Dichosos nosotros si sabemos “entender”
la compasión de Dios hacia los últimos.
Dichosos si nos duele el sufrimiento
de quienes viven sufriendo.
Dichosos si no miramos a otro lado
para vivir tranquilos en nuestro pequeño bienestar.
Dichosos nosotros si sabemos “ver” a Dios crucificado
en los desgraciados y desgraciadas de nuestros días.
El Padre tendrá compasión de nosotros.
Dichosos nosotros si somos misericordiosos como el Padre.
Dichosos nosotros si sabemos acoger
a quienes viven solos e indefensos.
Dichosos si hacemos sitio en nuestra vida
a quienes no tienen sitio en la sociedad.
Dichosos si nos interesamos por aquellos
que no interesan a nadie.
Dichosos nosotros si creemos que ocupan
un lugar privilegiado en el corazón de Dios.
El Padre nos acogerá a todos con amor inmenso.
Dichosos nosotros si somos misericordiosos como el Padre.
Dichosos nosotros si sabemos defender
los derechos y la dignidad de toda persona.
Dichosos si aprendemos a estimar a los indeseables
y estar cerca de los humillados.
Dichosos si vivimos sin excluir ni discriminar
a quienes, de ordinario, son despreciados en todas partes.
Dichosos nosotros si entendemos
la “debilidad” de Dios por los pequeños.
Un día disfrutaremos de su ternura infinita de Padre.
Dichosos nosotros si somos misericordiosos como el Padre.
Dichosos nosotros si aprendemos
a vivir mirando a los últimos.
Dichosos si sabemos reducir nuestro bienestar
para compartirlo con los hambrientos de la Tierra
y los necesitados de nuestro entorno.
Dichosos si nos comprometemos en gestos, campañas
y pequeños compromisos por los empobrecidos.
Dichosos nosotros si creemos en el Dios de los últimos.
Un día seremos los primeros en disfrutar con ellos de la felicidad eterna del Padre.
Dichosos nosotros si somos misericordiosos como el Padre.
Dichosos nosotros si vivimos con un corazón lúcido
en medio de la abundancia del Primer Mundo.
Dichosos si contribuimos a despertar el sentido cristiano
de la austeridad y la solidaridad en nuestros hogares y ambientes,
en nuestras comunidades y parroquias.
Dichosos si buscamos la justicia de Dios
y no nuestros intereses egoístas.
Dichosos nosotros si “entramos” y ayudamos a “entrar”
en el reino del Padre de todos.
Un día conoceremos junto a él la fiesta de la vida.
Dichosos nosotros si somos misericordiosos como el Padre.
José Antonio Pagola
Me uno al comentario de M. Josune agradeciendo la existencia de los Grupos de Jesús.
Dichosos por estar en camino….detrás de Jesús. Y a pesar de nuestra debilidades y retrocesos permanecer fieles a su seguimiento , e ir pareciéndonos más a El cada día….Amando siendo compasivos, generosos…solidarios como El… y agradecer todos los días el Amor gratuito e incondicional del Padre para con todos.
¡Dichoso!, Jose Antonio Pagola, por crear los Grupos de Jesús, ofreciendo un espacio digno para compartir, el Evangelio del Amor y la Vida en torno a Jesús. Si, dichoso él, porque como «pastor» seguidor de Jesús, ha abierto la «puerta», (la web), no dejando fuera, abandonada a su suerte, a ninguna ,»oveja», sino dando un espacio de participación a quienes lo deseen, con el objetivo de la sincera conversión a Jesús, en el testimonio coherente de su vida.
Así se construyen Bienaventuranzas, en la Misericordia, la acogida fraterna y el compartir, sin olvidar, la dignidad de las personas, el derecho que tienen de manifestar su fe y convicciones.
Gracias, por poner a Jesús en medio y a nosotros en torno a él, sin que nadie se arrogue ningún trato de favor o un protagonismo excluyente.,,,
Pobres, ancianos, enfermos, solos, inmigrantes, excluídos, sin derechos..
El Papa Francisco se ha pronunciado al respecto: NO A LA CULTURA DEL DESCARTE Y LA INDIFERENCIA.
Nos lo dice Jesús en este día del Corpus Christi: «Dadles vosotros el Pan del Amor y la Misericordia».
Miren Josune