HACERNOS MÁS CRISTIANOS
¿Esto que vivo yo es fe?, ¿cómo se hace uno más creyente?, ¿qué pasos hay que dar? Son preguntas que escucho con frecuencia a personas que desean hacer un recorrido interior hacia Jesucristo, pero no saben qué camino seguir. Cada uno ha de escuchar su propia llamada, pero a todos nos puede hacer bien recordar cosas esenciales.
Creer en Jesucristo no es tener una opinión sobre él. Me han hablado muchas veces de él; tal vez he leído algo sobre su vida; me atrae su personalidad; tengo una idea de su mensaje. No basta. Si quiero vivir una nueva experiencia de lo que es creer en Cristo, tengo que movilizar todo mi mundo interior.
Es muy importante no pensar en Cristo como alguien ausente y lejano. No quedarnos en el «Niño de Belén», el «Maestro de Galilea» o el «Crucificado del Calvario». No reducirlo tampoco a una idea o un concepto. Cristo es una «presencia viva», alguien que está en nuestra vida y con quien podemos comunicarnos en la aventura de cada día.
No pretendas imitarle rápidamente. Antes es mejor penetrar en una comprensión más íntima de su persona. Dejarnos seducir por su misterio. Captar el Espíritu que le hace vivir de una manera tan humana. Intuir la fuerza de su amor al ser humano, su pasión por la vida, su ternura hacia el débil, su confianza total en la salvación de Dios.
Un paso decisivo puede ser leer los evangelios para buscar personalmente la verdad de Jesús. No hace falta saber mucho para entender su mensaje. No es necesario dominar las técnicas más modernas de interpretación. Lo decisivo es ir al fondo de esa vida desde mi propia experiencia. Guardar sus palabras dentro del corazón. Alimentar el gusto de la vida con su fuego.
Leer el evangelio no es exactamente encontrar «recetas» para vivir. Es otra cosa. Es experimentar que, viviendo como él, se puede vivir de manera diferente, con libertad y alegría interiores. Los primeros cristianos vivían con esta idea: ser cristiano es «revestirse de Cristo», reproducir en nosotros su vida. Esto es lo esencial. Por eso, cuando dos discípulos preguntan a Jesús: «Maestro, ¿dónde vives?», ¿qué es para ti vivir? Él les responde: «Venid y lo veréis».
José Antonio Pagola
¡Qué bella reflexión!!! Como todo lo que escribe, desde la vida, el P. Pagola.
Saludos desde COSTA RICA…
ORAR CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO
ES LA HORA DÉCIMA, CERCANA A LA DUODÉCIMA…
¿RABÍ, DÓNDE VIVES?
2 Tiempo ordinario– B (JUan 1, 35-42)
Evangelio del 17/enero/2021
Enlace del encuentro
Discípulos Misioneros le está invitando a una reunión de Zoom programada.
Tema: Orar con el evangelio del domingo día 17 de enero de 2021
Hora: 16 ene. 2021 20:45 h Madrid
Unirse a la reunión Zoom
https://us02web.zoom.us/j/85727506166?pwd=cGpNSG9XZldJamoxenNCZmNaU2JVZz09
ID de reunión: 857 2750 6166
Código de acceso: 41089
1º Preparación para la escucha de la Palabra de Dios
(En casa: busca un lugar tranquilo donde puedas leer en paz la Palabra de Dios. Serena tu espíritu y toma aire varias veces profundamente.)
2º ORACIÓN INICIAL
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer.
¡Oh Verbo! ¡Oh Cristo!
¡Qué bello eres! ¡Qué grande eres!
¿Quién sabrá conocerte? ¿Quién podrá comprenderte?
Haz, oh Cristo, que yo te conozca y que te ame.
Ya que tú eres la luz,
deja llegar un rayo de esta divina luz
sobre mi pobre alma,
a fin de que pueda verte y comprenderte.
Pon en mí una gran fe en ti,
a fin de que todas tus palabras
sean para mí otras tantas luces
que me iluminen y me hagan ir a ti, y seguirte,
en todos los caminos de la justicia y de la verdad.
¡Oh Cristo! ¡Oh Verbo!
Tú eres mi Señor y mi solo y único Maestro.
Habla, yo quiero escucharte
y poner tu palabra en práctica.
Quiero escuchar tu divina palabra,
porque viene del cielo.
Quiero escucharla, meditarla,
ponerla en práctica,
porque en tu palabra está la vida,
la alegría, la paz y la felicidad.
Habla, Señor, tú eres mi Señor y mi Maestro
y no quiero escucharte sino a ti.
Antoine Chevrier,1826-1879
3º SALUDO y PRESENTACIÓN
¿Cómo y en qué estamos? (semana pasada)
Comienza 2021, un nuevo tiempo “de gracia” para darnos cuenta una vez más de la presencia de Dios, que se empeña de continuo en santificar el tiempo de nuestra vida con su amor providente siempre actuando en favor nuestro.
Dejamos atrás un año muy duro, muy difícil, y encaramos uno nuevo, insospechado, pero que queremos llenar de esperanza. No caminamos solos, caminamos con Dios que es Emmanuel: “Dios con nosotros”. Fray Juan Carlos González del Cerro O.P. Real Convento de Santo Domingo (Jerez de la Frontera)
4º ACERCAMIENTO AL EVANGELIO DEL DOMINGO
(En casa)
https://conferenciaepiscopal.es/biblia/Juan/#cap1
Santo evangelio según San Juan (1, 35-42))
Leer y releer la Palabra, ¿qué dice o/y cuenta el evangelio?
35Al día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y,
36fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios».
37Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
38Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?».
39Él les dijo: «Venid y veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.
40Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús;
41encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».
42Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)»
(SILENCIO)
5º Comentarios de referencia
https://www.gruposdejesus.com/2-tiempo-ordinario-b-juan-135-42-2/
HACERNOS MÁS CRISTIANOS
¿Esto que vivo yo es fe?, ¿cómo se hace uno más creyente?, ¿qué pasos hay que dar? Son preguntas que escucho con frecuencia a personas que desean hacer un recorrido interior hacia Jesucristo, pero no saben qué camino seguir. Cada uno ha de escuchar su propia llamada, pero a todos nos puede hacer bien recordar cosas esenciales.
Creer en Jesucristo no es tener una opinión sobre él. Me han hablado muchas veces de él; tal vez he leído algo sobre su vida; me atrae su personalidad; tengo una idea de su mensaje. No basta. Si quiero vivir una nueva experiencia de lo que es creer en Cristo, tengo que movilizar todo mi mundo interior.
Es muy importante no pensar en Cristo como alguien ausente y lejano. No quedarnos en el «Niño de Belén», el «Maestro de Galilea» o el «Crucificado del Calvario». No reducirlo tampoco a una idea o un concepto. Cristo es una «presencia viva», alguien que está en nuestra vida y con quien podemos comunicarnos en la aventura de cada día.
No pretendas imitarle rápidamente. Antes es mejor penetrar en una comprensión más íntima de su persona. Dejarnos seducir por su misterio. Captar el Espíritu que le hace vivir de una manera tan humana. Intuir la fuerza de su amor al ser humano, su pasión por la vida, su ternura hacia el débil, su confianza total en la salvación de Dios.
Un paso decisivo puede ser leer los evangelios para buscar personalmente la verdad de Jesús. No hace falta saber mucho para entender su mensaje. No es necesario dominar las técnicas más modernas de interpretación. Lo decisivo es ir al fondo de esa vida desde mi propia experiencia. Guardar sus palabras dentro del corazón. Alimentar el gusto de la vida con su fuego.
Leer el evangelio no es exactamente encontrar «recetas» para vivir. Es otra cosa. Es experimentar que, viviendo como él, se puede vivir de manera diferente, con libertad y alegría interiores. Los primeros cristianos vivían con esta idea: ser cristiano es «revestirse de Cristo», reproducir en nosotros su vida. Esto es lo esencial. Por eso, cuando dos discípulos preguntan a Jesús: «Maestro, ¿dónde vives?», ¿qué es para ti vivir? Él les responde: «Venid y lo veréis».
José Antonio Pagola
ASOCIACIÓN DE SACERDOTES DEL PRADO
http://www.sacerdotesdelprado.org/propuesta-estudio-evangelio-domingo/1240-domingo-2-t-o-b
Vocación de Andrés y Pedro: Han comprendido que Juan Bautista es sólo el Precursor y han aceptado a Jesús como el Cordero de Dios que viene a liberar al mundo del pecado y es portador del Espíritu. Hay un encuentro y a partir de ese encuentro, el entusiasmo es incontenible
Notas:
1. Dos discípulos de Juan, aleccionados por éste, siguen a Jesús. Él responde a sus expectativas y les interpela. Ellos manifiestan su deseo de seguirle como discípulos y le preguntan dónde vive. Son las primeras palabras de Jesús que recoge el evangelista. No hay confrontación alguna, más que palabras de aliento y acogida.
2. Jesús no da ninguna dirección: vive en la esfera de Dios y sólo se le puede conocer por experiencia, estando con Él. Ambos se quedan con Él. Es el anticipo de la comunidad cristiana: íntimamente unida a Jesús.
3. Es la hora décima, cercana a la duodécima, el final del día: se acerca el ocaso del viejo Israel. A pesar del paso de los años, la escena se revive con todos los detalles.
4. Andrés queda entusiasmado y se lo comunica a Pedro, su hermano, que se deja conducir pasivamente hasta Jesús. Ni éste le invita a seguirle ni Pedro se anima: posiblemente no es la figura del Mesías que espera.
5. Dos actitudes: Andrés es el paradigma de la persona adulta, abierta, en búsqueda, que quiere crecer y madurar. Pedro, refractario al cambio, a dejar atrás sus esquemas, encasillado en sus convicciones, no reacciona ante la presencia de Jesús.
Dios, en su proyecto de salvación, en los albores de una nueva y definitiva etapa de la historia, nos envía a su Hijo para recrear el nuevo Israel.
Ese Mesías viene a liberarnos del mal, no con prepotencia, ni deslumbrándonos, ni con las armas del poder, del prestigio o el dinero, sino con su entrega gratuita, con el encuentro liberador y entusiasmante del Maestro que nos acompaña, ayudándonos a crecer, a madurar, respetando nuestra libertad, nuestros procesos.
Se vale de mediadores: Juan, Pedro, Andrés…
Es la respuesta a nuestras preguntas más hondas. Nos acoge, nos seduce y nos invita a un encuentro profundo mediante un proceso gradual: amigos, discípulos y, al final, apóstoles.
La Buena noticia: Frente al misterio del mal, Jesús viene no sólo a perdonar sino a destruir el mal, el pecado.
Cuenta con nosotros, invitándonos a estar con Él. Nos seduce, nos acepta tal como somos, iniciando un proceso de discipulado, dándonos un nombre nuevo, una misión nueva, un giro a nuestra vida, y depositando en cada uno la necesidad de compartir esa experiencia entusiasmante.
Hoy también Jesús sigue siendo el Cordero que a través de tanta gente sigue destruyendo el mal, el pecado, la injusticia.
Hoy sigue seduciendo a tantas personas que, buscando el sentido de su vida, se sienten atraídas, seducidas y enviadas a continuar su obra.
Conocemos a mucha gente que, como el Bautista, con su palabra y su vida, de una manera humilde, sin protagonismo, señalan a Jesús como el Señor y Salvador.
Esta palabra es una invitación a ser mediadores, facilitadores del encuentro con Jesús, con la humildad de quien se sabe puente que se utiliza y se olvida.
A estar atentos a la voz del Señor que nos habla a través de acontecimientos, personas, situaciones, ofreciéndonos esperanza en medio de un mundo roto, caótico y sin esperanza.
A romper nuestros esquemas, nuestras seguridades y dejarnos sorprender por un Dios tantas veces desconcertante.
A recordar con gratitud la “hora” en que fuimos “tocados/as”.
A “estar con Él” y hacer comunidad.
A comunicar con entusiasmo lo que hemos visto y oído.
Dialogo con el Señor con estas u otras palabras: Gracias, Señor, por el testimonio de Juan el Bautista y por quienes, como él, van preparando tus caminos, sin protagonismos. Gracias por tu iniciativa que viene responder a nuestras búsquedas y deseos más hondos. Gracias porque nos has enviado a tu Hijo como Palabra definitiva, como el Cordero que quita el pecado del mundo, que nos llama a continuar su obra de sanación y liberación en tu Iglesia, desde la experiencia del encuentro con Él, presente en la oración, la Eucaristía, los crucificados por la justicia. Él es el objeto de nuestros anhelos, el Deseado de las naciones. Sigue enviando tu Espíritu a nuestro mundo y a tu Iglesia para que nuestras comunidades, acompañadas por los pastores, sean misioneras, anunciando a Jesucristo con entusiasmo con palabras y obras, como Juan Bautista, como María. Amén
6º ACERCAMIENTO A LA VIDA: LLAMADAS A LA ACCIÓN DE GRACIAS, PETICIONES Y COMPROMISOS, …
(trabajar en casa y poner en común en el encuentro)
¿Qué me dice a mí el evangelio? ¿Qué buena noticia me anuncia o revela hoy el evangelio?
(SILENCIO)
¿Qué respuesta me pide a mí el Señor? llamadas a la conversión, acción de gracias, peticiones, … para poner en marcha el proyecto de «Discípulos Misioneros».
(SILENCIO)
7º Oración de los Fieles
En el bautismo Dios nuestro Padre nos ha llamado para no pertenecer ya a nosotros mismos, sino para vivir para Dios y para los hermanos. Pidamos a nuestro Padre del cielo que sepamos responder siempre a su llamado en las circunstancias concretas de nuestra vida, y digamos:
R/. ¡Habla, Señor, que tus siervos y siervas escuchan!
Por los que han sido llamados en la Iglesia a dirigir al pueblo de Dios, para que tengan el valor de difundir el evangelio de Jesucristo hasta los confines de la tierra, sin componendas y sin temor, roguemos al Señor.
Por los que buscan sinceramente a Dios, para que el Señor ilumine sus mentes y mueva sus corazones a aceptarle y amarle, inspirados por la vida de otros cristianos entregados a la causa de Jesús, roguemos al Señor.
Por los que tienen responsabilidad sobre otros a través de sus puestos de liderazgo, para que promuevan la justicia y el amor entre sus encomendados y para que sean abiertos y accesibles al pueblo en sus necesidades reales, roguemos al Señor.
Por todos nosotros, para que reconozcamos la voz de Cristo en los que nos suplican en su pobreza y en sus dificultades, roguemos al Señor.
Por esta nuestra comunidad reunida en torno a la palabra y a la mesa eucarística del Señor, para que sepamos escuchar su voz como un llamado comprometedor y encontremos fuerza en la eucaristía para ayudarnos unos a otros en nuestro caminar hacia Dios, roguemos al Señor.
Oh Padre del cielo, te pedimos que, cuando nos llamas en los acontecimientos de la vida diaria, tu Santo Espíritu nos dé la actitud interior y la fortaleza para decir: «Señor, aquí estoy. Estoy dispuesto a hacer tu voluntad», unidos a Jesucristo nuestro Señor
8º PADRENUESTRO
Orar en silencio, al final quién quiera puede resaltar alguna de las frases que más le haya tocado su corazón
9º ORACIÓN FINAL CON MARÍA
¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada.
Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa.
Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe.
Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.
Siembra en nuestra fe la alegría del resucitado.
Recuérdanos que quien cree no está nunca solo.
Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que Él sea luz en nuestro camino.
Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, TU Hijo, nuestro Señor.
LITURGIA DE LA PALABRA DEL domingo
https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/liturgia-del-domingo
10ºinformación, RUEGOS Y PREGUNTAS
000discipulosmisioneros@gmail.com
PAZ Y SALUD