ABIERTOS AL ESPÍRITU
No hablan mucho. No se hacen notar. Su presencia es modesta y callada, pero son «sal de la tierra». Mientras haya en el mundo mujeres y hombres atentos al Espíritu de Dios será posible seguir esperando. Ellos son el mejor regalo para una Iglesia amenazada por la mediocridad espiritual.
Su influencia no proviene de lo que hacen ni de lo que hablan o escriben, sino de una realidad más honda. Se encuentran retirados en los monasterios o escondidos en medio de la gente. No destacan por su actividad y, sin embargo, irradian energía interior allí donde están.
No viven de apariencias. Su vida nace de lo más hondo de su ser. Viven en armonía consigo mismos, atentos a hacer coincidir su existencia con la llamada del Espíritu que los habita. Sin que ellos mismos se den cuenta son sobre la tierra reflejo del Misterio de Dios.
Tienen defectos y limitaciones. No están inmunizados contra el pecado. Pero no se dejan absorber por los problemas y conflictos de la vida. Vuelven una y otra vez al fondo de su ser. Se esfuerzan por vivir en presencia de Dios. Él es el centro y la fuente que unifica sus deseos, palabras y decisiones.
Basta ponerse en contacto con ellos para tomar conciencia de la dispersión y agitación que hay dentro de nosotros. Junto a ellos es fácil percibir la falta de unidad interior, el vacío y la superficialidad de nuestras vidas. Ellos nos hacen intuir dimensiones que desconocemos.
Estos hombres y mujeres abiertos al Espíritu son fuente de luz y de vida. Su influencia es oculta y misteriosa. Establecen con los demás una relación que nace de Dios. Viven en comunión con personas a las que jamás han visto. Aman con ternura y compasión a gentes que no conocen. Dios les hace vivir en unión profunda con la creación entera.
En medio de una sociedad materialista y superficial, que tanto descalifica y maltrata los valores del espíritu, quiero hacer memoria de estos hombres y mujeres «espirituales». Ellos nos recuerdan el anhelo más grande del corazón humano y la Fuente última donde se apaga toda sed.
José Antonio Pagola
ORAR CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO
“Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo”
Domingo de Pentecostés- B (Jn 20, 19-23)
Evangelio del 23 de mayo de 2021
Enlace del encuentro
DISCÍPULOS MISIONEROS le está invitando a una reunión de Zoom programada.
Tema: Orar con el evangelio del 23/Mayo/2021
Hora: 22 may. 2021 20:45 h. Madrid
Unirse a la reunión Zoom
https://us02web.zoom.us/j/83304971313?pwd=ZUhkZGhyaWl1UmpIT01KaCs1aFNRZz09
ID de reunión: 833 0497 1313
Código de acceso: 337100
• Preparación para la escucha de la Palabra de Dios
(En casa: busca un lugar tranquilo donde puedas leer en paz la Palabra de Dios. Serena tu espíritu y respira varias veces profundamente.)
1.ORACIÓN INICIAL
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio abandonándose en las manos de Dios y así poder conocer y amar a Jesucristo siguiéndolo y dándolo a conocer.
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don, en tus dones espléndido,
luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
Mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo, su mérito.
2. SALUDO
¿Cómo y en qué estamos?
3. ACERCAMIENTO AL EVANGELIO DEL DOMINGO
Pidamos a Dios nuestro Padre que nos envíe el Espíritu Santo como lo envió en Pentecostés a su joven Iglesia.
(Pausa)
Oh Dios, Padre nuestro:
Haz, te pedimos, que el Espíritu Santo
nos sorprenda con el don del ardor y del vigor cristianos;
que nos rejuvenezca y nos renueve
como lo hizo con los miembros de la Iglesia recién nacida.
Que tu Espíritu renueve nuestros días, nuestro amor y nuestra vida;
que nos traiga ternura y alegría
junto con apertura y acogida para con todos;
que nos fortalezca con valentía y coraje
para defender y apoyar todo lo que es recto y justo.
Que el mismo Espíritu nos una en su amor y nos lleve a ti.
Todo esto te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
R/ Amén.
3.1 Santo evangelio según san Juan 20, 19-23
19Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».20Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.21Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».22Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo;23a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Leer y releer la Palabra, ¿qué dice o/y cuenta el evangelio?
(Trabajar en casa y poner en común en el encuentro)
(SILENCIO)
3.2 Comentarios de referencia
• ABIERTOS AL ESPÍRITU, José Antonio Pagola:
Grupos de Jesús – Pentecostés – B (Juan 20,19-23) – Grupos de Jesús – (gruposdejesus.com)
• ASOCIACIÓN SACERDOTES DEL PRADO, Sebas Gil Martin, diócesis de Ávila
Domingo de Pentecostés 2021 (sacerdotesdelprado.org)
4. LLAMADAS A LA ACCIÓN GRACIAS, PETICIONES Y COMPROMISOS, …
(trabajar en casa y poner en común en el encuentro)
• ¿Qué me dice a mí el evangelio? ¿Qué buena noticia me anuncia o revela hoy el evangelio?
(SILENCIO)
• ¿Qué respuesta me pide a mí el Señor? llamadas a la conversión, compromisos, acción de gracias, peticiones, … para ser «Discípulo Misionero».
• (SILENCIO)
5.ORACION DE LOS FIELES
Roguemos a Dios Padre que derrame sobre nosotros y sobre el mundo entero el Espíritu de audacia y de unidad. Y digamos:
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
1. Sobre las iglesias locales esparcidas por toda la tierra, sobre las comunidades con mil rostros, sobre los cristianos diseminados por todo el ancho mundo, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
2. Sobre el Papa y demás líderes de las Iglesias, sobre obispos y sobre pastores, sobre todos aquellos que tienen un ministerio de servicio, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
3. Sobre los cristianos perseguidos por su fe, sobre los que dudan, vacilan o flaquean, sobre todos los que buscan a Dios y esperan al Espíritu Consolador, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
4. Sobre los que oprimen a sus hermanas y hermanos, sobre los que ostentan posiciones de poder, sobre los que son y se sienten marginados y esclavizados, y también sobre los que se sienten liberados y libres, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
5. Sobre los que extienden y proclaman el evangelio, sobre aquellos cuya misión es perdonar pecados, sobre aquellos atrapados por los cepos de sus vicios y pasiones, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
6. Sobre todos los que estamos reunidos aquí, ahora, en tu nombre, sobre aquellos que han abandonado nuestra comunidad, sobre los nuevos bautizados en estos días pascuales, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Espíritu Santo renueve la faz de la tierra.
7. ……..
Por todos ellos te rogamos, Señor Dios nuestro. Envía tu Espíritu a cada uno de nosotros; que él nos inflame con su amor siempre, todos los días de nuestra vida, y por los siglos de los siglos. R/ Amén.
6. PADRENUESTRO
Orar en silencio, al final quién quiera puede resaltar alguna de las frases que más le haya tocado su corazón.
7. ORACIÓN A MARÍA – Papa Francisco
«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».
En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.
Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.
Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.
Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.
Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos.
Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.
Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.
Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares.
Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración.
Oh María, Consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.
Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.
8. BENDICIÓN
9.LITURGIA DE LA PALABRA DEL DOMINGO
https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/liturgia-del-domingo
10.INFORMACIÓN, RUEGOS Y PREGUNTAS
000discipulosmisioneros@gmail.com
paz, salud y fraternidad