Hola, amigos, amigas de Grupos de Jesús:
El Grupo virtual de Jesús 20 lo componemos 6 mujeres: Mariana, Carmen, Roser, Griselda, Shirley y Natalia, de variada edad. Dos de México, dos de España y dos de Argentina.
Al terminar este proceso de Grupos les compartimos algo de lo que ha significado para cada una de nosotras el trabajo en este tiempo.
Carmen
Desde mayo de 2019 en que comenzamos nuestra andadura como GVJ 20 hasta julio de 2023 que terminamos el tema 40, he ido caminando y creando comunidad con mis compañeras de camino Mariana, Roser, Natalia, Shirley y Griselda. Hemos sido y seguimos siendo una pequeña comunidad en la distancia que no hemos dejado de estar en contacto aunque los momentos de reflexión que marcaban los temas ya no existieran. Compartimos reflexiones que cada una recibe en sus comunidades de origen, preocupaciones que compartidas pesan menos y alegrías que compartidas se disfrutan más. Seguimos siendo una comunidad pequeñita (en la distancia) que el Grupo Virtual de Jesús 20 nos ha regalado.
La experiencia de trabajar los temas personalmente ha sido muy enriquecedora. Por una parte, a nivel personal de reflexión y profundización en el mensaje de Jesús y en mi seguimiento como discípula que quiero ser (aun me falta mucho pero el Espíritu me ayudará) y, por otra parte, el enriquecimiento que la vivencia de las demás ha aportado a mi propia reflexión. Añado también la importancia que ha tenido para mí el que seamos personas de diferente origen que pertenecemos a países distintos con distintas maneras de celebrar la fe y de vivir el mensaje. Esta diversidad cultural y también de edad ha sido muy valiosa para mí, me ha abierto la mente y me ha hecho valorar las distintas formas que cada persona tiene de vivir la fe y salir un poco de mi creencia de que lo mío era lo mejor.
En mi camino como seguidora de Jesús tengo que agradecer esta oportunidad que tuve para comenzar con el grupo y el poder continuar caminando junto a todas ellas. Su ejemplo y todo lo compartido en relación con los compromisos que ellas tienen y van adquiriendo y sus vivencias me han interpelado y cuestionado muchas veces mi forma «cómoda» de llamarme cristiana. Resumiría toda esta experiencia, que continúa viva, con dos palabras: Feliz y en camino.
Gracias por todo. Un abrazo fraterno.
Nati
Mi experiencia fue por demás gratificante. Comparto con Carmen el concepto de DIVERSIDAD, gracias a esta cualidad que tiene nuestro grupo que pasó a ser una fortaleza, crecimos de forma integral (espiritual, afectiva, personal, de amistad, etc). La DIVERSIDAD en edades, culturas, aspectos socioeconómicos, estilos de vida, experiencias de Fe, apostolados… fueron cruciales para el desarrollo tan profundo en cada tema. ¡El conocimiento más interiorizado del EVANGELIO fue hermoso! Enriqueciéndose con cada palabra de cada una de las integrantes. El aprender a entenderse, respetar los tiempos de los demás y formar parte de nuestra dinámica grupal creo yo que nos hizo crecer en relación con otros.
Puedo seguir hablando aspectos positivos de la experiencia que tuve al participar de este grupo. Creo que somos reflejo de un buen grupo de Jesús, desde la diversidad estar unidas a Él por medio del AMOR.
Sí, se necesitó para perseverar la dinámica grupal, responsabilidad, respeto y compromiso para seguir activo el grupo, y se notaba cuando alguna no podía participar porque se la extrañaba y mucho.
¡Alabo al Señor! ¡Por ponerme en camino de esta hermosa experiencia y con las hermanas que me tocó transitarlo!
¡Saludos!
Shirley
Mi agradecimiento a “Grupos de Jesús” y a mis compañeras del grupo pequeño, Carmen, Nati, Hna. Roser, Mariana y Griselda, que por alguna Divina razón nos unió en este aprendizaje de amar y vivir.
Por medio de la reflexión personal y puesta en común, en este grupo y en otro en donde practico mi apostolado, he saboreado mucho más la Palabra de Dios, enriquecida con la visión de cada una y la del Padre Pagola. Creo que he crecido espiritualmente, despejado muchas dudas y logrado una fe mucho más madura. Creo que nuestro Divino Padre-Madre, con su infinito Amor, va poniendo en nuestro caminar a las personas idóneas, como ángeles que nos iluminan, sostienen, enriquecen e impulsan en las subidas y bajadas de nuestra vida.
Aún me falta mucho por aprender y mejorar en mi vida, pero he adoptado el lema de los Jesuitas:
“En todo, amar y servir” como programa de vida. Y mientras Dios me preste vida, salud y fuerza, seguiré sirviendo a mis semejantes, para SU gloria.
Un abrazo muy fuerte. Paz y Bien.
Mariana
Si bien en un principio el grupo era más numeroso, con el tiempo se fue reduciendo hasta llegar a tener seis personas. En un principio está reducción me preocupó, pero lo cierto es que así se consolidó y pudimos, todas la que lo integramos, llegar a compartir un camino que día a día me parece nos fue enriqueciendo a nivel grupal y también personal de cada una. Ambas situaciones se fueron complementando. Es por esto que me parece importante destacar que las diferentes circunstancias de la vida por las que cada una de nosotras fuimos pasando, hicieron que el paso de la reflexión evangélica a la acción, tomara nuevo sentido e impulso, cuando en el acompañamiento a la hermana necesitada se hicieron realidad los valores cristianos. No porque en las comunidades no se dé eso, sino porque siento que se hizo realidad también en el grupo, algo que se dice muchas veces, pero no siempre se lleva a la práctica: el ser y vivir como hermanas en Cristo Jesús.
Creo que lo mismo que expresaron en otros momentos las otras hermanas, con el tiempo fuimos descubriendo que el Grupo de Jesús fue un punto de encuentro enriquecedor en muchos sentidos.
Por otro lado, la experiencia de la virtualidad hizo posible el compartir con compañeras de lugares diversos y fue también enriquecedor el intercambio sobre realidades locales a veces muy distintas y que sin embargo no fueron un impedimento, sino todo lo contrario. En definitiva nos pudimos reconocer como hermanas en Cristo Jesús.
Un beso para todas y cada una.
Griselda
Comienza estos momentos de invitación a unirme a este grupo de Jesús, con un número aproximado de entre 25 personas, que íbamos compartiendo nuestras reflexiones. Fue para mí un gran esfuerzo para poner atención, a las grandes reflexiones, muchas con grandes encuentros, a las meditaciones. Jesús fue guiándom, con cada lectura; las preguntas detonantes me hicieron entrar en mí e ir transformando poco a poco lo que me resaltaba de cada compartir. Fue disminuyendo el grupo hasta quedar solo 6 integrantes, donde compartimos la oración, unas por otras, nuestra vida, penas, alegrías, enfermedad, perdidas, pero con la esperanza de que no estábamos solas, Jesús estaba en el centro y en cada una de nosotras. Seguimos en nuestro país, cada una sirviendo a Dios en nuestras posibilidades, pero en nuestro grupo seguimos unidas, en Él por Él y para Él. Este grupo nos fue preparando al encuentro con Jesús, para salir al encuentro con los más necesitados, jóvenes, alejados, familias y pobres.
Hermanas sigo con gratitud a Dios por sus vidas y por qué Dios ha reunido este grupo gracias, y Gloria a Dios.
Roser
Hola queridas, puedo decir que una de las cosas buenas que he hecho es buscar y apuntarme en un Grupo de Jesús de Pagola. No pudiendo hacerlo presencial me apunté a uno virtual y tuve la suerte de no solo encontrar otras hermanas buscando los mismos objetivos, sino que después de un «largo caminar» hemos acabado todo el Curso y nos hemos ganado unas a otras… Donde una no llegaba… había brazos tendidos y voces para expresar lo que no salía. ¡Creo que hemos acabado formando un Grupo de Amigas -de cada una- y con Jesús!
Os habéis explicado mucho y bien. Me uno a ello. Yo ahora no estoy para otro trabajo, pero sí seguir como Grupo… enviando y recibiendo, no me gustaría perderos, pero ya mis 94 pesan un poquito. Aunque cabeza y corazón muy firmes.
Os quiero y amo.
No está demás decirles, P. José A. Pagola, Mario y el equipo que está por detrás, de la grandeza de esta experiencia que hemos dejado claro cada una y lo bien que hace. ¡Gracias por ser instrumento y puente!
Grupo Virtual de Jesús 20