El proceso de Grupos de Jesús está estructurado en torno a 7 etapas y 40 temas. Cada una de estas etapas marca un recorrido específico que se va desarrollando mediante los temas que lo componen.
Lo habitual es que se empleen varios meses en trabajar cada etapa, por lo que, al finalizar cada una de ellas puede ser un buen momento para hacer un pequeño parón, evaluar personalmente y en grupo cómo nos ha ido y agradecer y celebrar el camino recorrido.
Os ofrecemos, a continuación, algunas pistas o sugerencias para abordar el momento evaluativo de la primera etapa. Cada grupo, desde su creatividad y atendiendo a sus necesidades, verá el modo en que puede abordarlas para un mayor provecho.
Nos vendrá a todos muy bien que todos aquellos grupos que hagan prácticas de este tipo, las compartan con los demás grupos para ayudarnos entre todos.
Primera etapa: Reunidos en el nombre de Jesús
La llamada de Jesús
Los tres primeros encuentros van a ayudar a iniciar nuestro recorrido convocados por Jesús. Es él quien nos llama, nos reúne y nos guía en todo este recorrido.
- ¡Ánimo! Soy yo. No temáis (Mateo 14,24-33)
Comenzamos escuchando la llamada de Jesús, que nos anima a comenzar nuestra tarea confiando totalmente en él, sin hundirnos ante las dificultades que podemos experimentar en estos momentos de crisis religiosa.
- ¡Ánimo! Levántate. Te está llamado (Marcos 10,46-52)
Tal vez la primera dificultad es nuestra fe débil y nuestra mediocridad. Vamos a escuchar la llamada de Jesús para tomar la decisión de seguirlo con más verdad y más fidelidad.
- Venid a mí los que estáis cansados y agobiados (Mateo 11,25-30)
Intuimos que este recorrido nos va a exigir esfuerzo, y nosotros no estamos seguros de nuestras fuerzas. Más bien nos sentimos débiles e inconstantes. A lo largo de este recorrido vamos a necesitar muchas veces del apoyo y la comprensión de Jesús.
Hago memoria de lo vivido en estos meses y me pregunto si he revivido la llamada de Jesús, en medio de mis circunstancias personales y en la coyuntura social y eclesial que me ha tocado vivir.
Detecto cuáles son los principales obstáculos que tengo para vivir con más intensidad este seguimiento de Jesús.
Agradezco las ayudas y recursos que recibo de Dios, a través de los demás, para poder atender esta llamada de Jesús.
El objetivo principal
Los tres encuentros siguientes están orientados a ir perfilando mejor nuestro objetivo. Necesitamos ver de manera clara qué es lo que buscamos y cuál es el recorrido concreto que pretendemos hacer.
- Pedid, buscad, llamad (Lucas 11,9-13)
Antes que nada, es importante que nos sintamos un grupo de buscadores. No vamos a vivir este recorrido de manera pasiva o indiferente. Queremos vivir en actitud de búsqueda.
- ¿Qué buscáis? (Juan 1,35-39)
Queremos buscar juntos a Jesús. Pero ¿qué buscamos exactamente? ¿Qué esperamos de él? Queremos conocer el secreto de su vida, ver «dónde vive», cómo vive, para qué vive.
- Id a Galilea. Allí lo veréis (Marcos 16,1-7)
Queremos ver dónde vive Jesús, aprender a vivir como él. Pero ¿dónde podemos verlo? Hemos de volver a Galilea. Hacer de alguna manera el recorrido que hicieron los primeros discípulos y discípulas. Él va por delante de nosotros.
Tomo conciencia de que esta llamada Jesús no solo es personal, sino también grupal, y medito si está siendo así en mi caso, esto es, si me siento parte de un proceso colectivo de seguimiento de Jesús.
A lo largo del camino, he ido percibiendo cuáles son mis intereses y los de mis compañeros y compañeras. Analizo en cuáles coincidimos, en cuáles no, y sobre todo me pregunto si buscamos aquello que Jesús nos plantea.
Dos actitudes básicas
Para seguir hoy a Jesús resucitado por los caminos de Galilea, aprendiendo a vivir como él, hemos de cuidar desde el principio dos actitudes básicas: escuchar a Jesús, sin que otras voces nos distraigan; y abrirnos a su Palabra, dejándonos trabajar por él.
- Este es mi Hijo amado. Escuchadle a él (Mateo 17,1-8)
Si queremos seguir a Jesús como verdaderos discípulos y discípulas, no podemos caminar de manera distraída. Hemos de vivir muy atentos a su Palabra. Escucharle a él y solo a él. Es nuestro único Maestro.
- ¡Ábrete! (Marcos 7,31-37)
Escuchar a Jesús, el Hijo amado de Dios, pide abrirnos a su Palabra. Dejarnos trabajar por ella. No hacer el recorrido con el corazón bloqueado, sordos a sus llamadas.
Me pregunto, junto al resto de mi grupo, qué caminos tenemos que desandar para comenzar a andar en sintonía con Jesús.
Para ello, tomamos conciencia de qué voces nos están guiando realmente en nuestras vidas, si estamos oyendo la Palabra de Dios como guía para el camino.
Pedimos perdón por todas aquellas actitudes y actuaciones que nos están cerrando a escuchar esta Palabra de Dios de modo que nos cambie.
Traemos a nuestra oración todos aquellos pequeños o grandes cambios y compromisos que hemos ido adoptando personalmente y como grupo a lo largo de esta primera etapa del proceso.
Mario González Jurado
Coordinador web Grupos de Jesús
El trabajo en equipo es muy importante
Gracias por el resumen. Agarrados de Jesús en nuestra vida cotidiana, podemos vivir en su ejemplo y amor con los demás
Gracias por este resumen porque nos hacer reafirmar el trabajo que hemos realizado como grupo y de manera personal.