Queridos amigos y amigas de Grupos de Jesús:
Somos el GVJ 23, un nuevo grupo virtual que ha comenzado tras la pasada convocatoria del mes de mayo realizada desde la web Grupos de Jesús.
Hemos iniciado esta experiencia 15 personas que vivimos en 6 países diferentes: Argentina, Bolivia, Colombia, México, Panamá y Venezuela.
Acabamos de terminar nuestra reflexión del primer tema del proceso de Grupos de Jesús y, al igual que los anteriores grupos virtuales, queremos comenzar a compartir con todos vosotros algo de lo que hemos dialogado y compartido.
Sacar a flote la barca de la Iglesia
Una comunidad o barca golpeada o sacudida con el materialismo de nuestro mundo, con la persecución religiosa, la falta de compromiso, el individualismo… Una iglesia considerada obsoleta y antigua, descalificada en su totalidad por quien generaliza el actuar de algunos. Una barca que la hemos convertido en tradición y hemos dejado de lado su calidez, audacia y universalidad.
Nuestra iglesia es esa barca que se aleja de Jesús y que él sale a buscar en medio de la tormenta. Y muchas veces nosotros somos Pedro, que no tenemos la fe que Jesús nos pide para seguirlo verdadera y evangélicamente.
Jesús no quiere que se hunda su iglesia, sino sacarla a flote y ayudarla, con nuestro compromiso sin miedo ni vacilaciones de parte de nosotros veremos una nueva iglesia pobre, centrada en los pobres y trabajando para la salvación de los muchos que quieran conocer, amar y seguir a Jesús.
El miedo y la confianza en Dios
Si bien Pedro se arrojó, al dar unos cuantos pasos y sentir el fuerte viento, comienza a dudar, a hundirse… Recordó su condición humana, tuvo miedo y desconfió de sí mismo: el problema fue que tenía que confiar, no en él mismo sino en aquel que es nuestra salvación, Jesús.
Igual como los apóstoles en la barca he tenido la experiencia del pánico. Como Pedro he perdido la confianza en el Señor y he sentido que me hundo, sin embargo, siempre he conseguido su mano extendida y qué alivio, qué sensación de descanso cuando mi situación de pánico ha pasado. Es allí cuando entiendo que Dios es un Padre que nos ama con entrañas de madre.
Cada uno de nosotros, así como Pedro, está invitado a creer así… Apoyándose solo en la Palabra de Jesús.
El miedo nos hace perder la confianza hasta en nuestras propias fuerzas y ahí es cuando gritamos a Jesús que nos salve. Creemos que Jesús es simplemente como un salvavidas que lo necesito o lo uso, solo cuando estoy en peligro.
Una fe que se cuestiona
Cuando vuelvo a leer la pregunta: ¿Por qué dudaste?, Jesús está diciéndome que confíe. Vuelvo con ánimo interior a renovar la esperanza de saberme amada por él, aun en la tempestad de la vida, con todas las situaciones que me tocan vivir.
Me siento desafiada por este texto a saber identificar a Jesús en medio de cada sacudida de las olas. No puedo perder la noción de Jesús, de su presencia y de su identidad…
Jesús nos permite vivir estas experiencias en lo existencial, en lo espiritual o en lo vocacional para que seamos más conscientes de nuestra fragilidad, para que experimentemos su cercanía y la eficacia de su amor cuando lo miramos a él y lo reconocemos como nuestro salvador, y para permitirnos comprender que si caminamos con él pueden venir tempestades que nos sacuden pero que luego vienen la calma y la experiencia de gozo y de alegría.
Este texto nos invita a preguntarnos y a preguntar cuáles son las razones que nos impiden creer firmemente en Jesús Hijo de Dios y en su mensaje: ¿catequesis deficitaria? ¿Qué puedo hacer yo para que todos crean en que la felicidad y la paz se encuentra haciendo lo que Jesús nos enseñó?
De este texto quiero quedarme con el llamado comprometedor de Jesús a mantenerme anclada en su amor, a no distraerme, a relativizar lo que no debe tener mi atención y a mantener vivo el recuerdo del Señor tendiéndome la mano, siendo el soporte de mi debilidad.
Nos invita a navegar mar adentro, a encontrarnos con el otro, a ser una iglesia en salida, como dice el papa Francisco, a que todos seamos una gran Hospital de Campaña donde podamos atender al pobre, al diferente, al descartado por la sociedad y curarlo.
En medio del coronavirus
Durante todos estos días he meditado en torno es esta frase: No tengas miedo. Si nos situamos en el contexto de la pandemia, la sensación de miedo se ha hecho parte de nuestra vida. Ese no temer es saber dejar a un lado la capacidad de cuestionar todo, y darle entrada a una fe que libera, que nos hace capaz de mirar a un Jesús presente en nuestra propia historia de vida.
En este momento muy difícil que atravesamos (eclesial, de salud, económica, etc.) mi conversión personal está encaminada, con alegría, esperanza y seguridad, tras la huella de Jesús. El hecho de participar en este grupo y ver cómo va desarrollándose, me hace sentir que puedo alcanzar un horizonte que venía buscando hace mucho.
Por gracia de Dios, este grupo GVJ 23 inició en un momento único y privilegiado, lo cual nos da una identidad especial, al situarnos en este momento en el que el mundo vive una pandemia que está sacudiendo, como nunca, todos los estamentos y estructuras de la sociedad y del mundo hasta tal punto de detener su marcha. Pedro, que se arriesgó a dar el salto de ir a Jesus, es encarnado hoy en Francisco, que se arriesga a proponernos volver a Jesús y, aunque parece hundirse por los ataques de dentro y de fuera, da también un salto para que la Iglesia tome otro rumbo: ser más fieles a Jesús y su proyecto del Reino. De ahí que nuestro compromiso es secundar este proceso y arriesgarnos a esta aventura de ir al encuentro del Jesús de la historia, discernir los signos de este tiempo tan especial que vivimos como tiempo de salvación, y saber dar una respuesta hasta llegar muy lejos mar adentro.
Oramos juntos
Señor de la vida y la misericordia,
danos valentía,
para que nosotros seamos como Jesús,
con su mismo modo de vivir,
para muchos que me leen,
me ven y me escuchan,
quieran seguirlo. Amén.
No te escucho, ¿tal vez te estoy dejando de lado,
acaso me estoy confundiendo
con las olas y ruidos de mi entorno?
Ayúdame a tener claridad y paciencia
para abrir la puerta que me lleva a ti.
Señor, sálvame…
En la búsqueda de conocerte más, Jesús,
de poder ver -aunque sea ligeramente-
el mundo y a mis hermanos como tú los ves.
Y llega este grupo y, con él,
la esperanza de conocerte más…
Canción “Se desbaratan mis sueños”
Berla, Carolina, Daniel, Fernanda Gerardo, Hernán, Javier, José Rafael,
Laura, María Alejandra, Mauricio, Mayertzy, Néstor F., Néstor H. y Wilson
Grupo Virtual de Jesús 23
Querido GVJ 23 :Me ha gustado mucho el análisis que habeis hecho de la situación actual de nuestra Iglesia y de nuestras responsabilidaes al respecto .
Todo ello iluminado por este precioso Tema 1; que nos abre camino a la Esperanza.
Muchísimas gracias , queridos compañeros y Bienvenidos
Un abrazo