NEUROSIS DE POSESIÓN
Una de las aportaciones más valiosas del evangelio al hombre contemporáneo es la de ayudarle a vivir con un sentido más humano en medio de una sociedad enferma de «neurosis de posesión».
El modelo de sociedad y de convivencia que configura nuestro vivir diario está basado no en lo que cada persona es, sino en lo que cada persona tiene. Lo importante es «tener» dinero, prestigio, poder, autoridad… El que posee esto sale adelante y triunfa en la vida. El que no logra algo de esto queda descalificado.
Desde los primeros años, al niño se le educa más para «tener» que para «ser». Lo que interesa es que se capacite para que el día de mañana «tenga» una posición, unos ingresos, un nombre, una seguridad. Así, casi inconscientemente, preparamos a las nuevas generaciones para la competencia y la rivalidad.
Vivimos en un modelo de sociedad que fácilmente empobrece a las personas. La demanda de afecto, ternura y amistad que late en todo ser humano es atendida con objetos. La comunicación queda sustituida por la posesión de cosas.
Las personas se acostumbran a valorarse a sí mismas por lo que poseen. Y, de esta manera, corren el riesgo de irse incapacitando para el amor, la ternura, el servicio generoso, la ayuda solidaria, el sentido gratuito de la vida. Esta sociedad no ayuda a crecer en amistad, solidaridad y preocupación por los derechos del otro.
Por eso cobra especial relieve en nuestros días la invitación de Jesús a valorar a la persona desde su capacidad de servicio y solidaridad. La grandeza de una vida se mide en último término no por los conocimientos que posee, ni por los bienes que ha conseguido acumular, ni por el éxito que ha podido alcanzar, sino por la capacidad de servir y ayudar a otros a vivir de manera más humana.
Cuántas gentes humildes, como la viuda del evangelio, aportan más a la humanización de nuestra sociedad con su vida sencilla de solidaridad y ayuda generosa a los necesitados que muchos protagonistas de la vida social, política o religiosa, hábiles defensores de sus intereses, su protagonismo y su posición.
José Antonio Pagola
ESCUCHAR LA PALABRA Y PONERLA EN PRÁCTICA
Evangelio del domingo XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO
10 de Noviembre
Año litúrgico 2023-2024 (Ciclo B) – Mc 12, 38-44
“..Esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir…”
SEÑAL DE LA CRUZ Y ORACIÓN INICIAL
Para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer.
¿CÓMO Y DÓNDE ESTAMOS?
(Compartir hechos a la luz de las pistas de la revisión de vida que responden al objetivo y tarea del proyecto de curso 2024-25: importante poner siempre estas pistas para que nos detengamos en alguno de los hechos que vayan en esta dirección)
ACERCAMIENTO AL EVANGELIO
RETIRO DE ADVIENTO:
De un trato superficial con Jesucristo a seguirle más de cerca
1ª SEMANA del 3 al 10 de noviembre
Nuestra vida y ministerio laical como fieles cristianos y como presbíteros puede verse inmerso en la mediocridad, debido a diversos motivos:
-Sufrimos la tentación de realizar un servicio funcional, nos sentimos afectados por la indiferencia que, con relación a la fe, nos encontramos en la sociedad;
-El envejecimiento y disminución de la Iglesia hacen mella en nuestra esperanza;
-Los años han podido ir haciendo que nuestro amor a Jesucristo no goce de la frescura y fascinación de los primeros momentos…
-Quizá, en palabras del Padre Chevrier, seamos sólo laicos y sacerdotes buenos y necesitemos retomar con más pasión y cercanía el seguimiento de Jesús para situarnos en la estela del laico y sacerdote que quieren ser santos.
1º Leer, releer y subrayar
2º Orar
3º Comentar
El paso que tengo que dar yo, es pasar del conocimiento teórico de Jesús, a la vivencia interna de que me está comunicando su propia vida porque me habita…
“No es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en él que no poder hacerlo. No es lo mismo tratar de construir el mundo con su Evangelio que hacerlo solo con la propia razón” (EG 266).
Se trata de dilucidar donde ponemos nuestra confianza. Podemos ponerla en la seguridad que dan las posesiones o en la seguridad que nos da la confianza en Dios
En esta tragedia tan cercana para muchos de nosotros , de tanta necesidad para tanta gente, el evangelio de este domingo nos da mucho que pensar y que rezar.
1En las Manos de Dios
¿Hasta qué punto nos atrevemos nosotros, cristianos, a vivir en las manos de Dios? Como cristianos, ¿no debería ser esa nuestra marca registrada, “denominación de origen”, juntamente con el amor de unos para con otros? — Se supone que amamos tanto a Dios que confiamos en él completa y absolutamente, sin condiciones, sin miedo ni vacilación. Ése fue el estilo de vida de Jesús, quien vivió totalmente en las manos de su Padre. Incluso en su muerte humillante en la cruz pudo exclamar: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Aun siendo nosotros tímidos y débiles, ofrecemos ahora, con Cristo nuestro Señor, nuestra confianza al Padre y le confiamos también todos nuestros seres queridos.
2. Los Pobres Saben cómo Compartir
Para algunos es algo sorprendente y alentador el ver cómo muchos pobres se ayudan unos a otros, cómo comparten lo muy poco que tienen y cómo lo hacen sin alardear, discreta y espontáneamente. ¿No habría de ser esto para todos nosotros una invitación a la conversión, a mayor generosidad? Esto hace que el pobre se convierta así en benefactor, el que recibe en donante, el indigente en persona rica a los ojos de Dios. ¿Dónde nos encontramos nosotros? ¿Sabemos cómo dar, con confianza en Dios y en los hermanos? Unámonos a Cristo en su sacrificio, en la eucaristía y en la vida, porque él se dio totalmente a nosotros.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (12, 38-44)
Sirviendo con Jesús, La grandeza del cristiano consiste en su humilde servicio. Podemos aprender esto de las palabras y ejemplo de Jesús.
En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo; comentarios…
SILENCIO
Anoto lo que descubro de JESÚS y la BUENA NOTICIA que escucho…:
qué cuenta el Evangelio; su Buena Noticia…
qué me llama la atención… por qué.
SILENCIO
Iluminándonos en el evangelio de Marcos (12, 38-44), respondemos a la pregunta:
¿Cómo Jesús, encarnado hace 2025 años, es esperanza de paz para el mundo?
Escribe una síntesis y comenta lo que te parece más significativo: Exhortación del Papa Francisco sobre el Jubileo de la esperanza 2025: «Spes non confundit».
ACERCAMIENTO A LA VIDA: ACCIÓN DE GRACIAS, LLAMADAS A LA CONVERSIÓN, COMPROMISOS Y PETICIONES
Pondremos ahora nuestro empeño en dejar que el Espíritu convierta nuestra vida y nuestro ministerio de laicos/as y sacerdotes.
Para hablar de conversión la Biblia de los Setenta utiliza dos términos griegos: metanoia y epistrophé. El primero significa transformación de la mente, del corazón, mientras que el segundo se traduce por retorno, cambio del rumbo de la vida. Los dos unidos hablan de un cambio radical que se produce en la persona, tanto en la interioridad como en la exterioridad. Este cambio no nace del deseo de perfección del hombre, sino del encuentro con Jesucristo que trastoca la vida y la orienta hacia él.
ACCIÓN DE GRACIAS
Acción de gracias, llamadas a la conversión y compromisos.
Desde el evangelio:
Vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor… SILENCIO
Me fijo especialmente en los rasgos de Jesús…
SILENCIO
Llamadas que me hace -nos hace- el Padre a través de este Evangelio y compromiso (s).
Puesta en común.
Quien quiera puede enviar por escrito su reflexión a todos cada semana.
VI ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos a Dios, nuestro Padre generoso, que ama a los débiles y humildes, y roguemos por todos los que son realmente pobres. Y digamos:
R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
Señor, te pedimos por tu Iglesia. Presérvala de la tentación del poder y de las riquezas. Y así te decimos:
R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
Señor, te pedimos por todos los gobernantes y oficiales públicos.Presérvalos de la tentación de la avaricia, de la corrupción y del abuso de poder. Y así te decimos:
R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
Señor, te pedimos por los huérfanos y las viudas. Líbralos de la desesperación; y a nosotros haznos atentos a su necesidad de amor, compasión y de ayuda generosa y eficaz. Y así te decimos:
R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
Señor, te pedimos por todos los pobres que se sienten inseguros por el día siguiente. Que sepamos llevarles seguridad y amor. — También por los ricos, para que sepan abrir su corazón y sus manos dadivosas para compartir generosamente. Y así te decimos:
R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
Señor, te pedimos por esta nuestra comunidad. Haznos lo bastante generosos para compartir no sólo desde nuestra abundancia, sino también, cuando sea necesario, desde nuestra pobreza. Y así te decimos:
R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
Señor, traemos ante ti también nuestras intenciones personales (Momento de silencio).Y así te decimos:
R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
Padre, sabemos que nos amas y cuidas de nosotros con la ternura de una madre. Te confiamos todos nuestros afanes y preocupaciones. Sé generoso con nosotros y, como tú, haznos generosos con los demás, por el poder de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Ave María y gloria.
R/ Padre nuestro… (Cada uno lo reza para sí y expresa en voz alta lo que el Espíritu de Dios le sugiere)
Bendición final
Hemos celebrado el sacrificio de Jesús. Él dio todo lo que tenía y lo que era –todo su ser— para llevar a los otros vida y felicidad.
Marchemos ahora a nuestra vida cotidiana, para ser verdaderamente cristianos, es decir, personas semejantes a Cristo; que no contemos nunca el costo de nuestra donación y entrega..
Que Dios todopoderoso les bendiga, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Podemos ir a compartir gratuita y generosamente unos con otros
lo que somos y tenemos, todo regalo de Dios.
LITURGIA DE LA PALABRA DEL DOMINGO
https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/liturgia-del-domingo
INFORMACIÓN, RUEGOS Y PREGUNTAS
000discipulosmisioneros@gmail.com
Jesús esperanza de paz para el mundo