Grupos de Jesús Valle de Elda queremos compartir con todos cómo ha sido nuestra experiencia de Convivencia y pequeña reflexión.
Hoy comenzamos una nueva etapa de Grupos de Jesús y, con muchisima ilusión, nos hemos desplazado al Monasterio de Santa Clara (Elche) para disfrutar de un día de jornadas abiertas donde dar a conocer Grupos de Jesús y continuar con nuestro camino dentro del grupo.
Hemos disfrutado de alabanzas, exposición del Santísimo, meditaciones contemplativas, vísperas, eucaristía…, en fin, un día inovidable con mucha presencia del Señor.
Hemos reflexionado sobre el evangelio del tema 21, «El rico buscado por Jesús” (Lucas 19,1–10), y compartimos algo de lo que estuvimos dialogando.
Nuestro señor Jesucristo, en este evangelio de Lucas, rompe un patrón que veíamos en anteriores evangelios. Ahora, y en este caso, es Jesús quién da un paso hacia Zaqueo y le llama por su nombre.
Un recaudador, Zaqueo, deja a un lado su miedo a hacer el ridículo, su orgullo y su soberbia para poder ver a Jesús, quien a cambio le ofrece una atención que sorprende a todos.
En el momento en que sucede el encuentro, Jesús pone su mirada en una persona a la que poca gente quería en la ciudad, y este gesto de poner el Señor sus ojos en él fue más que suficiente para que se abriera, ante este hombre de estatura pequeña, una puerta por la que decide entrar. Una puerta que alegra su corazón. Sentir aquel trato directo y personal de Jesús empuja al recaudador a replantearse su vida y sentir que debe repartir su riqueza injustamente conseguida y trabajar a favor de la comunidad.
Sabemos que la relación con Jesús es personal y directa, y cuando nace desde la libertad de nuestro ser te dan ganas de querer compartirla y hacerla comunitaria.
Sabemos y estamos al tanto que, en estos tiempos, no es fácil acercarse a Jesús y a nuestra Iglesia; sentimos muchos ruidos exteriores que dificultan el acercamiento.
Sabemos que a veces somos nosotros, los cristianos, los que impedimos a los demás ver y acercarse al verdadero Jesús. Todo esto ocurre cuando nos decimos cristianos, pero no somos acogedores, ni humildes o no aceptamos que los otros puedan pensar de forma diferente.
Como pasa en el Evangelio de Lucas a Zaqueo, Jesús no se dirige desde la superioridad espiritual, sino que lo hace desde el cariño, el amor y la humildad para hacernos ver a todos que, incluso en la persona más aparentemente superficial, vacía o alejada, el Señor se hace presente en él y transforma su vida para siempre.
Queremos concluir y comentar que el origen de la salvación esta en Jesús, según dice él mismo: «El hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido». Estas son unas de las palabras más bonitas que dijo Jesús. Recordemos siempre que acoger a Jesús es acoger al propio Dios encarnado en Jesús y teniendo claro que a todos se acerca Jesús ofreciendo la salvación de Dios, pero no a todas de la misma manera.
Hoy, y sobre todo en este encuadre tan maravilloso que nos ha regalado Dios (poder estar el Santísimo expuesto, acompañados por las hermanas Clarisas y feligreses de la parroquia y el padre César), haber podido hacer por mediación de la Providencia la reunión con tanta gente y tan diferente ha sido para nosotros un regalo del Señor que nos une más como Iglesia, que somos todos. Y, además, haber meditado sobre cómo Dios, por medio de los más pequeños, difunde su gran legado para la humanidad y nos hace crecer espiritualmente.
Gracias a los Grupos de Jesús. Gracias a los colaboradoradores del Valle de Elda: Rosa, Javier, Anabel, Gabriel.
Un saludo en el Señor,
Fran Llopis