ERES MI HIJO
Qué bendita la mañana
al salir tú de las aguas.
Los cielos se rasgaban
y Dios Padre te hablaba.
El Espíritu bajó sobre ti
para que libres del sufrir,
para el pecado redimir
y dar sentido al existir.
Desde los cielos rasgados,
Dios Padre ha proclamado:
«Eres mi hijo amado
y yo en ti me complazco».
Con plena confianza en Dios,
vas a proseguir tu labor,
encarnando la compasión,
justicia, perdón y amor.
Jesús Díaz Insúa
Grupo de Jesús – A Coruña