Reproducimos, a continuación, una recapitulación de la primera etapa del proceso de Grupos de Jesús que nos envía Benito Balam, del grupo de Jesús «Comunidad La Fonte».
Además de su valor como una reflexión profunda y compartida en este grupo, nos parece que esta idea de hacer algún tipo de recapitulación, evaluación o celebración, al terminar cada una de las etapas del proceso, puede ser un buen modo de tomar más conciencia de lo que vamos viviendo a lo largo de los temas, semanas y meses de reunión.
Reunidos en el nombre de Jesús
Recapitulando los 8 primeros temas, en los que hemos escuchado los primeros llamados del Maestro, para convertirnos en sus discípulos; hemos venido definiendo el objetivo de lo que buscamos y a quién buscamos; y finalmente hemos descubierto las actitudes básicas que necesitamos para seguirlo. Lo desglosaremos a continuación.
“¡Animo! Soy yo, no teman” (Mt 14,24-33)
Ante el caos del mundo que se presenta en la humanidad como una gran crisis espiritual en la fe, recordamos cuando los discípulos navegaban solos en el mar tormentoso. Jesús se les aparece caminando sobre las aguas y ellos lo confunden con un fantasma. Él nos da su aliento y nos quita el miedo, pero sobre todo nos da la confianza de su presencia: “Soy yo”. Es una persona diferente a nosotros, pero existe.
Jesús es patrimonio de la humanidad, no puede ser reducido a instituciones, ni está atado a las estructuras humanas. Aunque sin duda estas sean completamente necesarias para nuestra constitución como ciudadanos y para la defensa de nuestros derechos humanos sobre el planeta.
Lo fundamental es confiar en la persona de Jesús que se vuelve a presentar en medio del caos del mundo y de nuestra crisis de fe.
“¡Animo! Levántate te está llamando” (Mc 10,46-52)
Jesús respeta nuestras tradiciones y creencias, pero va al centro de nuestro corazón. Retoma aquello que nos une a él desde nuestras raíces más antiguas, de nuestras más íntimas convicciones y deseos.
Y desde ahí nos quita la venda de los ojos para que descubramos que la creencia de su fe es reconocer una relación personal con él, más allá de nuestras creencias y costumbres.
“Vengan a mí los que están cansados y agobiados” (Mt 11,25-30)
Jesús respeta a las personas, antes que a las instituciones. Llama a todos aquellos que, en su experiencia de vida, ya no pueden con las cargas que les imponen externa e internamente.
Y lo hace sin condenar a nadie, si no llamándonos a ponerlo a él en el centro de nuestras vidas, de nuestros sufrimientos, así sean merecidos e inmerecidos. Pero nos lleva a discernir entre unos y otros; y a responsabilizarnos de los sufrimientos que hemos provocado, diferentes a los que sin culpa nuestra recibimos por las circunstancias y estructuras de pecado. Así desaparecen algunos sufrimientos y otros cobran sentido, porque hemos ido con el Señor Jesús que nos libera y nos acompaña a cargarlos.
“Pidan, busquen, llamen” (Lc 11,9-13)
Jesús quiere que crezcamos desde la confianza humana a su persona, para que crezcamos espiritualmente en la fe, por eso, nos dice que pidamos lo que necesitamos, no porque él no lo sepa, sino porque no sabemos pedirlo, pues a veces, aunque lo necesitamos, no lo reconocemos.
Él quiere que busquemos a quien en verdad puede resolver nuestras necesidades, es decir, que dejemos de confiar en quien no las ha satisfecho, ni pueden hacerlo, sino solo confiar en Jesús, pues él sí puede hacerlo; y lo confirma mediante aquellos hermanos y hermanas que también lo buscan.
Él quiere que llamemos a la puerta donde encontraremos sentido a nuestros sufrimientos, satisfacción de nuestras necesidades y salvación de nuestras personas. Pues Jesús es la puerta y todos los que le tienen confianza, por su propia experiencia, escucharán su voz y lo seguirán.
“Vayan a Galilea. Allí lo verán” (Mc 16,1-8)
El aprendizaje del discipulado de Jesús no termina en su vida humana, por eso es tan difícil conocerlo si no vamos a su conocimiento interno, o más bien, si no le pedimos a él que nos lo dé.
Jesús es humano y divino, para seguirlo necesitamos confiar en su persona completa, aquella que sufrió históricamente una muerte en cruz y aquella que resucitó; en la fe interna de sus discípulos y discípulas, como experiencia de la esperanza, que es el memorial de su amor, el cual renueva la confianza en él, con su encuentro personal de generación en generación.
“Este es mi hijo amado” (Mt 17,1-8)
Como anticipo del conocimiento interno de Jesús, el discípulo tiene la dicha de recibir la consolación de su Maestro, antes de que este muera. Esa consolación es humana y divina, por eso, permanece intemporalmente mediante la transfiguración, ante la herencia de la ley y los profetas, de la fe que llevaba la promesa. Hasta el cumplimiento de esa promesa con su resurrección.
La vida y acción de Jesús conlleva su resurrección desde su concepción en el vientre de la virgen María, su madre, a través de su gracia de consolación a la humanidad, como la que reciben los discípulos al conocerlo personalmente en su interior.
“Effetá, sé abierto” (Mc 7,31-33)
La terapéutica de Jesús nos lleva a la curación del cuerpo, y lo que es más importante, a la oración del corazón, donde el discípulo se abre a dialogar con su maestro y a entrar en confianza con él; este es su regalo mayor, conocer internamente su persona y permanecer en una relación con él, por la fe de Jesús, que confía en nosotros.
Por eso, aunque sea oído y conocido externamente por el mundo, no puede ser escuchado por este, porque la presencia personal de Jesús no viene por los poderes del mundo, sino solo por el poder del Espíritu Santo, que es la voluntad expresa de nuestro Padre, el creador de todo.
Sea tu paz: ser feliz y hacer el bien.
Benito Balam
Grupo de Jesús “Comunidad La Fonte”
León, Guanajuato (México)
Este versículo de Mateo 18:20, al margen que lo puedan señalar tocando asuntos de perdón o compañerismo, etc., de hecho, rompe toda división y discriminacion, y rechaza toda religión institucionalizada, porque lo que el Señor declara es que Él es el centro de toda reunión. Y lastimosamenmte hoy en día el mundo cristiano está mas dividido y engañado reuniendose con otros nombres: catolico, bautista, pentecostal, presbiteriano etc., y me hace recordar a la antigua Babel, cuando los postdiluvianos se dijeron, hagámonos un nombre, y eso es lo que ocurre hoy. Muchos dicen, nos reunimos en el nombre del Señor, pero, ese letrero que dice iglesia catolica, o iglesia Agua viva, o iglesia metodista, lo niega todo. Lean todo el libro de Hechos y no hay ninguna división denominacional y ninguna religión con nombre propio, todos eran de Jesús y se reunían en su nombre, oraban, predicaban y se amaban en el Nombre de Jesús.
Reciban un cordial saludo, gracias por compartir la experiencia de hacer un pequeño análisis o repaso cada vez que terminamos una etapa.
Deseo preguntarles si un grupo de Jesús realmente puede avanzar y no caer en errores de interpretación por ser todos los integrantes de una formación incipiente en la fe.
El libro es fácil de llevar en unión con el Espíritu Santo pero y me disculpo por la comparación, si no sé nada de química o matemáticas y me compro un libro y nadie me guía como sé que lo que estoy entendiendo es correcto?
Si hay alguien que nos puede ayudar en este camino con un poco más de formación, ¿cuántas lecciones creen que son necesarias para que podamos seguir después por nuestra cuenta? Gracias. Bendiciones.
Queridos compañeros :
¡Qué buena idea hacer un pequeño alto en el camino, después de cada etapa !
Antes de pasar a la siguiente, es un recoger todo el fruto de las reflexiones compartidas , repasarlas y mantenerlas vivas en nosotros. Es como «reordenar» el equipaje para seguir caminando.
Muchas gracias por compartirlas en la Web.
Un abrazo