Estimados amigos y amigas:
En las últimas semanas ha habido una coincidencia de varios Grupos de Jesús que han comentado que están terminando su proceso y quieren saber la opinión de Pagola, y entiendo que del resto de Grupos, sobre cómo afrontar la «desembocadura» de este proceso. Esto es, al terminar el proceso de Grupos de Jesús, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo continuar?
En la sección de esta web «En diálogo con Pagola» encontraréis la respuesta que José Antonio ha dado a dicha inquietud a los grupos que la han planteado. Igualmente, nos ha remitido a las últimas páginas del libro Grupos de Jesús, en donde se desarrolla este capítulo que reproducimos a continuación, y que nos puede ayudar en este proceso de reflexión común sobre la desembocadura de los Grupos de Jesús.
ANTE EL FUTURO
Hemos terminado nuestro recorrido. Hemos vivido juntos un proceso de conversión a Jesús, el Cristo. Hemos tomado la decisión de seguirlo con más verdad y de colaborar con él abriendo caminos al proyecto humanizador del Padre en medio de la sociedad y en el interior de la Iglesia. Ahora pensamos en el futuro.
Diferentes alternativas
Atendiendo a las diferentes características de cada grupo (su origen, edad de los miembros, su trayectoria, el ambiente en el que viven y se mueven…), es posible pensar en diferentes alternativas.
En algún caso, el grupo, terminado el recorrido, puede tomar la decisión de seguir reuniéndose también en el futuro para escuchar juntos el Evangelio de Jesús, seleccionando, por ejemplo, algunos de los textos evangélicos que se proclaman los domingos. El grupo puede ensanchar su horizonte invitando a tomar parte a nuevas personas.
En otros casos, el grupo puede decidir permanecer juntos para seguir escuchando el Evangelio de Jesús, pero además ofreciéndose a alguna parroquia necesitada o sin servicio permanente de presbítero, para colaborar, junto a otros y desde su propia experiencia, en la renovación evangélica de la comunidad cristiana.
En otros casos, el grupo decide continuar juntos escuchando el Evangelio de Jesús, pero concretando su compromiso evangelizador en un campo determinado (marginación social, apoyo a familias rotas, acogida a inmigrantes, atención a ancianos solos, presencia en barrios marginados o en zonas rurales empobrecidas…).
Una decisión importante
Hay otra alternativa posible e importante. El grupo termina su recorrido, pero algunos de sus miembros se comprometen a poner en marcha dos o más grupos nuevos de Jesús, acompañándolos con su experiencia. Esta difusión de Grupos de Jesús puede ser impulsada sobre todo por laicos, sacerdotes secularizados, matrimonios, padres y madres… que podrán encontrar en este quehacer un campo para desarrollar su compromiso evangelizador.
Dentro de unos años habrá disminuido mucho el número de presbíteros en activo, y bastantes parroquias se estarán extinguiendo. En ese contexto, la difusión de Grupos de Jesús, impulsados por hombres y mujeres, miembros laicos del pueblo cristiano, puede ser de gran importancia para hacer circular, en el interior de esa Iglesia en crisis y en medio de una sociedad secular, la fuerza renovadora del Evangelio de Jesús.
De esta manera, los Grupos de Jesús podrán contribuir, junto otras experiencias e iniciativas, a que el Espíritu de Jesús resucitado pueda impulsar lo que el papa Francisco llama «un dinamismo evangelizador que actúa por atracción» (La alegría del Evangelio 131).
Algunos pasos concretos
Si el grupo toma la decisión de poner en marcha un nuevo Grupo de Jesús, es conveniente dar algunos pasos concretos.
Es necesario, antes que nada, saber quiénes se comprometen a poner en marcha un nuevo Grupo de Jesús. Por lo general es conveniente que sean dos o tres personas para cada nuevo grupo. Ellas serán el pequeño fermento del Grupo de Jesús que comienza.
Tomar contacto con personas más o menos conocidas (familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, miembros de la parroquia…) con las que es posible poner en marcha un nuevo grupo.
Organizar un primer encuentro para tomar contacto con todos, conocer lo que es un Grupo de Jesús y dar los pasos concretos para empezar (lugar y días de las reuniones, distribución de materiales, preparación de la primera reunión, etc.; se puede utilizar la Introducción de este libro).
Como comenta José Antonio, esto no dejan de ser algunas pinceladas, ideas, sugerencias que pueden ayudar a que cada grupo, en su circunstancia concreta, discierna el modo más adecuado de continuar esta experiencia.
Sería muy interesante que, a partir de este momento, todos aquellos grupos que ya han pasado por este momento o se están acercando a él, comenzaran a compartir sus reflexiones y decisiones para iluminar mejor este difícil tránsito entre una experiencia sencilla pero bien estructurada, como la de Grupos de Jesús, con una continuidad que requiere de toda nuestra creatividad e iniciativa.
Gracias de antemano a todos y todas por vuestra colaboración en este proceso.
Un abrazo,
Mario González Jurado
Coordinador web Grupos de Jesús
Mi impresión,visión, es que ha medida que avanzo en el conocimiento de Jesús, en paralelo debo ir iniciando alguna obra en favor del prójimo que estará sostenida, por la enseñanza que he ido computando y almacenando en mi alma,alimento,energía para mi espíritu quien impulsara mi voluntad y concretar la obra.
Trato que lo que aprendo de Jesus y sus discipulos en este mundo que me cobija, ir viviéndolo en paralelo con mis prójimos, en los que comprendo a los hijos, a Carlota sus madre y esposa, a los parientes, a los vecinos, a mis compañeros de trabajo, a los componentes de Comunidades Eclesiales de Base.
Pienso, que me queda mucho aún para el desembarco.