En estos últimos años (2015-2017), la editorial PPC ha publicado cuatro libros que José Antonio Pagola ha escrito como una aportación a la llamada hecha por el papa Francisco de impulsar una «Nueva etapa evangelizadora», nombre que lleva esta serie y cuyos títulos son:
1. Recuperar el proyecto de Jesús
2. Anunciar hoy a Dios como buena noticia
3. Cristo resucitado es nuestra esperanza
Queremos informaros con cierto detalle del objetivo y contenido de cada una de estas obras, quizá menos conocidas de Pagola, y que merecen ser objeto de lectura y de reflexión en nuestros grupos y comunidades.
Para introducir la cuestión reproducimos algunos párrafos del artículo escrito por Jesús Martínez Gordo, en la revista Vida Nueva n.º 3.057 (4-10 de noviembre de 2017), a propósito de la publicación del último de los cuatro libros de esta serie.
Los destinatarios de estas cuatro publicaciones editadas por PPC son las personas, comunidades y parroquias que, conscientes de que se está abriendo un nuevo tiempo, buscan ponerse al día activando «de manera humilde, pero responsable, un proceso de renovación» que pasa, críticamente, por dejar de mirar nostálgicamente un pasado que ya no volverá y, propositivamente, por favorecer su conversión a una estimulante experiencia de encuentro con Jesucristo y con su proyecto de vida (espiritualidad); a una formación, cuando menos, suficiente para darse razón a sí mismo y a los demás de su seguimiento de Jesús (teología), así como a una presencia -personal o colectiva- en los lugares en los que se encuentran algunos de los muchos crucificados de nuestros días, es decir, en las que el papa Francisco llama «periferias existenciales» (compromiso).
El autor dedica los dos primeros volúmenes a recordar que el centro es -y solo puede ser- lo que Jesús dijo y aquello por lo que entregó su vida (el Reino de Dios): la compasión samaritana, la centralidad de los últimos, la curación, la acogida y el perdón. A nosotros nos toca -sentenciará en el segundo volumen- «sugerir caminos que nos animen a vivir hoy» algo de lo que dinamizó a los apóstoles, discípulos y comunidades de primera hora.
En el tercer libro, Pagola reivindica la centralidad del encuentro con el Resucitado, enfatizando que cree en el cielo quien se compromete en el cambio y transformación de la tierra tal y como lo hizo Jesús. Si bien es cierto que todos los creyentes «nos movemos, vivimos y existimos» en el Dios de la vida, del gozo, de la paz, de la belleza o de la reconciliación con uno mismo, no lo es menos que el cristiano es, también -y a la vez- el seguidor del Crucificado en los calvarios vivientes de nuestro mundo; allí donde se sigue actualizando el drama de la cruz.
A este punto, capital en la espiritualidad del seguidor de Jesús, dedica el cuarto volumen… Y lo hace llamando la atención sobre algunas de las actitudes necesarias para evangelizar, e indicando cinco campos concretos de compromiso: acoger y escuchar a los alejados, comprometerse con los pobres, introducir el Evangelio en la prisión, llevar la Buena Noticia a los enfermos y caminar «hacia una sociedad libre de homofobia».