Un alto en el camino
Hemos de hacer
un alto en el camino,
parar y meditar…
Algo tan nuestro,
como es saber si van,
lo que son nuestros pasos peregrinos,
al ritmo de los pasos del Maestro.
Que a veces nos invaden
el cansancio y el tedio,
y arrastramos los pies por el sendero.
Y cambiamos, Señor, las prioridades.
¡Y ya no eres tú el primero!
Y, en nombre del cansancio y la desgana,
el rato de oración y de silencio,
la cita del Amor y del Encuentro,
lo dejamos, Señor,
¡para “mañana”!
Pararnos… ¡Sí! Un momento.
Dolernos de tibiezas y apatías.
Saber oír tu Voz
que, cada día,
nos cita y nos empuja desde dentro.
Mercedes Castellano
GVJ Galilea
¡Adelante Jesús!
Nos empujas y conduces,
confiados-as en tu Verdad,
que es certeza verdadera.
Renuévanos la confianza,
en tu Espíritu de Amor,
ejemplo de entrega y servicio.
Maestro de verdades vivas,
escuchadas y a la vez sentidas,
en cada latido del corazón.
Palabras de Vida Eterna,
Luz que disipa dudas y miedos,
de oscuras incertidumbres.
Qué alegría poder encender,
nuestra lamparita con tu Luz,
y dejarnos abrazar por tu Amor.
Saliendo al encuentro,
del hombre y mujer heridos,
llevando la «mirra» de tu Misericordia.
Ayúdanos Maestro,
a mantener viva la Esperanza,
de un mundo más humano.
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Termino con la estrofa del canto en honor a Jesús, Señor de la Verdad:
«Cristo ayer, Cristo hoy,
Cristo siempre será el Señor,
Tú eres Dios y eres Amor,
me has llamado, aquí estoy».
Un abrazo fraterno a todas y todos.
Miren Josune