Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Somos el GVJ 25, un nuevo grupo virtual que ha comenzado tras la pasada convocatoria del mes de septiembre realizada desde la web Grupos de Jesús. Hemos iniciado esta experiencia 12 personas que vivimos en 3 países diferentes: Colombia, Bolivia y México.
Acabamos de terminar nuestra reflexión del primer tema del proceso de Grupos de Jesús y, al igual que los anteriores grupos virtuales, queremos comenzar a compartir con todos vosotros algo de lo que hemos dialogado y compartido.
¿Adaptación y compromiso en la Iglesia?
Me recuerda la barca del evangelio a la Iglesia actual: está lejos de su origen y de su razón de ser, la sociedad actual la tiene sacudida porque no se ha podido adaptar a las nuevas circunstancias.
La Iglesia la siento desorientada, la veo en una crisis muy severa… hay una desbandada de fieles, que no están de acuerdo con las conductas de los dirigentes.
En muchas ocasiones la barca en la que nos embarcamos va sin Jesús, hemos bogado mar adentro y estamos lejos de la seguridad de alguna playa o puerto seguro. Cuando vienen los problemas, por más que queremos encontrar seguridad en la barca misma, al no estar Jesús no la encontramos y nos desesperamos.
Creo que nuestro viento contrario es la falta de compromiso real. Pareciera que nuestra función en la iglesia es ir a misa, obedecer mandamientos, doctrinas… y no nos damos cuenta de que matamos el Espíritu, que casi todo lo hacemos mecánicamente, porque toca, pero no porque arda el corazón en deseo de construir un mundo más humano y justo.
En medio del coronavirus
Hemos tenido sacudidas fuertes. Por una parte el confinamiento en casa, el enterarme que ya murió algún conocido o amigo, o cuando me entero de que se ha enfermado algún familiar o compañero. Mucha gente se ha quedado sin trabajo, con poco dinero y en situaciones económicas complicadas. La incertidumbre de que nos podemos enfermar en cualquier momento, el ver a los niños y los papás ante la dificultad de tomar clases ante un teléfono o una televisión, es triste. Y si a esto le sumamos tantas cosas que siguen ocurriendo en el mundo con más razón viene el desánimo y el miedo.
Necesitamos confiar en Jesús
Soy como Pedro que tengo una fe con duda, y peor ahora que tenemos mucha crisis en la iglesia, donde nosotros los seglares estamos ahí… aletargados, estamos como los discípulos que no lo reconocemos en la oscuridad, a veces en momentos de dolor, de enfermedad en los momentos más difíciles de nuestras vidas.
Me quedo con la imagen de Jesus que va en ayuda de sus discípulos (su iglesia) y que aún en medio de nuestras dudas extiende su mano para ayudarnos, para sacarnos y darnos un lugar en medio de la asamblea.
Yo creo que a todos Dios nos hecho algún milagro aunque sea pequeño. Creo en la Providencia de Dios que siempre está cuando la necesitamos. ¡Cuánto más lograríamos si verdaderamente pusiéramos nuestra vida en sus manos llenos de confianza!
Jesús me ha dado muchas pruebas de su amor y presencia en diferentes problemas que he tenido a lo largo de la vida, pero no lo he reconocido.
Apoyarnos en la comunidad
Cuando decido compartir en este grupo es porque, aunque veo como Dios obra en mi vida, aún falta mucho camino por descubrirle y sobre todo por optar realmente por una vida más al estilo de Jesús. Creo que estoy en la barca indicada para hacerlo.
“Ánimo, soy yo, no tengan miedo” acrecienta mi confianza y mi fe, porque además de que Jesús está conmigo, os tengo también a todos y cada uno de vosotros que estáis en el mismo camino.
Sé que me espera un arduo trabajo en este camino y estoy dispuesta a recorrerlo, es bueno sentir vuestra cercanía.
Oramos juntos
Hola Jesús, me pongo en tus manos.
Me queda claro que tú permites que pase
lo que necesitamos y no lo que queremos.
Tú permitiste que me enterara de este grupo, en este momento,
porque sabes de mis miedos y vacilaciones,
sabes que estoy desorientado, que tengo una fe muy simple,
pero no sé por dónde caminar con ella,
adónde ir, qué hacer.
Quisiera comprometerme con mi comunidad, hacer algo por ella,
hacer algo por la Iglesia
como una institución comprometida con su gente.
Me pongo en tus manos, mi querido Jesús,
estoy seguro de que tú me estás tomando de la mano
y me vas a llevar al lugar donde pueda hacer algo
para mi crecimiento y el de los demás.
Ayúdame, Señor, a poner mi seguridad en ti,
a caminar confiando plena y serenamente en tu compañía,
a desprenderme de todo aquello a lo que me he ido apegando
y que no me permite vivir con un corazón agradecido
y con mayor libertad para seguirte.
Alfonso, Héctor, Jimena, Josefina, María Dolores,
Lizeth, Mariela, Myriam Lucy, Enrique, Sergio, Sofía
Grupo Virtual de Jesús 25