NO LANZAR PIEDRAS
En toda sociedad hay modelos de conducta que, explícita o implícitamente, configuran el comportamiento de las personas. Son modelos que determinan en gran parte nuestra manera de pensar, actuar y vivir.
Pensemos en la ordenación jurídica de nuestra sociedad. La convivencia social está regulada por una estructura legal que depende de una determinada concepción del ser humano. Por eso, aunque la ley sea justa, su aplicación puede ser injusta si no se atiende a cada hombre y cada mujer en su situación personal única e irrepetible.
Incluso en nuestra sociedad pluralista es necesario llegar a un consenso que haga posible la convivencia. Por eso se ha ido configurando un ideal jurídico de ciudadano, portador de unos derechos y sujeto de unas obligaciones. Y es este ideal jurídico el que se va imponiendo con fuerza de ley en la sociedad.
Pero esta ordenación legal, necesaria sin duda para la convivencia social, no puede llegar a comprender de manera adecuada la vida concreta de cada persona en toda su complejidad, su fragilidad y su misterio.
La ley tratará de medir con justicia a cada persona, pero difícilmente puede tratarla en cada situación como un ser concreto que vive y padece su propia existencia de una manera única y original.
Qué cómodo es juzgar a las personas desde criterios seguros. Qué fácil y qué injusto apelar al peso de la ley para condenar a tantas personas marginadas, incapacitadas para vivir integradas en nuestra sociedad, conforme a la «ley del ciudadano ideal»: hijos sin verdadero hogar, jóvenes delincuentes, vagabundos analfabetos, drogadictos sin remedio, ladrones sin posibilidad de trabajo, prostitutas sin amor alguno, esposos fracasados en su amor matrimonial…
Frente a tantas condenas fáciles, Jesús nos invita a no condenar fríamente a los demás desde la pura objetividad de una ley, sino a comprenderlos desde nuestra propia conducta personal. Antes de arrojar piedras contra nadie, hemos de saber juzgar nuestro propio pecado. Quizá descubramos entonces que lo que muchas personas necesitan no es la condena de la ley, sino que alguien las ayude y les ofrezca una posibilidad de rehabilitación. Lo que la mujer adúltera necesitaba no eran piedras, sino una mano amiga que le ayudara a levantarse. Jesús la entendió.
José Antonio Pagola
Seguir a Jesús es encontrarnos con la multiforme manera de él aparecerse, las cuales a veces nos sorprenderían, como puede ser en los más olvidados de este mundo.
Como siempre extraordinaria y profunda reflexión.
Muchas gracias.
Pbro. Héctor Valdepeña
Qué maravilloso poder ir hacia este sueño de una vida más humana, más feliz, más plena, viviendo como hijo amado de Dios, tratando cada día de seguir a Jesús en su proyecto, animados por el Espíritu que nos ayuda a amar como lo hizo Jesús.
Gracias por iluminar mi vida.
SIEMPRE HE ADMIRADO A JOSE ANTONIO PAGOLA POR SUS TAN ACERTADAS REFLEXIONES. LO ADMIRO EN SILENCIO PERO HOY ME ATREVO A DARLE LAS GRACIAS, PORQUE HA SIDO UN GUIA PARA MI PERSONA. SOY UNA PERSONA MAYOR Y DE MUCHA FE (QUE PIENSO QUE SIN FE NO SE PUEDE VIVIR). REITERO MIS AGRADECIMIENTOS.
ME GUSTA CREAR «ORACIONES» Y COMPARTO UN TROZO:
VEN ESPIRITU SANTO, TE NECESITAMOS EN TODO EL MUNDO PORQUE NUESTRAS FORMAS DE VIDA NO SON BIEN MIRADAS POR DIOS. ESTAMOS ATRAPADOS EN LA DESHUMANIZACION. CLAMAMOS A TI, ESPIRITU SANTO, PARA QUE ERRADIQUES EL ODIO, LA CORRUPCION, EL QUERER SER CENTRO DE ATENCION.
ESTAMOS PERDIENDO LA FE, HEMOS PERDIDO LA HUMILDAD, EL AMOR, LA GENEROSIDAD: Y TAN SOLO CREEMOS QUE SOMOS DUEÑOS DE NUESTRAS VIDAS.
DANOS, ESPIRITU SANTO, EL ALIENTO Y EL SOPLO DE VIDA NUEVAMENTE PORQUE EL BARRO EN QUE FUIMOS FORMADOS SE ESTÁ DESMORONANDO. SABEMOS QUE DE LO MALO TU PUEDES SACAR ALGO BUENO…
Me produjo un gozo! el título de la reflexión para el Espíritu Santo. Es que a menudo pensamos en un Dios aparte que va a hacer en nosotros todo lo que tenemos que hacer, sin embargo es sólo acoger la vida de Dios ya en nosotros, el dinamismo de la experiencia PASCUAL que nos anima a ir dando los pasos. Gracias José Antonio por esta Buena Noticia
No es mala despedida .
«La paz de Cristo esté contigo»
Mi comentario va dirigido a los maestros (en imitación a Cristo). Hay muchos profesores pero pocos maestros. Por algo el MAESTRO que es y sigue siendo nuestro SEÑOR, tiene ese «eros» y «ethos» no solo pedagógico (para los niños), sino también hebegógico y andragógico (para los jóvenes y adultos respectivamente) en nuestro caminar.
Saludos y bendiciones,
Gustavo
Que dificil es comunicar con los desconocidos.
Pero deberíamos hacer un esfuerzo, y empezar saludando a los que tenemos cerca, poco a poco se establecerá una nueva amistad, pero una amistad verdadera de las que si nuestro amigo necesita algo, tratemos de proporcionarlo. Desde un abrazo hasta dinero, por qué no.
Extraordinario coemntario. Nos está enseñando que:
-En la VIDA, sea cual sea el individuo, si bien hay reglas generales, para cada circunsatancia han de tenerse en cuenta las PARTICULARIDADES y CIRCUNSTANCIAS de cada individuo.
-Buscar siempre la parte buena de la persona: en TOD@S, rascando se encuentra.
-Y POR ENCIMA DE TODO, dar una mano.
Acerca de esta disertación del p. Jose Antonio Pagola, cabe agregar un comentario sobre la tan mentada «NUEVA NORMALIDAD». Este APÓLOGO (relato) nos invita a la pregunta: ¿Qué cosa era o ha sido «NORMAL» con anterioridad?
Aquellas almas que intenten ‘adulterar’ las normas trabajando por la Paz y la Justicia, paradójicamente se convierten en “seres peligrosos” para el ‘Sistema’ y muy probable que se sumen a la larga lista del ‘martirologio’ cristiano y no cristiano.
Muchas de las veces, «apedreamos» de pensamiento y de palabra a muchas hermanas y hermanos. Y sin darnos cuenta de ello, “caemos en la tentación” de acusarlos sin tener argumentos y creyendo estar “libres de culpa”.
Ir contra el «sistema normal», pareciera ser estar en lo cierto en tanto justicia y paz. Y, quien quiera que intente cambiar las «normas» (una ‘TRASNORMACIÓN’), lo queremos ajusticiar convirtiéndonos en cómplices del martirio de dicha persona, quien seguramente ha venido trabajando callada y discretamente por la paz y la justicia -parafraseando al siempre recordado hermano y sacerdote p. Juan Vives Suriá (1924-2004), quien denunció muchas injusticias y violaciones de los derechos humanos, y en 1985, creó la Fundación Latinoamericana de los Derechos Humanos y el desarrollo social (Fundalatin), siendo acreedor del “Premio Mensajero de Paz” de las Naciones Unidas.
Saludos y bendiciones,
Gustavo Panter