Ya han quedado atrás los días del descanso veraniego, del tiempo libre sin horarios prefijados. El otoño tiene el sabor de “volver a empezar”, de adentrarnos en otra etapa en la que nos sentimos más organizados y recuperamos nuestras actividades.
Quizás en medio de las concesiones que nos otorga el ocio veraniego, nos hemos ido dejando llevar y muchas veces no hemos sido del todo fieles a nuestros compromisos con Jesús y con nuestros hermanos. Ahora podemos vivir ese “volver a empezar” que se nos ofrece como una oportunidad renovada una vez más.
En la vida nos vamos haciendo y nos vamos logrando, con nuestros altibajos, nuestros avances y también nuestros retrocesos, de los que aprendemos. Es ese equilibrio que vivimos, entre luchas y abandonos, desánimos y entusiasmos, miedos y confianza…
Nos alegra caminar de la mano de Jesús, y nos sentimos también pesarosos cuando caemos en la cuenta de las veces que le damos de lado. Cuando de vuelta de nuestras desidias, comprobamos que él estaba ahí, con la mano tendida, esperando con paciencia infinita, que volvamos el rostro hacia él, que nos espera sin reproche en su mirada, solo con la ilusión del reencuentro.
Y entonces sufrimos y gozamos a un tiempo. Yo lo expreso así:
¿Cómo puede ser, Señor
que a la vez pueda ser yo
la alegría y el quebranto,
risa y dolor, gozo y llanto?
¿Cómo se puede a la vez
sufrir y gozar a un tiempo?
¿Pueden de la mano ir
alegría y sufrimiento?
De tu Amor estoy segura
y eso me hace feliz;
mas sufro al pensar que pueda
marcharme lejos de Ti.
Sufro porque soy de barro,
me alegra esperar lo eterno,
me aflijo por mis errores…
mas ¡gozo porque te tengo!
Y así marcho por la vida,
gozo y llanto entretejiendo;
Y, cuando me lo pregunto,
apenas si lo comprendo.
Mas yo sé bien que se puede
¡sufrir y gozar a un tiempo!
Pues que en medio del dolor o la alegría que nos vaya tocando vivir, sigamos adelante con ilusión en este otoño que nos invita a volver a empezar una vez más.
Mercedes Castellano
GVJ Galilea
Mercedes, gracias por compartir con todos esta experiencia tan verdadera de <> tan difícil de comprender en medio de nuestros vaivenes.
En mi grupo, la Paz, hemos comenzado nuestros encuentros con mucha ilusión y lo hemos empezado con el texto «Convertíos y creed la Buena Noticia» que nos ha dado mucha luz para estar atentos y renovarnos una y otra vez.
Tus interrogaciones expresadas en la poesía-oración, las hago mías.
De nuevo, gracias por compartir esta precioso saludo de otoño
Qué facilidad para expresarte tienes Mercedes, me encanta todo el escrito y más el poema. Gracias.