Desde casi el comienzo de los Grupos de Jesús, este Grupo de lectura creyente de Santander se sintió hermanado con el proceso, por las evidentes similitudes del planteamiento y por sus coincidencias con varias de las obras escritas por José Antonio Pagola.
El grupo cuenta con una larga trayectoria y lo coordinan Nicanor Arce y Carmen Casanueva. Hoy nos recibe Carmen que nos presenta a todos su grupo.
Gracias por recibirnos. Nos habéis dicho que sois un Grupo de lectura creyente, ¿desde cuándo estáis viviendo esta experiencia?
R: Nuestro grupo comenzó a reunirse en el año 2002 por iniciativa del entonces párroco de Santa María Reparadora, de Santander, D. Nicanor Arce, para acoger y aglutinar a un grupo de personas inmigrantes que acudían a la parroquia principalmente en busca de ayuda.
¿Podéis describir quiénes formáis el grupo: cuántas personas estáis, sois todos laicos, tenéis edades parecidas…?
R: Empezamos unas seis personas. En el transcurso del tiempo, se han ido incorporando más y ahora somos unas veinte. También hay quienes han regresado a su país, pero seguimos en contacto.
Por orden alfabético somos: (de Santo Domingo) Ari, Clara Inés, Francisca, Glénis, Hilda, Machi, Magali, Marta, Pura, Ramona, y Sandra; (de Ecuador), Joaquín y Portugal, Antonio; (dos familias peruanas): María, con su hija Araceli y dos nietos, Estefanía y Leo, y Marlén, con sus padres, una hermana y el sobrino.
Hay quien estuvo al principio y solo viene de forma ocasional: Ada, Karina, Carmen. Y quien regresó a su tierra: Magdalena, Flora, Juana, Ata y Manolo.
Yo (Carmen) era colaboradora en la parroquia y me quedé como monitora del grupo al irse D. Nicanor, el párroco, a Salamanca, aunque a su vuelta sigue formando parte del mismo.
Todos somos laicos, menos un sacerdote, en su mayoría mujeres y edades diversas.
¿Por qué os pareció interesante crear este grupo?
R: Nuestro grupo nació en una parroquia a la que acudía gente inmigrante en busca de ayuda, y de “algo más”… Así lo vio el entonces párroco y fue invitándoles a reunirse y compartir la vida y la fe. Por entonces empezaba en nuestra diócesis la Lectura Creyente de la Palabra, en grupos, con un material preparado por la Casa de la Biblia, siguiendo el esquema de la Lectio Divina.
Así, mientras el texto de lectura era el Evangelio, cuatro años consecutivos, todo fue bien. Luego la diócesis siguió con otros textos de la Biblia y vimos que nos quedaban lejos. Sí que optamos por ir por «libre», reuniéndonos para leer el Evangelio del domingo, sin “más material” que el propio Evangelio, y la amistad y la confianza al compartir, que había ido naciendo entre nosotros.
¿Cómo es una de vuestras reuniones: qué hacéis, cómo lo hacéis, cuánto tiempo le dedicáis…?
Nos reunimos los domingos porque es el único día libre que tenemos, ya que casi todos los miembros somos personas inmigrantes, trabajadores en su mayoría en el servicio domestico.
Lo hacemos cada 15 días, en los locales de la parroquia en la que nació el grupo, pero como una actividad ajena a la misma.
El desarrollo de la reunión es muy sencillo. Mientras vamos llegando, cosa que dado el carácter latino lleva su tiempo, nos ponemos al día de lo que ha ocurrido en nuestras vidas desde la reunión anterior. Las madres o abuelas vienen con niños pequeños, para los que hemos preparado alguna actividad lúdica en un cuartito contiguo; juegos, golosinas… lo pasan bien. Nosotros comenzamos con un canto. Se proclama el Evangelio que toque y, tras unos minutos de silencio, comentamos lo que nos ha sugerido (es inmensamente enriquecedor). Terminamos rezando juntos el padrenuestro y quedamos para la próxima reunión.
Solemos planificar las reuniones al principio de cada trimestre, y si coincide con algún día importante del calendario litúrgico tenemos una celebración especial. En este sentido es una suerte contar con un sacerdote entre nosotros, ya que celebramos la Eucaristía o el Perdón en forma comunitaria alrededor de la mesa y en el mismo salón.
Solemos estar de 17 a 18,30 h, aproximadamente una hora y media.
¿Vuestro Grupo de Jesús es para gente cristiana comprometida o puede participar en él cualquier persona, incluso alguien que no sea cristiano?
R: Somos gente cristiana normal. Abierta a cualquiera y así lo han sentido siempre, incorporándose a nosotros, amigos o familiares que ellos mismos invitan, muchas veces solo por tener un lugar de encuentro y personas de acogida, donde todos nos sentimos a gusto, nos apoyamos, acompañamos y ayudamos, siempre que ha hecho falta.
Al final ese es el «cristianismo práctico». Algunos se han bautizado o comulgado por primera vez aquí, y en este grupo. Para casi todos es el único vínculo con la Iglesia.
¿Qué es lo que más valoráis del proceso que vivís en vuestro grupo? ¿Y lo que menos os gusta?
R: La cercanía a la persona de Jesús. El centrarnos en conocer su forma de vivir. Liberarnos en ocasiones de viejas enseñanzas. Desempolvar el Evangelio. El sentir vivo a Jesús entre nosotros y experimentarle en nuestra propia amistad.
Lo peor es que, aunque «hagamos camino caminando», no siempre estamos a la altura de lo que nos proponemos.
¿Le recomendarías a otra persona vivir este proceso? ¿Por qué?
R: Sí, porque es necesario conocer a Jesús si queremos ser cristianos y, en este proceso compartido, se nos muestra por medio de las intuiciones y experiencias de los otros. No es una teoría, ni una clase de religión, ni una catequesis: el Espíritu sopla de verdad en cada uno.
Además, incluso para quienes no creen es positivo. Nosotros compartimos junto a la oración, la vida; cualquier cosa importante que nos pase, están lejos de su tierra y esto es una familia. Una pequeña comunidad que celebramos meriendas, excursiones, siempre abiertas a quienes quieran invitar.
¿Qué mensaje queréis transmitir a los demás Grupos de Jesús y personas interesadas que estamos en conexión a través de la web Grupos de Jesús?
R: Que Jesús es el «amigo común», y por tanto los sentimos «amigos» sin conocernos.
Gracias, Carmen, por vuestra participación.
Carmen Casanueva
Grupo de lectura creyente