UNA «REVOLUCIÓN IGNORADA»
Jesús adoptó ante las mujeres una actitud tan sorprendente que desconcertó incluso a sus mismos discípulos. En aquella sociedad judía, dominada por los varones, no era fácil entender la nueva postura de Jesús, acogiendo sin discriminaciones a hombres y mujeres en su comunidad de seguidores. Si algo se desprende con claridad de su actuación es que, para él, hombres y mujeres tienen igual dignidad personal, sin que la mujer tenga que ser objeto del dominio del varón.
Sin embargo, los cristianos no hemos sido todavía capaces de extraer todas las consecuencias que se siguen de la actitud de nuestro Maestro. El teólogo francés René Laurentin ha llegado a decir que se trata de «una revolución ignorada» por la Iglesia.
Por lo general, los varones seguimos sospechando de todo movimiento feminista, y reaccionamos secretamente contra cualquier planteamiento que pueda poner en peligro nuestra situación privilegiada sobre la mujer.
En una Iglesia dirigida por varones no hemos sido capaces de descubrir todo el pecado que se encierra en el dominio que los hombres ejercemos, de muchas maneras, sobre las mujeres. Y lo cierto es que no se escuchan desde la jerarquía voces que, en nombre de Cristo, urjan a los varones a una profunda conversión.
Los seguidores de Jesús hemos de tomar conciencia de que el actual dominio de los varones sobre las mujeres no es «algo natural», sino un comportamiento profundamente viciado por el egoísmo y la imposición injusta de nuestro poder machista.
¿Es posible superar este dominio masculino? La revolución urgida por Jesús no se llevará a cabo despertando la agresividad mutua y promoviendo entre los sexos una guerra. Jesús llama a una conversión que nos haga vivir de otra manera las relaciones que nos unen a hombres y mujeres.
Las diferencias entre los sexos, además de su función en el origen de una nueva vida, han de ser encaminadas hacia la cooperación, el apoyo y el crecimiento mutuos. Y, para ello, los varones hemos de escuchar con mucha más lucidez y sinceridad la interpelación de aquel de quien, según el relato evangélico, «salió fuerza» para curar a la mujer.
José Antonio Pagola
ORAR CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO
Evangelio del 27 de junio de 2021
13 Tiempo ordinario – B
(Mc 5, 21-43)
“a ti te lo digo: levántate”
Enlaces del encuentro
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Discípulos misioneros le está invitando:
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Hora: 26 jun. 2021 08:45 p. m. Madrid
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0.Preparación para la escucha de la Palabra de Dios
(En casa: busca un lugar tranquilo donde puedas leer en paz la Palabra de Dios. Serena tu espíritu y respira varias veces profundamente.)
1.ORACIÓN INICIAL
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio abandonándose en las manos de Dios y así poder conocer y amar a Jesucristo siguiéndolo y dándolo a conocer.
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra.
Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo,
haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.
Por Cristo nuestro Señor. Amén
2. SALUDO
● ¿Cómo y en qué estamos?
3. ACERCAMIENTO AL EVANGELIO DEL DOMINGO
(En casa) –Fuente: Ciudad Redonda
1. Dios es Pro-Vida La muerte y la enfermedad son los dos grandes enemigos de la vida. Casi todos nosotros las tememos. Somos gente Pro-Vida. . ¿Estamos convencidos de que Dios es también Pro-Vida, de que él es enemigo de la muerte? Incluso el Antiguo Testamento nos asegura: “Dios no hizo la muerte”. La resurrección de Jesús es la prueba de que la muerte ha sido vencida en su raíz. La muerte es la puerta hacia la vida.
2. La Vida es Victoriosa Casi todos nosotros tenemos miedo a la muerte, y nos cuesta mucho abordarla desde la fe. La vida es un lindo regalo de Dios, pero es frágil y quebradizo. Le enfermedad es una anticipada y normal participación de la muerte, y la muerte nos llega como una realidad inevitable. ¿Cómo podemos reconciliar esto con nuestra fe en un Dios que nos ha creado para vivir? No siempre vemos claro, pero al menos sabemos esto: Desde que Cristo resucitó de entre los muertos, la muerte ha sido vencida; la muerte no es el final.
3.1. Lectura del santo Evangelio según san Marcos (5,21-43):
En aquel tiempo Jesús atravesó de nuevo a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y al verlo se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva.»
Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos y se había gastado en eso toda, su fortuna; pero en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido, curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado.
Jesús, notando que, había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio le la gente, preguntando: «¿Quién me ha tocado el manto?»
Los discípulos le contestaron: «Ves como te apretuja la gente y preguntas: «¿quién me ha tocado?»»
Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo.
Él le dijo: «Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.»
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?»
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe.»
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos.
Entró y les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos, y con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi (que significa: contigo hablo, niña, levántate).»
La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar –tenía doce años–. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor
● Leer y releer la Palabra, ¿qué dice o/y cuenta el evangelio? (trabajar en casa y poner en común en el encuentro)
(SILENCIO)
3.2 Comentarios de referencia
+LA “REVOLUCIÓN IGNORADA”, José Antonio Pagola:
Grupos de Jesús – 13 Tiempo ordinario – B (Marcos 5,21-43) – Grupos de Jesús – (gruposdejesus.com)
+ASOCIACIÓN SACERDOTES DEL PRADO
Domingo XIII T.O. – B. 2021 (sacerdotesdelprado.org)
4 LLAMADAS A LA ACCIÓN GRACIAS, PETICIONES Y COMPROMISOS, …
(trabajar en casa y poner en común en el encuentro)
• ¿Qué me dice a mí el evangelio? ¿Qué buena noticia me anuncia o revela hoy el evangelio?
(SILENCIO)
• ¿Qué respuesta me pide a mí el Señor? llamadas a la conversión, compromisos, acción de gracias, peticiones, … para ser «Discípulo Misionero».
(SILENCIO)
Oración de los Fieles
Creemos en un Dios que nos creó para la vida, para vivir. Con toda confianza presentémosle todos los sufrimientos y enfermedades del mundo y de la Iglesia, pueblo de Dios. Repitamos después de cada petición:
R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.
Para que la Iglesia continúe con compasión el ministerio de curación de Jesús, que conforte a los enfermos, libere a los oprimidos y proteja a los pobres y débiles. Oremos: R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.
Para que en este mundo nuestro, que malvive con hambre de alimento material y también de valores espirituales, las iglesias y naciones afluyentes compartan generosamente con los que tienen menos y viven en angustiosa necesidad. Oremos:
R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.
Para que el personal de la salud, doctores y enfermeros(as), y todos los que se cuidan de enfermos y discapacitados tengan un gran respeto por la vida y se sientan positivamente inspirados para cumplir su su misión, tan humana y tan cristiana. Oremos:
R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.
Oremos también para que la fe y esperanza de los enfermos y moribundos sean firmes, ancladas en nuestro Señor Jesucristo, que es la resurrección y la vida; que con él sepan aceptar sus sufrimientos con paciencia; y, cuando llegue el momento, sepan aceptar la muerte como paso a la vida definitiva. Oremos:
R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.
Para que en nuestras comunidades cristianas nos sintamos responsables y serviciales los unos de los otros, tratándonos como el Señor nos trata, con afectuosa solicitud; y que nos podamos enriquecer mutuamente con los buenos dones de mente y de corazón. Oremos:
R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.
Oh Dios, a ti debemos nuestra existencia; de ti nos viene todo lo bueno; ayúdanos a vencer a la muerte y al mal, por medio de Jesucristo nuestro Señor.
R/ Amén.
5.PADRENUESTRO, DIOS TE SALVE MARÍA, GLORIA AL PADRE
Orar en silencio, al final quién quiera puede resaltar alguna de las frases que más le haya tocado su corazón
6.BENDICIÓN
En cada eucaristía partimos pan con el Señor y recordamos sus palabras: “Los que comen mi carne y beben mi sangre tienen la vida eterna y yo los resucitaré en el último día.” Dios quiere que vivamos; y Jesús nutre esa vida con el alimento de su mismo cuerpo. ¡Ah! Pues somos los vivientes, vivamos esta vida a tope y que el Dios todopoderoso les bendiga a todos ustedes el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo. R/ Amén. Pueden ir en la paz del Señor y compartan unos con otros su paz y su poder curador..
R/ Demos gracias a Dios.
7.LITURGIA DE LA PALABRA DEL DOMINGO
https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/liturgia-del-domingo
8.INFORMACIÓN, RUEGOS Y PREGUNTAS
000discipulosmisioneros@gmail.com
PAZ Y SALUD