SIN MATAR LA ESPERANZA
Jesús fue un creador incansable de esperanza. Toda su existencia consistió en contagiar a los demás la esperanza que él mismo vivía desde lo más hondo de su ser. Hoy escuchamos su grito de alerta: «Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Pero tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero».
Las palabras de Jesús no han perdido actualidad, pues también hoy seguimos matando la esperanza y estropeando la vida de muchas maneras. No pensemos en los que, al margen de toda fe, viven según aquello de «comamos y bebamos, que mañana moriremos», sino en quienes, llamándonos cristianos, podemos caer en una actitud no muy diferente: «Comamos y bebamos, que mañana vendrá el Mesías».
Cuando en una sociedad se tiene como objetivo casi único de la vida la satisfacción ciega de las apetencias y se encierra cada uno en su propio disfrute, allí muere la esperanza.
Los satisfechos no buscan nada realmente nuevo. No trabajan por cambiar el mundo. No les interesa un futuro mejor. No se rebelan frente a las injusticias, sufrimientos y absurdos del mundo presente. En realidad, este mundo es para ellos «el cielo» al que se apuntarían para siempre. Pueden permitirse el lujo de no esperar nada mejor.
Qué tentador resulta siempre adaptarnos a la situación, instalarnos confortablemente en nuestro pequeño mundo y vivir tranquilos, sin mayores aspiraciones. Casi inconscientemente anida en nosotros la ilusión de poder conseguir la propia felicidad sin cambiar para nada el mundo. Pero no lo olvidemos: «Solamente aquellos que cierran sus ojos y sus oídos, solamente aquellos que se han insensibilizado, pueden sentirse a gusto en un mundo como este» (R. A. Alves).
Quien ama de verdad la vida y se siente solidario de todos los seres humanos sufre al ver que todavía una inmensa mayoría no puede vivir de manera digna. Este sufrimiento es signo de que aún seguimos vivos y somos conscientes de que algo va mal. Hemos de seguir buscando el reino de Dios y su justicia.
José Antonio Pagola
ESCUCHAR LA PALABRA Y PONERLA EN PRÁCTICA
1 de diciembre
DOMINGO I DE ADVIENTO Año litúrgico 2023-2024 (Ciclo C Lucas (21,25-28.34-36)
“¿Liberar de qué?¿de qué nos libera Jesús cuando nos encontramos de verdad con Él y cuando dejamos que su mensaje entre de verdad en nuestro corazón y en nuestra vida?” (Darío Mollá S.J.)
SEÑAL DE LA CRUZ Y ORACIÓN INICIAL
Para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer.
¿CÓMO Y DÓNDE ESTAMOS?
(Compartir hechos a la luz de las pistas de la revisión de vida que responden al objetivo y tarea del proyecto de curso 2024-25: importante poner siempre estas pistas para que nos detengamos en alguno de los hechos que vayan en esta dirección)
ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
RETIRO DE ADVIENTO:
De un trato superficial con Jesucristo a seguirle más de cerca
4ª SEMANA del 24 noviembre a 1 de diciembre
También el Papa Francisco nos anima a huir de la mediocridad, a jugar el partido de nuestra vocación bautismal y nuestra vida y ministerio pastoral sin conformarnos con el empate insulso y buscando siempre la victoria. Y ello sólo será posible si Jesucristo es el fundamento de nuestra existencia:
“No es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en él que no poder hacerlo. No es lo mismo tratar de construir el mundo con su Evangelio que hacerlo solo con la propia razón” (EG 266). “Unidos a Jesús buscamos lo que él busca, amamos lo que él ama” (EG 267).
“Adviento no es solo la preparación para celebrar dignamente un acontecimiento que se produjo hace más de veinte siglos. El adviento debe ser un tiempo de reflexión profunda, que me lleve a ver más claro el sentido que debo dar a toda mi existencia” (Fray Marcos)
Entre las expresiones que aparecen en esta época, hay una palabra: «Maranatha», que se convierte en canto, en grito, y en llamada. Normalmente la asociamos a un anhelo: ¡Ven, Señor Jesús! Aunque el significado exacto del término griego es «El Señor viene». Se trata de una constatación, una declaración de fe, un grito de esperanza… El Señor viene, está viniendo. No deja de venir
Es este un tiempo especialmente proclive para hacernos conscientes de esa venida, que es promesa y es necesidad.
Tú, Señor, sigue viniendo. No desistas. No te canses. Y, en esa manera tuya de venir, sigue transformándonos hasta que todo esté bien…
Quizás este sea también el tiempo para convertir esa palabra en tu propia llamada, tu propio grito, y tu propia pregunta. ¿Para qué tiene que venir Jesús a este mundo, a tu vida, a tu historia? Es el momento de que tú exclames, también: ¡Maranatha! (José María Rodríguez Olaizola s.j.)
…A qué tienes que venir tú, Jesús, a mi vida? MARANATHA!!!
Ese es mi anhelo…
Esperando en Tensión
“Estén erguidos, mantengan alta su cabeza”. Éste es el mensaje que el Señor nos comunica en este Primer Domingo de Adviento. Hay hoy guerras civiles terroríficas, hambre en muchas partes del mundo, y hay millones de refugiados que buscan seguridad. Y sin embargo el Señor nos tranquiliza diciendo que deberíamos mantener bien altas nuestras expectativas y nuestra esperanza., porque él está todavía con nosotros y cerca de nosotros. – Estemos atentos a su presencia no sólo aquí en la eucaristía, sino también en la vida de cada día.
Vigilantes, Pero no con Miedo
Mucha gente en el mundo está sentada en la oscuridad del hambre, del sufrimiento, de la violencia. Y a pesar de ello, si somos Pueblo de Dios, mantenemos indestructible la esperanza de que la verdad, la bondad y la justicia prevalecerán un día, porque creemos que Cristo nuestro Señor ha venido y vive entre nosotros. Luchamos, sabemos que el camino es escabroso, pero el Señor viene con nosotros y nos dice: Ven conmigo, sirve conmigo, ama conmigo, comparte y date a ti mismo conmigo, y así tú serás mejor, y la Iglesia y el mundo serán también mejores.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Palabra del Señor
Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo; comentarios…
https://www.gruposdejesus.com/1-adviento-c-lucas-2125-28-34-36-3/
SILENCIO
Anoto lo que descubro de JESÚS y la BUENA NOTICIA que escucho…:
qué cuenta el Evangelio; su Buena Noticia…
qué me llama la atención… por qué.
SILENCIO
ACCIÓN DE GRACIAS
Acción de gracias, llamadas a la conversión y compromisos.
Desde el evangelio:
Vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor… SILENCIO
Me fijo especialmente en los rasgos de Jesús…
SILENCIO
Llamadas que me hace -nos hace- el Padre a través de este Evangelio y compromiso (s).
Puesta en común.
Quien quiera puede enviar por escrito su reflexión a todos cada semana.
VI ORACIÓN DE LOS FIELES
Oración de los Fieles
Movido por su infinito amor, nuestro Padre del cielo envió a su Hijo al mundo para colmar todas nuestras esperanzas, y para ofrecernos un futuro mejor y eterno. Digámosle en oración: R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.
Por la comunidad de la Iglesia y por todos nosotros, sus miembros, para que, por nuestro compromiso por la justicia y el amor, hagamos creíble el evangelio, roguemos al Señor.
R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.
Por la gente sin coraje y sin esperanza, por los que sufren por el hambre o la guerra, para que nosotros intentemos reavivar su esperanza, trabajando con ellos para construir un mundo mejor, roguemos al Señor.
R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.
Por los cristianos en cualquier parte del mundo, para que no se avergüencen del Evangelio, sino que proclamen abiertamente su mensaje de esperanza con el ejemplo de sus propias vidas, roguemos al Señor.
R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.
Por todos nosotros aquí reunidos, para que no seamos autocomplacientes y nos quedemos pasivos y satisfechos, sino que permanezcamos vigilantes para dejarnos renovar por Dios en Cristo. Que nos otorgue la gracia de comprometernos seriamente y vivir para los demás, roguemos al Señor.
R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.
Señor Dios nuestro, tú nos amas y por eso esperas que hagamos visibles a todos tu bondad y justicia. Esperamos que tu Hijo permanezca con nosotros para que tus expectativas y las nuestras se hagan realidad, ahora y por los siglos de los siglos.
Padrenuestro, Ave María y gloria.
R/ Padre nuestro… (Cada uno lo reza para sí y expresa en voz alta lo que el Espíritu de Dios le sugiere)
Bendición final
Hermanos: “Mantengan sus cabezas altas en esperanza”.
Éste ha sido el mensaje de hoy.
Mantengámonos firmes en esperanza
cuando haya guerras y violencia,
cuando haya injusticia y corrupción,
cuando haya odio y rencor.
Sigamos esperando, porque hay un futuro diferente y mejor.
Cristo está con nosotros,
y con él somos capaces de eliminar
y acabar con la violencia y las guerras;
con él podemos derrotar el odio con la amistad.
Sí, mantengamos la cabeza bien alta,
porque el Señor Jesús está con nosotros
Y con él hay esperanza y futuro.
Marchemos con él.
Y que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros
y nos acompañe siempre.
LITURGIA DE LA PALABRA DEL DOMINGO
https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/liturgia-del-domingo
INFORMACIÓN, RUEGOS Y PREGUNTAS
000discipulosmisioneros@gmail.com
Jesús esperanza de paz para el mundo
Muchas gracias Padre Antonio por su servicio evangelizador.
Son muy inspiradoras las palabras que comparte con nosotros.
Soy sacerdote diocesano, ejerzo el ministerio en la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala. Actualmente, estoy de servicio pastoral en una parroquia de la Antigua Guatemala.
Dios lo bendiga