Varios Grupos de Jesús de El Salvador, constituidos por comunidades CEB, quieren compartirnos la figura del Padre Pedro, que recientemente ha fallecido.
Reproducimos, a continuación, algunos párrafos de la carta que escribieron a propósito de ese acontecimiento.
Querido Padre Pedro:
Durante estos meses y especialmente en estas últimas semanas y días hemos estado muy pendientes de sus problemas de salud. Las noticias que recibimos, cada vez se hicieron más preocupantes. Y hoy, estamos aquí, alrededor de su cuerpo sin vida que pronto será ceniza para fertilizar nuestras comunidades y para purificar nuestros compromisos.
Usted ha venido a nuestro encuentro desde el año de 1968, el año de la conferencia episcopal latinoamericano en Medellín. Ha venido a buscarnos para darnos la mano, para compartir su amistad, para darnos esperanza y razones de lucha. Ha venido a despertarnos para que descubriéramos al Dios de Jesús presente en nuestro sufrimiento, en nuestra pobreza y miseria, resultado de la explotación y la represión. Ha venido para convocarnos a formar comunidad fraterna, a transformarnos en hermanos y hermanas de verdad.
A partir de hoy, ya no hablaremos solamente de aquel Chico Zarza del nacimiento de El Paraíso, sino también de Pedro Zarza: Usted ha quemado su vida con el fuego del Espíritu, ese fuego que nunca se apaga, ese fuego que nos ha dado luz y energía para levantarnos y para arriesgarnos a caminos que nunca pensábamos que íbamos a ser capaces de andar. El Espíritu de Jesús presente en su fuego, Padre Pedro, nos ha convertido en misioneros de la Buena Nueva a los pobres, nos ha transformado en animadores y animadoras de comunidades, nos ha movilizado para levantar banderas de lucha de nuestro pueblo, nos ha desafiado a ser consecuentes y coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos.
Durante 47 años ha sido sembrador de la buena semilla del Evangelio, Buena noticia para las y los pobres. Y en varios momentos ha podido gozar del crecimiento de las mazorcas de vida y fiesta. Pero siempre ha insistido en volver a sembrar las mejores semillas, porque la lucha por la justicia, la verdad, la libertad, la solidaridad y la vida, es una lucha larga. Nos ha dado el ejemplo.
Padre Pedro, por supuesto que en este día no estamos diciendo “adiós”, sino “gracias”, y le pedimos que siga desafiándonos hacia los grandes retos para despertar y provocar nuevas esperanzas en nuestro pueblo. Sabemos que estará presente en cada acción profética, en cada experiencia evangelizadora, en cada nueva comunidad, en nuestra conversión, en nuestras acciones solidarias.
Gracias, Padre Pedro.
Las comunidades de Zacamil, Los Fonchos y El Paraíso
Luis y Tere
Queridos Luis y Tere, gracias por darnos a conocer al Padre Pedro que tanto bien ha dejado en vuestras vidas. Sigamos su ejemplo, animados por El Espíritu, para seguir sembrando semillas de las que tan «buen fruto» nos regalan. Gracias por ser sus portadores, gracias por compartir vuestro amor por él con todos nosotros.
Cristina
Grupo de Jesús «La Paz». Madrid. España