Queridos amigos y amigas:
Muchos cristianos buenos solo conocen el Evangelio “de segunda mano”. Todo lo que saben de Jesús y de su mensaje proviene de lo que han podido escuchar de niños a sus catequistas o, más tarde, a los predicadores. Se esfuerzan por vivir su fe de manera responsable, pero no conocen la experiencia de tener un contacto directo con las palabras de Jesús.
En los Grupos de Jesús vosotros tenéis la suerte de poder acercaros juntos a leer, meditar y compartir entre todos el Evangelio de Jesús. No os reunís para escuchar la predicación de un presbítero o la catequesis de una religiosa. Venís a escuchar directamente las palabras de Jesús.
Os ayudáis unos a otros a escuchar a Jesús desde vuestras preocupaciones y problemas, desde vuestros interrogantes y vuestras dudas, desde vuestros miedos y esperanzas. A lo largo de vuestro recorrido, iréis sintiendo también vosotros lo que decían en las primeras comunidades: las palabras de Jesús son “espíritu y vida”.
Cuando nos reunimos en los Grupos en nombre de Jesús, él está en medio de nosotros. A veces podemos pensar que su presencia es silenciosa, pero no es así. Siempre que nos ponemos a trabajar para acercarnos con fe al Evangelio, podremos escuchar su voz que nos llama, nos consuela, nos ilumina, nos llena de paz o nos da fuerza para enfrentarnos a la vida de cada día.
Algunos de vosotros me decís que lo que más agradecéis a los Grupos de Jesús es la experiencia de haber descubierto el Evangelio. Un joven me dice que nunca hubiera imaginado lo que le está sucediendo:
«Me siento cada día más atraído por Jesús. Hay en el evangelio palabras que me las está diciendo a mí.
Me emociona poder encontrarme con él tan de cerca.»
Tenéis razón. Ese Evangelio que estáis descubriendo es la fuerza más poderosa que tenemos en nuestras parroquias y comunidades cristianas para renovar la vida de la Iglesia. Por eso el papa Francisco nos está invitando a «volver a la fuente para recuperar la frescura original del Evangelio».
Estoy convencido de que los que estáis descubriendo por propia experiencia cómo os está cambiando por dentro el Evangelio de Jesús, pronto lo estaréis contagiando en vuestras parroquias y en vuestro entorno. La Buena Noticia de Jesús nos irá renovando a todos. Este ha de ser el horizonte de nuestros Grupos de Jesús.
Un abrazo grande en el que cabéis todos. Hasta pronto.
José Antonio Pagola
1/mayo/2016