Francis Meca, en nombre del Grupo Virtual de Jesús “Maranatha”, pregunta…
En una Iglesia cerrada, en la que solo cabe un discurso, donde no se admiten disensiones, aunque sea dentro del respeto; donde los párrocos actúan más como «amos del cortijo» que como servidores de la comunidad; y donde en vez de ayudar, por si tienes opiniones equivocadas, se te pone en la calle; en ese contexto: ¿qué debe hacer un creyente que quiere vivir su fe en comunidad?
Muchas gracias.
José Antonio Pagola comenta…
Querida Francis y queridos amigos, amigas del Grupo Virtual de Jesús Maranatha:
Os agradezco mucho vuestra pregunta pues me planteáis una situación dolorosa compartida hoy por no pocos cristianos. Es normal que en unos tiempos de crisis religiosa y de profundos cambios socioculturales vivamos tensiones como las que me indicáis.
Si en la comunidad cristiana a la que pertenecéis se dan tales condiciones que os hacen prácticamente imposible vivir vuestro sentido de pertenencia y corresponsabilidad es normal que tratéis de encontrar una comunidad más adecuada. Como esto no es siempre posible, os hago una sugerencia.
El Grupo de Jesús no es propiamente una comunidad parroquial pues en este Grupo no se celebra la eucaristía dominical ni los demás sacramentos. Pero conozco a miembros de diferentes Grupos de Jesús que toman parte en la eucaristía dominical de su parroquia, y que alimentan su espíritu en el Grupo escuchando el evangelio, cuidando su conversión personal y concretando su compromiso evangelizador en diversos campos. No se sienten separados de su parroquia a la que siguen amando y en la que celebran su fe cada domingo.
Por otra parte, no olvidemos en los Grupos que, al plantearnos el compromiso en el proyecto de Jesús, nos encontramos con frecuencia con preguntas que nos pueden ayudar a concretar cómo podemos contribuir a reavivar y renovar nuestras comunidades cristianas introduciendo un estilo más fiel a Jesús y mejor inspirado en el Evangelio.
Un abrazo grande a todos.
José Antonio, muchas gracias por tus recomendaciones.
Tus respuestas siempre son de gran ayuda.
Un abrazo, GVJ Maranatha
Grupo Maranatha: os comprendo muy bien, pienso que nadie tiene derecho, ni párrocos ni seglares a dejar fuera, sin un espacio de participación, de compartir con todos-as la fe, no sólo respecto a los Sacramentos, sino en el justo servicio activo y fraterno.
Para un Párroco que se precie de estar al cuidado del «rebaño», no vale la conveniencia interesada ni el trato de favor, al servicio de unos pocos-as»imprescindibles», sin otra finalidad que echar fuera, como «ovejas sin pastor».
El Papa Francisco, no ha dejado de expresar en varias ocasiones: salgan al encuentro de las ovejas y retornen con ellas, curando sus heridas, haciendo justicia y defendiendo su dignidad.
Es cierto que nadie tiene derecho a arrogarse atribuciones, pues toda tarea ha de hacerse desde el servicio, sobretodo, a quienes están heridos, son más frágiles y vulnerables.
Los Grupos de Jesús, tienen que crecer hacia dentro de su vida espiritual y hacia fuera, ser savia nueva que regenere el tejido de la Iglesia, la comunidad parroquial y sus grupos.
Vosotros-as, no sólo habéis sido llamados a la Conversión y poner a Jesús como centro de vuestra vida, sino a ser fermento fecundo que aglutine voluntades en torno al Evangelio y en el servicio a la Comunidad.
No sois el «desecho» que otros y otras no han querido, a quienes se les deja apartados, ignorando su vida y fe con total indiferencia, como dirían algunos-as: «que se busquen la vida».
No, las ovejas importan al Pastor, tanto, que no descansa hasta que las recupera y «carga sobre sus hombros».
«Armen lío», nos ha dicho el Papa Francisco. ¿Cómo?
Desde el respeto, dando voz a los sin voz, atreviéndose a plantarse en los pórticos de las parroquias, a decir alto y claro, que no hay cristianos de primera o segunda, pues todos son bautizados en Jesucristo.
Apelar a los Obispos y hasta el mismo P. Francisco, utilizando las redes sociales, mostrando las heridas de vuestro corazón.
Estoy segura que pacíficamente, sin ofender de palabra ni de obra, se hará escuchar vuestra queja y lamento.
Todo ser humano, necesita ser reconocido y respetado, pues no somos un objeto desechable, de «usar y tirar».
Si Jesús no pone «veto» cuando líbremente recibimos su Cuerpo y su Sangre, ¿por qué han de poner otros-as, las «zancadillas» que impiden ser cristianos no sólo de derecho sino de hecho?
Animo una vez más, a todos los Grupos de Jesús, seguid dando testimonio, adelante, es proyecto hermoso a llevar a cabo y no se puede perder o «descafeinar».
Jesús es el centro, nadie más, seguidle merece la pena. Eso sí, en paz y armonía, aprendiendo de él, a ser humildes de corazón.
Y decid con viva voz:
¡Jesús, confío en tí, en tu Amor y Misericordia!
Miren Josune