CREER EN EL RESUCITADO
Los cristianos no hemos de olvidar que la fe en Jesucristo resucitado es mucho más que el asentimiento a una fórmula del credo. Mucho más incluso que la afirmación de algo extraordinario que le aconteció al muerto Jesús hace aproximadamente dos mil años.
Creer en el Resucitado es creer que ahora Cristo está vivo, lleno de fuerza y creatividad, impulsando la vida hacia su último destino y liberando a la humanidad de caer en el caos definitivo.
Creer en el Resucitado es creer que Jesús se hace presente en medio de los creyentes. Es tomar parte activa en los encuentros y las tareas de la comunidad cristiana, sabiendo con gozo que, cuando dos o tres nos reunimos en su nombre, allí está él poniendo esperanza en nuestras vidas.
Creer en el Resucitado es descubrir que nuestra oración a Cristo no es un monólogo vacío, sin interlocutor que escuche nuestra invocación, sino diálogo con alguien vivo que está junto a nosotros en la misma raíz de la vida.
Creer en el Resucitado es dejarnos interpelar por su palabra viva recogida en los evangelios, e ir descubriendo prácticamente que sus palabras son «espíritu y vida» para el que sabe alimentarse de ellas.
Creer en el Resucitado es vivir la experiencia personal de que Jesús tiene fuerza para cambiar nuestras vidas, resucitar lo bueno que hay en nosotros e irnos liberando de lo que mata nuestra libertad.
Creer en el Resucitado es saber descubrirlo vivo en el último y más pequeño de los hermanos, llamándonos a la compasión y la solidaridad.
Creer en el Resucitado es creer que él es «el primogénito de entre los muertos», en el que se inicia ya nuestra resurrección y en el que se nos abre ya la posibilidad de vivir eternamente.
Creer en el Resucitado es creer que ni el sufrimiento, ni la injusticia, ni el cáncer, ni el infarto, ni la metralleta, ni la opresión, ni la muerte tienen la última palabra. Solo el Resucitado es Señor de la vida y de la muerte.
José Antonio Pagola
Gracias, muchas gracias por todo este mensaje .
En situaciones como esta alternamos momentos de zozobra con otros de esperanza .
Ciertamente lo único que de verdad nos da fuerzas es saber que Jesús Resucitado camina junto a todos y cada uno de nosotros y que está VIVO y nada nuestro le es ajeno. ¡Feliz Pascua de Resurrección ! con un abrazo para todos
‘Creer en el Resucitado’ con la certeza que a través de la ‘oración’ podemos percibir su ‘fuerza’ motivadora y emplear el ‘poder de la imaginación’ que nos dió su Padre –Nuestro Padre, el Padrenuestro que está en los cielos– para actuar con vocación de discípulo en imitación al ‘Cristo vivo’ desarrollando aquí y ahora nuevas parábolas inteligentes y motivadoras, creativas y formativas para anunciar y denunciar al resto de la humanidad las que desconoce las enseñanzas y vivencias del ‘Resucitado’.
‘Creer en el Resucitado’ para formular con ‘creatividad’ nuevas estrategias comunicativas –una Nueva Evangelización– a través de toda la parafernalia que ha significado las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), impulsando nuestras vidas y la de esos hermanxs que aún no conocen al ‘Resucitado’ en el derrotero de ese Omega, esa Realidad Última, el Comos en relación dialéctica a el Caos que ha prevalecido desde los inicios de la humanidad.
‘Creer en el Resucitado’, es entender el Alfa y el Omega, el Caos y el Cosmo, el uno original y cosmogónico del cual surgimos como especie humana –pecado original–, el otro trascendental y cosmológico al cual debemos fijar y poner toda nuestra atención, como Motivación Superior, como propósito de vida, como seres singulares en éste universo conocido.
Creer en el Resucitado es también creer que Jesús es mi hermano en ‘espiritualidad de comunión’ con el Padre, nuestro Padre, Padrenuestro y que para que se haga presente en medio de todxs nosotrxs debe ser también una ‘espiritualidad liberadora’ como verdaderas personas creyentes.
Abandonemos la pasividad que nos embarga. Es necesario ser más «agresivos» o mejor decir asertivos en nuestros «encuentros y tareas» en nuestras respectivas «comunidades eclesiales de base» donde las haya, en todo caso construyámosla sabiendo que con eso estaremos construyendo las pequeñas células constructoras de la Nueva Sociedad: «el Reino de Dios aquí en la tierra como es en el cielo.»
Gustavo Panter
Caracas – Venezuela