Queridos amigos, amigas de Grupos de Jesús:
Somos el Grupo de Jesús «Tras las huellas de Jesús», de Rosario (Argentina).
Continuamos transitando el proceso de renovación de nuestra fe, aunque nos encontrarnos padeciendo el segundo año de pandemia, como en el resto del mundo, aquí también tratamos de superarlo.
A pesar del aislamiento y la lamentable pérdida de una de nuestras integrantes, hemos vivido este tiempo con optimismo y fortalezas con las que no creíamos contar. A la distancia de los hechos reconocemos a Jesús que nos sostuvo y nos sigue acompañando para completar este: Su Proyecto.
En este contexto y gracias a las tecnologías a nuestro alcance, no solo nos reunimos virtualmente para desarrollar las lecturas confrontando nuestras reflexiones, internalizando y grabando las palabras de cada texto evangélico en nuestros corazones, sino también nos hacemos llegar diariamente el saludo de cada mañana sabiendo que no estamos solas y que en el silencio, o en la vorágine de todos los días encontramos la presencia de Jesús.
Desde ya algunas etapas y en especial en la que estamos recorriendo (la sexta) “Llamados a Seguir a Jesús”, experimentamos la gran motivación de actuar en el mundo en el que cada uno participa. Nuestro desafío diario es una tarea que nos mueve a descubrir cómo llevar a nuestro entorno, a lo cotidiano, el mensaje del Reino de Dios.
Bajo la invocación del Espíritu Santo recibimos su inmensa Gracia y ofrecemos todo lo que hacemos con gran amor, paciencia, tolerancia y respeto disfrutando cada pequeño y gran momento de la vida. Hemos asumido el compromiso de ayudar a curar heridas, de aliviar el sufrimiento de otros, cooperando con pequeños gestos a incentivar valores solidarios.
Somos concientes del llamado y gran desafío de hacer visible el Evangelio, tratando de llevar un permanente testimonio comprometido, a ser la sal para ponerle sabor a la vida y la luz para iluminar la oscuridad de la existencia siendo testigos que se esfuerzan por comunicar la luz que recibimos de Jesús.
Nuestra fe se alimenta en la esperanza de que “El amor todo lo cambia, todo lo transforma y todo lo puede” y esa debe ser nuestra fuerza y motor en la vida.
Con la pequeña descripción del momento en el cual nos estamos encontrando, los saludamos en nombre de este pequeño pero potente grupo, enviándoles a todos los que conforman esta red de amor un gran abrazo y rogamos a Dios los colme de bendiciones.
Tras las huellas de Jesús
Noemí Bonardi, Liliana Morelli, Irma Ros, Olga Schiavoni