.
¿No es este sentimiento de dolor por sentirse perdidos y abandonados lo que sentimos muchos cristianos hoy? Muchos sentimos que estamos en un periodo de oscuridad espiritual semejante al que vivieron aquellos primeros discípulos. Ya no recordamos cómo sería nuestra vida sin miedo, y sin vivir con las puertas cerradas. ¿Cuánto amor se está perdiendo el mundo por culpa de nuestras miserias y temores?
Desde nuestro grupo, también consideramos que son necesarios estos momentos para comprender lo que vendrá a continuación y que al igual que sucede con la contaminación lumínica hay que adentrarse y pasar un rato en la oscuridad antes de poder interpretar con nitidez la luz del cielo.
También entendemos que cuando no encontramos todas las respuestas, dejamos de mirar al cielo y dirigimos la mirada al prójimo que tenemos cerca, como si Dios nos susurrara: “deja de mirar al lugar equivocado, estoy en cada ser vivo”.
Esta narración tiene una segunda parte extraordinaria: el momento de luz. La presencia de Jesús en mitad de ellos y lo que supuso aquella revelación perdura en nosotros milenios después. ¿Qué pudo ocurrir en su interior? ¿Son necesarias las palabras cuando sientes que todo cobra sentido? ¿Es necesario que Jesús nos proponga una misión cuando el miedo desaparece y deja lugar a la comprensión del todo?
Allí sucedió la depuración profunda de aquellas almas, y nacieron las alternativas, la luz encendida por Juan Bautista y Jesús de Nazaret cobró sentido para aquellas mujeres y hombres que apostaron por el amor. Se sintieron vivos y entendieron que era cosa del Espíritu de Dios aquella nueva vida que recuperaron.
No tiene sentido el miedo cuando Jesús, después de haber muerto, se manifiesta para decirte que no se ha olvidado de ti. Como tampoco tiene sentido quedarse parado si ese mismo Jesús te dice que te necesita. El movimiento de aquellos discípulos, que aún intentamos mantener vivo estos tiempos, era inevitable desde que salieron de la esfera de la opresión y se sintieron libres.
Acercamiento a la vida
En nuestro acercamiento a la vida, algunos sentimos como si el Espíritu de Dios hubiera perdido fuerza o no encontrara la manera de abrirse camino entre nosotros…y si los hay, no sabemos ver con claridad los signos.
Pero, curiosamente, desde nuestro grupo se repite una reflexión que parece que no encaja con este pasaje, pero que de alguna manera nos llama con fuerza:
¿Qué tal, si ante este bloqueo, permitimos al niño/a adormecido en nuestra alma, que pueda despertar y vivir al estilo que Jesús nos enseña?
De alguna manera, sentimos que los niños tienen algo que necesitamos, la llave del cofre puede que esté en su confianza plena en los seres humanos que les rodean. Como aquellos discípulos atemorizados, hoy no podemos avanzar sin esa confianza, y necesitamos un cambio, pero realmente no nos atrevemos a dar ese salto, nos da miedo hacernos vulnerables y recuperar nuestra inocencia.
Parece que este cambio empieza por ponerse a hablar nuevas lenguas como la de la ilusión, la bondad, la esperanza, la confianza y adentrarnos en una verdadera resurrección, que suponga un cambio radical en nuestra existencia, en el modo mismo de ser: un modo trascendente, para superar la comunión plena con Dios.
Hacerse niño/a en este mundo tan angustiado ¿no es para valientes?
Os deseamos un feliz año a todos los grupos de Jesús y un fuerte abrazo.
Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús compartimos nuestro trabajo del tema 38:
Acercamiento al evangelio
¡Muere el maestro! ¡Los discípulos se llenaron de miedo! Ellos estaban recluidos con puertas cerradas por temor a los judíos. Miedo que se hace más pronunciado al anochecer; y estando solos aumenta. Seguramente, en su lugar hubiéramos pensado como ellos: ¡Todo terminó! El maestro ya no está, y así como lo mataron a Él, así vamos a morir todos y cada uno de nosotros. Pero de repente, en medio de todo ese temor, cobardía, desconsuelo y ansiedad… aparece el Crucificado-Resucitado y se pone en el centro. El griego ἦλθεν, más que entró, quiere decir vino. Jesús vino y se puso en medio de ellos, así es como debe ser siempre. Después, les deseó la paz con el acostumbrado saludo judío: «¡Shalom!». Esta palabra es hebrea y significa paz, armonía, integridad, plenitud, prosperidad, bienestar y tranquilidad.
En la escena observamos que para Cristo, no hay obstáculo alguno –¡ni siquiera la muerte!– que le impida estar con los suyos. Su manifestación en aquella sala, con las puertas cerradas, demuestra que Él poseía ya una existencia gloriosa, no sujeta a nuestras leyes físicas. Pero este modo de hacerse “presente” podía dar lugar a pensar que se tratara de un espíritu o un fantasma; por eso –para disipar toda duda o error–, muestra a Sus discípulos las “marcas” de Su pasión y Su cruz.
Toda esta experiencia les trae PAZ, ALEGRÍA, ESPERANZA, pues su simple presencia infunde confianza, el miedo desaparece y en su lugar hay deseos de proclamar a otros lo vivido. Pues con su aliento, Jesús les da fuerzas al recibir el Espíritu Santo, el aliento de la vida. A nosotros, en el bautizo Dios nos equipó para salir a esta misión con su mismo Espíritu, nos dio sus dones y carismas, y sobre todo, Dios nos equipó con el don del AMOR, LA SOLIDARIDAD Y LA FRATERNIDAD.
Pero sucede que por pasividad hemos dejado que el enemigo tome posesión del corazón del hombre y lo convierta en un ser peligroso para nosotros mismos. En todas partes del mundo ya casi no quedan sitios seguros. La falta de la vida cristiana, la falta del espíritu santo en la vida del hombre influye a que no tenga control sobre sus emociones, que no tenga control sobre sus pasiones, por eso tenemos tantos divorcios, tantos problemas intrafamiliares, tantas violencias, tantas injusticias, por eso Dios ya no está presente en la vida de la humanidad, lo hemos ido marginando cada vez más. Y nosotros tenemos una gravísima responsabilidad por pasivos (flojos).
Pidámosle a Dios que nos dé su Espíritu, la fuerza para vencer la pereza, los miedos, las riquezas materiales y salgamos a dar testimonio para ayudarnos a nosotros y a la conversión de los demás.
Acercamiento a la vida
– Dios nos llama a una nueva forma de vida, una nueva forma de relacionarnos con Dios, con los demás y con el mundo. Jesús nos manda a proclamar esa buena nueva. Y la mejor forma de proclamar es una forma de vida contracultural donde el miedo sea vencido por el amor. Que el espíritu de dios nos ayude a cooperar más que de competir, a dar más que de recibir, a compartir más que de acumular, a una vida de servicio más que de consuelo, a una vida de confianza en el Padre más que de conocimiento, una vida de relación más que de anonimato, una vida de amor en lugar de animosidad. Esta forma de vida es una participación con el reinado de dios que Jesús anunció.
– Requiero -como María Magdalena- de un encuentro personal y único con Jesús. o más bien, de un reencuentro.o de varios reencuentros para sí poder transmitir el sentido de la vida a los demás.
Quisiera -como San Francisco- hablar siempre de Jesús y en casos extremos, usar las palabras.
– Una llamada concreta del Señor, que todavía me da algo de temor (por no haberla, todavía, del todo discernido y confirmado), es la de animarme a saltar y y zambullirme en el vasto mundo de los Ejercicios Espirituales Ignacianos (para mí y, después, para acompañar las búsquedas de las generaciones más jóvenes).
– ¿Me siento llamada a llevar una misión concreta? Personalmente estoy aun empezando a conocer a Jesús, si creo que podemos dar ejemplo con nuestro comportamiento.
¿Siento miedo a escuchar la llamada concreta de Jesús? Como mujer el puesto que tenemos en la iglesia es limitado, la pompa queda reservada para los hombres, por lo que la llamada que me llega como seglar la vivo desde mis principios.
Pronto acabaremos nuestro recorrido… Me gustaría seguir en contacto con el grupo, ya que forman parte de mi vida cristiana.
– La vida sin Jesús no tiene ningún sentido, por eso me siento enviado, aunque los miedos, aún, no los he superado.
El anuncio del Evangelio será siempre eficaz si lo acompaño con mi testimonio de mi vida; será eficaz si soy concreto en el amor y doy a quien tiene necesidad (…) No desaprovechemos esta gracia que Dios nos da, para continuar con su hermoso proyecto a través de este GVJ; no con la Biblia en la mano, de casa en casa y en las plazas (no estaría mal), sino con nuestro humilde testimonio de vida, y manteniéndonos unidos.
AURORA, CARLOS, EDGAR, MANUEL, MARÍA JOSÉ, WILMER
GVJ Shemá-Effetá
GVJ MISERICORDIA . Tema 38 “ Yo os envío ”. APORTACIÓN PARA LA WEB
ACERCAMIENTO AL TEXTO . CONVERSIÓN Y COMPROMISO
– . Este texto es el que nos encomienda nuestra misión: evangelizar en nuestra sociedad agnóstica, misionar , ir de misiones a la sociedad del bienestar.
El miedo a ser perseguidos y acabar de forma parecida a como acabó Jesús , es paralizante para sus discípulos. ¡Cómo no! Si no entendían lo que estaba ocurriendo. Les lleva a la inacción y no ven una salida. Decaimiento, ante la frustración de haberse quedado sin su líder . La consecuencia de que hubieran permanecido en su vida rutinaria sin salir al mundo, es que el mensaje de Jesús hubiera quedado sin darse a conocer.
La irrupción del Resucitado les pone en órbita, recuperan fuerza, alegría y esperanza (cuando lo daban todo por perdido), y están listos para llevar la Buena Noticia . Jesús no les da un manual de «normas y leyes» para llevar y mantener ese estilo de vida, sino que les anima a llegar a las gentes para hacerles el bien, sanar enfermos, dar a conocer al Padre que les ama incondicionalmente (a los «buenos» y a los «no buenos»), y que todos somos hermanos y que creó el mundo para todos y la naturaleza para disfrutar de ella .
Al presentarse, su gesto es el de colocarse en el centro de la estancia (símbolo de tenerle en el centro de nuestra vida), y sus saludo es «PAZ»; les enseñó sus cicatrices para que le reconocieran, porque sabe de nuestras dudas y debilidades. A veces, si nosotros también mostramos nuestras cicatrices (sentido figurado), y debilidades, nos hacemos más creíbles para los demás, porque es el testimonio de que se puede ser feliz a pesar de ello… y transmitimos esperanza (que es de lo que el mundo está sediento); es la demostración de que seguir a Jesús es liberador, saneante y es contagioso…
En el Génesis, Dios insufló el origen de la vida, pero lo que Jesús insufla, es la VIDA que nos colma el anhelo de felicidad.
– . ¿ Hemos aprehendido , comprendido , asimilado , etc. , las enseñanzas de Jesús a través de los 38 temas … ? ¿ Podremos responder con sinceridad si intuimos, sentimos y somos conscientes , de que Jesús , a través de su Espíritu está y vive con nosotr@s , en la medida en que nuestras relaciones con los demás han de ser congruentes y consecuentes con lo que Jesús nos ha transmitido con su ejemplo , con su testimonio de vida … ?
La palabra “anochecer”, para mi refleja (simbólicamente) la “oscuridad” en que todavía viven los discípulos … Las puertas “cerradas” equivale al miedo , ignorancia , frente a la pregunta … ¿ Y… ahora qué …? “ … entró Jesús, … Jesús se hizo Presencia Viva para que “despertaran” sus conciencias y sus mentes… se puso en medio … para dar a entender que nos quiere a to@s sin excepción. Desaparece el miedo y reina LA PAZ. Cambian sus actitudes vuelve la confianza y la alegria. ¡ Ya está aquí El Maestro !. No se sienten abandonados , “ como el Padre me ha enviado , así os envío yo a vosotros …” Siempre estaré con vosotros “ …
Les envió a ser testigos del Reino de Dios … El Espíritu de Jesús les infunde Valor y les recordará todo lo que escucharon y prendieron . “El hablará a través de sus bocas … “don de lenguas”, etc.
Estoy convencido en que desde el principio de la Creación , siempre es el Creador , el Padre , Dios , quien toma la iniciativa … Lo mismo ocurre en la escena del pasaje evangélico de este tema 38… y también ahora …en nuestras vidas.
– . Los discípulos estaban abatidos, acababa de suceder la pasión, ya no estaba Jesús con ellos y su fe era débil, se sentían desamparados y temerosos . Se encerraron y por consiguiente tampoco podían cumplir con la misión de establecer el reino , ¿ qué reino … ).
De pronto, aparece Jesús y se coloca en medio de ellos trayéndoles paz, esperanza, alegría de volverlo a ver, fuerzas para cumplir su misión. Y los envía como el Padre lo envió a El a hacerlo conocer y a colaborar en la construcción del Reino, entregando su vida hasta las últimas consecuencias. Y por último Jesús sopla sobre ellos y les dice “Recibid el Espíritu Santo”, El Espíritu que los ha de animar y confortar, el Espíritu que como lo describe el Gen 2,7 les va a dar la vida, en este caso la nueva vida que los convertirá de miedosos en valientes hasta dar la vida por el Evangelio.
– . Jesús se pone en medio, en el centro, y la verdad es que no se cuenta mucho más de cómo entró, parece como si lo que fuera importante es que estaba allí, no el cómo.
Jesús les devuelve la confianza, en ellos mismos, en Ese en el que habían creído, en los otros y esta confianza lo cambia todo… Pues yo creo que no se concreta nada porque cada uno tendrá una misión propia y diferente de los otros .
El espíritu Santo es como el bastón sobre el que nos apoyamos al caminar y el que nos ayuda en nuestras debilidades. Lo de “exhalar su aliento” la verdad es que no sé de donde viene, pero puestos a imaginar, si Jesús volviera hoy día, y se pusiese a exhalar el aliento, francamente, yo pensaría: “este tío se ha fumado algo, o está bebido”.
No sé, me pongo en el lugar de los discípulos y probablemente estarían “flipando en colores”, y necesitarían de la ayuda del espíritu santo para traerles a la realidad y ser conscientes de lo que les había pasado, así como hacerles crecer en humildad.
– . Recordamos cómo terminó el tema anterior con la crucifixión: los discípulos de Jesús se dispersan, se encierran, se paralizan, están atemorizados por miedo a los judíos. Se reúnen de nuevo, pero sienten un gran vacío porque les falta Alguien muy importante para todos ellos, es Jesús. El texto nos dice que “al anochecer de aquel día”, todos reunidos y llenos de miedo, y me imagino que con el corazón en penumbra, sin luz, apagados y tristes por todo lo que han experimentado, han perdido la Presencia, la cercanía del Maestro y se encuentran muy desorientados y sin poder acercarse a la gente.
Hoy, Jesús nos dice a nosotros: “Donde dos o más están reunidos en mi nombre, Yo estoy en medio de vosotros”: es otra Presencia. Él es el centro en las comunidades Cristianas.“Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”.
Jesús les envía, les comunica el Espíritu que da verdadera vida, la alegría, la paz que ya nadie les puede quitar; el corazón se abre a comunicar a los hermanos la nueva misión. Hay que seguir al Resucitado en una nueva Presencia, recordando lo vivido junto a Él.
– . Imagino que ante la crisis tan terrible por la que estaban pasando los discípulos de Jesús, estos se encerraron no solo físicamente sino en ellos mismos. Todo lo habían dejado, le habían entregado todas sus esperanzas, se habían atrevido a soñar y en un momento no solo desaparece el sueño sino que lo hace de la forma más cruel. Se quedan sin nada a que asirse y con el humano terror de enfrentar ahora las consecuencias: lo que le pasó al Maestro perfectamente les podía pasar a ellos, ¿dónde regresar? ¿Que hacer?. Jesús hace su entrada, en medio de esta crisis y se coloca en el centro para hacerles entender que es en El en quien han de centrarse, no mirar las circunstancias que los rodean sino fijar su atención en El que ha vencido y que está de su lado. Debió ser un gozo indescriptible, inexplicable, llanto de alegría, sentir que se nos sale el corazón . Ahí estaba, todo era verdad. Ya no hay ni habrá nunca que temer los poderes y amenazas terrenas. Ya tienen total certeza en la compañía de Dios en todo momento. El miedo se va transformando en fuerza sobrenatural, la misma del Maestro, y saben que ahora si están preparados para la misión que es esa que han visto realizar a Jesús durante los últimos tres años. Comunicar la buena noticia y pasar haciendo el bien a todos los hombres sin distingo alguno. No sé si ,en los tiempos de Jesús, exhalar el aliento era un gesto usual.
– . La verdad es que sí me siento llamada por Jesús. No me asusta para nada seguirle (cosa distinta es, que en ese seguimiento yo no sea adecuadamente fiel seguidora), y no quiero ir por otras filosofías de vida que no sean las del Evangelio.
Las dudas que me asaltan suelen ser sobre la existencia de Dios . No soy para nada indiferente.
Nuestras Comunidades se van reduciendo en número de gente y los que están, algunos colaboran en actividades de las parroquias, pero la mayoría acuden a la iglesia , como quien va al surtidor de la gasolinera. La edad media es de gente mayor. En general prefieren seguir con su confort de vida. Los compromisos suelen ser de «consumo interno», es decir, en el reducto físico de la parroquia. Llevan la catequesis (cada vez quedan menos catequistas porque se van haciendo mayores y no hay relevo), Cáritas…
– . No sé si seré capaz de “contagiar”, pero al menos trataré de trasmitir mi humilde experiencia , lo que he aprendido de Él por poco haya conseguido asimilar o interiorizar , poniéndolo en práctica para dar mi humilde testimonio. Tengo claro que debo trasmitir su Palabra siempre con su ayuda y con la paz que Él me trasmite . Darme cuenta de los cambios realizados ( respecto a la conversión y seguimiento de Jesús ) al menos por quienes me rodean todos los días , o con quienes me reúno más frecuentemente , pero eso está en Sus Manos , me confortaría : ¡ “ Tú siembra que otros ya recogerán” !. El joven párroco de mi parroquia , que hace poco tomó posesión , lo veo muy entusiasmado en su labor evangelizadora. Creo que ya va dando sus frutos respecto a la espiritualidad de los feligreses. Es abierto y cercano, renovador y seguidor de los signos de los tiempos que se manifiestan .
Participo desde hace más de año y medio en un grupo presencial de Jesús siguiendo el libro de Pagola (otra vez ) y vamos por el tema 15 , somos 9 personas y nos reunimos en mi casa cada 15 días más o menos según la circunstancias. Mi mujer y yo , todos los días reflexionamos sobre el evangelio correspondiente , y leemos los comentarios que tenemos de tres teólogos diferentes . bajados de Internet , con la aplicación “ Kindle de Amazón “.
Por mi parte , no tendría ningún inconveniente de seguir relacionándome con los que deseen seguir de nuestro grupo , pero también pienso que la distancia geográfica sigue siendo un inconveniente , pero no la espiritual …¡ Jesús nos necesita allí donde donde estemos y según las circunstancias que nos rodeen , espero no defraudarle !
– . Creo que desde hace algún tiempo he sentido que Dios quiere que ponga todo mi empeño en instaurar su reino en la pequeña comunidad que me rodea particularmente en mi familia, trabajando por la armonía, la justicia, las buenas relaciones entre todos, evitando discordias, procurando que reine el amor entre todos. Sé que puede sonar algo utópico, pero nada se pierde tratando de mejorar este pequeño círculo en el que convivimos.
He sentido mucho miedo de no ser capaz de hacer lo que el me pide, tengo muchas dudas y oscuridades, mi fe es vacilante, como lo fue la de los discípulos. Pero invoco su Espíritu para que me dé fortaleza y no me deje decaer, a pesar de la oscuridad, creo que con su ayuda podré ser fiel a lo que me pide Jesús y seguir trabajando por su reino en la medida de mis posibilidades y a pesar de todas mis limitaciones.
Hay parroquias y comunidades cristianas cerradas y queriendo siempre, a mi parecer volver a lo antiguo, poco contagiadas del empuje y renovación que quiere el Papa Francisco, mientras que hay otras que han abierto sus puertas y están trabajando por la fraternidad, la alegría, la inclusión, la renovación y la práctica de la Buena Noticia, siempre antigua y siempre nueva.
Estamos terminando con el grupo y varias veces me he preguntado sobre el final. ¿Hay algún vínculo entre nosotros para que no termine todo con el Tema 40? No lo sé. Se que las distancias geográficas son un impedimento para realizar una obra común, pero…Espero que todo este recorrido que hemos hecho juntos, no sólo nos haya ayudado individualmente, sino también como grupo y que si alguno llegara a este país, sepa que puede contar conmigo para lo que necesite. En mi caso no creo que inicie un nuevo grupo presencial, porque las circunstancias de Bogotá no son muy fáciles. Mario me ha conectado con personas que le escriben a él queriendo formar un grupo presencial aquí, pero al parecer son entusiasmos de momento y nunca se ha llegado a concretar nada. No tengo ninguna idea para que el grupo persevere en el tiempo. Individualmente estoy haciendo los Ejercicios de contemplación, de acuerdo al libro del jesuíta Franz Jalics, Editorial Sígueme, que les recomiendo. Estoy abierta a cualquier idea que ustedes expresen, para dar continuidad a nuestro grupo.
-. Jesús fue eligiendo a sus discípulos para acompañarle y hacer realidad el proyecto del Padre: la construcción del Reino de Dios. Hoy, también Jesús, sigue llamando a cada uno de nosotros a seguirle, y cada uno descubrirá su propia llamada desde el Bautismo: como padres de familia, religiosos/as, laicos/as, sacerdotes… para una misión concreta.
Yo me siento enviada a vivir al estilo de Jesús, acoger a las personas con mi cercanía, estar con un corazón vigilante ante tantas necesidades que se dan en nuestro entorno: soledad, enfermos, ancianos, en una ong, y, sobre todo, a orar por tantas necesidades de nuestro entorno.
Es verdad, que muchas veces siento desaliento, oscuridad, pero nunca indiferencia.
Nuestras comunidades cristianas están más que apagadas y diría sin mucho aire, muy poca gente y todos mayores. Es verdad, que hay algún grupo pequeño de catequesis para primeras comuniones, pero después muy poquitos y para el sacramento de la confirmación ya media docena… ¡si hay! Hay grupo de Cáritas que funcionan bien y abrumados por el intenso trabajo. A los jóvenes no se le ve, algún grupo de Adultos de reflexión que siguen…. En nuestra diócesis tenemos muchos problemas con el pastor …
De momento, no veo la posibilidad de seguir en el grupo cuando acabemos.
– . En mi yo interno sí siento que Jesús me está llamando para algo, pero no sé que es…y si me planteo alguna iniciativa de inmediato siento que no tengo yo la capacidad ni el empuje para hacerlo. Me imagino la angustia y el stress que me generaría (dada mi personalidad) y no creo que tampoco Jesús me quiera de esa forma. En mi entorno me dicen que con el cuidado de mis papás es suficiente pero a mi si me gustaría transmitir la buena noticia a alguien. A veces dudo si esta inquietud es un llamado o simplemente un ¨activismo¨ porque en el fondo sigo pensando que la salvación hay que ganársela. Esa es mi oscuridad. Que el Dios de la Vida me ayude y me de el discernimiento necesario.
En la iglesia veo algunos atisbos de nuevos aires, pero el arranque está costando mucho. En reuniones y teoría se nos van las horas y de eso no sale nada. Se invita a actividades para profundizar en el seguimiento de Jesús y llegan a lo sumo 4 personas y todos ya muy grandes, lo que lógicamente desmotiva. Y se insiste en liturgias tradicionales a las que cada día asisten menos personas.
Agradezco mucho al grupo lo compartido y lo que he aprendido. Lamentablemente, asumo que por la modalidad de virtual, el grupo no logró crear los lazos que esperaba después de estos años juntos por lo que no le veo sentido mantenerlo. Otra realidad debe ser un grupo presencial. Si se presenta la oportunidad no dudaré en recomendar este camino a otras personas.
COMPONENTES DEL GVJ MISERICORDIA
De: Iciar Martinez Soriazu , Jesús Fuster Millet , Maria Mecedes Angarita Urdaneta , Marina Saiz Hoz , Puri Ugarte Lopetegui , Xinia Flores Marchena ,
Es fácil entender el estado de ánimo en que se encontraban los discípulos tras la muerte de Jesús. Es la vivencia del duelo por la pérdida del amigo, ese vacío, ese no entender nada tras el estrepitoso fracaso del Maestro, que acaba crucificado. Ese miedo a la vida sin él…. ¿Que va a ser de nosotros?…y ese temor ahora a ser perseguidos .
Sensación de estar “con las puertas cerradas” temerosos e inmersos en su dolor, teniendo que aceptar y asumir la muerte del amigo.
Iban a ir viviendo el proceso en el que toda la vida de Jesús quedaría interiorizada como Luz capaz de transformar sus existencias, hasta acabar llegando a esa Alegría y esa Paz que el evangelista nos narra en esta primera aparición de Jesús a sus discípulos.
Aparece Jesús y el mal desaparece, El y la desdicha son incompatibles.
“En esto, se les apareció Jesús”; en un instante, perciben la Presencia de Jesús entre ellos.
“Paz a vosotros”. Y exhalando el aliento sobre ellos, les dice:”Recibid el Espíritu Santo”, que es el que da vida a la Comunidad, es el que les abre el entendimiento y les llena de Paz y Alegría.
Jesús es el que más ha sufrido de todos. Ante El no hay excusas porque viene de la Cruz, ahí están las llagas de sus manos y su costado. Nos dice que hay que ponerse en marcha, que somos enviados, que ése es el sentido de nuestras vidas.
El gozo experimentado por los discípulos, confirma que lo v vivido junto al Maestro no podía desaparecer, que El estaba allí, calentándolos por dentro. Sentirían la fuerza que los impulsaba, recordando sus vivencias con Jesús; ese “pasar haciendo el bien “.El Espíritu les acompaña y entienden que hay que vivir como el Maestro, amando y sirviendo y que ese soplo del Espíritu no es sólo para ellos, es para que lo extiendan por todo el mundo.
Han quedado llenos de esa Presencia serena, apacible, amorosa, que ha sido capaz de poblar la soledad y el vacío que les mantenía llenos de miedo y “con las puertas cerradas”.
“Como el Padre me envió, así os envío Yo “.Evangelizar es una de las recomendaciones más importantes de Jesús. Su Mensaje debe estar y seguir VIVO.
Mensaje sencillo aunque a veces nos compliquemos; se trata de vivir en paz como hermanos, sentir ese amor que nos une en el mismo empeño, cuidando la propia vida, la ajena y la de todo el Planeta.
A nosotros nos toca cada mañana, renovar nuestra decisión de “pasar haciendo el bien “
Viviendo una fe que nos salve del miedo, confiando en la palabra de Jesús:”Donde estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.”Es la vivencia de la Comunidad, donde todos se apoyan, donde se camina juntos en el amor que les une.
Desde ahí podemos seguir a Jesús, experimentando como los discípulos, el buen ambiente que se puede respirar, aun en medio de tanto problema y tanto dolor que hay en este nuestro mundo de hoy.
Podemos hacerlo:¡¡ Acogiendo la Paz del Resucitado!!
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Amigo/a lector/a, compartimos nuestras impresiones sobre el texto evangélico del tema 38. Deseamos que os ayuden.
ACERCAMIENTO AL TEXTO EVANGÉLICO
El texto evangélico comienza describiendo la situación en qué se encontraba el grupo de Jesús tras haber sufrido la muerte en la cruz. Es de noche, están encerrados en una habitación y tienen miedo. Situación deplorable, pues los discípulos se sienten derrotados, están desorientados, paralizados y creen que Jesús ha fracasado. De repente, la narración da un giro inesperado, y sus vidas también, cuando aparece Jesús resucitado y se coloca en medio, como señal de que Él debe ser siempre el centro de nuestras vidas y de nuestras comunidades. Ese debe ser su lugar. No hay nadie, no debe haber nada en la vida que ocupe ese lugar. Hacia Él debemos mirar. Y si fijamos siempre nuestra mirada en Jesús -centro de nuestra vida-, podremos “ver” sus llagas y, a través de estas, hacernos comprender el camino que debemos seguir: el camino del amor y servicio a los desfavorecidos de cualquier índole. Esta mirada debe servir también como impulso para ser constructores de paz en este mundo tan desorientado.
Para nosotros, el hecho de “ver”, sentir y experimentar a Jesús en el centro de nuestras vidas debe ser también motivo de alegría como lo fue para los apóstoles; ya que a partir de entonces fue cuando comenzaron a entender la vida y muerte Jesús, empezaron a comprender cómo es el Padre… Toda esta experiencia originó una profunda transformación en ellos. Transformación absoluta: Del miedo a la paz, de estar aislados a salir al exterior para transmitir sus enseñanzas, de la oscuridad a la apertura de la esperanza. La presencia de Jesús les da seguridad, se sienten tranquilos, se sienten contentos… Y cuando recuperan la confianza, es cuando Jesús los envía a continuar la misión emprendida por Él dando alegría, dando amor, sirviendo, sanando, perdonando; es decir, están llamados a ser como Jesús. Nosotros, igual que ellos, debemos salir de casa, de nuestro mundo cerrado y oscuro, y transmitir la paz y la misericordia a todos con la alegría de la luz de la esperanza, para ayudar en el proyecto humanizador del Reino de Dios. Somos enviados así como Jesús fue enviado.
La escena continúa con un gesto muy elocuente. Jesús exhala su Espíritu sobre ellos. El aliento de Jesús recuerda al soplo divino de Dios Padre que nos dio la vida. En este caso, ya estaban vivos, pero les renueva la vida por el Espíritu de Jesús, tal como les prometió. Jesús envía al Espíritu para que permanezca con los discípulos de ahora en adelante. Hemos visto que la experiencia pascual les llevó a la conversión, a un cambio profundo en sus respectivas vidas. Ahora, es el Espíritu de Dios quien guiará sus vidas. ¿A dónde los envía? Al mismo sitio donde Jesús ha estado construyendo su Reino. Pero eso que parece muy difícil, es muy sencillo, ya que no se trata de hacer grandes cosas, se trata más bien de hacer lo que Jesús hizo: acoger a quien nadie acoge, sanar al que a nadie le importa, considerar que a Dios se le reconoce en el que sufre poniéndonos a su servicio. Esa fuerza para llevarlo a cabo nos la da por su aliento; Él nos vuelve a recrear y salimos de la oscuridad cada vez que abrimos las puertas de nuestro corazón.
ACERCAMIENTO A LA VIDA
+ Él me ha dado la Gracia de buscarlo y “me ha seducido“ para llevar los diferentes apostolados donde quizá he recibido mucho más de lo que he dado, porque es grande su misericordia. Lo busco porque solo en Él encuentro la Paz y la alegría. Recordando y haciendo memoria de toda mi historia de vida veo como su amor, Gracia y misericordia me han acompañado y continúan acompañándome cada instante de mi vida ¿Cómo le pagare todo el bien que me ha hecho?
+ En realidad, tengo que reconocer que no me siento llamada a ninguna misión. Simplemente he conocido a Jesús y sus enseñanzas, y quiero seguirlas porque creo que permiten crear un mundo mejor con paz, alegría y esperanza. Seguir su mensaje implica sentirlo en el corazón y llevarlo a la práctica aunque sea en pequeños gestos, pero no porque sea mi misión sino porque no vivirlo en el día a día equivaldría a un envoltorio sin nada en su interior. Acercarse a Jesús y todo lo que nos transmite me trae luz, y permite “vivir” de verdad, ver el mundo de otra manera mucho más rica.
+ Yo siento cierta transformación en mí, en el sentido de que de vivir anteriormente con desasosiego –como les ocurría a los apóstoles–, he pasado a vivir con cierta tranquilidad. De tener a Jesús tapado en un rincón, hoy puedo decir alto y claro que, ahora sí, Jesús se ha instalado en mi corazón, ha arraigado en él y todo ello ha sido gracias a su modo misterioso de actuar en este grupo. Todo esto se ha forjado en esta «habitación» llamada Maranatha desde que nos llamó Jesús y se puso en el centro.
+ No siento miedo, hace tiempo que siento esta atracción de Jesús. Ya no tengo dudas de que este es el camino. Me maravilla y me sorprende este camino cada día con sus sorpresas y pequeñas alegrías. Seguir a Jesús desde la Paz y la alegría de vivir gracias a Dios ¿que más se puede pedir?
+ No siento miedo alguno en escuchar la llamada de Jesús. No permanezco indiferente a su llamada, pero tampoco la he sentido para realizar algo concreto. Seguir a Jesús significa intentar ser como él. Tener siempre presentes a nuestros semejantes. Amar al prójimo, porque no se puede amar al Padre y a Jesús si no amamos al prójimo. Y traducir ese amor en actos de ayuda y solidaridad con los demás. Sin acción no es posible el auténtico amor.
+ Doy gracias a Jesús por haber sido llamado a formar parte de su Reino, por darme a experimentar el inmenso amor misericordioso del Padre que supera con creces mis infidelidades y miserias. Y me pesa sobremanera no ser testigo militante entre los que me rodean del mensaje de Jesús. No cumplo su deseo de «ser enviado» a anunciar la «buena nueva», a hacer públicamente presente a Jesús en mi vida diaria. No sé.. timidez, poca valentía…
+ El ser humano es una fuerza de profundidad, siempre inquieta e inquietante, buscando siempre un centro de gravedad, donde poder equilibrarse, ajustarse y descansar. Sólo Dios puede poblar la última soledad del ser. Sólo un infinito puede saciar un pozo infinito. Relacionarnos con Dios es vital, algo así como el oxígeno para los pulmones.
LUCILA, MARGALIDA, MARIVI, RICARD, ANA VILMA, ANTONIO, FRANCIS, ISABEL, JAVIER
GVJ EMAÚS
TEMA 38– Yo os envío
Juan 20,19-22
I ACERCAMIENTO AL TEXTO EVANGÉLICO
-Situación del grupo de discípulos: Sin Jesús resucitado el grupo está en tinieblas, con miedo y con las puertas cerradas. Las consecuencias de esta situación es que el grupo vive sin esperanza, sin objetivos, encerrado en sí mismo, bloqueado y sin misión: no en salida.
1º La presencia del Resucitado: “entra” por iniciativa suya y “se pone en medio” de ellos. Él es el único que puede disipar las tinieblas, quitar el miedo y abrir las puertas para salir a la misión.
-Jesús les dijo…
Paz a vosotros.
“No es pura fórmula… en este caso no se trata de pura fórmula, porque los discípulos, muertos de miedo a los judíos, están muy necesitados de paz”.
2º les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
“Al mostrarles las manos y los pies, confirma que es realmente él. “
– Signos de amor entregado para da vida en plenitud. La comunidad pasa de la oscuridad a la luz, del miedo a la paz, de estar encerrados a ponerse en salida.
Jesús repitió:
Paz a vosotros.
3.-Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo
-Jesús les envía como el Padre le ha enviado para llevar a cabo la misión de ser en el mundo lo que Él ha sido: ser desde Jesús semilla, sal y luz de la Buena Nueva del Reino a la manera de Jesús, anunciando con obras y palabras la salvación de Dios
4º- Jesús les envía el don del Espíritu Santo para darles fuerza, aliento y vida en medio de sus debilidades y fragilidades
II. ACERCAMIENTO A LA VIDA
Según leemos en el evangelio… Esta escena sucede al anochecer…
«Al anochecer»: cuando todo se vuelve oscuro en nuestra vida. Quizás porque se ha removido algo emocional, que tiene que ver con necesidades muy antiguas –aunque sean inconscientes- o con miedos a los que somos particularmente sensibles. Por lo que sea, todo parece, de pronto, nublarse.
Como si nuestras anteriores certezas o seguridades hubieran también desaparecido»
VEO: X, a quien le han operado de próstata, me comunica que Z, su cuñado, se ha quedado con él la primera noche en el hospital para acompañarle.
CONTEMPLO: La presencia de Z por la noche acompañando a X y que da luz, quita miedos y abre a la esperanza AL ENFERMO, es como la de resucitado que trasmite paz y entrega gratuita y desinteresada. En Z y en cuantas personas acompañan en situaciones de crisis, sufrimiento y muerte, descubro la presencia del Espíritu de Jesús crucificado/resucitado, que sigue animando y llevando adelante el proyecto del reino.
ACTÚO: Invitación y llamada para pedir el don del Espíritu que me ponga en salida, entre en comunión con el dolor y sufrimiento: que el otro no me
sea indiferente. Dar gracias por tantos gestos de personas que de manera callada y anónima entran en la vida de los más pobres y son causa de alegría, de paz y reconciliación.
-VEO
En el caso de la muerte de un familiar muy querido como la experiencia por la que yo acabo de pasar…
CONTEMPLO
Leo el comentario a este evangelio de Miren Josune
.
“De pronto, su vida sufre un golpe inexplicable, el “zarpazo” del destino, ¿Por qué?. Luego viene el lamento, el gemido que llega hasta el cielo: ¿dónde está Dios que no ha evitado esta crueldad, este desastre?
Y Jesús Resucitado nos dice que el Amor nunca se ausenta, que allí donde un hombre y mujer sufren el desgarro y el llanto del dolor, su Espíritu está presente, dando fortaleza y consuelo.»
ACTÚO
Ese amor que mi hermano dejó en mi al marcharse, al desaparecer de su vida terrenal, que no es más que el Espíritu que él llevaba dentro… Es ese Espíritu el que me impulsa a hacerme más humilde…más compasiva…Esa es la misión a la que me siento lanzada…Seguir sus huellas….Acercarme a las personas como él se acercaba…con sus pasos de mensajero que viene anunciando la paz…
III.CONVERSIÓN PERSONAL
–Me siento llamado a realizar signos de acompañamiento, cercanía, solidaridad, capaces de trasmitir paz y alegría, con las perdonas del día a día que Dios pone en mi camino, frente a mis indiferencias, oscuridades y miedos que me bloquean y me encierran en mí mismo.
Pido a Jesús que la misma paz que dio a su discípulos nos la de hoy también a sus discípulos misioneros para ser instrumentos de su paz y unidad: mi paz os dejo, mi paz o doy…
-Ahora os copio textos de Fe Adulta (van entre comillas)…que me han servido para poner nombre a lo que siento en mis ratos de meditación, buscando el Espíritu…buscando a Jesús…dentro de mi corazón
“En la Iglesia se habla mucho de Dios, pero, ¿dónde y cuándo escuchamos los creyentes la presencia callada de Dios en lo más hondo del corazón? ¿Dónde y cuándo acogemos el Espíritu del Resucitado en nuestro interior? ¿Cuándo vivimos en comunión con el Misterio de Dios desde dentro?”
“Acoger al Espíritu de Dios quiere decir dejar de hablar solo con un Dios al que casi siempre colocamos lejos y fuera de nosotros, y aprender a escucharlo en el silencio del corazón.
Y la voz que escuchamos en esos niveles más profundos siempre viene de él, del único Fondo de lo Real, que las religiones han nombrado como Dios (y que, en el cristianismo, en particular, se ha nombrado como «Jesucristo»).”
“Por eso, basta escuchar esa «voz» que nace de nuestro Fondo común y compartido para que notemos cómo nuestra vida se empieza a transformar. Y de pronto experimentamos como que el «aliento» vuelve a nosotros. Un aliento –nuestro mismo y compartido Espíritu- que disipa la oscuridad y nos capacita para convivir con nuestros miedos”.
“Está siempre en nosotros, pero no somos conscientes de ello”
Para mí…ese Espíritu profundo…es Dios
Sin ser tan categórica…ese Espíritu profundo…Quizá sea Dios…
IV.COMPROMISO EN EL PROYECTO DE JESÚS
-En estos momentos en que vivimos en nuestras parroquias, movimientos y grupos cristianos con las puertas cerradas, paralizados y con miedos para salir a evangelizar, pienso que no hay otro camino sino volver a Jesús y a su Evangelio: conversión personal y pastoral que nos ha de llevar a crear, fortalecer y formar comunidades significativas y alternativas, capaces de dar respuesta a los retos de nuestro mundo en cambio, anunciando a Jesús y su Evangelio.
Sin renunciar a la posibilidad de que algunos quieran ofrecerse para formar o crear un grupo de Jesús presencial o on line, los que quisiéramos, una vez terminado el proyecto, podríamos al menos compartir el evangelio de cada domingo, y algún hecho de vida a través del wasap y/o correo mail.
-“Leer nuestra vida, ver qué espíritu nos guía. Mejor hacerlo de lo concreto a lo general, empezando por leer ante Dios el día de hoy, mirando qué espíritu nos ha guiado.”
Ese es el compromiso en el que quiero entrar…Mirar cada día qué espíritu me ha guiado…Qué viento ha soplado sobre mis pensamientos, mis sentimientos, mis acciones…mis palabras…Y poder así concluir, si durante cada uno de mis días me puedo sentir…o no…”enviada”…Para poder concluir si, efectivamente, he sido o no.. un cauce a través del cual ha fluido la vida hacia las personas con las que me he ido encontrando a lo largo del día.
VEN ESPÍRITU DEL AMOR Y LA VIDA.
En el Evangelio según San Juan,la primera aparición del Señor resucitado a los discípulos está narrada en Jn 20,19-23. El autor incluye en el comienzo la nota cronológica: “el primer día de la semana”, posiblemente por la referencia litúrgica que este día tenía para los cristianos. Pero también porque el primer día de la semana es el recuerdo del comienzo de la creación.
En ese contexto, Juan introduce la donación del Espíritu, con las palabras a los discípulos: “Como el Padre me envió, yo os envío». Los que hasta ese momento eran llamados discípulos del Señor, sus seguidores y amigos,se convierten en apóstoles y enviados. El Enviado del Padre es por antonomasia el mismo Jesucristo. Luego, con palabras solemnes, Jesús los constituye y confirma en su Misión, les dá a través del Espíritu, el carisma de anunciar la Buena Noticia, y son enviados hasta los confines del mundo, a todo ser humano que quiera líbremente acoger su Palabra de Vida y Amor.
El gesto de soplar sobre ellos recuerda la escena de la creación del hombre (Gén 2,7).
El mismo verbo soplar (en griego enefísesen) se encuentra en dos lugares. Otros usos del mismo verbo en el Antiguo Testamento son muy significativos.
A Dios se le describe como “el que sopló (emfisésanta) un espíritu vital”. El mismo verbo aparece en la escena de los huesos secos de Ezequiel 37,9: “Ven Espíritu y sopla (emfíseson) sobre estos muertos para que vivan”.
En el contexto del primer día de la semana, que conmemora el comienzo de la creación, se produce la nueva creación del hombre mediante la infusión del Espíritu Santo. La vida eterna que viene de Dios, anunciada por los profetas, se hace presente.”
Desde la primera página del Génesis, se habla de ese soplo de Dios que sobrevolaba las aguas y el caos original:
La tierra era informe y vacía, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios aleteaba sobre las aguas (Gén 1,2).
Ese soplo divino fue poniendo orden y vida, surgió la Creación que superó el caos. La palabra soplo también se podría traducir como “aliento”.
Pensemos cuánto significado tiene esta expresión para cada uno de nosotros, por ejemplo, cuando decimos que alguien “ha dado su aliento”, en tantos casos de respiración artificial o incluso en el deporte cuando hablamos de alentar a un equipo, en un momento de dificultad, dando aliento y esperanza. Esa es la imagen que la Biblia nos da del Espíritu Santo: el que nos alienta, nos anima, y con su fuerza nos empuja y nos conduce.
Cuando Jesús Resucitado se aparece en medio de su comunidad, el gesto que hace sobre ellos es darles ese aliento de vida. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo:
– «¡La paz esté con vosotros!
Como el Padre me ha enviado,
así también os envío yo».
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
– «Recibid el Espíritu Santo». (Jn 20,20-22)
Con su Espíritu, con ese soplo que trae la Resurrección, Jesús nos alienta. Como el aire de la respiración, también el Espíritu Santo actúa renovando desde el interior nuestro ser, llenando el espacio de nuestro corazón.
El viento tiene características de fuerza y dinamismo, capaz de empujar, propulsar y arrastrar.
Como ser poderoso se convierte fácilmente en un elemento capaz de evocar la naturaleza de Dios, la trascendencia de su ser y de su acción. El viento es invisible; así puede sugerir el misterio del Dios escondido.
Por sus espectaculares efectos, el viento expresa las diversas modalidades de la acción divina.
En el A.T. el soplo de Dios es nombrado RUAJ, que es una palabra femenina (Gén 1,1-2).
“¿Por qué el viento como símbolo de Dios?
El aire en movimiento es un elemento soberanamente libre,
el vehículo privilegiado de la luz, -cierra el paso a las tinieblas- y la palabra, -su eco se expande hacia los espacios del orbe-, y una fuerza activa, como es la respiración necesariamente ligada a la vida. En este estadio que preludia la creación, Dios no está ligado, aprisionado por la indeterminación del caos; se alista para proferir la palabra creadora. Se entiende así que el Dios de antes de los orígenes de la Creación, no sea pasivo, fijo e inmóvil, sino en movimiento y activo, esto es en permanente aleteo.
El viento no se ve, pero se notan sus efectos: vuelan las hojas, se golpean las puertas, escucho su soplar… Así también, el lenguaje con que el Universo emite sus sonidos, señala la presencia del Espíritu con manifestaciones sensibles: soplos, ruidos, fuego.
Y así es el Espíritu, que cuando sopla y anima a las personas y a las comunidades, se hace visible en los frutos de amor. Por eso, cuando no amamos, el Espíritu se aleja de nosotros, viene de nuevo la oscuridad del pecado, trayendo caos a nuestra vida y generando sufrimiento, de dentro afuera y viceversa.
En hebreo es la RUAJ de Dios, el Viento que trae la Vida. Espíritu que es “dador de vida” ,que tiene, características femeninas. A ese
Espíritu del Amor, Espíritu de la vida, fuerza y luz, lo llamamos “Espíritu Santo”. Es quien nos hace participar de la vida de Dios, y nos une al Señor Jesús para llegar a ser con El, corazón nuevo en su Espíritu (1 Cor 6,17).
Este es mi mayor deseo para tod@s los GRUPOS DE JESÚS, José Antonio Pagola, autor de este magnífico y alentador aire del Espíritu, su proyecto, y a sus fieles colaboradores, nuestro coordinador Mario González, Marina, autora de los audios y muchos más aportando aliento de Pentecostés.
Miren Josune
¡PAZ A VOSOTROS!
Los acontecimientos se han ido sucediendo, llenando el corazón de un grupo de hombres y mujeres, de emociones intensas, profundos cambios en su vida que les llenan de dudas, mantienen en el miedo y la incertidumbre: ¿qué pasará a partir de ahora, cuál será el futuro que nos espera?
Viviendo entre la triste realidad, el duelo por la pérdida del amigo que deberán asumir, el recuerdo de los días vividos, dramáticos y tensos, llenos de angustia y abandono.
De alguna forma, las realidades humanas trascienden al ámbito social, alcanzan a la colectividad de un pueblo, sociedad o grupo, tienen repercusiones y efectos no siempre predecibles.
¿Cabía esperar un final así, tan desolador y cruento? Cuántas veces la sinrazón y sin sentido, nos conducen a tener que vivir situaciones incomprensibles que nos superan: era una gran mujer, un hombre honesto, personas que llevaban una vida íntegra.
De pronto, su vida sufre un golpe inexplicable, el «zarpazo» del destino, ¿por qué?. Luego viene el lamento, el gemido que llega hasta el cielo: ¿dónde está Dios que no ha evitado esta crueldad, este desastre?
Y Jesús Resucitado nos dice que el Amor nunca se ausenta, que allí donde un hombre y mujer sufren el desgarro y el llanto del dolor, su Espíritu está presente, dando fortaleza y consuelo.
Los amigos, discípulos de Jesús, vivieron momentos difíciles de olvidar, sus expectativas habían quedado reducidas a un estado emocional de desolación, miedo y fracaso.
Como ocurre tantas veces ante la desgracia, el ser humano se «encierra» en sí mismo, busca el refugio a su abandono y soledad, tratando de encontrar la calma y consuelo en la intimidad.
Algunos estudios referentes a la sicología humana, explican un comportamiento muy común, ante una tragedia o proximidad de la muerte: la clara predisposición y tendencia a «esconderse», a buscar el propio «nido» y estar a solas con el sufrimiento.
Sin embargo, a Dios-Padre, no le agrada que el hombre esté solo con su drama y sufrimiento. Si ya en los orígenes de la Creación le dió el consuelo de tener a su lado una fiel compañera, con la cual compartir las alegrías y tristezas, lo bueno y malo de la vida, ahora es Jesús quien se hace mediador ante el Padre, le pide envíe el Espíritu de su Amor y consuelo.
Las puertas y ventanas cerradas por miedo a los judios, en esto, Jesús hace acto de presencia, pronuncia un breve saludo:
«PAZ A VOSOTROS».
Las miradas siguen perplejas, mirando «sin ver», los corazones aturdidos, no está la sensibilidad para volver a revivir más escenas traumáticas.
¡Qué más quisieran los discípulos, dejar atrás la amarga pesadilla vivida, volver a ver al Amigo y Maestro.
Jesús, vuelve a mostrar la huella de sus heridas, hacer certera su presencia, es Él, no hay duda, y escuchan lo que les dice:
«Como el Padre me ha enviado, así os envío yo, recibid el Espíritu Santo».
Consuelo en la Misericordia, el principio de un nuevo trayecto existencial, lleno de esperanza.
La presencia de Jesús, a través del Espíritu de su Amor, infunde en el corazón de sus amigos, el aliento que necesitaban para salir a la vida, enfrentarse a la misión y emprender el camino señalado por Jesús.
Dios no nos «suelta» del todo, a pesar de nuestra libertad, tantas veces insegura, conoce nuestros límites, sabe la necesidad que tenemos de ver su Luz guiando nuestros pasos, de sentir «arder nuestro corazón», ante su amor misericordioso.
«Recibid el Espíritu, la fuerza de mi amor, permaneced en él».
A pesar del sufrimiento, de las desdichas de la vida, la muerte inevitable, el AMOR permanece y nos acompaña, nos habita y da calor de vida, aliento de profunda esperanza. Jesús no se ha ido, mientras su Amor permanezca en nosotros, nuestra vida tendrá sentido, seguiremos amando, trabajando, esperando construir entre todos la Civilización del Amor en la Misericordia.
Los párrocos, han de ser los primeros que impulsen con vigor y valentía el cambio, saliendo de esquemas cerrados y conservadores, hacia la renovación y apertura. Deben tener una actitud abierta, de empatía con todos, escuchar y dar oportunidades a la participación. Y algo muy importante, que nadie se arrogue ser «imprescindible», a costa de quienes tienen derecho a su propio espacio de participación, en la tarea de evangelizar.
Jesús, en el centro, único protagonista, y nosotros, unidos en torno a su Palabra.
No sobran las personas, nadie que quiera vivir y compartir el Amor de Jesús, ha de permanecer aislado, sufrir el rechazo, el miedo e inseguridad.
Sobran quienes buscan y urden dejar fuera, ser protagonistas y excluir, crear rivalidad, fomentar la crítica y envidia, sembrando la «cizaña» en buena tierra. A estas actitudes le llaman los jóvenes «trepar», claro que no es lo mismo decir que hacer, pues como se ha pronunciado el Papa Francisco, y a veces con justa indignación, ellos no deben ser EGOÍSTAS, ni han de poner en práctica la CULTURA DEL DESCARTE.
Cada Grupo de Jesús, ha de dejar que el Espíritu del Amor sea una realidad viva, sentida por todos, haya una verdadera comunión en torno a Jesús, y se manifieste en nuestra actitud y obrar.
Esta Iglesia y parroquias, están «pidiendo a gritos», vivir el Evangelio de la Misericordia y el Amor, con total coherencia. Es necesario un cambio radical, ser cristianos de hecho y no sólo de derecho, de obras y no de palabras.
¡Paz a vosotros!
Miren Josune