A lo largo de los últimos encuentros hemos escuchado las principales llamadas de Jesús: su invitación a entrar en la dinámica del reino de Dios, su llamada a ser compasivos como el Padre del cielo y su propuesta de amor a Dios y a los hermanos como única ley. Ha llegado el momento de escuchar a Jesús la llamada concreta que nos hace a todos y cada uno de los miembros de este grupo a seguirlo de cerca.
Ya conocemos su estilo de vida, su pasión por Dios, su entrega a los que sufren, su proyecto del reino. Ahora hemos de estar más atentos que nunca. En los próximos cinco encuentros, Jesús nos irá llamando de manera muy concreta a seguirle, colaborando con él en la tarea apasionante de abrir caminos a ese Dios que quiere construir, con nosotros y junto a nosotros, un mundo más digno, justo y fraterno.
Buenos dias os mando algo que me gusta,y que me ayuda,espero que a vosotros os pase igual.
En el Hágase tu voluntad… Ella no entendía nada de lo que iba a pasar pero dijo Hágase… y pudo gestar al Salvador. Dios hizo maravillas en Ella porque dijo Si a los planes De Dios. María en medio de su discapacidad para entender aquel profundo misterio experimento en su vida que nada es imposible para Dios… que se haga en nosotros.
¡TÚ SABES QUE TE AMO!
Desde el amor y la misericordia, debemos hacer creíble la fiel y honesta respuesta a Jesús, ser referentes válidos, viviendo la coherencia del Evangelio, el vivo testimonio de la vocación a la que hombres y mujeres hemos sido llamados, por diferentes caminos.
Responder a Jesús, no es un acontecimiento acaecido en un momento puntual, dejado atrás, en el recuerdo, ni un atributo, del cual, prescindimos a nuestro libre albedrío, tampoco se ha de considerar la vocación como un privilegio y derecho vitalicio, del cual, se obtengan beneficios, al margen de nuestra responsable actitud.
Jesús conoce los límites de la condición humana, la debilidad que acompaña muchas de las acciones y deseos. Él no se ha entretenido en buscar y hacer una selección de mujeres y hombres “especiales”, ni tiene en cuenta perfiles singulares debido a sus talentos y formación. Sin duda, la Sabiduría que Jesús cultivó y buscó entre quienes le seguían, estaba enraizada en el corazón, en la sencillez y humildad de lo frágil y pequeño, en el don generoso del Amor vivido y entregado.
La genuina respuesta que Jesús espera de todo hombre y mujer, está resumida en una pregunta inequívoca y determinante: ¿ME AMAS JOSÉ, PEDRO, JUAN, MARÍA?
Luego vendrán las dificultades, las circunstancias difíciles de afrontar, las tentaciones, luchas e impedimentos, más nada hará traicionar nuestro ¡SI! ante un AMOR VERDADERO Y FIEL. Podrá cambiar el escenario y espacio donde realizar las tareas y competencias asumidas, el puesto a ocupar, más nunca el compromiso de AMAR HASTA EL EXTREMO, a ejemplo de Jesús.
Jesús insiste a Pedro por tres veces: ¿me amas?
La medida de ese AMOR será la que otros verán, escucharán y sentirán. No es válido amar con condiciones, excusas y huídas, porque el AMOR pide entrega total al otro y a los otros, es la verdadera fidelidad de los y las seguidores de Jesús, y en esa opción libre, habremos de saber escoger bien el camino, dejar que el Espíritu nos lleve, con las “brasas encendidas” de nuestro corazón.
Donde haya AMOR Y ENTREGA, allí está Jesús, en medio de nosotros, alentando toda obra y gesto bueno de misericordia.
¡Apacienta mis ovejas!
No las abandones a su suerte, no permitas que se pierdan, no dejes que otros hagan estragos con ellas, queden malheridas, a causa de tu indiferencia, de tu interés y conveniencia.
La actitud sensata ha de ser el celo vigilante, la acogida en la misericordia, el bálsamo del consuelo que cure las heridas, el gesto humano que haga posible recobrar la confianza y aliente nuestra esperanza.
maría jesús