Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Somos el GVJ 26, un nuevo grupo virtual que ha comenzado tras la pasada convocatoria del mes de septiembre realizada desde la web Grupos de Jesús. Hemos iniciado esta experiencia 13 personas que vivimos en 4 países diferentes: Argentina, Guatemala, España y Venezuela.
Acabamos de terminar nuestra reflexión del primer tema del proceso de Grupos de Jesús y, al igual que los anteriores grupos virtuales, queremos comenzar a compartir con todos vosotros algo de lo que hemos dialogado y compartido.
No perder de vista lo principal
Percibo que la Iglesia se encuentra lejos de tierra firme, lejos de su tierra originaria, de su mensaje esencial. Igualmente se ve sacudida por el oleaje del tiempo, pues como institución humana participa de circunstancias históricas que no siempre casan con su objetivo principal: la llegada del Reino de Dios.
Entiendo la Iglesia como una comunidad viva en la que estamos unidos por el amor de Cristo que se refleja en nuestro amor por nuestros hermanos. Al igual que en aquel momento, muchas veces la Iglesia se encuentra lejos del verdadero mensaje que nos trajo Jesús, de la buena noticia, del Evangelio, y que de alguna manera olvida lo importante y se queda en lo secundario.
La mano tendida de Jesús
El evangelista transmite un drama humano, que se ve sintetizado en Pedro: ¿Cómo caminar sobre el agua, lo inseguro, lo que no se puede controlar, sintiendo que todo se mueve alrededor? Pedro se da cuenta que solo es posible en la humildad de saber que lo humano es tener miedo y hundirse, y que la fe es experimentar que la mano de Jesús está tendida en el momento justo, y es ella la que nos sostiene.
¿Cómo es que al tener enfrente a Jesús, como personas y como comunidad, frente a la dificultad necesito (necesitamos) que Jesús nos “ratifique” su presencia? ¿Naturaleza humana? Pareciera que constantemente necesitamos de esta ratificación.
Quiero ver a Jesús como esa mano tendida en tiempos de crisis, aunque no quiero instrumentalizarlo como un salvador solo para los malos momentos. Quiero tener la alegría de sentirlo como suficiente en la vida, sea cual sea la circunstancia.
Quisiera dejar de ser como Pedro y confiar definitivamente y por siempre sin dudar, pero aún soy la que, cuando cae, mira a los lados y al final recurro a Dios.
Jesús siempre me anima, aun en mis dudas y errores está presente. Es un misterio cercano, íntimo. Me libera interiormente y me impulsa a trabajar por el Reino. Pedro también me anima a decir que se puede caminar sobre las aguas, sobre las tormentas. Si la seguridad esta puesta en Jesucristo, en Dios.
Sálvanos… en comunidad
“¡Señor, sálvame, sálvanos!”: no solo de la crisis que ya teníamos, una crisis humanitaria causada por la perversidad en el poder de muchos políticos, ahora también del «viento fuerte» de la pandemia…
La incertidumbre y la deshumanización que traen consigo los tiempos difíciles me han hecho ver que siempre ha sido necesaria esa palabra de esperanza de Jesús, ese consuelo y ese ánimo para ser mejores en lo pequeño.
Cuando los discípulos se encuentran todos reunidos en torno a Jesús la paz llega a todos ellos. El grupo que comenzamos también aspira a encontrar la paz junto a Jesús y que juntos recemos para que esa paz inunde a todos.
Este tipo de experiencias, como Grupos de Jesús, me devuelven la esperanza, porque muchas veces los cristianos vivimos una fe individualista, sin compartir nuestra fe, dejándolo en un segundo plano, para mi vida privada.
Oramos juntos
Jesús, tengo mucho miedo a que mis hijos caigan
en el desamparo y en la dureza de corazón.
También tengo miedo a que el último pensamiento de mis padres
cuando dejen este mundo no sea de confianza en ser abrazados por ti.
Tengo miedo a responder con mal al mal que reciba.
Tengo tantos miedos…
Señor, sé que tu mano está extendida hacia mí
y hacia la dolida humanidad,
que con mi cuerpo, mente, espíritu
pueda reconocer tu presencia y confiar en ella
y salir al encuentro, propuesto por ti. ¡Sálvanos!
Que salga confiada a tu encuentro,
aún sobre las aguas turbulentas,
y que pueda llevarte con el testimonio de mi vida,
a mi familia y a todo mi prójimo.
Señor, líbrame del autoengaño,
no hagas que crea en mi verdad, sino en tu verdad.
Señor, líbrame de la burda comedia del protagonismo
y sé vos el centro de mi comunidad.
Señor, líbrame de los escrúpulos y haz que ría con mi pueblo,
coma con mi pueblo, escuche a mi pueblo.
Señor, líbrame del pregón y las reflexiones de tantas palabras,
que en mis pocas se demuestra el interés por los otros.
Señor, líbrame de la espera de gratitud, que una mirada complacida,
una barriga llena de comida, un sueño alcanzado,
me alcance para creer que hice lo mínimo por mis hermanos.
Señor, líbrame del complejo de superhéroe,
que sienta que tu fuerza del evangelio
es lo que me anima a seguir
y a quemar las naves por la gente. Amén.
Ana, Bernardita, César, Clarita, Gaspar, Gema, Grendy, Jorge César,
M.ª Mercedes, M.ª Rosario, Rubén G., Rubén S. y Walter
Grupo Virtual de Jesús 26
buen día recién me encuentro con esta informacion «los grupos de Jesús» quiero pertenecer a su grupo. ¿Cómo puedo hacerlo?